Mi hija, la muy puta (2: Final de la historia)

Si habeis leido la primera parte ya podeis imaginar lo que va a pasar en esta segunda.

Despues de haber observado como mi hija se prostituia pase varios días torturado, torturado por que no sabia como debia hablarle para convencerla que tenia que dejar aquel mundo en el que se habia metido, torturado por que cada vez que la tenia frente a mí no podia dejar de imaginarla chupando polla o follando como la habia visto durante fiesta, lo peor es que no era la polla de otro la que imaginaba entrando y saliendo de su boca y su coño, era la mía.

Apenas podia estar cerca de ella y mucho más difícil era hablarle, cada vez que estabamos cerca o hablábamos tenia que colocarme de forma que se disimulase mí erección.

Para tratar de acallar mi deseo por el cuerpo de Paula comence a follar mucho más a menudo con mí mujer, de hacerlo dos o tres veces por semana pase a hacerlo todos los dias, como de recien casados. Mi mujer algo extrañada me pregunto a que venia aquel arrebato de pasión repentina, desde luego no le podia decir que cuando lo haciamos yo imaginaba que era a mi hija a la que penetraba, ni siquiera recuerdo cual fue mi contestación, cualquier cursilada que la dejase tranquila, por suerte elle estaba encantada con aquel repentino aumento de nuestra actividad sexual. Pero a pesar de hacerlo todos los días con Beatriz estar sentado cerca de Paula me provocaba erecciones.

Ya comenzaba a hacer días calurosos, cada año Paula y yo eramos los primeros en usar la piscina de casa, ella ya llevaba cuatro o cinco días bañándose todos los días, casi siempre me decia si me bañaria con ella, yo tenia que buscar cualquier excusa para negarme, ¡Joder! Solo verla me provocaba erecciones asi que imaginar lo que era verla en bikini. Yo solia subir a mi habitación y mirarla desde la ventana mientras ella nadaba y elegia los momentos en que ella no estaba en casa para darme algún chapuzón, claro que si por casualidad ella llegaba de improviso y me sorprendia en la piscina le ponia cualquier excusa para salirme y desaparecer antes de que ella dijese que se venia a bañar conmigo. Por supuesto Paula se dio cuenta de que algo me pasaba, antes habiamos estado muy unidos y compartiamos muchos ratos a solas, eso se habia acabado desde el día de la fiesta, y yo tambien lo echaba de menos, hubiese querido poder olvidar todo lo que ví aquella noche y que todo fuese como antes.

Tres semanas después de la fiesta, era sabado y yo no trabajaba. Me habia levantado tarde, mientras desayunaba Beatriz me dijo que se iba a visitar a su hermana y que Paula habia salido a correr y no tardaria en volver, al oir esto estuve a punto de decirle a Beatriz que esperase un poco y me cambiaria para ir con ella, no sé por que no lo hice.

Cuando pasado un rato Paula llego se acerco y me dio un beso, como siempre solia hacer, estaba divina, llevaba un pantalón estilo ciclista y un top de color rosa que le oprimia los pechos, su cuerpo brillaba por el sudor después del ejercicio, me pregunto que donde estaba su madre, le dije que se habia ido a ver a su tía, entonces dijo que se iba a duchar.

Algo estallo dentro de mí mientras la veia alejarse hacia la escalera, rapidamente me dirigi al mueble bar, me servi medio vaso de whisky, de un trago me lo tome, me servi otro medio vaso y me dirigi a la habitación de Paula, me sente en la cama a esperar mientras oia el agua de la ducha tras la puerta del baño. Me decia a mi mismo, mientras seguia dándole largos tragos al whisky, que hablaria con ella, que ya era hora, le explicaria que sabia cual era su vida secreta y que debia dejar de hacer aquello y después de eso todo volveria a la normalidad.

Se paro el ruido del agua, ya casi habia apurado el vaso, de un trago me tome el resto, tal vez buscando en el alcohol la decisión para hablar con Paula, la verdad es que tenia ganas de salir de alli corriendo.

Se abrio la puerta del baño y Paula salio envuelta en una toalla, llavaba el pelo mojado, estaba más sugerente que desnuda.

-¡Que susto, papa! ¿Qué haces aquí?

-Sientate Paula, tenemos que hablar.

-Vale, ¿Porqué no me esperas en el salón? me visto y bajo.

-No, hablaremos ahora mismo.

-¿Qué te pasa papa? Llevas un par de semanas rehuyéndome y ahora de pronto no puedes esperar cinco minutos, que me vista para hablar conmigo.

-Ven, siéntate,

-¡Papa, estoy desnuda!

-No te preocupes por eso.

-¿Entonces por que me preocupo?

-Vamos Paula, no me lo hagas más difícil.

-¡Esperame en el salón!

-¡No! ¡Hablaremos ahora mismo!

Irritado por su negativa me levante, la agarre del brazo y tirando de ella con fuerza la eche sobre la cama, la violencia con que lo hice y lo endeble de la sujeción de la toalla hicieron que esta cayese al suelo dejando ante mí la visión de Paula completamente desnuda, ella trataba de taparse con sus manos.

Fue el momento en que perdi totalmente la cordura, me abalance sobre ella, la sujete por las rodillas, le separe las piernas y meti la cabeza entre sus muslos hasta alcanzar su coño con mi boca, en algún momento ella habia quitado la mano con la que lo tapaba, de modo que comenzo a lamerlo con fuerza, ella me empujaba tratando de apartarme a la vez que gritaba "No papa, no hagas eso, dejame" pero yo habia alcanzado hacia tiempo un punto de no retorno, deseaba el cuerpo de mi hija y me era imposible parar, además el chochito de Paula esteba sabroso como pocos y a pesar de que seguia diciendo "No papa, para ya" su coñito se estab humedeciendo rapidamente.

Paula seguia empujándome tratando de apartarme, pero no lo hacia con la fuerza del principio, además de vez en cuando entre sus continuos "Dejame" o "para ya" se le escapaba algún gemido de placer.

Continue metiendo mi lengua en su raja y sorbiendo su clítoris hasta que la lleve al orgasmo y me regalo el néctar de su placer, que saboree disfrutándolo. Mientras tanto me las habia arreglado para bajar mis pantalones hasta las rodillas, aproveche que Paula habia quedado derrotada después del orgasmo para colocarme entre sus piernas dispuesto a penetrarla, ella al darse cuenta de mis intenciones comenzo a resistirse de nuevo, diciéndome "No papa, por favor eso no" mientras me empujaba con brazos y piernas tratando de impedir que mi polla entrase en ella, no sé si fue que se dio cuenta de que era inútil resistirse o que ella tambien lo deseaba después del placer que le habia proporcionado con mi lengua, pero en cuanto la punta de mí polla toco los labios de su vagina abandono toda resistencia. Pude penetrarla recreándome en sentir como su vagina se acomodaba al grosor de mi pene y pese a la resistencia inicial Paula comenzo a gozar enseguida del polvo que le estaba echando, atrapo mi cintura con sus piernas y tiraba de mí haciendo que la penetrase totalmente y controlando al mismo tiempo la velocidad con que la follaba.

Se corrio dos veces antes de que mi leche inundase su coño. Me levante, coloque bien mis pantalones, mientras ella respiraba agitadamente sobre la cama, luego saque 200 Euros del bolsillo y los eche sobre la cama.

-¿Qué significa esto? (pregunto)

-Es a lo que dedicas parte de tu tiempo ¿no? A follar por dinero.

-¿Lo sabes?

-Si, lo descubri hace poco.

-De modo que tú eras el decimo hombre, el que no aparecio, en la fiesta del hotel Zar. Lo sospechaba.

-¿Lo sabias?

-No, tan solo lo sospechaba, yo sabia que aquella noche tambien tenias una fiesta, de vez en cuando alguno de los que estaban en la fiesta decian que a ver donde te habrias metido, pero lo que me hizo sospechar de verdad fue tu cambio de actitud conmigo después de ese día.

-¡Quiero que lo dejes!

-No lo voy a dejar de momento. Por cierto con 200 Euros no te llega ni para una mamada.

-¿Qué cobras por una mamada?

-500

-¿Y por follar?

-800, a los habituales se les hace precio especial y les sale por 700.

-¿Qué cobraste por la fiesta?

-1200, mil euros fijos y doscientos por cada media hora que pase de las dos horas.

-Bueno, a mí me haras descuento por ser de la familia.

-No sé papa, eso habria que haberlo acordado antes, además no has usado preservativo, lo que esta totalmente prohibido. (Al ver que habia puesto cara de preocupación dijo) Por eso no te preocupes, tomo anticonceptivos por si se rompiese algún condón, lo que nunca me ha pasado.

-Por que no quieres dejarlo, te dare el dinero que quieras, no necesitas venderte.

-No lo entiendes, no me vendo por dinero, me vendo por placer.

-No sé que es peor.

-A ver si me comprendes. Desde que perdi la virginidad a los dieciséis descubri que me encanta ser follada, lo hacia con cualquiera, bastaba que se me acercase un tío y me dijese que queria follar para que me fuese con él, soy ninfomana, un día, hace casi un año, una compañera de la universidad se me acerco, ella ya sabia como era yo, me propuso hacer lo que hacia todos los días, es decir dejar que cualquiera me follase, a cambio de 1000 Euros, por supuesto le dije que no, pero luego lo pense y me excite pensando en lo que seria follar con cualquier desconocido a cambio de dinero, la busque de nuevo y le dije que lo haria, ese día acudi a mi primera fiesta en plan profesional, luego fui a la agencia que se encargaba de organizar aquellas fiestas y me apunte. Desde que soy una profesional lo hago menos que antes de serlo.

-¿Lo haces menos?

-Sí, no sé porque, pero desde entonces solo de vez en cuando me acuesto con algún tío que me guste mucho, clientes aparte, claro.

-No sé que decirte.

-No hace falta que digas nada, de todos modos tengo decidido dejarlo como mucho a los veintidós, antes si encuentro al hombre de mi vida.

-¿Qué haces con el dinero?

-Bueno, una parte me la gasto en ropa y otros caprichos, el resto esta en el banco, tengo una cuenta con casi 40.000 Euros.

-Es mucho dinero para llevar menos de un año.

-Pues tan solo hago dos o tres servicios a la semana y una o dos fiestas al mes.

-Esta bien, vamos a guardar esto en secreto, que nunca se entere tu madre, no me gusta pero lo aceptare.

-Gracias papa. Por cierto, si otro día te apetece estas invitado.

Al oirla decir esto último mi polla se puso dura de nuevo, Paula se puso de rodillas sobre la cama, se acerco a mí, bajo de nuevo mi pantalón y me chupo la polla hasta que mis chorros se semen acabaron en su garganta, ni una sola gota escapo de sus labios.

Después de ese día mi relación con Paula volvio a ser la misma que antes de la fiesta, tan solo que de tanto en cuanto, cuando su madre no estaba en casa nos follabamos hasta acabar cansados. Pese a eso mi pasión por Beatriz no decayo en mucho tiempo y seguia haciendolo con ella todos los días y ya sin pensar en Paula mientras lo hacia.

Poco más de un año después Paula se echo novio, dejo la prostitución y la relación entre ella y yo volvio a ser la misma entre un padre y una hija.

FIN