Mi hijo, mi cuidador 3
Me llevo una gran sorpresa cuando mi hijo por fin toma el control.
Por la mañana me desperté ya cachonda. Había estado soñando con Carlos y su inmensa polla follando mi culo. Me desperté muy frustrada. Cualquier otro día me habría masturbado como una loca con ese calentón pero allí estaba, impedida con aquellas jodidas vendas.
Llamé a David para que me ayudara a levantarme. Por supuesto podía levantarme sola con un poco de esfuerzo, pero deseaba el contacto de un hombre y además seguía en tanga y necesitaba unos pantalones. David apareció por la puerta y me ayudo a levantar. Le dije el pantalón que quería que me pusiera.
- Prefiero que te quedes asi mamá. Además hoy va a hacer calor y seguro que estás más cómoda.
Me puso una mano en la nuca y empezó a besarme como la noche anterior. Cuando el beso terminó, me dijo que iba a prepararme el desayuno. Joder, mi hijo no sabía lo que acababa de hacer. Yo sólo pensaba en llamarlo y tumbarme en la cama con las piernas abiertas y pedirle que me follara. Pero me gustaba el morbo que me producía el que él fuera llevando el mando de la situación. Antes de seguirle pensé que podría hacer algo de trampa sobre mi propia norma.
Llegué a la cocina y estaba de pie en la encimera untando mantequilla en el pan tostado. Me acerqué por detrás y pegué mis tetas en su espalda y apoyé mi barbilla en su hombro fingiendo un interés exagerado en lo que hacía. Miré hacia abajo pero no aprecié que estuviera empalmado. Me di la vuelta y vi una revista en la mesa de la cocina. Fui y me apoyé con cuidado con los codos echando el cuerpo hacia adelante y dejando mi culo en tanga bien levantado y moviéndolo de lado a lado. Ni un minuto después noté la mano de David sobre él.
- ¿Que haces David?- Le dije sensualemnte mientras sonreía por mi futuro orgasmo.
- Tienes un culo genial con este tanga mamá.
Por fin un piropo. No recordaba haber recibido ninguno en los dos días anteriores. Me emocioné al pensar que mi hijo se iba soltando.
- ¿Si, te gusta?
- Me gusta mucho.- Me respondía mientras seguía manoseándome.- Mamá me apetece mucho repetir lo de anoche.
- ¿Ah si?¿El qué?- Quería que me lo dijera, que se excitara muchísimo.
- Ya sabes...
- No lo sé, no me acuerdo...
- Quiero que me masturbes con los pies.
Sonreí satisfecha. Aunque quería correrme yo.
- ¿Pero aquí como lo hacemos si no puedo tumbarme? A lo mejor podemos hacer otra cosa sin tener que perder tiempo en ir a la habitación.- Le dije con mi mejor voz de puta esperando que me bajara el tanga y me follara allí mismo.
- Bueno, ven siéntate en la silla.
Metió las manos bajo mi cuerpo y me cogió las tetas pegando su dura polla a mi culo. Me ayudó a incorporarme, retiró una silla y me senté intrigada. Se puso delante de mi y se bajó los pantalones dejando su polla a la vista. Metió una mano por mi escote y me sacó las tetas fuera una a una. Yo estaba ya empapada esperando lo que fuera a pasar. Me puso una mano en la nuca y con la otra se sujetó la polla y empezó a dirigirla a mi boca.
"Coño, que mal me ha salido la jugada" Pensé mientras abría la boca y empezaba a hacerle mi primera mamada a mi hijo pequeño y él a disfrutar de su primera mamada en su vida.
Notaba el coño vibrar de pura excitación mientras saboreaba la polla de David. Empecé a mamársela despacio, jugueteando con mi lengua en su cipote. Poco después empecé a clavármela hasta el fondo acompañada por la mano de mi hijo en mi nuca. Él enseguida soltó su polla y agarró mi teta. Al rato dejé de mover mi cabeza esperando su reacción y muy complacida empezó a mover sus caderas haciendo que su polla casi saliera del todo y volver a metérmela hasta la garganta.
Desde luego se estaba estrenando con una mamadora de primera. Siempre me ha gustado hacer mamadas desde que tuve mi primer novio y me consideraba una buena mamadora. Hasta que conocí a Carlos. Cuando me enfrenté a esa polla tan grande y gorda me sentí muy torpe. Con él aprendí a relajar la garganta y a dejarme follar la boca. Ni de coña con Carlos podía hacer como con David, dejar que me la metiera hasta que sus huevos chocaban con mi barbilla. Pero tratándose de Carlos ya era un logro meterme todo lo que me metía.
Al rato, David ya me follaba la boca mucho más rápido. Yo miraba hacia arriba para ver su expresión. Mi amado hijo estaba extasiado con la esperiencia. Siguió follándome la boca hasta que me anunció que se iba a correr. Yo quise sacarla para preguntarle dónde quería correrse, pero mi hijo me había puesto las dos manos en la cabeza y empezó a embestirme demasiado fuerte. Cerré los ojos y aguanté la follada que me estaba dando hasta que la sacó hasta casi dejarla en la entrada de mi boca y empezó a correrse dentro. He de decir que no me agrada mucho tragar semen y mi hijo me estaba llenando la boca. Notaba como se me escurría un reguero de lefa caliente por la comisura de los labios. Cuando terminó de descargar sacó la polla de mi boca y yo aproveché para escupir en el suelo una buena cantidad y tragarme los restos que habían quedado en mi boca.
- Oh, perdón mamá.- Me dijo cuando vio que escupía el semen.
- No te preocupes cielo. Me ha gustado que te corras en mi boca pero no me gusta tragármelo.
- Voy a por una toallita para limpiarme y recojo todo esto.
Quise decirle que no. Que ahora me tocaba a mi. Pero me gustaba demasiado este juego de ver que pasaba. Este juego de ver los pasos que iba dando el inexperto de mi hijo.
Estaba con una excitación mortal, viendo a mi hijo limpiar su corrida del suelo y deseé más que nunca tener sanas las manos para masturbarme delante suya. Cerré los ojos y empecé a frotar mis muslos mientras recordaba el sabor de la polla de David esperando sentir algo de placer, pero nada. Cuando dejé de hacerlo y los abrí, mi hijo estaba mirándome fijamente. Se acercó a mi y me cogió para levantarme de la silla. Se agachó delante de mi y me bajó el tanga. Joder, ya estaba de nuevo cachonda deseando ver que quería hacerme. Se puso de pie y me apoyó el culo en la mesa. Entonces empezó a meterme la lengua en la boca, notando el sabor de su polla de mi lengua, mientras empezaba a acariciarme el coño. Joder, yo quería que diera el paso y me follara pero él no debía atreverse a llegar tan lejos conmigo por ser su madre.
Mi coño estaba empapado y yo me ponía más caliente de escuchar los chapoteos que producían los dedos de mi hijo follándome con rapidez. Dejó de besarme y agarró una de mis tetas con la mano libre y empezó a chupármela con ansia. Joder, que ganas tenía de acariciarle el pelo mientras me lo hacía. Eché la cabeza hacia atrás y empecé a notar como me llegaba el orgasmo. Mi hijo siguió follándome duro con sus dedos y mamando de mis tetas cuando empecé a correrme mientras gritaba y mis muslos temblaban de puro placer. Me llevé una buena sorpresa al ver como David sacaba sus dos dedos de mi coño empapados en mi corrida y me los acercaba a la boca. Imagino que era algo que habría visto en algún video porno. Abrí la boca mirándole a los ojos y empecé a lamer y a mamar sus dedos como si fuera una polla sin apartar mi mirada de la suya. Después me senté de nuevo en la silla, él me sirvio un café algo frío con una pajita y se fue de la cocina.
Al volver me volvió a meter las tetas en la camiseta y se sentó conmigo para darme la tostada. Desnuda de cintura para abajo iba dando bocados del pan que mi hijo me ofrecía.
- Mamá.- Me dijo de repente. - Creo que quiero hablar de esto que hacemos. No se si está bien y además siento como que me aprovecho de la situación.
Empecé a tragarme la tostada lo más rápido que podía para que no siguiera.
- Ya hablaremos si quieres cuando me quiten las vendas. No pienses que hacemos nada malo. Ya somos mayores y sabemos perfectamente lo que hacemos. Y que ni se te pase por la cabeza pensar que te aprovechas de mi, no hacemos nada que yo no disfrute hacer.
- Vale mamá, como digas.- Me respondió algo más animado.
Pasamos un día un poco raro. Mi hijo no hizo amago de volver a ponerme el tanga y yo no dije nada. Me pasé el día con el coño al aire disfrutando abriéndome de piernas cuando pasaba por delante de mi mientras estaba en el sofá del salón. De pronto me pregunté que pasaría si viniera alguiena verme, algún amigo/a o compañero/a de trabajo. Entonces me acordé del móvil. Al no poder usar las manos, desde el primer día casi ni me acordaba del teléfono. Llamé a David y le dije que buscara entre los cojines del sofá que la última vez que lo usé lo dejé caer y se me olvidó por completo. David buscó en el sofá hasta que lo sacó. No se porqué estaba un poco nervioso. Sería de tenerme allí medio desnuda.
- Marca el código y mira si tengo llamadas perdidas o mensajes de wassap.
- Tienes un montón de conversaciones de wassap y muchas llamadas perdidas. Diez llamadas perdidas de Verónica mamá.
- Madre mia, Verónica- Verónica era mi mejor amiga desde hacía muchos años.- Anda, marca y acércame el móvil.
David le dio a llamar y me sujetaba el móvil en mi oido. Mientras escuchaba el tono pensé que iba a hablar con mi amiga con una camiseta sin sujetador, sin pantalones y sin bragas, con el coñito a la vista, mientras mi hijo estaba a mi lado sujetándome el teléfono. No pude evitar que se me endurecieran los pezones.
-"Hola Elena"
- Hola Vero. Perdóname, me he sentido súper mal cuando he visto las llamadas. Estos putos analgésicos me tienen atontada.
- "Estaba muy preocupada cariño. Me contaron lo de Victoria y que a tí también te tuvieron que operar. Y nadie contestaba al teléfono..y, pues eso, me asusté..."
- No, tranquila. Ya te digo los análgesicos. Además lo que me pasó es que me quemé las manos intentando apagar a Victoria, pero ya estoy mucho mejor.
- "¿Pero cómo es que te tuvieron que operar?¿Tan grave fue?"
- Bueno, algunas zonas si quedaron más dañadas y me tuvieron que mmmm...
- "¿Que te pasa?"
Miré a mi hijo con la boca entreabierta en un gesto de placer. David me había metido un dedo en el coño de golpe. Me había hecho un poco de daño al no estar preparada, pero joder como me gustaba que me sorprendiera.
- "¿Elena?"
- No, nada Vero. Es que a veces me duelen las manos cuando se va pasando el efecto de las medicinas.- Respondí mientras me reclinaba y David seguía jugando con sus dedos en mi coño.
- "Me estabas diciendo lo que te hicieron en la operación"
- Ah eso, pues que en algunas zonas tenía mas daños y me tuvieron que hacer unos injertos de piel. Ahora voy con vendas en las manos durante una semana, pero me han dicho que apenas se notarán.
- "¿Y cómo me estás llamando?"
- Está aquí mi hijo David sujetándome el móvil. Se está portando muy bien, siempre que puede me echa una mano.- Dije mirando a mi hijo a los ojos con una sonrisa en los labios y después retiraba la cara del móvil para soltar un pequeño gemido cuando David metió sus dos dedos hasta el fondo debido a mis palabras.
- "Que bueno es tu hijo"
- Si que lo es. Oye Vero, te tengo que dejar. ¿Podrías avisar a las demás de lo que ha pasado? No tengo ganas de hablar con todas las que me llaman.
- "Claro no te preocupes. Cuidate nena. Un beso"
Le hice un gesto a David con la cabeza y pulsó en botón de fin de llamada.
- Joder David. Como me ha puesto esta situación.
Mi hijo sacó los dedos de mi coño y volvió a metérmelos en la boca. Se notaba que era un fetiche que le ponía mucho. Ver como saboreaba mis flujos. Después me dio un apretón en la teta, se levantó y me ayudó a levantar.
- Vamos a la habitación.- Me dijo escuétamente.
Le seguí por el pasillo pensando que por fin iba a follarme.
Me terminó de desnudar y me ayudó a tumbarme en la cama. Luego me quedé allí mirando totalmente cachonda cómo se desnudaba él.
- ¿Tienes preservativos? - Me preguntó timidamente.
- No los necesitas.
Mi hijo se emocionó al escucharme. Fue subiendo por la cama sobre mi cuerpo. Se detuvo un poco para acariciarme mi húmedo y coño y luego se entretuvo lamiendo y mamando de mis tetas. Terminó de echarse sobre mi comiéndome la boca y restregando su dura polla por mi entrepierna. Se incorporó un poco y se agarró la polla con la mano. Yo me abrí de piernas y miré entre nuestros cuerpos viendo como David pasaba su polla sobre mi. Parecía que no sabía como debía de metérmela y yo no disponía de manos para guiarle. Me ponía muy cachonda ser la profesora sexual de alguien por primera vez en mi vida. Y me volvía loca que fuera con mi amado hijo.
- Déjala ahí pero no la sueltes. Eso es. Ahora ve bajando poco a poco. Ahí, justo ahí. ¿Notas lo caliente y mojado que está? Ahora empuja un poco. ¿Lo notas?
- Aaaahh, si mamá. Joder que placer.
- Muy bien mi amor. Ya puede soltarla. Ve empujando poco a poco hasta que entre entera.
David se fue dejando caer sobre mi hasta que enterró su polla dentro del todo. Empezó a besarme mientras movía tímidamente las caderas.
- Eso es cielo, muy bien. Ahora apóyate con las manos y empieza a sacarla y meterla.
Mi hijo siguió mis instrucciones. Me encantaba ver su cara cada vez que su polla volvía a meterse entera en mi coño.
- Mmmm asi David. Más rápido ahora cariño, fóllame más fuerte.
Empezó a follarme más rápido. Mi hijo gemía una barbaridad y cada vez me embestía con más fuerza. Me moría por agarrar su culo canijo y clavarle las uñas mientras me follaba. Fueron como diez embestidas a ese nivel cuando empezó a jadear con fuerza y noté como se me llenaba el coño del semen caliente de mi pequeño. David se echó a un lado jadeando pasando su polla por mi muslo.
- Joder mamá, que bueno.- Me dijo abrazado a mi tumbado de costado con una mano en mi teta.
-¿Te ha gustado cielo?¿Has gozado?
- Mucho mamá. ha sido el mejor momento de mi vida.
Sonreí al escucharlo.
- ¿Y tú mamá?¿Te has corrido?
- No cielo, ha sido muy rápido para mi. Pero no te preocupes, es normal en las primeras veces de un chico.
- Vaya lo siento.
- No pasa nada. Acariciáme ahí abajo y vuelve a follarme cuando estés listo.
Mi hijo empezó a meterme los dedos en el coño y a masajearse la polla. De repnte sacó los dedos y los sostuvo en alto mirándolos. Tenía restos de su semen en ellos.
- Jajaja, claro cariño, ha debido de ser una corrida muy abundante por lo que he sentido. ¿Qué pasa, te da asco?
- No, que va. De hecho me pone. - Me dijo un tanto avergonzado.
Miré hacia su polla y la vi tiesa y dura como si no me hubiera follado aún. David me acercó los dedos a la boca esta vez más timidamente y tuve que acercar la cabeza para chupárselos. Mi hijo se masturbaba rápidamente mientras me veía hacerlo.
- Tranquilo David. Deja de masturbarte un rato. Esta vez quiero que me dures.
Me hizo caso y soltó su polla mientras volvía a meterme los dedos. Solté un gruñido porque mi hijo me metía los dedos lo más profundo que podía esperando encontrar más semen.
- Vamos, fóllame de nuevo. Estoy a punto. Quiero correrme con tu polla dentro.
David tardó un segundo en volver a subir encima de mi. Esta vez se agarró la polla y me la metió de un empujón a la primera. Joder que rápido aprendía este niño. Empezó a follarme muy fuerte esta vez desde el principio. Yo ya estaba muy cachonda por la situación, la follada de antes y la paja que me había estado haciendo.
- Eso es joder...sigue así...fóllame cielo, fóllame... agárrame de las tetas.
Empecé a mover mis caderas con su polla dentro para darme más placer y pronto empecé a notar como llegaba el orgasmo.
- Ohh joder, si David...Voy a correrme!...vamos fóllame más fuerte...vas a hacer que mami se corra amor...vas a hacerlo... me corro. me corroooo...
Y empecé a gritar como una perra mientras la polla de mi hijo me machacaba el coño, mis piernas temblaban y mi coñito empezaba a expulsar flujos por la corrida.
Seguí abierta de piernas y jadeando con mi hijo encima mientras seguía follándome.
- Vamos cielo, córrete de nuevo...joder que bueno ha sido...como me has dejado...vamos córrete...
- Ooh mamá...voy a correrme ya...voy a correrme...quiero correrme encima de ti...
- Córrete donde tú quieras mi amor...haz lo que quieras conmigo...
Me dio un par de embestidas más, ssacó su polla y se quedó de rodillas frente a mi. Se sacudió la polla varias veces mientras jadeaba y empezó a correrse sobre mi coño abierto y mi abdomen. Era su tercera corrida del día y no salió mucho. Seguro que la próxima vez se corría sobre mi en la primera para ver como me llenaba. Se sacudió hasta la última gota y se desplomó a mi lado.
- Mmmm, cariño ahora has estado muy bien, mi amor, mi pequeño.
- Mamá ¿Por qué dejas que te haga todo esto? - me preguntó sin mirarme.
- David mírame.
Subió la mirada con miedo hasta encontrarse con la mia.
- Yo se que nunca te he hablado de mi vida sexual. Tú sabes lo que pasó con tu padre y porqué nos divorciamos. Me gusta el sexo cariño, es asi. No creo que sea ninfómana. Incluso fui a ver a un piscólogo y me dijo que mi comportamiento no era extraordinario. En cuanto a porque estoy dejando que pase lo que está pasando. Pues el primer día dejé que me masturbaras en la ducha porque llevaba un tiempo sin poder hacerlo y con las manos asi decidí aprovechar. Además eras tú el que estuviste durante el día recreándote con mi cuerpo y el que en la ducha empezó a pasar el lateral de su mano por mi coño.- David se movió inquieto.- No, no es un reproche. Yo te quiero muchísimo y la verdad es que me gusta tu cuerpo. Estoy disfrutando mucho estos días. Pensaba esperar a que me quitaran las vendas para hablar contigo pero ya que hemos empezado...¿Tú te sientes mal después de hacer estas cosas con tu madre?
David tragó saliva.
- La primera noche después de meterte en la cama, me masturbé pensando en como te había masturbado y en tu cuerpo desnudo. Luego me sentí muy mal por haberle hecho eso a mi madre y además por haberme masturbado pensando en ti. Luego al día siguiente estaba convencido de parar, pero sólo pensaba en volver a tenerte desnuda en la ducha. Pero ya con lo que pasó anoche con la paja y lo que hemos hecho hoy... Es que no se, es como si no pudiera pensar ni contenerme y luego me siento fatal.
- Pero David no te sientas mal. Yo también me sorpendí al principio y le di vueltas a lo que había pasado contigo. Pero no pasa nada. A mi me gusta esto que tenemos, me encanta sentir como me deseas. El problema lo tiene la moralidad de la sociedad no nosotros. Y nadie se va a enterar nunca de esto ¿verdad?
- No, claro que no mamá- dijo David muy nervioso.- Ni se me ocurriría.
- Eso está bien. Pues a mi me gustaría seguir con esto que tenemos. Me ha encantado que me hicieras el amor. Vete a dormir y piensa en todo esto y ya mañana me dices si quieres seguir siendo mi amante. Yo no quiero presionarte para nada.
Me empezó a besar en la boca y se levantó de la cama con una sonrisa en los labios.
- Oye David.- Le dije cuando estaba a punto de salir por la puerta.
- ¿Si?
- ¿Insististe tanto en no tener enfermera para poder tenerme a tu merced?
Se puso un poco colorado.
- Si mamá. Ya hace tiempo que te deseaba.
- Te quiero hijo.- sonreí satisfecha. - Ponte el despertador que mañana tenemos que ir al hospital para cambiarme las vendas y curarme los injertos.
- Si mamá, ya lo tenía puesto. Yo también te quiero. Buenas noches.
Cerré los ojos para dormir cuando caí en la cuenta de que nos habíamos olvidado completamente de que estaba desnuda. Al menos yo me había olvidado, ya no estaba segura de lo que pasaba por la mente de mi hijo pequeño.
A la mañana siguiente David vino a despertarme. Había dormido muy agusto esa noche. Me ayudó a levantarme diciéndome que tenía que ducharme antes de irnos. Me agarró mi culo desnudo con las dos manos y empezó a comerme la boca mientras notaba su polla erecta dentro de su pantalón chocando con mi coño desnudo. Parece que mi hijo había decidido que no tenía nada de malo seguir siendo mi amante.
Luego nos fuimos a la ducha y se desnudó para ducharse conmigo. Fue una ducha rápida, con algunos sobeteos de mi hijo por mi cuerpo desnudo y poco más. Luego me llevó a la habitación a vestirme.
Yo ya no le decía nada. Él me tocaba cuando quería, me besaba cuando quería y me vestía como quería. Me reí al ver lo que me había preparado. Una camiseta de tirantes con un buen escote y una falda muy ligera a juego. Luego llamó a un taxi y nos fuimos al hospital. Cuando llegó mi turno, David me dijo que entrara sola que él tenía que hacer una cosa.
La consulta fue bastante bien. Me asusté un poco cuando retiraron las vendas pero me cirujano me dijo que no pasaba nada, que estaba curando muy bien. Luego un enfermero bastante mono me aplicó una crema por las manos mientras veía sus ojos desviarse hacia mi escote. Volvieron a vendarme y me dijeron que en tres días ya podrían quitarme las vendas.
Al salir me encontré a David esperándome en el pasillo. Me preguntó cómo había ido y que me habían dicho y yo se lo conté todo con una gran sonrisa en mi cara, estaba más feliz que en mucho tiempo. David me puso una mano en la espalda y empezamos a andar mientras seguía hablándole. Cuando me quise dar cuenta no sabía donde estábamos, no habíamos entrado por allí.
- ¿David?
- He estado investigando un poco el hospital. Tú ven conmigo.
Seguimos por otro pasillo y cogimos un ascensor. Pulsó el botón más bajo y salimos a un aparcamiento subterráneo. Avanzamos un poco más y abrió otra puerta. Estábamos en las escaleras que daban al subterráneo.
David cerró la puerta y sin decir nada empezó a comerme la boca mientras me bajaba los tirantes y me sacaba las tetas con cuidado de no rozarme las manos. Me daba un poco de miedo y de morbo hacer eso allí con él, pero me dejé hacer como siempre. Magreó mis tetas un instante y me hizo dar la vuelta. Me ayudó a apoyar los brazos en la barandilla de las escaleras y noté como me bajaba las bragas hasta las rodillas. Luego me subió la falda y solté un gemido al notar su cipote restregarse contra mi coño.
- Mmmm David, ¿aquí?
- Si, aquí.
Empecé a mojarme muy rápidamente. Mi hijo pequeño empezó a meterme la polla despacio hasta que la tuvo toda entera dentro de mi. Me agarró las tetas desde atrás y empezó a follarme a un ritmo medio para no hacer demasiado ruido.
- Oh, joder David, que bueno...- Le susurraba yo.
- Me tienes loco mamá. Estás buenísima.
Siguió follándome mientras me magreaba las tetas. Yo gemía lo más bajo que podía pero ya me estaba llegando el orgasmo por el morbo de la situación.
- Cariño, voy a correrme ya mismo...sigue asi...no pares...
- Mamá el otro día cuando volví de la compra y te llevé al baño vi tu móvil...y lo cogí mamá. Esa noche estuve mirando tus correos...
Joder, ya entendía la cara de nerviosismo cuando me dio el móvil ayer. Debió de volver a materlo en el sillón a la mañana siguiente.
- ¿Qué dices David? Ohhh...sigue mi amor...- Estaba muerta de miedo por lo que habría descubierto mi hijo y lo que pensaría de mi. Pero había aprovechado que estaba al borde del orgasmo para contármelo.
- Vamos, córrete mamá...luego hablamos en casa...de la colección de pollas y correos guarros que tienes...
De pronto empezó a embestirme con fuerza y no pude eviatr gemir más alto. Empecé a correrme a lo bestia mientras mi hijo me reventaba contra aquella barandilla y poco después noté como se corría dentro de mi coño y un reguero de semen resbalaba por el interior de mi muslo.
- Venga ponme bien la ropa que hemos hecho mucho ruido.
Me vistió con cuidado y volvimos al ascensor. Me miré en el espejo y tenía la cara encendida. Salimos y fuimos hacia la salida.
- Oye David, lo del móvil...
- No pasa nada mamá, ahora hablamos al llegar a casa.
Me quedé mirando al frente mientras avanzábamos por el hospital pensando en qué acababa de pasar. La noche anterior mi hijo estaba arrepentido de haberme follado y ahora acabábamos de hacerlo en un sitio público y me había dicho lo que había descubierto de mi vida sexual mientras me follaba por detrás para ponerme cachonda. Empezaba a pensar que no conocía a mi hijo tan bien como creía. A saber en su frustrada juventud de pajillero sin sexo con chicas lo que había visto por internet. Yo también veía porno de vez en cuando y la verdad es que el porno actual no es buen consejero para los jóvenes.
Volvimos en un taxi casi sin hablar y entramos en casa. David me cogió del culo y me llevó a la habitación. Empezó a besarme de nuevo y a desnudarme. Sabía que esta vez tenía que pararlo, que debíamos hablar de la "otra vida" de su madre. Pero me dejé. Era superior a mi el seguir con aquel juego de ser usada por él. Me tumbó en la cama con cuidado y se desnudó, fue a mi bolso y cogió mi móvil y se tumbó en la cama a mi lado.
- Oye, David...- Empecé mientras lo miraba trastear con mi móvil.
- Mamá yo ya me imaginaba que te veías con alguien. Siempre las horas a las que solías volver ciertos días y la forma en que te arreglabas. ¡Pero no pensaba que te veías con más de uno! Pero a mi me da igual. Esto es como lo nuestro, mientras lo disfrutes nadie tiene por qué juzgarte.
¡Pero bueno! Y ahora usaba mis argumentos contra mi. La verdad es que me sentí aliviada por aquello. Basta con que una mujer tenga varios encuentros sexuales con alguien que no sea su pareja oficial para que se convierte en la puta del barrio.
- Mamá, háblame de Carlos.
- ¿Cómo?¿Que quieres que te cuente?
- Cuéntame cómo os conocistéis.
Joder, precisamente con Carlos, que iba a ser un polvo de una noche...
- Pues salí de fiesta con Vero, las dos solas. Fuimos a una disco con un ambiente más juvenil de lo que me gusta a mi pero Vero me convenció. Estábamos bailando las dos juntas y bebiendo, entonces...
Noté los dedos de mi hijo posarse en mi coñito, acariciándome por fuera
- ¿Y te miraban muchos los jovencitos mamá? Yo te hubiera mirado desde luego, dime.
¿Pero qué estaba pasando?
- Pues si que me miraban. La verdad es que esa noche íbamos mostrando bastante.
- ¿Y te gustaba que te miraran mamá?- Me preguntó empezando a meter la punta de su dedo en mi coño repetidamente.
- Mmm si que me gustaba. Estar allí en aquella disco, lleno de chicas jóvenes y que allos chicos nos miraran a mi y a Vero me gustaba mucho.
- Sigue con lo de Carlos.
- Pues llegaron Carlos y un par de amigos cuando dejamos de bailar un momento y fuimos a la barra a pedir unas copas. Ellos se presentaron y nos dieron dos besos. Desde el primer momento me fijé en él. Me gusta mucho el cuerpo de los hombres tan delgados, sin señales de ser los típicos tios de gimansio y empezamos a hablar.
- ¿Y aprovechaba para tocarte mientras se acercaba a ti para hablarte mamá? Con la música tan alta deberíais estar muy cerca.
Notaba una palpitación en el coño cada vez que me llamaba mamá mientras me masturbaba y me preguntaba por otro hombre.
- Bueno, al principio me ponía la mano en la cintura. Yo estaba bastante contenta por las copas y lo guapo que era así que me dejaba hacer. Al final estaba acariciándome el culo mientras me susurraba al oido.
Mi hijo me metió el dedo hasta lo más profundo de mi coño mientras yo dejaba escapar un gemido. Empezó a masturbarme despacio.
- ¿Y qué te decía mamá?
- Aaah...Me decía que le gustaba mucho. Que vivía con un compañero de la universidad pero que ahora estaba de fiesta. Que si quería podíamos ir a su piso a tomarnos la última copa.
- ¿Y te fuiste con él?
- Le dije que estaba con Vero, que no podía dejarla sola. Pero él fue a hablar con uno de los que estaban con Vero y le convenció de que la acompañara a casa. Los vi a los dos hablando con Vero y luego ella vino y me dijo que no tenía problema, que no quería cortarme el rollo pero que se iba en taxi porque yo me había quedado con el mejor. Nos dimos dos veces y la vi despedirse de los otros que por los gestos le suplicaban que se quedara. Luego Carlos vino de nuevo conmigo y me dijo que si nos íbamos.
- ¿Y qué le contestaste?
- Le dije que si y le di un suave apretón en la polla por encima del pantalón.
- ¿Cómo? Repítemelo.- Me dijo David masturbándome más rápido.
- Le di un suave apretón en la polla por encima del pantalón.
- Muy bien, sigue.
"Muy bien, sigue" Esa frase sólo indicaba que aquellos días habían surtido el efecto que quería. Que mi hijo tomara las riendas sabiendo que yo no pensaba decirle que no a nada.
- Nos enrollamos un rato en una de las calles. Besa muy bien. Luego subimos a su piso y fuimos a su habitación. Nos besábamos allí de pie mientras nos desnudábamos el uno al otro hastq ue no hubo nada de ropa en nuestros cuerpos.
- ¿Y cuándo viste esto?
David me estaba enseñando en mi móvil uno de los muchos correos con la foto de la gigantesca polla de Carlos. Por encima de la pantalla del Móvil vi que mi hijo tenía la polla como una piedra sin tan siquiera tocársela. Empecé a mojarme de una manera bestial.
- Pues me quedé asombrada de encontrarme semejante polla en un cuerpo tan delgado. Sin pensarlo alargué las dos manos ye mepecé a acariciarle la polla y los huevos y al rato ya estaba haciéndole una paja a dos manos mientras nos besábamos. Luego me preguntó si me gustaba su polla y le dije que me encantaba. Entonces me preguntó si quería chupársela. Me senté en la cama y empecé a mamar su grueso cipote, casi no me entraba en la boca. Lamía todo su tronco y lo ensalivaba bien pero no podía meterme en la boca mucho de aquella polla. Él sin embargo estaba disfrutando de mi mamada asi que seguí chupándosela.
Miré hacia mi hijo y le vi con los ojos cerrados y masturbándose con su mano libre a la vez que me pajeaba a mi. Yo soy muy abierta en el sexo pero me estaba resultando muy extraño ver a mi hijo tan excitado mientras le narraba como su madre le mamaba la polla a un joven que acababa de conocer.
- ¿Y qué pasó después mamá?- Preguntó interrumpiendo mis pensamientos.
- Me tumbé en la cama cachonda perdida con las piernas abiertas y Carlos se subió encima de mi, me pasó su cipote por mi coñito húmedo y empezó a follarme.
En ese momento David se colocó encima de mi, me metió la polla en el coño con una fuerte embestida y empezó a follarme.
- ¿Asi mamá? ¿Así te follaba?
Yo empecé a gemir mientras le miraba a los ojos, estaba totalemnte fuera de si
- David, ¿pero que...?
- Dímelo mamá, dime si te follaba asi...
No pude evitar someterme a su deseo.
- Si, mi amor. Me follaba justo asi. Como tu estás ahora y metiendome la polla con fuerza.
Mi hijo empezó a follarme muy rápido.
- ¿Y te gustaba como te follaba? Dímelo zorrita, ¿te gustaba como te follaba?
Me acaba de llamar zorrita. Noté mi coño encharcarse y empezar a palpitar. Iba a correrme de un momento a otro.
- Sii joder, me gustaba como me follaba. Me estaba follando como un campeón. Oh Dios, David, voy a correrme!!
- Vamos córrete zorrita, yo también voy a correrme ya mismo pero quiero ver como te corres, me pone mucho.
Empezamos a corrernos casi al unísono. Había sido una follada bestial. Mi hijo me había puesto cachondísima.
- Oye cariño.- Le dije cuando estábamos los dos tumbados y con la respiración acelerada.- ¿Y esto que acaba de pasar?
- Pues te voy a contar mi secreto. Yo suelo ver porno en el ordenador. pero lo que más me gusta son las páginas de relatos porno. Empecé hace unos años a leer de todo, pero los que más me gustan son los que narran como un marido hace que su mujer se folle a otro y luego se lo cuente porque se le pone dura saber que es un cornudo consentido. Y a mi también me pone. Cuando vi los correos de tu móvil pensé que ojalá me atreviera a hacer esa fantasía contigo. Y ayer por la noche cuando me dijiste que lo que hacemos está bien y me dejaste caer que yo tenía las riendas...pues quise experimentarlo.
Me quedé allí tumbada con el semen de mi hijo chorreando de mi coño atónita a lo que oía. Le pone que la mujer con la que se acuesta se folle a otros tipos y luego se lo cuente mientras se la folla él. Siempre había pensado que eso eran fantasías de tíos con la polla pequeña o que no aguantaban follando ni dos minutos.
- Voy a llevarte al salón y a cambiarte las sábanas antes de cenar.
Volvimos a besarnos, me vistió dejándome otra vez en tanga y sin sujetador y me acompañó al salón para ponerme la televisión. Me quedé allí procesando lo que acababa de pasar. Quizás esto se estaba yendo de las manos, pero joder menudo polvo me acababa de echar. Así que me relajé en el sofá y decidí seguir dejándome hacer por las fantasías de mi hijo pequeño.
Continuará...
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