Mi hijo (02)
Aún sin poderselo creer la relación con su adolescente hijo sigue.
Después de la gran follada en la ducha, me quede atónita pues no me podía creer que lo hubiera hecho con mi propio hijo, aunque al mismo tiempo tampoco me podía arrepentir demasiado, pues la gozada había sido tal que mis pensamientos se debatían entre el sentimiento de culpa, lo que debería estar pensando mi hijo y las irrefrenables ganas de repetir. Él se puso de pie y yo lo observe desde el suelo, su cuerpo joven, mojado y su fabuloso pene fláccido pero conservando su importante tamaño, la visión que se me ofrecía ya me estaba excitando de nuevo, me levante y le dije:
Que piensas?, No te ha gustado?
No es eso, contesto, es que estoy confuso, eres mi madre y a pesar de que en mas de una ocasión té observado en secreto jamás pensé que llegaríamos a esto.
Así que me espiabas?
Si la verdad es que si, cuando té desnudas en tu cuarto y dejas la puerta entreabierta yo miro desde el pasillo, y te he de confesar que siempre me has gustado y que en mas de una ocasión me he hecho una paja a tu salud.
Yo estaba incrédula escuchando lo que me decía y le pregunté:
Has estado con muchas chicas?
No , solo he jugado y toqueteado alguna amiga, pero tu me has desvirgado. Me acerque a él y empujándolo lo estire en la cama, yo hice lo mismo y me eché a su lado mientras le acariciaba el pelo empecé a darle besitos en su cara diciéndole:
Te quiero tanto hijo, creo que lo que ha pasado es únicamente consecuencia del gran amor que té profeso, piensa que eres lo único que tengo de verdad en mi vida.
Seguí besando su cara , el paso su brazo por detrás de mi cuello abrazándome, mis besos y caricias se fueron desviando hacia abajo por su torso aún húmedo, mis besos cada vez eran más fuertes y al llegar su barriga me di cuenta de que la fláccida polla de mi hijo ya había cambiado de forma y estaba tiesa como un palo desafiante, vaya capacidad de recuperación tienen los jóvenes, pensé y claro con aquel hermoso falo delante de mi no me quedo mas remedio que empezar a pasar mi lengua desde el glande hasta los huevos, éstos eran de un tamaño normal , pero la textura de la joven piel y la ausencia casi total de bello hacían que su tacto fuera completamente diferente, mi hijo jadeaba cada vez con mas fuerza, yo estaba de rodillas con mis piernas abiertas, el culo en dirección a él y sus dedos jugueteaban entrando y saliendo de mi coño , ahora uno, después dos y hasta tres me metía con sumo cuidado, mi sexo estaba chorreante y yo a punto de tener otro orgasmo, movía mi culo como una zorra en celo mientras me metía la polla de mi hijo hasta el fondo de mi garganta, de golpe se hoyo :
Para no sigas.
Pare y le dije:
No me digas que estas a punto otra vez?
Si claro mama que te piensas con tu espléndido culo delante y tú que cada vez que noto tu lengua en mi glande me parece que me voy a morir de gusto.
No me lo puedo creer cielo, no me creo que yo a mis cuarenta años te excite tanto.
A no? Pues a ti también parece que te gusta .
Si conteste, la verdad es acabo de tener un orgasmo de lo mas divertido con tus dedos mi rajita.
Pues yo no me corro por que me aguanto.
No me lo creo.
No te lo crees?, metela en tu boca mami.
La tome en mi mano, mire a mi hijo a los ojos y me la trague hasta el fondo, la introduje lentamente si dejar de mirar su cara y cuando estuvo completamente dentro de mi boca él cerró los ojos y tiro la cabeza atrás , yo empecé muy despacio a sacármela mientras mi mano apretaba sus huevos y cuando pasando mi lengua por su glande estaba a punto de sacarla completamente de la boca se oyó un.
Diosssssssssss...... me corrooooo..............
Y su polla empezó dejar ir unos chorros de caliente leche en mi boca, la cantidad era bestial y yo con una excitación inexplicable me apresure antes de acabara la larga y soberbia corrida de mi hijo y le clavé mi coño en su cara y mientras gritaba él y yo de placer me succiono de tal forma mi sexo que pegue un grito al tiempo que me corría en la cara de mi hijo con una cantidad de líquidos que no acababan nunca, debe de ser de familia pues después de todo la polla de mi hijo seguía soltando chorros de leche sobre mi cara , ya que no me daba tiempo de tragarla toda. La verdad es que era alucinante. Yo estaba completamente estirada sobre su pecho mientras lamía la verga de mi hijo para no dejar ni una gota de su sabroso liquido, él hacia lo mismo con mi coñito, dios no lo podía creer su lengua me ponía a cien y eso que lo hacia suavemente, a mí casi me daba vergüenza que el viera como irremediablemente mi cuerpo se excitaba sin dar un segundo de descanso, la química que había entre los dos supongo que solo se podía explicar por llevar la misma sangre, mi cabeza sobre su vientre, mis ojos cerrados, totalmente concentrada en sentir como milímetro a milímetro la hábil lengua de mi querido, joven y por lo visto experto amante, recorría hasta el último rincón de mi excitado sexo, pasaba de mordisquearme el clítoris a pasarme la lengua por mis labios, metiendola hasta dentro para recoger mis jugos y arrastrarlos hasta mi ano que acariciándolo con un dedo lo mantenía dilatado para meter su lengua todo lo que podía, yo estaba en las nubes, sin poderme creer que llevásemos como dos horas haciendo el amor sin parar y aún siguiésemos como si fuera la primera, además yo jamás me había dejado tocar mi agujero trasero y el cabrito de mi hijo estaba haciendo con el lo que quería pues sus hábiles deditos se colaban una y otra vez en mi virgen culito y yo vencida sin remedio me sentía una esclava que sin esfuerzo se dejaba hacer de todo sin rechistar, pero al tiempo me sentía una diosa capaz de despertar a mis cuarenta años una excitación brutal en un joven guapísimo entregado en ese momento a mi completo placer, abrí los ojos y allí estaba la polla de mi hijo tiesa como si no se hubiera corrido nunca, ( y ya iban tres veces), pase mi lengua por su glande, pero el en ese momento se levanto y me puso delante suyo a cuatro patas con mi potente culo en pompa y siguió su trabajo de lengua y dedos hasta que mis jadeos se convirtieron en gritos de placer, los dedos de mi hijo entraban y salían de mi culo a placer, y para placer el mío que a pesar del escozor y del miedo al daño que me pudiese hacer mis orgasmos se sucedían sin parar, eran diferentes de los que había tenido siempre, no eran tan intensos pero sin embargo eran mas largos, sumida en el goce del momento, apretando y arrugando las sabanas con mis manos y mordiendo una almohada para no chillar y despertar a medio hotel, note como el la punta del enorme aparato de mi hijo apuntaba la entrada de mi culo, lo que llevaba rato temiendo y esperando estaba a punto de suceder, sudada y temblorosa espere la embestida del macho, y la embestida llegó arrancándome un apagado grito de dolor, con sus manos asidas a mis caderas clavo su polla en mi virgen culo y se quedo quieto, yo destrozada y casi saltándome las lagrimas, ni pestañeaba, él al darse cuenta de mi dolor empezó a sacarla muy despacio, la sensación que tenia en ese momento era inexplicable, notar como toda aquella carne estaba dentro de mi culo aparte del dolor me producía placer, así que justo antes de que mi hijo la acabase de sacar del todo yo empuje con fuerza mi culo hacia atrás volviéndola clavar hasta el fondo, empezo entonces un tranquilo y acompasado entrar y salir de los 22 cm, de pene y el dolor dejo paso al placer y los orgasmos suaves y largos que me producían sus dedos dejaron paso a unos largos pero salvajes y mis gritos apagados por la almohada se convirtieron en unas ordenes concisas.
Follame así, no pares, párteme en dos, revienta mi culo, reviéntalo, mas fuerte, mas fuerte, mas, pégame..............
Y mi hijo cambiando el ritmo empezo como una ametralladora a darme unas rápidas y fuertes embestidas al tiempo que me pegaba en cachetes en mis nalgas. Y empezó a decir:
Te gusta así, so guarra, perra , quieres mas puta, pues tomala toda .
Yo me sentía morir de placer, Sus insultos me excitaban aún mas si cabe, y me sentía como una zorra en celo, un esclava y una viciosa.
Si , si, si, así so cabron revienta de una vez.
Y gritando como un poseso empezo a correrse dentro de mí culo, yo notaba como el caliente semen inundaba mi ano por completo y notaba como se salía por fuera chorreando por mis piernas. La sacó y mi ano estaba completamente dilatado y escocido , mis nalgas rojas de los golpes que me había dado, entonces se agacho y acariciándome suavemente empezo a lamer mi dolorido culo, introduciendo su lengua y haciendo círculos siguiendo mi esfínter y todo esto a pesar que de dentro seguía saliendo el semen de su propia corrida.