Mi hijo en su cuarto, su amigo dándome I.

Mientras mi hijo está hablando con su novia en su cuarto, su amigo me atiende en la cocina.

Mi hijo tiene un amigo desde la secundaria que se llama Yaha; la verdad no me gusta mucho como amigo de mi hijo, porque es desmadroso e irresponsable, ya ni siquiera estudia, pero con el paso del tiempo se hicieron muy cercanos, así que ya no me queda mas que hacerme a la idea. Desde que eran amigos de la secu, me di cuenta de que Yaha era algo precoz, sentía cómo su mirada se clavaba en mis nalgas o en mis tetas; más de una vez llegué a darme cuenta cómo se agarraba el paquete mientras me veía. Incluso en algunas ocasiones después de que él viniera a la casa desaparecía ropa íntima mía; ya se imaginarán por qué.

Ya en tercero de prepa comenzó a ser más evidente o descarado su deseo por mi, incluso me tocaba accidentalmente, sobre todo mi trasero. Finalmente, a pocas semanas de acabar la prepa tuvieron una pequeña borrachera en mi casa y aprovecharon que yo también bebí de más para manosearme; pocos días después Yaha vino a mi casa mientras mi hijo estaba en la escuela y me sedujo. Desde entonces, a veces me coge. Esta es una de esas ocasiones.

Yaha vino a pasar la tarde con mi hijo para ver películas o jugar videojugos, entonces a media tarde estaba yo trabajando en mi computadora en la barra de la cocina cuando bajó Yaha, se puso atrás de mi –yo estaba inclinada, no sentada en alguno de los banquitos- oí cómo se sirvió agua; sentí su mirada en mi trasero y después sentí su paquete en mis nalgas, me enderecé, pero él me aprisionó contra la barra embarrándome su paquete aún más en mis nalgas y cómo él traía pants, la sentía delicioso.

Yo – No, Yaha, qué haces?

Yaha – Me tienes muy caliente…te ves bien rica con esos leggins…nomás te vi y se me puso dura…-me susurró al oído, eso me pone muy hot-.

Yo – Me vas a calentar, Yaha…puedo bajar Toño.

Yaha – No va a bajar, se puso a hablar con su vieja –empezó a manosearme las tetas sobre mi blusa- y le dije que iba a la tienda…así que no hay pedo.

Yo – Pero puedo bajar, además tengo que trabajar.

Yaha – Es que te ves buenísima con estas madres…se te ven unas nalgas deliciosas…me calentaste súper cabrón mientras lavabas los trastes.

Yo – Sí, sentí tu mirada lujuriosa.

Yaha – Ah, sí? Y te calentaste?

Yo – Ay, pues claro…

Yaha – Y qué te calentó? Qué pensaste?

Yo – Me imaginé que me cogías así como estaba.

Yaha – Entonces te voy a coger así –me bajó los leggings y mi panty apenas debajo de mis nalgas-.

Yo – No, espérate, Yaha! –me tocó la conchita y ya estaba súper mojada- Toño...

Yaha – No baja, además estás igual de caliente que yo…ya ves? Tienes la panochita bien mojada…escurre…llevas rato con ganas, verdad?

Yo – No, Yaha, me estás calentando mucho, espérate –me masturbó mojando toda mi conchita con mis propios jugos- ay, cabrón!

Yaha – Mira cómo me tienes –sentí su verga directamente en mis nalgas, la movía entre mis cachetes traseros, yo llevé mi mano hacia atrás y le agarré la verga- pinches nalgotas que te cargas.

Yo – Mmm…está bien dura…qué rico…

Yaha – Qué rico me la jalas –me levantó la blusa, me bajo el brassiere y me agarró las tetas, me pellizcó los pezones- estás bien buena, Ingrid…-me susurró mientras me quitaba la mano de su verga, me abrió las piernas y acomodó su fierro en la entrada de mi conchita; yo estaba súper hot, moría porque me la metiera, pero también me daban nervios de que bajara mi hijo o que nos escuchara-.

Yo – Nos puede oír, no…-me la metió- Ah!

Yaha – No te preocupes, no va a bajar…además Toño ya sabe que eres bien cogelona –empezó a bombearme, sentía bien rico cómo me metía y me sacaba su rica, dura y larga verga; la verdad yo estaba súper hot por la situación y por lo que me decía- qué ganas tenía de metértela! No mames te ves súper rica con estas madres!! Se te ve un culo delicioso…y cómo se te marca la panochita, Ingrid!

Yo – En serio? Se ve mucho?

Yaha – Un chingo…como para devorarte la papayita –yo me incliné sobre la barra dejando mi culo en pompa para que me entrara más su verga y viera mejor mi culo que tanto le gusta al amigo de mi hijo-.

Yo – Ay, qué rico me coges, Yaha!

Yaha – Ay, no mames, qué pinche culote tienes! –aceleró sus embestidas-.

Yo – Es para ti, Yaha…mmmmmmmm…qué rica verga tienes!

Yaha – Es para mi? Es para mi este culo, perra?

Yo – Sí, Yaha…cógeme…métemela cuando quieras…apúrate, no vaya a bajar Toño.

Yaha – Eres mi perra? Mi puta?

Yo – Sí, papi…soy tu putita…vente, Yaha…échamelos –le apreté la verga con mi conchita-.

Yaha – Los quieres, putita?

Yo – Sí, papi…quiero tu lechita…ándale…échamelos!

Yaha – Te gusta cómo te la meto?

Yo – Sí, papi, me coges delicioso…vente, Yaha, vente!

Yaha – Tienes un culote riquísimo!

Yo – Vente…échamelos…dame tu lechita!

Yaha – Está delicioso!

Yo - Es tuyo, papi…hazle lo que quieras!

Yaha – No voy a dejar de metértela! Eres mi perrita, Ingrid!

Yo – Ay, sí, Yaha…me encanta tu verga! Qué rico me la metes! Ya…vente, papi…

Yaha – Me voy a venir, perra…me voy a venir…

Yo – Sí, papi…vente…dámelos…quiero que me escurran…-en ese momento me la sacó y se vino en mis nalgas llenándomelas de su caliente semen; después me embarró su lechita con su verga en mis nalgas y en mi conchita, ya para acabar me la metió unas cuantas veces.

Yaha – Te gustó, perra? –es curioso, no creo que le permitiría a un hombre de más edad decirme así, pero con él me excitó-.

Yo – Sí, papi…eres un cabrón, Yaha…-me la sacó y empezamos a acomodarnos la ropa-mi hijo arriba y tú cogiéndome –me agarró de las nalgas y me jaló hacia él-.

Yaha – Con este culo…y siendo tú tan calientavergas –me besó-.

Yo – Me vas a calentar otra vez…

Yaha – Luego te doy más verga, putita…si quieres al rato que nos vayamos a la fiesta ,e regreso y te doy un revolcón.

Yo – Vas a dejar ir a mi hijo solito a la fiesta?

Yaha – Se la va a pasar con su vieja de seguro.

Yo – Y no prefieres irte de fiesta con tus putiamigas?

Yaha – Luego…además esta puta está más rica y sí sabe coger.

Yo – Mmmmm…qué rico…aquí te espero entonces –me apretó las nalgas-.

Yaha – Vístete sexy –me susurró-.

En efecto esa noche, me visitó.