Mi hermoso clítoris (11)

Mi megaclítoris estaba al rojo vivo, tenía tantas bocas chupándolo, lamiéndolo, succionándolo, mordisqueándolo, que no pude aguantar más, empecé a temblar y me volví a correr otra vez, ya no sé ni en que boca… demasiadas lenguas me lamían el chochito y no paraban, así que seguí corriéndome una y otra vez, orgasmo tras orgasmo, y como no… otra espectacular eyaculación llegó inevitablemente!! regando a todas mis monjitas

Os voy a contar una historia curiosa y sobretodo muy caliente… espero que os guste… Me ocurrió el año pasado en un convento de monjas de clausura…

Era una noche tormentosa, y yo iba de viaje en mi coche cuando tuve la mala suerte (o buena, según como se mire) de sufrir una avería que me dejó tirada en medio de la carretera desértica…  El pueblo más cercano se encontraba a bastantes kilómetros de distancia, así que en plena noche y lloviendo a mares me aventuré a caminar por parajes desconocidos a ver si encontraba ayuda o algún sitio seguro donde cobijarme… Cuando llevaba media hora caminando divisé luz a lo lejos y me dirigí corriendo a ese lugar hasta que me di cuenta que era un convento de monjas… Que alegría!! Por fin había encontrado a alguien que pudiera ayudarme, aunque fuese dejándome llamar por teléfono, ya que mi móvil estaba sin cobertura…

Me acerqué y toqué el pórtico… al cabo de un rato sentí ruido y alguien que abría despacio la puerta… Era una monjita con cara muy amable, cuando me vio me hizo entrar rápidamente y me dio una toalla para que me secara toda entera, yo estaba chorreando… Le expliqué mi problema y ella hizo avisar a la Madre Superiora… De mientras me dio permiso para bañarme, si no iba a coger una pulmonía… y en ello estaba…

Así que ahí estaba yo metida en una bañera calentita llena de espuma, cuando oigo que se abre la puerta del cuarto de baño y una voz muy sensual me dice:

-          Soy la Madre Superiora de este convento, ya me han contado tu situación… No solemos tener muchas visitas, así que estaríamos encantadas mis hermanas y yo de que pasaras aquí la noche con nosotras hasta mañana. De todas formas los teléfonos con la tormenta no funcionan…

-          Muchas gracias, le estoy muy agradecida por su hospitalidad.- le contesté…

-          Para eso estamos, querida. Somos una orden muy generosa y hospitalaria, nos encanta acoger gustosamente a gente que lo necesita…

La monja aún vestida con el hábito era muy atractiva y se adivinaba que tenía un buen cuerpo…  tenía unos pechos enormes, lástima que por lo del voto de castidad no había nada que hacer…  o eso pensaba yo…

Ella se sentó en un poyo de la bañera, a mi lado, mientras yo me fregaba con la esponja todo el cuerpo. Yo notaba que me contemplaba embelesada, no me quitaba los ojos de encima. Llegó un momento en que yo no llegaba a frotarme la espalda y ella se ofreció a ayudarme, me pasaba suavemente la esponja por toda la espalda y a mi me encantaba… mmmm que gustito, hasta que noté de golpe que empezó a frotarme por delante, los pechos, ufff que placer, se me estaban poniendo duritos los pezones, y yo me estaba poniendo ya muy cachonda… entonces soltó la esponja y empezó a acariciarme los pezones con sus manos, con sus prodigiosos deditos y yo como no, empecé a notar que mi botoncito del placer se ponía durito ahí abajo sumergido en el agua calentita, iba aumentado de tamaño y yo me sonrojé... Ella observó mis pezones erectos y me dijo:

-          Tienes unos pechos muy bonitos, te molesta que te los acaricie?

-          No, no, todo lo contrario, es que me gusta demasiado…

Sonrió deliciosamente y siguió acariciándomelos… Como os podéis imaginar yo cada vez estaba más excitada… Esa monja me estaba poniendo a mil… entonces siguió bajando con su mano hacia mi barriguita y más abajo… Ayyy, madre mia!! cuando llegue a la zona prohibida y toque mi enorme botoncito…  igual se asusta… pensé.

Yo notaba mi clítoris ya muy hinchadito y duro. Cuando llegó con sus deditos a donde yo deseaba y me tocó mi cosita casi me desmayo del gustito, que delicia…

-          Ufff cariño, puedo verte bien esa cosita tan magnifica que acabo de tocar? Me preguntó.

-          Sí, como quiera…

Me levanté despacito quedando mi sexo a la altura de su carita y ella al vérmelo en primer plano exclamó:

-          Dios mio!! Es lo más bonito que he visto en mi vida!! Se quedó unos minutos inmóvil contemplando mi bella protuberancia rosadita asomando entre mis labios menores… Ni parpadeaba, solo la miraba con la boca abierta…

-          Uff mi niña, me encantaría chuparte el coñito enterito, se ve jugosito y estoy hambrienta, me das permiso?

-          Claro que sí, usted ha sido muy amable conmigo y yo se lo debo, puede chuparme lo que quiera…  A mi monjita se le hacía la boca agua al observar mi jugoso chochito, lo tenía a solo unos milímetros de su hambrienta boca…

-          Entonces puedo meterme en la boquita ese trocito de carne tan apetitoso y succionarlo hasta que salgan juguitos deliciosos de él y tragármelos todos…??

No me corrí de milagro con semejante proposición… Se acercó a mi sexo chorreante y me lo empezó a oler y a rozar con la punta de su nariz, ufff que placer, eso me puso como una moto!! Me moría de ganas de que le hincara el diente a mi ardiente clítoris…

Y por fin me pegó el ansiado bocadito que yo esperaba en mi botoncito… yo pegué un respingo… ella se lo metió todo enterito en la boca, que calentita estaba su boquita, mmmm…  me encantaba esa sensación tan placentera. Y ella empezó a saborearlo, a lamerlo, a besarlo y yo empecé a estremecerme de placer, notaba que me gustaba demasiado. Entonces le dije que parase un momento, o si no me iba a correr demasiado rápido en su boquita y me contestó con mi clítoris en su boca todavía:

-          No quiero parar de chupártelo, ni de lamértelo, no quiero soltar esta delicia, sabe a gloria, quiero comérmelo todo, me encanta sentirlo en mi boca, me pasaría horas y horas con tu delicioso clítoris en mi boquita… Dios ha querido interponerte en mi camino y yo solo cumplo órdenes celestiales… mi misión es darte placer…

-          Está bien, pero entonces vamos a un lugar más cómodo, a una habitación…

Eso parece que le gustó y me soltó, me cubrió con una toalla y fuimos a su habitación que estaba justo al lado, allí me tumbé desnuda en su cama y ella se colocó encima de mi… Se abrió de piernas y la verdad es que tenía un coñito precioso, sonrosado y un clítoris igualmente hermoso que empezó a frotarlo con el mio, me encantaba el roce de nuestros clítoris suaves y mojados y ese ruido que hacían tan característico: chof, chof, chof, me ponía a cien… entonces ella se corrió, vaya gritos que pegó… Rápidamente se colocó a mi lado, me cogió el clítoris con sus deditos y empezó a hacerme una pajita, estaba obsesionada con mi clítoris, pero uff… que placer!! cómo me gustaba, estaba superlubrificada… y entonces con su juguetona lengua me empezó a chupar la puntita, era increíble!! ya no podía resistirme más y cuando se lo metió todo enterito en la boca y me lo empezó a succionar y a meterme dos deditos dentro de mi vagina sin parar de moverlos tuve que correrme…!! Fué inevitable!!! tuve que gritar del gustazo, incluso eyaculé en su cara!!! había escuchado hablar de la eyaculación femenina pero nunca la había experimentado… chorros de líquidos mojaron toda la cama, incluso las paredes, y ella se puso mojada enterita por culpa de mi monumental corrida…

-          Ohhh Dios mio!!! Tienes un chochito magnífico!!! Gritó la religiosa…

Os diré que a mi monjita le encantó que la bañara, se acercó a mi sexo y empezó a limpiármelo todo de mis flujos, de mis líquidos y a darle besitos, y entonces me propuso que fuera a la habitación donde estaban todas las novicias rezando y les diera a probar mis sabrosos manjares a ellas también… - Ibamos a hacer una orgia en toda regla…!!

Así que la seguí hasta una gran habitación llena de más monjas y allí mandó desnudarse a todas, ella también se quitó el hábito que además estaba todo empapado de mi espectacular corrida… Me tumbaron en el suelo y empezaron a follarme entre todas… sentía bocas húmedas por todo mi cuerpo, me lo chupaban todo, no había ni un milímetro de mi cuerpo que no tuviera una lengua lamiéndome… era indescriptible lo que yo sentía en aquel momento, no se puede explicar con palabras, yo solo hacía que lamer clítoris diferentes, se iban turnando sobre mi cara, un coñito tras otro, y yo los iba chupando todos, estaban muy ricos, algunos más jugosos que otros, y algunos con prominentes labios menores colgando en mi boca, pero a mi me encantaban todos y me los comía con mucho gusto, eran exquisitos… por lo menos me comí 20 coñitos, uno tras otro, todas las monjas se corrían enseguida en mi carita, no lo podían resistir y yo me lo tragaba todo todo…  no me dejaba ni una gota… de mientras notaba como varias lenguas me lamían el coñito, me introducían dedos en la vagina hipermojada, notaba deditos incluso en el ano, era demasiado el placer que sentía…  solo se escuchaban jadeos y gemidos:

-          Ohhhh, Sí, sí, sí, sí, sí…!!

-          Sigue así, más más más…!!

Mi megaclítoris estaba al rojo vivo, tenía tantas bocas chupándolo, lamiéndolo, succionándolo, mordisqueándolo, que no pude aguantar más, empecé a temblar y me volví a correr otra vez, ya no sé ni en que boca… demasiadas lenguas me lamían el chochito y no paraban, así que seguí corriéndome una y otra vez, orgasmo tras orgasmo, y como no… otra espectacular eyaculación llegó inevitablemente!! regando a todas mis monjitas y a mi incluida, nos pusimos todas perdidas de líquidos, cuando me recuperé un poquito de mis maravillosos espasmos pude ver como mi monjita preferida la Madre Superiora era la que tenía mi clítoris metido en su boquita, acabé de expulsar un poquito más de mis líquidos en su carita y dije en voz alta:

-          Lo siento, pero ya no tengo más líquidos por ahora, estoy exhausta… pero más tarde tendré muchos más, para todas vosotras, nadie se quedará sin su ración…

Todas aplaudieron de la alegría y se fueron a duchar porque estaban empapadas, quedamos la madre superiora y yo…

-          Ha sido increíble! Me dijo… Tienes un tesorito entre las piernas muy valioso…

-          Gracias Madre… para mí ha sido un placer poderme correr tan gustosa y abundantemente con todas… le respondí.

-          Me encantaría que ahora que estamos a solas te corrieras otra vez en mi boquita por última vez, ya no insistiré más… me dijo, o más bien me suplicó…

-          Está bien, haré lo que pueda… ya que os habéis portado tan bien conmigo… y sonreí…

Ella emocionada empezó a darle besitos a mi agotado clítoris, como si fuesen pellizquitos, y luego continuó dándome unos tironcitos muy suaves… increíble pero empecé otra vez a sentirme muy excitada, me gustaba como me lo acariciaba, haciéndole circulitos, tocándolo con la yema de sus dedos y después metiéndome los deditos por la vagina, y pasando sus dedos de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante para que mi lubricación se fuera extendiendo por todo el coñito. Tomó mi hinchado clítoris con dos dedos y empezó a pajeármelo haciéndole bajar y subir su capuchón sobre la puntita hasta que me corrí bien corrida, le gustaba pajearme… era su obsesión... y otra vez salió mucho líquido de dentro de mi como una fuente, y le estalló en la boca, ella estaba feliz, le encantaba mojarse en mis líquidos celestiales:

-          Ufff, como me gusta bañarme en tus jugos… Esta monja era una viciosa y no tenía ningún reparo en tragárselo todo…

-          Ha sido muy placentero correrme nuevamente sobre Ud. Madre, es muy buena mamando clítoris. Nunca pensé que una monja pudiera darme tanto placer y provocarme tantas corridas y orgasmos múltiples…

-          Quieres que te confiese algo? yo no siempre he sido monja… Me dijo con una sonrisa pícara y muy lujuriosa…

Vaya con las monjitas…  Espero que os haya gustado mi aventura…  hasta la próxima :)