Mi hijo, mi hombre.

El amor de madre, se puede transformar en deseo, y este en amor

Todo lo que están a punto de leer, es verdad, el final del relato es de lo que me entere hace unos meses.

Esto tal vez no debió ocurrir, pero aun así, nos sentimos increíblemente felices, más que nunca.

Comenzare explicando nuestra historia desde un principio, diré que mi nombre es “Laura”, mido como 1.66 y peso 50 kilos tengo 50 años, soy delgada pelo castaño con canas, blanca, buen cuerpo y bien proporcionada, ni mucho trasero ni muchos senos. Y siempre me he visto mayor de lo que en realidad soy, aparento como 56 o 57 años

Mi hijo digamos que se llama Rodrigo, tiene el cabello castaño, es muy guapo, tiene una sonrisa de infarto, mide 1.82, tiene 18 años, pesa 74 kilos, es muy atlético, es un hombre muy sexy, que se considera como que puede seducir a cualquier mujer, y ahora lo se…

Yo soy viuda, perdí a mi esposo cuando Rodrigo tenía 13, desde entonces he tenido que ocuparme sola de mi hijo. Y desde entonces jamás había estado con otro hombre, y aun cuando era joven y estaba soltera, como muchas fui criada en otra época, las mujeres no podíamos tener libertades sexuales, a mi edad jamás había tenido un orgasmo, mi marido jamás me complacía, cuando el estaba satisfecho según el “era suficiente”.

Cuando mi hijo cumplió 16 años se empezó a fijar en las mujeres, siempre tenía novia, y yo llegue a encontrar condones en su cuarto, me daba gusto que se cuidara.

Por fortuna conseguí un buen trabajo y nunca nos faltó nada, pero en cuanto mi hijo cumplió 18 empezó a trabajar en un gimnasio como instructor, y turnaba su trabajo y estudios, a partir de que empezó a trabajar mi hijo desarrollo un cuerpo hermoso, de un atleta consumado, fuertes brazos, unos pectorales muy bien formados, y unas piernas fuerte y torneadas, pero lo que más me gustaba y a veces adoraba contemplar mientras se cambiaba, eran su culo, unas nalgas grandes firmes y bronceadas, a partir de eso me empecé a sentir atraída por mi hijo, era una gran tentación, díganme, ¿si ustedes nunca han tenido una verdadera buena cogida  y hace 5 años no tienen sexo, un hombre guapo, varonil, musculoso y sexy, no sería la manzana de Eva? Pero a la vez me frenaba el hecho de que, ¡coño era mi hijo!

Un día eran ya más de las 11 y yo ya estaba muy angustiada, Rodrigo siempre llegaba a las 6, estaba por tomar el teléfono a la policía, cuando oí un coche llegar, eran los amigos cargándolo, mi hijo estaba ahogado de borracho, estos lo subieron a su recamara y les exigí una explicación, ellos me dijeron que Rodrigo había tenido una discusión muy fuerte con su novia, quede sorprendida ya que eran una pareja muy estable, saque a esos jóvenes de mi casa y les pedí que no esperaran a Rodrigo en el gimnasio al día siguiente.

Me fui a ver a mi hijo y le quite la ropa ya que estaba lleno de lodo, supuse que se había caído en un charco, lo deje en unos calzoncillos blancos que resaltaban esas hermosas nalgas que tanto deseaba tocar. Me tuve      que controlar ya que no era el momento.

Metí esa ropa en la lavadora y me senté a revisar unos papeles para un proyecto que me pidieron en mi trabajo, estaba muy dispersa, no podía concentrarme, sentía que todo en mi vida giraba alrededor de mi trabajo, yo no tenía una vida, nada era como esperaba, yo cuando era joven pensaba en tener un hombre deseable a mi lado y tener un hijo con el…

Sin darme cuenta ya eran las 2 de la madrugada, me levante y me dirigía a mi cuarto, cuando divise la puerta de él cuarto de mi hijo abierta, se me olvido cerrarla por sacar de ahí a los barbajanes de sus amigos entre a su cuarto a revisar como estaba mi hijo, y lo que vi me sorprendió.

Mi hijo estaba tendido en su cama, boca arriba, y podía ver como por la ventana la luz de la luna alumbraba lo suficiente como para ver el cuerpo de mi hijo, con una tenue y morbosa luz que creaba un ambiente extrañamente acogedor, mi hijo era hermoso, se acerque y me recosté junto a el, podía ver sus hermosos labios entreabiertos y húmedos, la respiración relajada y su hermoso cuerpo.

Me quede observando cada detalle, cada lunar, cada poro de su piel, su pelo, ligeramente movido por aquel vientecillo. Una mezcla de extrañas emociones recorrían mi estómago y los pelos empezaron a ponerse de punta. Por mi cabeza pasaron cosas que jamás habría imaginado.

Comencé a bajar mi mano hacia el gran paquete de mi hijo. Comencé a tocar su parque por encima de ese sensual calzón, hace tanto que no sentía un pene entre mis manos, me metí la mano dentro de mis bragas y me estaba masturbando mientras sobaba la polla de mi hijo era increíble finalmente tener un poco de satisfacción después de tanta abstinencia. Sentía la necesidad de ir más lejos, de meter esa gran polla a mi boca, ya no podía más, empecé a bajar los calzoncillos de mi hijo, y ¡vaya sorpresa! La polla de mi hijo era enorme, unos 20 o 22 centímetros.

Acerque lentamente mi boca hacia el pito de mi hijo, cuando algo me detuvo… una sensación de culpa… por dios, como iba a follar con mi propio hijo… subí otra vez su calzón y me iba a levantar cuando de repente, Rodrigo me detuvo… -“Hazlo, hazlo por favor”- fueron sus palabras. Esas palabras me hicieron darme cuenta, que mi hijo me deseaba tanto como yo a el, rápidamente volví a sacar su pene y lo metí desesperadamente en mi boca. Finalmente mi deseo se estaba volviendo realidad, me comía su pollon como si fuese un helado, lo llenaba de saliva y este era tan grande que tocaba mi campanilla, y me hacía soltar algunas arcadas, podía sentir sus fluidos segregar en mi boca, como me tomaba de los cabellos y me hacia hundir su polla más y más adentro, luego de un largo rato de esto saque su pollon de mi boca, lo mire a los ojos, y el mordiéndose un labio me dijo: -“Tú también mereces gozar, túmbate”-

Yo sonreí y me saque la blusa y él se quitó por completo los calzoncillos, primero me quito el sostén, y empezó a chuparme los pezones, ¡Dios, que placer! Sentir su lengua masajeando mis tetas y tus dientes dando pequeñas y placenteras mordidas, con sus grandes manos tocaba mis pechos, cuando se separaron sus labios de mis tetas, de su boca quedaba un hilo de baba que colgaba de mis pezones.

Beso suave y salvajemente mi abdomen, y con delicadeza y una sonrisa morbosa, me quito las bragas, cerré los ojos con tranquilidad, supuse que iba a penetrarme, cuando sentí algo húmedo suave y pequeño, entrar en mi vagina, abrí los ojos, y mi hijo me estaba haciendo sexo oral a mí.

¡Dios! ¡Jamás me lo habían hecho, era lo más delicioso que había sentido en mi vida! Su lengua masajeaba las paredes de mi concha, cada centímetro, cada milímetro, Rodrigo dijo en voz baja: -“¿Te gusta cómo te follo con la lengua?”- a lo que respondí con un enorme grito de pacer, -“¡Sí! ¡No te detengas por favor!”-  Mi hijo metió toda su lengua en mi vagina, y suavemente me mordía y chupaba cada vez más, yo podía sentir como yo también empezaba a segregar fluidos, un éxtasis tal me hizo sentir en otro mundo, lo sabía, estaba teniendo un orgasmo por primera vez….

Y como no… Rodrigo metió mi clítoris en su boca y llenando su boca de saliva hacia buches mientras lo masajeaba con su lengua.

Ambos soltamos un enorme grito de pacer, y mi hijo se levantó sumamente agitado, yo podía ver como alrededor de su boca estaba llena y escurriendo de mis fluidos vaginales, y como de adentro de su boca salían mares de saliva mesclado con mis espesos fluidos.

Ya no aguante más, le dije solo una frase: -¡Follame Rodrigo, hazlo!- mi hijo sonrió y le dio un último lengüetazo a mi concha. Y se puso encima de mí, finalmente después de todo este tiempo, sentía un pene enorme entrar en mi vagina… se sostuvo de mis senos, y comenzó lentamente a penetrarme, quedamos cara a cara, y no lo evitamos, fundimos nuestras bocas en un salvaje y apasionado beso, nuestras lenguas se bañaron en la saliva mezclada con los fluidos del otro, mientras yo sentía como su enorme pene se abría paso por mi apretado coño, toque su espalda, y mis manos fueron hacia abajo hasta que toque sus nalgas, esas deliciosas nalgas grandes, fuertes y firmes que tanto deseaba tener entre mis manos, agarrando su culo lo empujaba dentro de mi coño cada vez más y más rápido una sensación de éxtasis incontrolable nos hizo gritar a ambos, mientras yo sentía el semen caliente de mi hijo correr dentro de mí. Sí, mi hijo se corrió dentro de mí, estábamos tan felices nuestro sueño hecho realidad, el dejo caer su cabeza dentro de mí y nos quedamos dormidos.

Pero esto no termina aquí… mi hijo termino su relación con su novia, porque me dijo que me amaba a mí, y que quería ser mi novio, yo acepte felizmente, éramos los mejores amantes… pero… hace cerca de cuatro meses no me llegaba la regla, estaba muy asustada de que fuera lo que todos están pensando, y en efecto era así. Estaba embarazada de mi propio hijo, había una tormenta en mi cabeza, el mismo día que lo supe se lo dije a mi hijo cuando llego del gimnasio, su reacción no me la esperaba, me abrazo y comenzó a saltar de alegría, me dijo que jamás había estado tan feliz, me dijo que me amaba y que jamás le faltaría nada a nuestro hijo… jamás.

Estaba tan feliz, el padre de Rodrigo no se puso así cuando supo que él iba a nacer.

Actualmente tengo 3 meses de embarazo, y nuestro bebé está completamente bien, sé que por mi edad y por el lazo sanguíneo corría peligro, pero por fortuna el medico nos ha dicho por los ultrasonidos que nuestro hijo está perfecto.

Y ahora soy la mujer más feliz del mundo, tengo a mi novio que me ama y me apoya y a un futuro bebé en camino.