Mi hermano y yo: Mi dulce y sensual iniciación

Quiero contar mi secreto mas dulce, como inicie mi despartar sexual con mi hermano, de una forma mágica, sensual y erótica, en lo que hasta hoy es un ritual cargado de bellas emociones.

MI HERMANO Y YO

MI DULCE Y SENSUAL INICIACION.

Después de mucho disfrutar las historias que narran en la página, me animé a contarles la mia, ya que creo que la satisfacción del recuerdo y la experiencia vivida pueden animar a alguien más.

No entraré en descripciones físicas, ya que la esencia mi relato solo requiere de su imaginación para retratar las situaciones y contexto en que se desarrollan.

Yo y mi hermano somos hijos de un matrimonio bien constituido, sin preocupaciones económicas, que propician la independencia y la autonomía de los miembros de la familia, sólo de pequeños requerimos la asistencia de servicio doméstico para nuestro cudado y atención , pero ya de adolescentes ese mismo principio de independiencia propició el administrar nuestro tiempo y cuidados basándonos sólo en la ayuda y presencia mutua con mi hermano.

Quiero aclarar que nuestra diferencia de edad es de dos años, y siempre nos hemos sentido muy cercanos. Esa misma cercanía fue la que nos inició en lo que hasta el día de hoy califico como la mas hermosa relación de amor, placer y deseo, relación que es además intensa y cómplice por el hecho de ser prohibida.

Contaba yo con quince años y el latente despertar de la sexualidad, mi hermano Sam ostentaba 17 y ya iniciado en la vida sexualidad buscaba refinar sus tácticas de conquista y pericias a la hora de la intimidad con el sexo opuesto.

Fue una tarde de viernes en que ambos nos preparabamos para salir al encuentro de nuestro grupo de amigos, ritual que implicaba usar la mejor ropa de moda, y el despliegue de nuestros mejores atributos para compartir un buen rato de esparcimiento. Mientras Sam se duchaba, entre en su habitación para urgar entre su ropa alguna polera acorde a mis nuevos jeans, cuando oí unos pequeños susurros y respiros que me inquietaron..... curiosa y preocupada entreabrí silenciosamente la puerta del baño y vi a Sam en su hermosa plenitud, era la primera vez que lo veía completamente desnudo con ese cuerpo varonil y fuerte y con aquel miembro totalmente erectado y jadeando en un rictus masturbatorio que no le permitió darse cuenta que estaba siendo observado por mi; con esa visión impactante salí calladamente del lugar con sensaciones y cosquillas palpitantes en mi cuerpo.

Por esas cosas del destino, esa tarde Sam había planeado lucir la misma polera que yo había buscado momentos antes, y simplemente a él le ocurrió lo mismo que a mi, tratando de hallarla entro en mi dormitorio y mientras yo me duchaba se dispuso a espiarme por largo rato, mirando el reflejo de mi silueta entre los espejos empañados, con la única diferencia que yo si me percate de su presencia, e impulsada por las extrañas sensaciones que la visión de su miembro me había provocado, decidí imitar (como en las peliculas de romance de tv) un sensual y provocativo baño de espuma, recorriendo mi estilizada silueta con caricias y poses que no lo dejaron indiferente.

Luego de esa tarde nuestras formas de mirarnos cambiaron rotundamente, el intercambio de caricias y miradas tenían un componente sensual, de deseo y provocación, nuestros repentinos juegos antes infantiles ahora tenían solo el objetivo de provocar roses de nuestros cuerpos en una complicidad silenciosa.

Pasaron varias semanas en que ambos nos espiabamos, e inocentemente creíamos que ninguno conocía lo que el otro hacía. Así tanto el como yo, en la intimidad de nuestros dormitorios nos masturbabamos pensando en los excitantes episodios que diariamente provovabamos.

Una noche en que como de costumbre estabamos solos en casa, me dispuse a fantasear sobre mi cama, desnuda, tocaba mi cuerpo pensando con pudieran ser manos masculinas las que me brindaban tan excitantes caricias, mis manos tocaban mi vagina y mis dedos buscaban satisfacer mi necesidad de placer...una vez más Sam me espiaba, y tanta excitación le causo verme en esa situación, que saltando toda barrera de lo indebido y la prudencia entro repentinamente a mi cuarto y me propuso investigar juntos el delgado límite que separa la curiosidad, el deseo, la excitación, el placer y lo prohibido.

Esa noche sin mayor preambulo o explicación nos entregamos a la tarea de conocer y recorrer nuestros cuerpos, con infinita dulzura nos besamos acariciamos, y saboreamos la esencia misma del placer, ebrios de deseo despertamos la mañana siguiente desnudos y abrazados.

Aunque paresca extraño, luego de esa primera noche, no tuvimos necesidad de pedir disculpas, o acordar silencio, pues de por medio no había ningún sentimiento de maldad, lo vivido fue deseado y disfrutado por ambos, y por lo mismo lo que siguio fueron contactos ya explicitos de nuestra necesidad; roses y caricias pasaron a formar parte de un nuevo ritual, el cual cada vez nos acercaba más , conociendo las intimas preferencias de cada uno; pasaba sus fuertes manos por mis pechos desarrollados y expectantes, mamaba de ellos con delicadeza y pasión a la vez, mientras yo impregnaba mis jugos en su cuerpo frotandolos por sobre su pecho; lamía mi vagina y yo disfrutaba saboreando su pene, cada vez más grande y vigoroso, me gustaba verlo acabar sobre mis pechos y él con sus dedos me provocaba orgasmos que hasta ese momento eran la culminación de nuestro sentir lujurioso.

Pero todo aquello no era sino el principio de algo más..... sabíamos que aún no habíamos llegado al límite, faltaba concretar nuestro ritual erótico............

Ese mágico momento merece ser contado en otra ocasión.........