Mi hijastra Alin, la vigen mancillada
Alin es mi hijastra, una chiquilla capaz de despertar las pasiones mas bajas en cualquier hombre en este caso las mias.
Alin, la virgen mancillada.
Hace unos meses me divorcie de mi mujer quien ya tenia una hija cuando la conocí .
Esa niña era una preciosura de ojos cafés, cabello castaño, piel tostada, poseedora un cuerpo pubescente aun en desarrollo pero con unos pechos bien formados a pesar de su corta edad, piernas largas, un culo precioso, piel de seda y una cara angelical.
Después de estar casados dos años nos separamos, pero la obsesión que sentía por Alin volvía loco, incapaz de establecer relaciones con ninguna mujer que no fuera ella en mis fantasías, esa mujercita era capaz de llevarme al borde de la locura, con tan solo una mirada hacia estallar mi miembro viril en una llamarada de pasión.
Hice todo lo que estuvo a mi alcance para olvidarla pero todos mis intentos resultaron fallidos, mi obsesión por Alin estaba consumiendo mi vida, así que decidí hacerla mía al precio que fuera, comencé seguirla, a espiarla, la esperaba a la salida del colegio solo par deleitarme viéndola con su uniforme de colegiala, esperaba en mi automóvil aparcado al otro lado de la acera teniendo cuidado de estar lejos de las miradas curiosas, reclinaba el asiento y comenzaba a masturbarme, después regresaba a casa frustrado por haber perdido una oportunidad mas.
Hasta que un día me arme de valor y decidí ir a buscarla al colegio,
Era un miércoles por la tarde, era un día caluroso llegue antes de que saliera y la espere en al automóvil, estaba ansioso de verla, de tocarla, al fin después de 15 largos minutos, una eternidad para un hombre enamorado, la vi salir; su piel resplandecía bajo el sol estival
llevaba el cabello suelto, la mochila al hombro, la vi correr detrás de sus amigas para comparar un helado y finalmente despedirse de ellas e iniciar su camino a casa,.
Arranque el automóvil, y avance lentamente hasta toparme con ella, como si haberla encontrado ahí hubiera sido una mera casualidad, la salude como de costumbre, me ofrecí a llevarla, al principio se negó pero el calor seguía aumentando y al fin decidió que seria mejor que la llevara a casa.
Todos mis deseos estaban apunto de volverse realidad, aquella chiquilla haría mis mas oscuras fantasías realidad; charlamos de cómo había sido su día en la escuela de sus amigos, en fin puras banalidades. El deseo me consumía, y al fin me deje llevar por mis pasiones, comencé a acariciar su rodilla, ella no dijo una sola palabra, mi mano siguió su curso abriéndose paso entre su falda y sus piernas de seda, mi mano siguió subiendo, y ella seguía callando, al fin llego hasta su entrepierna, ella suspiro, se veía un poco asustada, yo, yo no podía contenerme quería hacerla mía ahí en ese momento, pero logre controlar mis impulsos y comencé a acariciar su vulva por encima de la pantaleta,
suavemente, subiendo y bajando mi mano recorriendo lentamente su anatomía, a ratos interrumpía el recorrido pues me era un tanto difícil manejar al mismo tiempo que disfrutaba del cuerpo virginal de Alin.
Al fin después de un rato un par de lagrimas corrieron por sus mejillas y comenzó a sollozar, pidiéndome entre suspiros que la llevara a casa, que la dejara ir, que mama jamás se enteraría pero que no le hiciera daño, ella sabia que el rumbo que habíamos tomado no era el correcto, que la estaba secuestrando, sabia que en unos momentos la haría mía, estaba aterrada, sus sollozos se convirtieron en llanto y gritos de desesperación, comenzó a golpearme y a intentar abrir la puerta de el automóvil pero para su desgracia solo se abría por fuera, estaba fuera de control , antes de doblar a la izquierda para tomar la avenida que nos llevaría directo a mi casa tuve que detenerme , la abofetee con tal fuerza que quedo aturdida unos momentos, y advirtiéndole que no saldría de esto si se negaba a hacer lo que iba a pedirle, la jale por los cabellos, y le plante un beso apasionado, ella parecía estar asqueada, y así seguimos hasta llegar a nuestro destino, aparque el automóvil frente a mi casa, salí no sin antes advertirle lo que pasaría si llamaba la atención de
algún vecino, pero por suerte no había ninguno en esos momentos. La deje salir y tranquilamente entremos a la casa.
Cerré la puerta detrás de mi y me asegure de ponerle llave, ella intento correr escaleras arriba pero yo la tome de los pelos y la golpee de nuevo, -Alin no escaparas tan fácilmente de mi, no después de los calentones que me has puesto, desgraciada.-
La lleve hacia la sala y la lance al sofá, al caer sus piernas se abrieron y pude ver su pantaleta humedecida, ahora si ya no aguantaba mas, me arrodille frente a ella y hundí mi rostro entre sus piernas, tenia que sentir su olor, su calor, violentamente le quite las pantaletas, separe bien sus piernas castañas y comencé a pasar mi lengua por sus labios, de arriba abajo. Ella seguía llorando pero no ponía mucha resistencia, solo intentaba cerrar las piernas y alejarme pero una mirada basto para que desistiera en sus intentos de detenerme, después de otra advertencia continué con mi labor separando sus labios con una mano, y con la otra acariciaba sus pechos juveniles, comencé a pasar la lengua por su clítoris, que comenzaba a hincharse, aunque ella negara sentir placer su cuerpo demostraba lo contrario, seguí así hasta hundir mi lengua en su vagina después de un rato ella apretó sus piernas y soltó un suspiro, entre lagrimas y sollozos tuvo su primer orgasmo.
Para ese entonces yo estaba extasiado, me quite rápidamente el pantalón me quite el calzoncillo y deje mi miembro viril al descubierto, esta vez ella intento levantarse pero la senté de un golpe, me puse de rodillas en el sillón , acercando así mi pene a su boca, intento alejarme y la golpee de nuevo, le hice abrir su boca angelical e introduje mi pene, ella comenzó a succionarlo torpemente al principio, después con maestría lo recorría de arriba abajo, mirándome con sus ojos empañados en busca de mi compasión, siguió succionando, saque mi pene, me levante, le arranque bruscamente la ropa que le quedaba, la recosté, en el sofá, ella comenzó a rogarme a suplicarme que la dejara ir que nadie se enteraría, e ignorando sus plegarias me coloque entre sus piernas, apunte mi pene a su vagina y lo metí de un solo golpe, se sentía tan apretado que tuve que esperar unos momentos a que se ajustara al tamaño de mi pene, ella grito, me golpeo un par de veces pero yo estaba muy ocupado, primero comencé bombeando lentamente después me volví un animal, bombeando tan fuerte , que comenzó sangrar, seguí con el mete y saca besando sus labios carmín, apretando sus pechos hasta enrojecerlos, mordiéndolos, gozando de su desnudez pues en esos momentos era mía, mordía sus pezones tan fuere que comenzaron a sangrar sin que yo me diera cuenta, seguí así hasta saciar mis deseos para al fin vaciar mi semen en su cálido interior.
Cuando todo hubo terminado, le saque los zapatos y le quite las medias, amarre sus manos y piernas por detrás de la espalda para que no pudiera huir de mi, le metí sus pantaletas rosadas en la boca para silenciar sus lloriqueos y la deje ahí tendida en el sillón cual objeto.
Fui a la cocina, me prepare un refrigerio y salí al jardín para alimentar a Terry mi pastor alemán, al salir deje la puerta abierta y el entro a la cocina, siguió hasta la sala , encontrándose a Alin tumbada en el sofá , entre su sangre y mi semen, bañada en sudor, embotada por el calor y el dolor que debía sentir después de aquella sesión.
Al verla comenzó a subir sus patas en el sofá para olfatear su cuerpo y lamer su rostro ensangrentado, yo observando desde la cocina, note su nerviosismo y ansiedad por alcanzar las partes mas dulces de Alin, y en ese momento tuve una idea maravillosa.... continuara
Espero que les haya gustado mi relato. Dejen su comentarios, lo apreciaría mucho. GraciasJ .