Mi héroe personal

Dedicado a todos aquellos, que con gran experiencia a pesar de su juventud, entiende la vida, y son amigos, amigos sexuales en todo el sentido.

Introducción

Este es un relato largo, tal vez no sea el más excitante o morboso de la red, pero es muy personal, es real y lo quiero compartir con ustedes.  Además, es un pequeño homenaje a todos esos, Don Quijotes, héroes, que nos ayudan en la vida en distintos aspectos.  Aquí hablo de un héroe, un héroe sexual, y sí, aunque suene a película porno lo escribo con mucho cariño, es largo, tal vez sea trivial, pero está lleno de mi vida.

Mi héroe personal

Hace tiempo escribí una fantasía en este sitio, principalmente por dos motivos, explicar una fantasía poco convencional y conocer gente a la que le pudiera llamar la atención.  Probablemente a muchas personas les pareció aburrida o demasiado elemental, o no lo suficientemente excitante, y por tales razones pasó medio desapercibida.  Hasta que

Un día, en el Chat, conocí a un actor.  Yo algún tiempo estudié actuación, abandoné los estudios porque me pedían hacer un desnudo y la verdad eso me sacó de balance y no lo pude manejar, tal vez por inmadurez, miedo, qué se yo.  Así que mientras platicaba con el actor salió el tema de los desnudos en teatro, él me dijo que en realidad no era necesario y que todo dependía de cada persona, en fin, fue muy comprensivo.  Además entendió mi timidez y me ofreció su ayuda.

Yo hasta ese entonces era virgen, porque todo parecía muy nuevo para mí y todo me daba miedo.  En nuestras charlas yo le platiqué todo esto y él fue bastante amistoso diciendo que todo eso era normal y que poco a poco iba ir pasando.

Me preguntó que creía yo que hiciera falta para tener mi primera vez.  Mi primera respuesta fue la clásica cursilería de “estar enamorado” sin embargo, le dije que si tal cosa no pasaba, pues tendría que pasar como un proceso de comunicación, digamos, corporal.

Es decir, tenía yo que acostumbrarme a la otra persona en los sentidos más íntimos para tomar confianza.  Yo no sé ustedes, pero a mi me pasa que en general no me gusta denudarme delante de la gente.  Ahora lo hago con toda confianza con mis amigos de la escuela, y eso se debe a que por un tiempo, ellos se desnudaron delante de mí como si nada, y llegó el punto en el que no me sentía yo vulnerable al hacerlo y ahora cada vez que salimos a la playa o de viaje, no hay ningún problema, es muy natural.

Yo le propuse entonces una serie de etapas de confianza, en la que él claro, tendría que tener mucha confianza en sí mismo para no sentirse utilizado y además, tenía que parecerle cada etapa muy excitante.  Además, la duración de cada etapa era indefinida (hasta que yo estuviera listo para avanzar) y además no garantizaba avanzar a la siguiente etapa.  Era yo un chavo muy complicado.

La primera etapa consistía claro en conocernos y charlar, y ver si había química de primera instancia.  Esta etapa era totalmente inocente y sin ningún riesgo.

La segunda etapa consistía en acoplarme yo a su desnudez.  Esta etapa era muy riesgosa, pues yo no me desnudaría, y el tendría que actuar como si nada, sin sentirse vulnerable por su posición de desventaja, y además, disfrutarlo plenamente.  La idea le pareció interesante y excitante.  Fui entonces a su departamento y charlamos un rato, tal vez media hora, yo estaba verdaderamente nervioso y parecía que todo iba a terminar así, sólo en la charla.  Pues parte del trato es que él no iba a hacer absolutamente nada, amenos que yo se lo pidiera.  De pronto pensé que tenía que aprovechar la oportunidad o nunca pasaría nada, así que tomé valor y le pregunté si estaba listo para empezar.  Él me dijo que sí.

¿Entonces te desnudas? - Le pregunté

Si quieres puedes hacerlo tú - Me respondió.

En realidad, tocarlo, era la tercera etapa, pues la tercera etapa era acostumbrarme a su tacto.  Pero la idea me resultó muy agradable y en este sentido y el paso de una etapa a otra, fue muy natural, incluso la etapa dos y tres se mezclaron increíblemente.

Le pedí permiso para abrazarlo antes, a lo que él accedió con gusto.  Lo abracé y sentí su calor, era la primera vez que sentía el calor de un hombre en el sentido erótico.  Sentí su aroma, su mejilla rasposa por la barba y lo bese justo ahí, en su mejilla.  Comencé entonces a quitarle los zapatos, se acomodó en el sofá para facilitarlo.  Sentado desabroché sus agujetas y su zapato derecho cayó al suelo.  Todo esto era absolutamente nuevo para mí, él era el primer aroma, el primer color, el primer sabor, el primer tacto, y yo estaba decidido a gozarlo todo con toda la fuerza de mi espíritu.   Así que besé sus pies, su dedos, y todo los sentí tan mío, me entretuve en sus pies tal vez quince minutos, él lo disfruto muchísimo, estoy seguro.

Era momento de la verdad, me adelante y le acaricié el pecho, mis manos recorrieron sus piernas sobre su pantalón ajustado, y toque libremente su área genital.  El gemía de gozo, eso me agradaba a mi infinitamente.  Sentí por primera vez también, el calor que emana la parte más viril del hombre, fue tan delicioso que recordarlo me llena de gozo.  Comencé entonces a despojarlo de su chaleco.

  • Puedo quitarte el pantalón - Le pregunté.

  • Claro, a eso has venido

Se levantó del sofá y yo me paré frente a él, aproveche de nuevo para abrazarlo y sentir su calor.  Me agaché y lo abracé por las piernas, y mi cara quedo pegada a su zona genital.  La besé, la olí.  Le quite el cinturón con lentitud nerviosa y luego baje el cierre de su pantalón.  Comencé a deslizarlo y por fin se lo quite.  Llevaba una reveladora tanga.  Su paquete sobresalía tentadoramente y entonces lo besé mientras acariciaba sus piernas.  Le desabroché la camisa, y quedo entonces semidesnudo.  Lo abracé de nuevo, ahora por detrás.

Yo deseaba volver ese momento único, así que me puse detrás de él y le deslice el calzón, mientras se revelaban sus nalgas.  Las bese, le besé la espalda, el cuello, las nalgas y las piernas.  Me moría por verlo de frente, por ver su verga.  Así lo hice y la vi, era verdaderamente hermosa.  La toque delicadamente y él sonrió.

En esta etapa el debía actuar con naturalidad, como si estuviera vestido.  Así que se sentó un rato y platicamos, el desnudo, tan hermoso.  De vez en cuando lo tocaba, sus pies, sus piernas, incluso sus orejas me parecían divinas, él era mío en ese momento y yo era libre. Incluso bailamos, una moderna, una de saltos, lo cual fue sumamente excitante, verlo saltar, bailar, desnudo mientras sus genitales brincaban.  Luego una tranquila, y bailamos abrazados, lo sentí mío y fue como si todas mis fantasías se resumieran a él.

Comimos, tomamos algo, él fue al baño y me permitió verlo orinar, no era una fantasía para mí hasta que él lo hizo, su desfachatez, su libertad, como se quiera llamarlo me excito muchísimo.

Naturalmente pasamos a la etapa cuatro, tocarlo sexualmente, es decir, llevarlo al orgasmo.  Fue tan natural que ni me di cuenta.  Fuimos a su habitación, me invitó a ver una película, pero yo me entretuve más masajeandolo, la espalda, el pecho, todo su cuerpo.

  • Si quieres tengo aceite - Me dijo

Así que le di un gran masaje, que espero que haya sido tan gozoso para él como para mí.  Finalmente, comencé a masturbarlo, lentamente, jugando con su pene.

  • Me lo prestas - Le dije traviesamente

  • Claro, me encanta que chavitos como tú jueguen con él.

Él era muy experimentado, incluso había participado en orgías, por eso, según él, era tan comprensivo conmigo.  Así que jugué con su pene, y  lo besé, al igual que sus testículos, y le hice sexo oral.

Ya era muy tarde, el estaba todo aceitoso y tenía que llevarme.  Se iba a bañar, le pedí permiso para hacerlo.  Fuimos a su regadera y lo enjaboné, no daba crédito de que yo, por fin, estuviera enjabonando a un hombre, y así lo bañé, y terminé por masturbarlo.  Fui gratificante para mí.

Lo vestí e incluso le aplique talco, y cada uno de esos momentos fueron profundamente eróticos para mí.

  • Si quieres puedes masturbarte en el baño - Me dijo sabiendo que no lo haría todavía delante de él.

Yo no quise porque entonces no hubiera gozado cada momento como lo hice.  Me llevo en su coche y aún ahí, volví a tocarlo.

Se que todos esperan la siguientes etapas.  Era nuestra idea que luego yo me desnudara, luego el me tocara y luego tener sexo con todas las de la ley, incluso yo le había platicado varias fantasías y él a mí,  y nos prometimos realizarla.

La verdad es que como dije, todo era de acostumbrarme, yo no estaba listo para más y él ya no tuvo más paciencia.  Yo no podía darle una fecha.  Así que ya no nos volvimos a ver.  Por supuesto lo comprendo, una relación así no es justa.  Claro, el me dijo que lo había disfrutado muchísimo y eso me hace sentir bien.  Yo la verdad lo gocé como ninguna experiencia en mi vida y tal vez nunca vuelva a conocer a alguien como él, y tenga que aprender del mundo yo solo, pero ese momento, nadie lo podrá quitar nunca de mi memoria, y por eso siempre será mi héroe.