Mi hijo me atraía más que mi marido

Relato de una paciente que realizó incesto con su hijo, podéis contarme vuestros casos e intentares resolveros dudas y demas, os dejo con el relato...

Todo comenzó una semana de fiestas en mi ciudad, yo al trabajar en una empresa privada, no tenía descanso pero mi marido sí. Él es un hombre con un pene de unos 16 cm, delgado, alto, moreno... Tenemos dos hijos, Miguel de 18 y Juan de 19. Miguel es como su padre, vaya, cualquiera diria que es como su padre pero con 30 años menos (Fernando, mi marido, tiene 44), en cambio mi hijo Juan es todo lo contrario a su hermano, un chico trabajador, amable, divertido, cariñoso, 1,87 de estatura, complexión deportiva ya que frecuenta mucho el gym y porque no decirlo, con un pollón de al menos 21 cm.

De siempre he sido una mujer muy caliente, me gusta que Fernando me lo haga varias veces por semana y gracias a dios, porque le cuesta al pobre, la verdad que no es muy bueno sexualmente, no tiene muy buena polla y si a eso le sumas su facil corrida y su mala tecnica... Esa semana Fernando decidió ir a ver a sus padres al pueblo con nuestro hijo menor Miguel, en cambio yo por motivos de trabajo me quedé y para no hacerlo sola se quedó Juan.

El lunes se fueron mi marido y mi hijo, yo trabajé de mañana y al llegar a mi casa Juan no estaba, supuse que habría salido. Fuí a mi cuarto y cambiandome vi la caja de zapatos donde guardo a mi ``amiguito´´, un dildo negro de 18 cm que me hace el apaño cuando Fernando (la mayoría de veces) no me hace correrme, ya que ni  los niños ni el estaban, decidi quedarme desnuda, soy una mujer de 41 con las tetas bastante grandes y el culo bien derecho por la anatomía de mi cuerpo. Cojí mi dildo y tras chuparlo un buen rato comencé a masturbarme, pensando que no había nadie formulé en mi cabeza una fantasía que fuí narrando en voz alta entre gemido y gemido, en la fantasía, como en la mayoría a las que recurro, un yogurín me daba duró en mi cama de matrimonio. Tras al menos 15 minutos tocandome miré hacia la puerta, que pensando que para oir llegar a mi hijo era mejor dejarla abierta, para mi sorpresa, Juan estaba asomado mientras que si no me equivoco, se masturbaba. Yo decidí terminar pero sin decir nada, a lo que él respondió, saliendo pitando y haciendo como el que llegaba justo ahora.

Fuí a ducharme, sabiendo perfectamente lo que había pasado, en mi encontraba dos luchas, por un lado la de regañar a Juan porque era mi hijo, pero por otro lado más oscuro, la calentura que me había provocado aquella situación, ver a mi propio hijo, es decir, ese yogurín masturbandose mientras yo, como una puta, narraba una historia y me masturbaba. Finalmente ganó en mi la calentura, y apoyandome en que solo eran pensamientos, terminé de masturbarme pensando en Juan.

Al dia siguiente volví antes de lo normal, a lo que sorprendentemente me encontré a Juan con la puerta entornada, y como no, masturbandose. Lo raro no fue aquello, si no que al igual que yo, él estaba narrando una historia, pero esta vez con una madura, esto sumado a la gran polla que ahora sí pude confirmar después de tanto tiempo sin verla , me hizo estremecer la vagina y llevar mis manos por dentro de la camiseta a las tetas, las cuales aprete con fuerza. Consegui salir sin ser vista pero cada vez, y como un pajaro carpintero, la idea de Juan y su polla me martillaban más la cabeza. Lo mío con Fernando la verdad que estaba tambaleando con fuerza y de nuevo como una puta, tomé una decisión, buscaría calor en aquella polla, que a diferencia de la de mi marido y aunque fuera la de mi hijo, me provocó tanta calentura.

Llegó el miercoles y adelantandome a la hora de siempre, llegué a casa para colocarme una fina lencería y un delantal,  lo sé era muy atrevido pero tenía la excusa perfecta. Llegó Juan, el cual quedó helado al verme asi, yo le pregunté:

-Estás bien hijo?

-Sí, mama solo que llevas muy poca ropa

-Cariño, hace mucha calor y creo que hay confianza como para poder ponerme cómoda

El se calló y fue a su cuarto, pasada media hora no salía y decidí pegar la oreja, volvía a recitar aquella historia pero a diferencia de las demás ahora contenía la palabra Mamá. Supuse que aquella era mi oportunidad, así que respiré hondo y sin avisar entré pillandolo con aquel pollón, el cual no llegaba a tapar entero:

-Perdón amor, oí mi nombre (mientras sonreía) y pensé que me llamabas

-No mama oíste mal porque no dije nada

-Seguro, amor, nada que decirme??

Tragando saliva y soltando la polla confesó:

-Perdón mama, me calenté al verte así e incoscientemente no pude evitar tocarme pensando en tí

Me comencé a acercar y agarrandole la polla:

-Joder hijo, si que has crecido desde que te bañaba de pequeño, diría que has crecido hasta más que tu padre

Su pene rapidamente comezó a palpitar:

-Mama pero tu y yo somos familia y Papa está casado contigo...

-No te preocupes mi vida, esto va a ser solo un secreto entre nosotros dos. Dije mientras me levanté y me desnudé.

Una vez ambos habiamos accedido, lo tumbe y dandole la espalda, más concretamente poniendole el coño en la boca, le comecé a chupar la polla. Pocas veces lo había hecho con tanta ansia, tragandola entera, escupiendo, llegando a dar arcadas... Eso sumado a su comida, por cierto muy buena, de coño, hizó subir la temperatura tan rápido que me corrí por primera vez en mucho tiempo. Lo senté en la cama con la espalda en el cabecero, me senté encima, metiendome su polla muy profundamente y comencé a cabalgarlo como una yegua en celo. En una de las cabalgadas, el me soltó algo que contra todo pronóstico me hizo querer follarlo como si fuera el fin del mundo:

-Me encanta como lo haces puta infiel

-Te gusta amor como lo hago??

-Papa es tonto al no disfrutar de esto

-Tu padre es un cornudo que no sabe follar, a partir de ahora vas a ser mi amante en secreto

Me sacó la polla y cogiendome de la cola me puso a 4, comenzó dandome pequeñas trompadas hasta que comenzó a darme embestidas con la velocidad de un ferrari y la fuerza de un camión mientras me daba cachetazos con fuerza. Al poco rato me hizo correrme como una puta zorra, de mi salio el mayor chorro que nunca pude imaginar, como follaba el cabrón de mi hijo. Empezó a dismunuir el ritmo a lo que me dijo:

-Mama me voy a correr

-No hijo, sacala que quiero que me hagas algo que tu padre nunca quiere

-Qué quieres que te haga?

-Quiero que me la metas por el culo

Su pene pareció crecer aún más cuando me escucho decir aquello, pero sin dudarlo y con ayuda de un bote de lubricante que tenía para mi dildo, me la metió. Debo reconocer que aquel pollon por mi culo me dejó bastante dolida pero fue un gusto genial, sobre todo cuando me pidió como un autentico cerdo, quitarse el condón para correrse dentro de mi culo y rellenarme. Así lo hizo rellenandome el culo como una zorra. Quedamos abrazados y dormidos. Esto ocurrió durante toda la semana que Fernando estuvo fuera, Juan me folló como si una puta se tratase.

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