Mi hija (4)

Mi hija no tiene medida en lo que hace

MI HIJA (4)

A estas Alturas ya no se como va a terminar todo esto, por mucho que lo intento no puedo dejar esta relación con mi hija que de llegarse a descubrir, sería la ruina de mi matrimonio y de mi familia, no soy capaz de calibrar las consecuencias que tendría en mi vida.

Mi hija no tiene medida en lo que hace, no para de mandarme mensajes al teléfono sea la hora que sea, fotos de su cuerpo en todo tipo de posturas y con la mínima ropa cuando no con ninguna, videos que me enseñan y me hacen referencia a cuanto disfruta poniéndome caliente con lo que me manda, ya no se que tipo de excusa decir a mi mujer cuando los recibo, y como se lo que viene en ellos, los tengo que ver cuando no hay nadie presente.

Hace unos días, estaba sentado en el sofá de casa donde empezó todo viendo la tele después de llegar de trabajar y como siempre tenía una pequeña manta por encima, llegó mi hija que venía de recoger a sus hijos del cole y se sentó junto a mi, venía con una blusa ajustada que enseñaba el canal sugerente que tiene entre su tetas ( deliciosas) y una falda de vuelo no precisamente larga, se tapó también con la manta y comentó que lo hacia porque estaba un poco destemplada, con ello se junto a mi y apoyo su cabeza sobre mi brazo izquierdo.

Mi cerebro recibió el mensaje, cuando llego a casa de trabajar me suelo poner cómodo con una camiseta y un pantalón chándal, mi hija comenzó a mover sus manos por debajo de la manta y una de ellas se metió por encima del pantalón buscando lo que tenía en mente desde que había llegado para su propio placer, pegue un pequeño respingo cuando su mano atrapó mi polla y la apretó dando el mensaje de “ ya eres mía”, empezó a ser difícil para mi poder aguantar lo que me estaba haciendo sin que algún movimiento lo delatara, mi polla respondió a su manoseo pidiendo guerra y ella no se lo negó, saco la mano metiendo alguno de sus dedos en la boca impregnándolos de saliva, luego metió de nuevo su mano bajo la manta y la pasó por encima de m i capullo y a lo largo de la polla para dejarla bien lubricada, comenzando de una manera pausada pero apretando con fuerza mi polla, un sube baja que me estaba poniendo cardiaco.

Me estaba haciendo una paja de impresión y yo para disimular lo que estaba pasando, cerré los ojos haciéndome el dormido.

Ella apretó su cadera y cacha derecha del culo contra mi cuerpo, levantó un poco el lado que tenía pegado a mí, indicándome que ahí estaba a mi disposición, mi mano izquierda se deslizó por debajo de su culo en busca de su cueva , cuando mi mano llego al destino, pude comprobar que como hacia siempre que venia a casa y sabia que yo estaba en ella, no tenia bragas debajo de su falda, note su coño empapado con los jugos de su calentura, comencé a recorrer con mi dedo corazón toda la extensión de la raja de su coño, deteniéndome y haciendo algo más de presión en el botón de su clítoris que ella agradecía con suspiros contenidos, su coño se empapaba más y más y sus jugos caían por el dedo hasta mojar mi mano, comencé a meter en su coño el dedo corazón que entró hasta el fondo sin ningún tipo de problema, metía y sacaba el dedo y ella lo agradecía atrapando el dedo con los músculos de su coño cuando estaba dentro, metí un segundo dedo, el índice, para que se sintiera más llena y disfrutara de la follada que le estaba dando con mis dedos, empezó a mover su culo de una manera imperceptible para quien no estuviese en el ajo, lo movía de atrás hacia delante, deteniendo el movimiento cuando notaba los dedos en lo más profundo de su coño, este no dejaba de destilar jugos que corrían por mi mano y ella seguía pajeando mi polla que ya estaba a punto de explotar.

Note como su respiración iba cambiando a medida que se acercaba al momento de su corrida, tenia su parte baja tan caliente y tan mojada, que cuando no se lo esperaba metí mi dedo gordo en el agujero de su culo y no pudo contener un pequeño respingo que me dejo acojonado por si mi mujer se había dado cuenta.

Con esta nueva acometida, intensificó su ritmo en mi polla y ya no pude aguantar más, tapó con su mano la parte alta de mi capullo para impedir en la medida de lo posible que mi leche saliera fuera del pantalón, salía a borbotones y me mordía el labio para no soltar algún bufido que delatara mi éxtasis, tarea de verdad muy difícil, ella apretó con más fuerza su culo contra los dedos que horadaban su coño y su culo y clavó sus uñas en mi brazo cuando explotó su tremenda corrida que dejó salir el resto de jugos, su coño y su culo seguían latiendo y contrayéndose a medida que su orgasmo iba decreciendo, hasta quedar totalmente rota.

Antes de que mi corrida empapara en su totalidad la parte delantera de mi pantalón, me levante con la excusa de ir a ver algo al trastero que tenemos en el sótano de la casa. Llevaba un rato colocando cosas y tranquilizándome un poco, cuando mi hija apareció en el trastero y cerrando la puerta me dijo, vengo a ver si te hace falta que te eche una mano en algo, se acercó y cogió mi paquete apretando con fuerza mis huevos, no se le había pasado la calentura, me bajó los pantalones a la altura de las rodillas y cogiendo mi polla que aún estaba impregnada con la leche de mi corrida, acercó su nariz para olisquear como una perra en celo, aspiró profundamente el olor que mi polla desprendía, sacó su lengua y empezó a chupara la punta, haciendo círculos alrededor del capullo y ensalivándola se la metía lamiendo y succionando para chupar la leche que aún tenía, subía y bajaba su lengua a lo largo de toda la polla y llegando a los huevos se los metía en la boca como si fuera un delicioso bombón que apretaba contra su paladar para degustarlo, no tardó mucho en conseguir que se pusiera de nuevo dura como una piedra, situación que la permitía metérsela hasta la campanilla, subiendo y bajando la cabeza al ritmo que quería imponer, su calentura la llevaba a tener metidos en su coño tres dedos con movimientos de entrada y salida que seguían totalmente lubricados con la corrida anterior en casa, viendo como estaba el panorama, la cogí la cabeza haciendo que se pusiera de pie, antes de que soltara en su boca una nueva andanada de leche.

En un lateral del trastero tengo una vieja mesa, que me vino de perlas para lo que iba a hacer, cogiéndola por debajo de las axilas, la levante para sentarla encima de la mesa y empujándola con delicadeza la tumbe boca arriba, levante su corta falda y abriendo sus piernas comprobé como brillaba la entrada de su coño por toda la humedad de su cachondez, me agache hasta situarme a la altura de su coño y me lance con desesperado deseo a comer ese manjar exquisito que tanto deseaba, pasaba mi lengua de arriba abajo y succionaba su clítoris consiguiendo que emitiera gritos de placer, se mordía los labios hasta dejarlos blancos de tanto como estaba disfrutando, abrí su blusa liberando sus hermosas tetas dejándolas al alcance de mis manos y comencé a masajearlos, pellizcando sus duros pezones, metió mis dedos en su boca chupándolos para lubricarlos y que siguiera masajeando su pezones, mi lengua seguía lamiendo y mi boca chupando la flor de mi deseo permanente, sus jugos me sabían a elixir de dioses, mi lengua  no tenía frontera en su recorrido y llegaba hasta la entrada de su culo que al ser chupado conseguía subir un peldaño más el disfrute de mi hija, me incorporé y apuntando con el mástil de mi polla en la entrada de su cueva, se la metí de un solo golpe hasta el fondo, lo agradeció con un grito de placer y clavó su mirada lasciva en mis ojos retándome a que siguiera dándole placer, empecé un mete saca frenético chocando mis huevos con su culo, subí sus piernas sobre mis hombros y agarrándole los muslos, me servían de soporte para mantener el golpeo de mi pistón sin bajar en ningún momento su fuerza, su placer  la inducia a no parar de decirme cuanto estaba disfrutando y cuanto la gustaba, fóllame papa, no pares de follar a tu hija que disfruta como una perra contigo, tu polla me eleva al séptimo cielo y hace que desee que no termines nunca, tu polla llena mi coño de placer, vamos papa clávamela, clávamela y córrete dentro de mí, córrete dentro del coño de tu hija que te desea más que a nada en el mundo, levantó su torno sobre la mesa y agarrándose a mi cuello empezó a empujar su cuerpo contra el mio a un ritmo bestial, clavaba sus uñas en mi espalda y seguía incitándome a follarla, fóllame, fóllame papa y córreme, quiero morir cuando me corras, de pronto lanzó un grito y se aferró a mi cuello mientras notaba como su corrida mojaba mi polla y mis huevos,  resbalando sus líquidos por mi funda, no paraba de chorrear y mojaba la entrada del agujero de su culo, cuando su cuerpo indicó el fin del placer recientemente disfrutado, la hice darse la vuelta y apoyada con los pies en el suelo y la parte alta de su cuerpo sobre la mesa, apunte sin perdida de tiempo a su culo y la ensarte mi polla hasta el fondo, se agarraba a los bordes de la mesa para impedir que con mis empellones se moviera demasiado, metía y sacaba mi polla como un poseso, golpeando mis huevos contra los labios de su coño hasta que me vino una corrida celestial, creí morir de placer, no tenía fin mi manantial de leche en el interior del culo de mi querida hija, cuando termine y saque la polla, un hilo de semen salía de la profundidad de su funda y caía sobre el suelo del trastero, mi hija se levantó y dándose la vuelta y besando mis labios, me dijo, eres el mejor para del mundo……………………y me follas como los ángeles, gracias.