Mi hermoso clítoris (6)

Y ya ves si me puse… su boca en mi sexo y mi sexo en su boca, y empezamos las dos a “ponernos las botas”, yo me restregaba en su boca mientras me comía su cosita hermosa y rosadita… su clítoris no era tan grande como el mío pero era juguetón y muy sabroso...

Es domingo por la mañana y estoy en el jardín de mi casa tumbada en una hamaca tomando el sol, a ver si me pongo un poco morenita ahora que viene el verano… Como estoy sola me quito el biquini y tomo el sol desnuda, así estoy más cómoda y me bronceo toda enterita…

Me encanta sentir el calorcito de los rayos del sol en mi cuerpo, es algo que siempre me ha excitado mucho, es como si ese gigante astro me acariciase la piel suavemente, me pone a cien y más aún si estoy desnuda… Para que os hagáis una idea estoy tumbada con las piernas flexionadas y abiertas, con todo mi sexo al aire libre y en plena libertad de acción… y como ya sabréis tengo un hermoso clítoris que fácilmente se pone durito, es muy sensible, enorme y muy agradecido, porque si le gusta lo que le hacen en seguida crece más y chorrea abundantemente deliciosos juguitos en señal de complacencia.

Pues así estoy yo, espatarrada, y con todo mi aparatito disfrutando de las caricias de los rayos solares, que gustito… mmmmm.

Como os podéis imaginar estoy muy caliente… ufff, necesito tocarme… mi prominente clítoris suplica, mediante leves latidos, contacto urgente ya con mis deditos, así que decido darme una alegría y masturbarme.

Empiezo con una mano acariciándome mis tetitas bien redonditas y perfectas, me encanta acariciarme los pechos, son tan tersos y suaves, mmmm, que gozada, y los pezones… me gusta pasar por encima con la yema de los dedos y notar que se ponen erectos, ya están duros como una roca. Con la otra mano me dirijo a mi hipersensible clítoris y protagonista indiscutible de mis momentos íntimos, que como ya he dicho está muy mojado y que pide a gritos una buena pajeadita. Y se la voy a dar…

Manos a la obra!! ahí estoy yo con dos deditos encima de mi superclítoris, reluciente por la humedad, dándole masajitos primero de arriba abajo y después con movimientos giratorios, una y otra vez, sin perder el compás, cuando abro un ojo y me doy cuenta que mi vecina nueva de la casa de al lado está asomada al balcón mirándome… Dios!!! Qué pillada!!! Y qué vergüenza!!!... Qué pensará de mi?? Y me tapo en seguida con una toalla que tenía al lado.

Me sonríe y me dice con voz sensual:

  • Hola vecinita, siento haberte cortado, no era mi intención incomodarte… Ya me meto para dentro y tú puedes seguir con lo que estabas haciendo…

  • No, si tú no tienes la culpa… es igual, no te vayas…

  • Está bien, preciosa… sabes, me gustaría conocerte, puedo bajar un ratito a tomar el sol contigo y nos hacemos compañía mútua?

  • Sí, claro, me parece bien…

Y al momento ya estaba en mi jardín… La verdad es que era muy guapa, no la conocía mucho porque llevaba poco tiempo viviendo ahí, cerquita de mi, pero parecía bastante agradable. Después de presentarnos formalmente, se tumba a mi lado y me dice:

  • Cariño, puedes quitarte la toalla y seguir tomando el sol tal cual estabas, por mí no te de vergüenza, ya te he visto antes en todo tu esplendor …

Que calor…!! solo pensar que me ha pillado en un acto tan íntimo me sofoco, uff…

- Bueno, pero tú también desnúdate, así estaremos en igualdad de condiciones…

  • Trato hecho!!

Así que acabamos las dos desnuditas una al lado de la otra… tomando el sol, vaya morbo!! Entonces ella me dice:

  • Puedo confesarte una cosa?

  • Sí, claro…

  • Me encanta tu clítoris, en cuanto lo he visto desde mi balcón me he enamorado de él, es espectacular y muy hermoso, no podía creer lo que estaba viendo, hasta me has excitado a mi también.

  • De verdad?  estás haciendo que me ruborice…

  • Cielo, es verdad lo que te digo, créeme…

  • Pues gracias por el cumplido, me encanta que te encante mi clítoris…

  • Mi vida, me sabe mal haberte interrumpido, te estabas masturbando y por mi culpa te has quedado a medias, me gustaría recompensarte y acabar lo que tu empezaste, que me dices?

  • Amor, de verdad que te gustaría masturbarme?

  • Mucho, me encantaría, si me dejas…

  • Pues claro que te dejo, estoy mojadísima todavía…

  • Y podré comerme tu enorme botoncito?

  • Claro que sí, mi niña… mi botoncito es todo tuyo, puedes hacer con él lo que quieras…

  • Gracias corazón, no te arrepentirás…

Bueno, bueno... fue increíble cómo me lo trató, no os podéis imaginar lo que llegamos a gozar… Me lo comió como nadie, yo ya de por sí estaba excitadísima y ya solo sentir su boquita calentita en mi abultado clítoris, me corrí en un plis plas…

  • Lo siento, pero es que no me he podido aguantar, estaba demasiado caliente por lo de antes…

  • No pasa nada mi amor, voy a hacer que te corras muchas veces más…  tu enorme clítoris da para mucho… esto es solo el comienzo…  Ahora me gustaría hacer un 69 contigo, te gustaría ponerte encima mío?

Y ya ves si me puse… su boca en mi sexo y mi sexo en su boca, y empezamos las dos a “ponernos las botas”, yo me restregaba en su boca mientras me comía su cosita hermosa y rosadita… su clítoris no era tan grande como el mío pero era juguetón y muy sabroso, me encantaba el tacto tan suave y jugoso, y sabía muy rico… era una delicia. Y de mientras, ella me lamía el mío, se recreaba chupándomelo, succionándomelo, me hacía de todo… uff que placer, yo no paraba de chorrear abundantes y calidos juguitos. Entonces yo le empecé a pegar mordisquitos en el suyo y ahí ya no pudo aguantar más y se corrió en mi boca, en mi lengua... me lo tragué todo, no dejé ni una gota, no estamos para desperdiciar manjares tan exquisitos…  Y me dijo:

  • Me ha encantado como me lo comías, ha sido fantástico, maravilloso, increíble... Ahora me toca a mi recompensarte amor…

Con su lengua totalmente erecta me penetraba la vagina una y otra vez y luego seguía con mi clítoris lamiéndomelo y succionando sus líquidos con mucho énfasis, casi no le cabía en la boca, pero aun así no tenía ningún problema en trabajármelo como se merecía, me lo atendía de maravilla, y de tan agradecido que estaba explotó cual volcán en erupción, manando jugos y más jugos calentitos y saladitos por todas partes, quedó su hermosa cara toda empapada. Me di la vuelta, le lamí la carita llena de mis emanaciones y le di un besito en los labios:

  • Me ha encantado amor, espera un segundo que ahora vengo.

Fui a la mesita de mi habitación y cogí un vibrador, y mostrándoselo le pregunté con voz sensual:

  • Te gustaría tener otro orgasmo…?

Con la forma de mirarme ya adivine su respuesta… lo puse en marcha y empecé a moverlo y a restregárselo primero por su clítoris y después introduciéndoselo por la vagina y volviendo otra vez a su clítoris.

- Diossss, me encanta, no pares…

Lo iba intercalando entre su vagina y la mía, su clítoris y el mío, y luego lo chupábamos las dos y seguía el mismo recorrido una y otra vez, así que tenía una mezcla de líquidos y sabores que eran una delicia, estábamos tan y tan requetecachondas que, dejando el vibrador a un lado, acabamos cabalgando la una sobre la otra, ella con las piernas hacia arriba y muy separadas y yo con mi clítoris encima de ella refregándome en el suyo y después en su chorreante vagina, con movimientos circulatorios; casi podía meter mi enorme clítoris en su vaginita, entraba la puntita, me la estaba follando literalmente, y como no, me corrí dentro de ella, aunque chorreé por todas partes y ella por supuesto no tardó en correrse de forma salvaje al notar mis jugos dentro de ella, fue impresionante el orgasmo que tuvimos… Acabamos rendidas y extasiadas de tanto placer, decir que habíamos llegado al paraíso se quedaba corto.

Os tengo que confesar que esta no sería la única vez que nos veríamos, volvimos a quedar más veces para tomar el sol y otras cositas. Para eso estamos las vecinas, no? jeje…

Gracias por leerme y hasta el próximo capítulo de mi adorado clítoris ;)