Mi hija es una consentida

Cómo un padre se ve embaucado por su maliciosa hija.

Buenas, me llamo Manuel, tengo 42 años. Hace año y medio me divorcié de mi mujer por una cuestión de cuernos....ella me los puso a mí. Sí, yo soy de los hombres que no tiene ojos más que para su mujer, pero como mi mujer estaba de muy buen ver y ella nunca ha sido muy......como decirlo....de un solo hombre...pues pasó lo que mis amigos me decían que pasaría.

Tuvimos una hija, María, que ahora tiene 18 años recién cumplidos. La verdad es que María ha notado mucho los problemas entre mi mujer y yo y puede que éso haga que la hayamos malcriado a base de caprichos, tanto económicos como de forma de ser.

Yo puedo visitar a mi hija todos los días y viene conmigo un fin de semana sí y otro no. Mi hija hace mucho deporte, creo que se llama gimjazz o algo así, parecido al aeróbic pero saltando y botando más.

El caso es que el fin de semana pasado vino a casa, como últimamente hablando mucho por el móvil con sus amigas, pensando en salir y esas cosas que suele hacer. Cuando volvíamos del aeropuerto tuvimos una bronca muy gorda por una fiesta a la que quería ir a la que me negué de rotundo (había oído algo malo en la radio del organizador), y la castigué con que no saliera de casa esa noche.

Estuvo todo el día sin hablarme ni salir de la habitación. Le hice la comida y no quiso salir a comer, le dejé la bandeja de comida en la puerta y cuando me eché para tumbarme la siesta la cogió rápidamente. Cuando me levanté de la siesta recogí lo que dejó en la puerta, sus platos y cubiertos después de haber comido y había tenido la desfachatez de dejarme su ropa para que la lavara. Pero bueno, ya se sabe, un padre es un padre, así que lo llevé todo a la cocina, fregué los cacharros y cuando puse la lavadora con su ropa me fijé en su ropa interior. Nunca me había detenido a pensar que mi hija ya no era una niña sino una mujer, que por cierto vestía muuuuuy sexy. La lencería era negra y roja, con bordados y no llevaba braguitas sino tangas, pero lo que es la mínima expresión de tela!!! Y los triangulitos de la parte frontal eran semitransparentes!!!! Nada más ver ésa ropa mi cerebro comenzó a recalentarse y mi pene empezó a indicar "hacia las indias".

Ya por la noche, estaba viendo la televisión con una cerveza en la mano y me di cuenta de que mi hija había abierto su habitación. Pensé "ahora es buen momento para que hable con ella y la explique que hay cosas que no se deben hacer y me tendrá que entender".

Efectivamente entré en su habitación llamándola..."María...", "María....", pero vi que el cuarto de baño estaba encendido y entreabierto, con lo que, sin entrar, le dije desde el quicio de la puerta...."María..¿estás ahí?, ¿puedo pasar?"

-Sí papá, pasa pasa.

Al entrar me la encontré desnuda en la bañera a punto de ducharse. No pude dejar de mirar su cuerpo, las medidas serían unos 85-58-90, mi hija mide 1.66, así que ya podéis imaginar qué monumento....era todo turgencia. Tenía el sexo rasurado, sólo una pequeña línea de pelo por encima de la raja de unos 3 cms de largo. Los pezones los tenía duros, digo yo que del fresquito que había en el cuarto de baño, el pelo suelto, castaño y largo y su cara!!! Siempre ha sido guapa pero ahora parecía otra mujer!

-Ehh...perdona hija te ibas a duchar, mejor me voy...-así le doy tiempo a mi poya a bajar, pensaba yo.

-No papá, no pasa nada, estoy acostumbrada a ducharme así delante de mamá.

-Ya hija...pero tu madre es una mujer.

-Ah, lo dices porque tú eres un hombre, no te preocupes...no eres el primero que me ve ducharme.

¡Menuda lengua tiene mi hija, pero ahora no pensaba en lo que estaba diciendo, sinceramente, pensaba en que mi hija ya no era mi hija, era una jovencita en mi ducha!

-Bueno hija....lo que quiero decirte....es que....-abrió la ducha y comenzó a mojarse lentamente. Paseó el agua con sus manos por todo su cuerpo y, lo que hizo que mi mástil se pusiera aún más duro fue que, hizo especial hincapié en sus senos mirándome a la cara.-....que no puedes..........que no puedes ir a esa fiesta, hija tienes que.....tienes que comprenderlo.

-Mmmm, papá.....¿me enjabonarás la espalda por favor?

Nunca me había pedido ninguna mujer que la enjabonara con tantísima sensualidad como lo estaba haciendo mi hija. Yo ya no sabía si yo era un pervertido y mi hija me estaba manipulando a su merced con su cuerpo y sus formas de hacer.

-Bueno....ehhhhh....no hay problema...

Cuando tomé la esponja, muy cerca suyo me dijo.

-Pero papá.....mejor desnúdate para no mojarte la ropa, métete conmigo en la ducha y entonces me frotarás sin problemas.

Yo ya no sabía dónde esconderme, mi verga estaba a punto de estallar por tanta excitación. Lo único que podía hacer era negarme, porque si mi hija me veía así el miembro se asustaría.....o no....no sabía qué hacer. Ella insistió.

-Venga papá, no te preocupes, no me va a dar vergüenza ver a mi padre desnudo...aunque esté empalmado.

¡Se había dado cuenta! Bueno, era evidente, pero mi hija la verdad era muy descarada. Yo intenté desnudarme de una forma digna, como si no me importara, aunque, claro, era imposible ocultarlo mucho. Según me quité los pantalones ella echó un vistazo a mi entrepierna, abrió los ojos como asombrada sin decir nada y luego volvió a decirme:

-Ven a la ducha y me sigues comentando.

-Pues eso hija –proseguí mientras comencé a frotarla la suave y tersa espalda con la esponja- que por mucho que quieras hay cosas que no podrás hacer.

-Papá....sigue bajando con la esponja –me estaba pidiendo que la frotara el culo con la esponja, además lo estaba poniendo en pompa para que disfrutara de ese duro y redondo trasero –eso, ahí –añadió cuando la esponja jabonosa masajeaba sus glúteos.

Yo dejé de hablar y ella comenzó a jadear suavemente....entonces con su mano izquierda guió la mía hacia sus tetas y con su derecha, apartó de mi mano la esponja y la llevó hasta su caliente coño. Sus manos me alentaban que la magrease y yo ya no respondía con consciencia de mis actos, me dejaba llevar por la pasión y sus movimientos. La masturbé con una pasión contenida de hace 2 años al tiempo que la besaba el cuello y la acariciaba los duros pezones, mientras ella gemía de placer diciendo...

-Oh papá....sigue papá!!!

Estuve así no mucho pues a los 3 minutos los jadeos se hicieron más y más intensos hasta que, después de acelerar mis fricciones, se corrió con espasmos abdominales y un sonoro...

-Ohhhhhhhhhhhhhhhh

Cuando ella se corrió yo casi volví a mi consciencia, pensando...¿Qué he hecho?¿Qué hago aquí así con mi María? Pero ella no me dio tiempo a recuperar completamente la cordura, porque se dio enseguida la vuelta, se agachó, agarró mi polla y me la empezó a comer con una destreza grandísima....oh qué placer, con sus labios húmedos de saliva viscosa masajeaba mi glande y con las manos me pajeaba el tronco de la polla rápidamente, parece como si quisiera ordeñarme rápidamente y beber directamente de la fuente...oh...de vez en cuando se llevaba la polla hasta el fondo de la garganta, humedeciéndola con el néctar que tiene en su boca, para volver a chuparme el glande y pajearme con furia pasional.

Pensaba que me correría así, pero poco después se dio la vuelta, puso su mano izquierda en la pared del baño, la pierna izquierda en el reposa brazos de la bañera y mirando hacia mi polla, con su mano derecha se insertó ella sola mi miembro en su jugosito coño! De forma automática, como se instinto se tratara mi cadera comenzó a embestirla.

-Oh papá....ahh....así…así…..fóllame...ah....sí......ah....

Yo estaba excitadísimo, aunque intenté no correrme enseguida, estuve al menos 10 minutos embistiendo y resistiendo correrme de forma rápida.

Cuando ya no pude más saqué mi polla y antes de llegar correrme mi hija se dio la vuelta, como si supiera qué iba a pasar, agarró mi polla y se lió a pajearme delante de su cara, con lo que la corrida fue brutal y totalmente inevitable en ese momento, le manché toda la cara con mi lefa que ella parecía que aceptaba como si fuera la propia ducha con una excitación inusual.

En ese momento, se lavó la cara con la ducha y me dijo.....

-Venga papá....seré una niña buena, si me dejas ir a la fiesta mañana te dejaré frotarme la espaldita.

Y claro...un padre no puede negarse a los deseos de su hijita no?