Mi hijo
Mi hijo con 45 años vuelve a casa temporalmente, y descubro de nuevo el sexo
Mi hijo
Leyendo relatos eróticos, me decido a relatarles lo que me ocurrió no hace mucho tiempo.
En la actualidad cumplo 67 años en Junio, y soy viuda desde los 58, me llamo Laura y vivo en un pueblo llamado grande del norte de España.
Me case siendo muy joven, todavía no había cumplido los 19 años, Juan mi marido de un pueblo cercano tenia 34, y se dedicaba al transporte, estaba a veces asta una semana fuera de casa.
Éramos muy fogosos, cuando estaba en casa la verdad es que follábamos como locos, antes de cumplir los 20 años ya tuve a mi hijo Pablo.
Juan me llevaba 15 años y digan lo que digan son muchos años de diferencia en una pareja, al principio bien pero según pasan los años se nota verdaderamente mucho.
Juan en uno de sus viajes a Europa en Francia compro un consolador que cuando me lo enseñó me quede de una pieza.
¿Pero donde vas con ese pedazo de aparato?
Era un consolador enorme, medía 30 centímetros de largo y su circunferencia unos 18, realmente era enorme.
¡ Vale para lo mucho y para lo poco, según gustos . Me contestó riendo.
Empezamos a utilizar el consolador, ya que Juan ya no mantenía el pene erecto mucho tiempo.
Y con el paso del tiempo, ayudados de lubricante vaginal, llegamos a meter todo el consolador, me hacia daño pero ya no sabia si era mas el placer o el daño.
Nuestro hijo con 22 años ya estaba trabajando en el banco en un pueblo cercano, a los pocos años se caso con una compañera, que ciertamente nunca me gustó, y no se por que, no tuvieron hijos.
Con 58 años me quedé viuda, y pasé unos meses realmente mal, pero como digo yo la vida sigue, económicamente no tengo problemas, solo me afecta la soledad.
Dejé de tener sexo radicalmente, a los tres meses tuve que ir a la médica, ya que tenía una sequedad vaginal que me dolía bastante.
Me recetó una crema vaginal, que cuando me acostaba me lavaba y me daba la crema.
Yo siempre desde niña me acostaba solo con el camisón, una costumbre de siempre.
Al acostarme me desnudo y en el vide me lavo la vagina, me pongo el camisón y me voy a la cama, pongo una toalla y me subo el camisón y me doy la crema.
Al poco de empezar a darme la crema, empecé a sentir excitación, así que me acariciaba bien la vagina, y no tardando mucho tiempo empecé a utilizar el consolador que había traído Juan hacia tiempo.
Total que a los seis meses del fallecimiento de Juan, ya tenía nuevamente grandes orgasmos, el consolador era tremendo, y sobre manera muy callado.
Un día en una visita de mi hijo, me contó que su mujer Marta se había liado con un chico, y que se separaron, en espera del divorcio, fue un gran disgusto, lloré abrazada a mi hijo.
Mi hijo me visitaba a menudo, y en una de sus visitas me dijo que el Banco abría una sucursal en el pueblo, que igual lo mandaban a ponerla en marcha, cosa que me alegro muchísimo.
Así que yo a punto de hacer 65 años, y mi hijo 45 se vino al pueblo una temporada a poner en marcha la sucursal.
Para mi fue una alegría enorme, volvía a tener a mi hijo en casa, le preparaba la cena la ropa, estaba loca de contenta.
Los sábados solía salir con sus amigos, y llegaba bastante tarde, yo siempre lo sentía llegar,
Alguna vez cargado, pero me levantaba a ver si necesitaba algo y me decía-
¡Tranquila mama que me arreglo yo.
Se metía en su habitación y yo me iba para la mía.
Un sábado como todas las noches me di la crema y una buena sección de consolador, me corrí de lo lindo, y me quedé boca arriba descansando, ya eran las 2 de la mañana, cuando sentí entrar a mi hijo, sentí que le costó trabajo abrir la puerta y que se dio un golpe al entrar, me levante puse el camisón para abajo, y salí al pasillo, todavía tenía la vagina chorreando.
Veo a mi hijo apoyado en la puerta de su habitación, y le cogí un brazo y se lo puse sobre mi hombro y la otra mano por su cintura y nos encaminamos a la cama, donde lo senté y procedí a quitarle la camisa, el me abrazaba así que me costó quitársela, en el forcejeo una vez me caí en la cama sobre él, y no me soltaba abrazándome, me libre de él y le quité los zapatos los calcetines y los pantalones, al tirar de los pantalones también se le bajo el slip
Y quedó su pene al aire, estaba empalmado de lo lindo, creo que por los abrazos y forcejeo
Le subí el slip pero no tapaba su pene, era un aparato considerable.
Me abrazó, y de nuevo nos caímos los dos en la cama, yo intentaba soltarme de él pero él me abrazaba de lo lindo, nos dimos unos revolcones y quedó sobre mi, yo tenia las piernas abiertas y el camisón en la cintura, podía sentir perfectamente aquel pedazo de polla rozando mi coño.
En un movimiento me enterró aquel pedazo de polla en mi coño, no podía o no quería moverme, así que empezó a bombear, estuvo bombeando un buen rato, asta que se corrió como un loco, me arrollaba el semen por los muslos, podía sentir como se salía de mi coño,
ni se las veces que me corrí, tardé un buen rato en poder moverme e ir al vide a lavarme.
Desde entonces los sábados lo estoy esperando como una verdadera puta, así llevamos unos meses, nunca tuvimos una palabra de esto, solo follamos los sábados como locos y ni una palabra.
Temo que llegue la fecha de que se vuelva a ir.