Mi hermano y yo. con un final inesperado

Un gran fin de semana, dejandonos llevar por el deseo, pero todo se complica, aunque la complicacion trae una nueva aventura

MIS GANAS CADA VEZ MÁS DIFÍCILES DE SACIARSE ME METEN EN APRIETOS PERO SALGO BIEN LIBRADA

Hola a todos, nuevamente les escribo una de mis tantas experiencias, esta me sucedió unas tres semanas después de haber iniciado mis encuentros con mi hermano.

Este relato es un poco extenso, pero quería antes de comentarles lo que me ocurrió en la casa de la abuela lo que paso la noche previa.

Estaba mi abuela materna de cumpleaños y como cada año la mayoría de la familia se reunía en su casa para celebrar su día. La fecha era sábado y al coincidir con un puente mi madre, mi hermano y yo decidimos quedarnos hasta el lunes allá. Mi hermano y yo no queríamos ir. Queríamos quedarnos solos en casa el fin de semana para continuar nuestras aventuras cada vez más intensas. Un día antes del viaje hasta la casa de mi abuela la cual queda a unas 2 horas de donde vivo, el y yo tuvimos una noche salvaje. Fue un sexo increíble y esa noche a pesar de no estar solos en la casa tuvimos toda la noche cogiendo. Era increíble lo que él hacia conmigo y la manera en que me excitaba era inusual una simple mirada era suficiente para calentarme y yo con el tenia el mismo efecto. Esa noche llego a mi habitación y sin mediar palabra me tomo me beso y me tiro a la cama como un loco. Se monto encima de mí y me desnudo como pudo. Una vez desnuda me abrió las piernas y sin darme tiempo de hacer ni decir nada me la metió. Sus movimientos eran enloquecedores, no podía creer lo que me hacía, jamás me había tomado de esa manera, me sentía usada, pero no quería que se detuviera, entendí que quería desahogarse y lo deje. Deje que hiciera lo que quería. Cuando sentí su corrida dentro de mi trate de apartarlo, no habíamos tenido precaución y eso no estaba bien, pero a el poco le importo, ya me empecé a preocupar. Le mire fijamente.

  • Qué te pasa? Porque te corriste adentro.

No me dijo una sola palabra.

  • Que pasa contigo, esto no está bien.
  • No te preocupes, luego te tomas la pastilla.
  • Sí, pero porque actúas así. Sabes que así no me gusta.
  • Discúlpame, es que tuve una pelea con mi novia.
  • Ahh, y vienes a desquitarte conmigo.
  • Lo siento. Pero ven sigamos.
  • No, así no me gusta.
  • Déjate de bobadas, sabes que te encanta.

Me volteo y me la empezó a meter por el culo. Estaba como loco. Quería detenerlo pero tenía razón, me encantaba hacerlo con el por lo que me deje. Deje que continuara. Cuando ya me relaje sentía con más gusto su rose, era muy rico. Y además saber que mi madre estaba en la casa era más excitante todavía. Trataba de hacer poco ruido y el igual. Sentía sus manos acariciándome, eso era lo que más me gustaba de estar con él. Su ternura, sus caricias daban en el punto exacto, haciéndome tener un orgasmo increíble. El me daba con mucho vigor. Como nunca antes me lo había hecho. Lo miraba extrañada, estaba diferente, sin dudas la estúpida de mi cuñada le había hecho algo terrible, me inclino un poco y me tomo por la cintura, sus manos en mi cintura me halaban hacia su pene. Wow, por dios que rico. Mi culo estaba recibiendo una polla increíblemente dura. Yo estaba feliz de la vida, pero él estaba aun más feliz. Sabía que le encantaba cogerme por el culo. Eso lo enloquecía. Su cara lo delataba. Una sonrisa lo confirmo. Yo le sonreí pícaramente haciéndole saber que me estaba gustando muchísimo.

  • Si ves, se que te encanta mi verga
  • Sí, me gusta mucho, pero no me gusta que me cojas así, a lo loco, y que no tomemos precaución.
  • No te preocupes por eso, aquí tengo píldoras, ahora solo disfruta.
  • Si, dame más. Sigue y no pares hasta a hacerme venir de nuevo.

Dejo de penetrarme y me volteo. Me tiro boca arriba y me puso su boca en mi chucha. Comenzó a comerme la chucha como nunca. Era un dios. Eso me mataba más.

  • Sigue hermanito, que rico

Así me lamió hasta que me corrí. Dios fue increíble. El saboreaba todo mi jugo, luego me metía uno a unos sus dedos. Y los movía dentro de mí. Me miraba y me sonreía. Yo agarraba las sabanas y las apretaba, la almohada. Era delicioso. Como siempre cuando estaba con el mis orgasmos eran súper intensos y rápidamente tuve otro. Luego me beso apasionadamente. Su lengua hacia remolinos en mi boca. Le halaba sus cabellos. Era un beso de gran intensidad. Luego me abrió las piernas y me penetro por la chucha. Sus manos jugaban con mis senos al igual que su lengua. Pero la intensidad del sexo que estábamos teniendo era tal que tuvimos un nuevo orgasmo casi simultáneo. Esta vez le pedí que me lo echara en las tetas. Me encantaba ver cómo me llenaba las tetas de leche. Lo hizo. Fue una gran cantidad de leche la que me echo. Luego se la chupe hasta dejarla limpia.

Nos acostamos unos minutos para luego continuar. Así se hicieron las 12 pm y nos dimos cuenta que todos se habían acostado. El hecho de que la habitación de mi madre tenga aire acondicionado y este en la planta baja de la casa ayuda a que no escuchen nada de lo que hacemos mi hermano y yo.

  • Ya hermanita, mañana en casa de la abuela continuamos
  • Ok, papi. Porque todavía tengo muchas ganas de seguir cogiendo.

Me dejo la píldora y se marcho a su habitación. Pero aun estaba muy excitada. No podía dormir en ese estado así que a los 20 minutos me levante y me fui hasta su cuarto. El por lo general duerme con la puerta abierta. Muy cuidadosamente abrí la puerta y entre, ya estaba acostado, me acerque a la cama y me le tire encima.

  • Que haces?
  • Quiero seguir cogiendo, no me vas a dejar así
  • Quieres que siga?
  • Si.
  • Ok. Ven

Se saco la verga y me puso a chupársela, sentía como entre mis manos ganaba tamaño. El me acariciaba mis senos poniéndolos como roca. Jugaba con mis pezones. Cuando ya estaba a punto me baje la tanga y me monte sobre él. Empecé a cabalgar sobre su pene. Mis manos apoyadas en su pecho, y las de él en mis senos. Subía y bajaba muy lentamente. Hacia unos movimientos que lo pusieron a pleno. Sentí que se le había puesto realmente dura.

  • Te gusta?
  • Me encanta. Si que sabes coger hermanita. Eres una diosa.
  • A mí me encanta coger contigo.

Seguía subiendo y bajando cuando siento como se corre dentro de mí. Me baje y me incline para chupársela. Me la metía en la boca hasta que desaparecía. Sentía que me ahogaba. Pero pude limpiársela por completo.

Luego el me tomo por las caderas y me sentó en sus piernas, me empezó a besar muy apasionadamente, yo le correspondí a su beso de la misma manera. Lo abrace y me pegue a él. Así estuvimos hasta que sentí como su verga otra vez se erguía.

La tome con mi mano y la acomode en la entrada de mi chucha y otra vez comencé a cabalgarlo. Mi hermano se movía un poco debajo de mi lo cual ayudaba mucho la penetración.

  • Que rico me la metes hermanito,
  • Sigue mamita, sigue así.
  • Ok papi, hazme venir hazme correrme.

Se movía mas rápido, sentía que estaba cerca del orgasmo así que le pedí que lo hiciera más rápido. El me hacia lo que le pedía. Así hasta que me corrí. Esa fue la mejor corrida que tuve esa noche. Me deje caer en su pecho ya muy cansada. Pero el aun tenia energías así que me volteo. Me puso en 4

Empezó a metérmela por el culo, esta vez mas lentamente, yo lo apretaba para que no entrara tan fácil. A los pocos minutos se corrió dentro. Sentía su lechita escurriéndose por mi agujerito que en ese momento ya estaría dilatado. Se acostó a mi lado, me abrazo y me pego a su cuerpo.

  • Hermanita, gracias por hacerme vivir esto. Es increíble.
  • Ay hermanito si hubiera sabido que esto era tan rico hubiera iniciado mucho antes, coger contigo es lo más rico del mundo.
  • Siento lo mismo, tu eres la mujer más hermosa que jamás haya visto, y lástima que seamos hermanos o de lo contrario ya fuéramos novios o hasta mas.
  • Si papi, es una verdadera pena.

Hablamos por largo tiempo hasta que le dije que me iría a dormir.

Me fui hasta mi cuarto muy satisfecha y muy cansada.

Dormí como nunca. Los llamados de mi madre me despertaron, mire el reloj y vi que se me había hecho retarde. Eran las 7.30 am y ya dentro de poco era el viaje. Me levante corriendo y me metí al baño, mientras me cepillaba me sorprendió ver a mi hermano en la puerta del baño.

  • Que haces?
  • Nada, viéndote cosita rica.
  • Y a que debo esta visita tan temprano. Quieres un rapidito.
  • Como supiste.
  • Me lo imagine. Espérame en la cama.

Me cepille rapidísimo y me enjuague la cara. Como la mayoría de las mañanas había venido a mi cuarto, le encantaba cogerme en las mañanas y pues a mí también.

Al verlo en la cama desnudo me abalance sobre él. Me baje la tanga y me monte sobre él. Empecé a cabalgarlo, esa era la pose que más le gustaba así que trataba de complacerlo, su verga entraba lentamente en mi chucha mientras yo bajaba. Cuando me entro toda comencé los movimientos. Los polvos mañaneros eran muy ricos pero esta vez fue diferente, porque mi mama estaba en la sala, lo cual nos ponía en una situación difícil, no podíamos gritar ni nada parecido así que cuando me corrí el me puso su mano en la boca para que no hiciera ruido. Muy pícaro, luego me volteo y me puso de espaldas y me volvió a meter la verga por la chucha, me cogía con mucho cuidado de manera tal de no hacer mucho ruido. Me la metía muy lentamente, a veces me la sacaba por completa y la metía de nuevo. Sentía como se dilataba más y mas, cuando metía el glande lo dejaba en la entrada. Se movía poco y luego de repente la metía hasta el fondo. Unos pequeños "ahí" se me escapaban, era delicioso, me estaba volviendo loca de placer, cada vez que lo hacía sentía un corrientazo que me recorría todo mi cuerpo. Cuando ya estaba por correrse me la sacó. Me pidió que se la chupara, le hice caso y comencé a chupársela. Al tiempo lo pajeaba, así hasta que sentí como su leche golpeaba el cielo de mi boca, mi garganta, mi lengua. Fue sensacional, me trague todo su liquido, le eche una mirada y luego le di un beso en la mejilla.

  • Me encantas hermanito.
  • Tu a mi también mamacita rica.
  • Ya vamos, tenemos que arreglarnos.

El se fue hasta su cuarto y yo me metí al baño. Me cambie y enseguida baje. Ya mi mama tenía todo listo, yo solo empaque unas cuantas prendas, solo serian 3 días así que no había que hacer mucha maleta. Una vez iniciamos el viaje mi hermano y yo sentados en la parte trasera del vehículo empezamos a hablar de cosas estúpidas. Le pregunte por lo que había pasado anoche, el se puso nervioso, pero luego le dije que me refería a lo de la novia. No quiso comentar nada. Mi mama nos hablaba de otro montón de cosas estúpidas, que como nos iba en la universidad, que como andábamos de novios sobre todo a mí, y yo mirando a mi hermano le dije que estaba muy contenta así como estaba. No necesitaba ningún chico para estar bien. El sonrió un poco. Sin muchas cosas importantes que contarnos y decirnos estuvimos el resto del viaje callados.

Al llegar, mi tío Edgar me recibe primero. Dándome un beso típico de tio, abrazándome fuertísimo.

  • Estas cada vez más grande, ya eres toda una mujer.
  • Si tío. Como estas..

Ahh. Que aburrido, ya recordé porque no me gustaba venir con frecuencia. Mi tío lograba ponerme muy incómoda con su arrimadera y su melosería. Luego mi primo Sebastián llego, me recibió mi pequeña maleta y se ofreció a subírmela. El era un chico de 22 años, bien apuesto, coqueto y muy atento conmigo, luego salude a mi abuela la felicite y todo eso. Fueron casi 15 minutos entre saludos, abrazos, y demás, ya se imaginaran. Finalmente entramos a la casa. Estaba toda la familia. Mi tía diana, mi tío miguel, mi abuela, mi tío Edgar, sus dos hijos, Sebastián y miguel ángel. Eran los únicos primos en la casa por el momento. Igual no le di mucha importancia al asunto, miraba a mi hermano con mucha insistencia, quería irme con el a alguna parte, el también me miraba, notaba como sus ojos me decían "quiero sexo", pero había que esperar el momento oportuno.

En todo el día no pudimos escaparnos. Luego llegaron mis primas, Alejandra, diana, carolina y Andrea. Y mis primos, julio Alberto y Felipe. Este último sería el encargado de hacerme pasar el momento más angustiante de mi vida. Llego la noche y en medio de la reunión mi hermano me pidió que lo acompañara al cuarto. Yo un poco dudosa porque sabía la intención que llevaba me negué en un comienzo, pero ante su insistencia no pude negarme demasiado. Subimos, normalmente entramos al cuarto. Escuchábamos a todos desde arriba,

  • Manito no podemos hacerlo aquí, nos pueden escuchar.
  • Si tienes razón. Que hacemos quiero metértela. Mira como la tengo.
  • Ohhh, yo también quiero que me la metas, pero ahora no es buena idea. Mañana salimos y nos escapamos, dale?
  • Bueno, está bien. Pero al menos hazme una mamada
  • Contrólate, manito, ahora no es buen momento.

Bajamos como si nada, y nos integramos a la reunión. No podíamos dejar de mirarnos. Llego un momento en el que me excite demasiado de solo verlo, pero tenía que controlarme, si nos descubrían toda la familia se enteraría y que horror.

Nos acostamos. Me toco compartir habitación con mis primas Alejandra y Andrea. Las dos mucho mayores que yo, 28 y 26, pero nos llevábamos de lo mejor. Hablando y hablando se nos hizo tardísimo. A eso de las 2 am nos acostamos a dormir. Pro algunos minutos pensaba en mi hermano, realmente quería coger con el pero la situación no se presto para eso.

A la mañana siguiente, a eso de las 9.30 me levante, ya mis prima se habían levantado. Otra vez pensé en mi hermano y como entraba a mi cuarto cuando estábamos en casa, pensé en mandarle un mensaje de texto para que viniera pero no me pareció prudente. Me bañe y me puse ropa ligera. Una blusita rosa sin mangas y un pantalón capri.

Desayune sola. Ya todos habían desayunado. Me pareció raro no ver a mi hermano.

Ya eran las 11 y ni rastro de él. Cada minuto necesitaba más de su verga. Ya me tenía amañada como decimos aquí. Y cada minuto que pasaba mi excitación era más evidente, aunque para ser claros sí que lo se disimular. Me fui al patio de la casa y me reuní con mis tías. Hablábamos de muchas cosas de la familia. Bla bla bla bla bla, realmente ponía poca atención a esa conversación, mi mente estaba en otro lado, hasta que finalmente apareció, había salido con Felipe y Sebastián. Al verlo una mirada un poco reprochadora lo abordó. Tenía muchas ganas de coger y él lo sabía y prefirió salir con mis primos. Tenía mucha rabia en ese momento. A los pocos minutos se me acerco y me dijo al oído.

  • Manita, alístate que ahorita nos escapamos, encontré un lugar donde podemos vernos sin que nadie nos vea.
  • Dónde?
  • Por allá cerca de un riachuelo. Pilas.

Se me quito el mal genio. Me fui hasta mi habitación y me arreglé un poco. Aunque no mucho. Al salir camine sin que nadie lo notara hacia la calle. Al poco rato el llego y me tomo de la mano.

  • Vamos.
  • A donde es?
  • Es un poco retirado pero valdrá la pena.
  • No importa, realmente quiero que me la metas ya.
  • Uy que rico hermanita. Eres una traviesita.

Caminamos por poco más de 20 minutos. Atravesamos una trocha hasta finalmente encontrar un pequeño rio. No se veía un alma, así que me le abalance, le di un beso y luego le dije.

  • Cógeme ya.
  • Ok, cálmate.

Me empecé a desnudar al igual que el. Lo hicimos muy rápidamente. Cuando estuve desnuda por completo me arrecosté en un árbol y le hice señas con mi dedo para que se acercara. El con la verga en su mano se arrimo hasta mi. Me levanto la pierna izquierda y me puso la verga en la entrada de mi chucha. Lo mire fijamente, le di un enorme beso y finalmente me la metió. Le metía mis uñas en la espalda. Estaba descontrolada, a pesar que ya teníamos varios encuentros encima realmente sentí que era la primera vez. El morbo, junto con la excitación se mezclaron haciéndome tener un orgasmo rápido. Pero el no me la saco para nada. Seguía embistiéndome de manera genial, sus manos me levantaban mas mi pierna y de esa manera entraba con más facilidad y más profundo. Sentía que casi llegaba al límite. Era algo sumamente excitante, terriblemente placentero, era demencial lo que hacíamos, pero no me importaba nada, esa era la sensación que ansié durante la noche anterior. Volví a la realidad cuando sentí su leche dentro de mí. Me enoje porque otra vez no tuvimos precaución, pero igual aun no había tomado la pastilla que me dio anoche así que le reste importancia, seguía disfrutando el momento, el me agacho y me puso a mamársela, se la limpie hasta que ya se le perdió la erección. Me levante y nos empezamos a besar. Era algo sin igual, no sentía las cosas que mi hermano me hacía sentir con ningún otro chico. Por ese motivo sus cogidas eran las más deliciosas. Rápidamente recupero la erección, me puso en 4 y me empezó a coger como perro.

  • Ahí papi que rico, sigue por favor.
  • Oh, hermanita, que rica chucha, me encantas.
  • Tu también papi, sigue cogiéndome así de rico.

Era tan fogoso el asunto que no nos percatamos de nada a nuestro alrededor. Y si que pagaría caro el descuido. Pero no me adelanto, seguíamos cogiendo muy ardientemente. Mi hermano metía su pene en cuando agujero encontraba. Mi culo el lugar preferido, ya la penetración anal se había convertido en algo delicioso para mí. Y más con él, con el éxtasis que vivía a su lado el dolor era tolerable en comparación con el placer adquirido. Me tomaba las caderas y me halaba hacia él, haciéndome golpear las nalgas con su pelvis, mis gemidos si que eran notables, ya no tenía que preocuparme por qué alguien nos escuchara, o por lo menos estaba convencida de eso.

  • Te gusta mami.
  • Si papi, me encanta tu verga. No pares, dale que estoy que me corro.

Y así fue, mas demore en decirlo que en correrme, fue bestial, delicioso, mis piernas no me respondieron tumbándome en el suelo agotada tras semejante corrida. Me temblaban las piernas completamente. Mi hermano no paraba de sonreír al verme tirada de esa manera. Pero como él es insaciable me metió la verga en la boca. Me puso a chupársela hasta hacerlo correr otra vez. Ya estábamos cansados, no tanto por el tiempo que llevábamos haciéndolo sino por la intensidad con la que lo hicimos, pero ni cerca estaba de acabarse. Aun con todo el cansancio quería seguir cogiendo y se lo hice saber montándome encima de él. A él le encanta chuparme las tetas, y a mi más aun, mis tetas son mi punto débil, y en combinación con sus manos aun más. Cuando él se puso a tono con la situación me la acomode en la entrada de mi chucha. Cuando comencé a cabalgarlo fue cuando el mundo se nos vino encima.

  • Con que esto es lo que ustedes andan haciendo?

Era Felipe, nos había seguido y no nos percatamos. O por dios trate de cubrirme como pude al igual que mi hermano. Tratábamos de hablar pero tenía un nudo en la garganta. Lo primero que pude decir fue lo más estúpido del mundo.

  • Felipe no es lo que tú crees.

Que estupidez tan grande, nos había cogido con las manos en la masa y solo atino a decirle eso. Que estúpida soy.

Nos había escuchado anoche hablando y por eso nos siguió

  • Y que se supone que es? Ah, son hermanos por el amor de dios.
  • Felipe, primo, vea, no le vaya a decir a nadie. Hablaba mi hermano con un notorio color rojo en su rostro, jamás lo había visto así, aunque imaginaba mi rostro de la misma manera. Qué vergüenza tan inmensa. Pero me preocupaba la reacción de mi madre. Me mataría sin dudas.
  • Primo, es tu hermana, como puedes hacer esto?
  • Primo, por favor no le cuentes a mi mama, te lo pido, hago cualquier cosa que me pidas.
  • Camila, esto es muy grave, no está bien lo que están haciendo, pero no te preocupes, no diré nada, ustedes lo harán.
  • Como se te ocurre, no podemos hacerlo.
  • Entonces piensan seguir cogiendo como si nada pasara?
  • Pues no, no sé, pero no podemos decirle nada a mi mama ni a nadie. Prométeme que no dirás nada.
  • Ya te dije que no diré nada. Pero solo con una condición.
  • Lo que sea, respondí casi al instante aun sin saber lo que me pediría aunque debí haberlo imaginado.
  • Los he observado casi todo el tiempo y me han puesto muy caliente, si me dejas participar no le diré a nadie.
  • Ahí primo. No seas así. Respondió mi hermano.
  • Vamos primo, estas cogiendo con tu hermana, no me digas que te molesta que ella coja conmigo.
  • Pues no, solo que esto es un chantaje.
  • No lo veas así. Vamos Camila, que dices.
  • Bueno está bien. Pero me prometes aquí que no dirás nada a nadie.
  • Tienes mi palabra.
  • Bueno ven.
  • `primer hazme una mamada como se la hacías a él.

Se saco la verga tremendamente erecta y bastante larga aunque no tan gruesa. Me incline y sin más opciones me la lleve a la boca. Al principio me sentía abusada, incomoda y no muy complacida. Pero con el transcurrir de los segundos empecé a cambiar de parecer con la idea. Hacía mucho desde mi último encuentro con más de un chico así que pensé que sería muy agradable así que puse todo para pasarla delicioso. Tome la verga de mi primo con más soltura, y con más seguridad, deje a un lado la incomodidad que sentí al inicio y comencé a mamarle la verga de verdad. Mire de reojo a mi hermano, el no estaba muy contento y se notaba.

  • Manito no te quedes ahí, ven que contigo también quiero.
  • No se Camila, no me gusta esto.
  • Anda, ven pasemos rico los tres.
  • Wow Camila, si que sabes chupar, no te conocía estas destrezas.
  • Y aun no has visto nada, le dije sonriéndole.

Mi hermano poco a poco se involucro en el tema, primero se hacia una paja delante de mi. Cuando lo tuve muy cerca deje a mi primo y comencé a chupársela a él. Mientras seguía pajeando a mi primo.

  • Bueno después de todo, vas a gozar dos vergas primita.
  • Si, primo, quiero sus vergas solo para mí.
  • Camila, eres una verdadera mujer ardiente, me sorprendiste realmente. Jamás imagine que fueras tan perrita.

No respondí nada, realmente no es que me guste que me hablen de esa manera, pero no estaba en posición para quejarme, decidí ignorarlo y seguir, a fin de cuentas estaba ya a esa altura disfrutando el momento, casi que había olvidado lo que se sentía tener dos vergas en la mano. Quería vivir a pleno el momento.

  • Déjame metértela prima.
  • Está bien primo. Métemela por la chucha.

No quería dejar que me enculara, no me gusta que un chico me la meta por el culo en la primera vez que lo hago con él. El igual no tenía intenciones de encularme. Me acomodo la cabeza de la verga en la entrada. La movía en círculos en mis labios, rozaba mi clítoris, me puso a vibrar, mientras yo solo me comía la verga de mi hermano. Me miraba sorprendido. Seguro se sentía incomodo al verme de esa manera, disfrutando de dos vergas, pero no podía hacer nada para negarme y el tampoco para impedirlo. Le guiñe el ojo y le susurre, disfrútalo tu también.

Mi primo estaba como loco, me cogía muy salvajemente. Lo cual me encantaba, yo que de por si soy muy ardiente y él me estaba dando mucho fuego, aparte de que mi hermano con su verga en mi boca casi no me dejaba respirar. Mi hermano estaba follándome la boca, me la metía hasta la garganta. Yo le miraba feliz. La verdad es que sentir dos vergas es algo difícil de explicar, y menos de relatar, las chicas que estén leyendo seguro sabrán lo que quiero decir. Y si los dos chicos son familiares aun más rico, morboso y placentero. Mi primo me la saco de un momento a otro y se corrió en mi espalda. Me lo restregaba por toda la espalda y las nalgas, luego me puso la mano cerca de la boca. Yo sabiendo su intención empecé a chuparle los dedos y lamerle la palma de su mano.

  • Camila, que rico, eres una bandida, si que sabes coger rico.

Yo no decía nada, solo me limitaba a darle placer. Entonces mi hermano se puso detrás de mi.

  • Bueno hermanita mi turno.
  • Si papi, métemela toda.
  • Wow, ustedes son unos dementes. Hace cuanto que lo hacen?
  • Unos días, respondió mi hermano.
  • Tendrán que contarme cómo fue que terminaron así.
  • Si, primo yo te cuento, pero ven pa chupártela.

Mi primo estaba que no se cambiaba por nadie, su cara de bobo feliz lo delataba, aunque yo ya muy relajada por que el prometió no contar nada tampoco podía dejar de mostrar felicidad ante mis dos machos. Mi primo recuperaba erección mientras se la chupaba.

  • Camila estas como quieres, siempre me imagine como seria coger contigo.
  • En serio?
  • Si mami, tu estas muy buena, riquísima. Cierto primo.
  • Si, es por eso que no me puedo controlar. Ella es una bomba.
  • Ahí, dejen eso u sigan cogiéndome.

Los dos se reían. Yo mientras jadeaba y chupaba intercaladamente. Tuve un nuevo orgasmo. Muy intenso y prolongado. Mi hermano me la saco de la chucha y la acomodo en mi culo. Y la empezó a empujar. Me detuve en la mamada a mi primo y espere que la metiera completa. Mire a mi hermano.

  • Dame rico, como tú sabes.
  • Como siempre mami
  • Camila te gusta por el culo.
  • Sí, mucho.
  • Joder, eres más bandida de lo que pensé. Me encantas. No sé porque no los descubrí antes.

Mi hermano me empezó a follar muy salvajemente haciéndome jadear como loca. Gritaba, mi primo me la metió enseguida en la boca de nuevo.

  • Chupa prima

Yo estaba ya que no podía respirar, me costaba sostener el ritmo que mi hermano me proponía porque mi primo estaba metiéndome la verga hasta la garganta. Y es que era bastante larga, por eso no me entraba completa, pero sentía como alcanzaba a llegar mas allá de mis amígdalas, mi primo también era un buen amante realmente.

Yo estaba súper sudada. Ellos también. Mi primo me propuso meternos al agua y seguir allí. Me pareció buena idea así que nos metimos los tres.

Una roca sobresalía en el riachuelo, me acostaron boca arriba ahí. Mi hermano me tomo las piernas y me las abrió. Me puso su verga en mi chucha y siguió cogiéndome, mi primo me la volvió a meter en la boca. Ya me gustaba mucho el sabor de su gran verga, jugaba con mi lengua en su cabecita. El estaba enloquecido con eso.

  • Sique mami, sigue así, que rico.
  • Te gusta?
  • Bromeas, es delicioso, jamás me habían hecho eso.
  • Mmm, soy la primera, que bien.
  • Si, prima.
  • Uy hermanita no lo vayas a dejar amañado. Después como hace
  • Jajajaja. Primo ya me dejo amañado. Quiero seguir cogiéndote prima.

Mi hermano y yo nos miramos un poco preocupados por lo que acababa de decir. Pero yo igual le reste importancia y más porque un nuevo orgasmo se asomaba, le pedí a mi hermano que me diera más duro. El entendió y comenzó a moverse más rápidamente. Se corrió primero dentro de mí. Pero siguió moviéndose, su leche era un lubricante demasiado perfecto, entraba y casi que no la sentía, el rose era tan lizo y suave que el placer era mucho más grande. Me corrí como una bestia. Ese fue sin dudas el mejor orgasmo ese día. Pero aun estaba con ganas.

  • Primo sigue cogiéndome.
  • Claro mi amor. Cuando quieras.

Acomodo su verga en mi chucha y la metió de una hasta el fondo. Me miraba fijamente mientras me cogía.

  • Que rico primo, sigue, sigue, dame más, dame más.
  • Toma prima, siente mi verga.
  • Si dámela dámela toda.

Mi hermano mientras se puso detrás de mí y comenzó a acariciarme los senos. Sus manos en mi cuerpo son dinamita para mí. Me hizo correr otra vez. Esa sensación recorría mi cuerpo completamente, esas manos en mi me descontrolan, y me excitan aun mas. Entonces ya bien suelta le pedí las dos vergas al tiempo.

  • Primo, hermanito, quiero sentir las dos vergas al tiempo.
  • Que, hermanita, segura.
  • Sí, siempre me pregunte que se sentiría y creo que es el momento oportuno para averiguarlo.
  • Está bien prima. Ven

Obviamente ellos no saben que no era mi primera vez con dos vergas, así que la idea les encanto. Creyendo que sería mi primera vez mi hermano le emociono la idea.

Mi hermano se acomodo en la roca. Se sentó y me acomodo sobre él. Me abrió las piernas y me hizo sentarme en su verga. Me empezó a sentar en la verga metiéndomela por el culo. Los miraba y solo sonreía. Ya a esa altura no era la Camila recatada la que estaba ahí, era la Camila amante de la verga, la que disfrutaba al máximo tener más de una verga en sus manos. Y esa sensación me encantaba, esa transformación me gustaba mucho. Cuando mi hermano me la metió toda me arrecostó un poco. Luego mi primo me puso delante de mí y me levanto las piernas y las separo. Luego el me puso la verga en la entrada de mi chucha y al comenzó a meter. Dios ya había olvidado lo rico que era, a medida que es largo palo entraba en mi chucha sentía como se rozaba con la verga de mi hermano.

  • Que rico, sigue, sigue, métela toda.
  • Te gusta, bandidita, ah?
  • Si, sigue, que rico.

Cuando la metió toda empezó a moverse, mi hermano le costaba moverse pero también lo hacía, yo en medio de los dos solo podía gemir. Estaba flotando, me sentía en las nubes, y el orgasmo que tuve solo logro elevarme más. Solté un gran grito.

  • Ohhh- que rico…..por favor sigan así.

Mi primo que se movía más rápidamente tenía el control del asunto. Su verga llegaba muy profunda, pero la metía completa, era increíble, sin dudas era la verga más larga que había visto y la tenía solo para mí. Solo le pedía que siguiera, rápidamente tuve un nuevo orgasmo. Casi simultáneo mi hermano me lleno el culo de su leche. El también jadeaba muy fuerte. Y me jadeaba en mi oído, que rico Camila, que rico, hermanita. Sin dudas mi hermano la estaba pasando genial ahí debajo de mí. Sus manos en mis senos a mi me dejaban llena de placer combinado con las dos vergas en mi interior. En ese momento recordé a mis tres amigos y esa noche loca que vivimos, imagine una tercera verga, pero sin dudas en ese momento no hacía falta, mi hermano y mi primo me habían llenado de placer, lo cual era más que suficiente para mí. Mis jadeos continuaban al igual que los de mi primo.

  • Prima me corro dentro?
  • Si primo lléname de tu leche.

El se movía más rápidamente, hasta que soltó un enorme chorro de semen en mi interior. A medida que la sacaba y la metía nuevamente su leche salía más y más. Era increíble. Ahora si ya no tenía más energías, el último orgasmo me había dejado sin aliento. Me recosté sobre la espalda de mi hermano y le pedí que me abrazara bien rico. El me abrazó y me besaba mi cuello. Me susurraba al oído.

  • Hermanita, que rico. No pensé que fueras así de prendida. Me sorprendiste realmente.
  • Yo también estoy sorprendida hermanito, jamás pensé que podía con dos hombres al tiempo, imagínate si me viera mi mamá en estas.
  • Jajajaja. Cállate. No lo digas ni en broma.

Mi primo decía que éramos los hermanos más locos del mundo. Nos preguntaba muchas cosas las cuales le respondíamos con mucha tranquilidad. Yo plenamente satisfecha, como nunca antes y mi hermano igual, nos tranquilizamos mucho al saber que mi primo nos guardaría el secreto. El me volvió a prometer que no diría nada. Cuando mi hermano se alejo un poco a cambiarse me acerque a mi primo.

  • Primo, espero que después de esto, si nos guardas el secreto podamos seguir viéndonos, los tres, o de pronto los dos solamente. Te parece
  • Claro Camila, me encantaría volver a cogerte.

Nos pusimos la ropa y empezamos el trayecto a la casa. En el camino hablamos de muchas cosas, mi primo era el que nos preguntaba de todo. Mi hermano y yo íbamos tomados de la mano, y hasta nos dimos unos cuantos besos en el camino. Mi primo solo se sorprendía ante cada cosa que hacíamos. Finalmente llegamos a la casa. Mi mama preocupada me preguntaba donde habíamos estado.

  • Tía los lleve hasta el rio. Respondió mi primo
  • Y por qué no avisaron, estaba muy preocupada.
  • Preocupada porque mami, respondí yo.
  • Pues porque no conoces mucho por aquí y de pronto te pierdes.
  • Bueno, yo no salí sola, es mas mañana saldremos otra vez, verdad primo?
  • Si claro. Mañana vamos a otra parte que conozco. Mi hermano solo pudo sonreír ante mi propuesta, él sabía lo que había querido decir con eso. Le guiñe el ojo y me entre a la casa.

En mi cuarto y con mis primas ahí, preguntaron que adonde me había llevado. Estaba muy cansada así que casi no preste atención a sus preguntas. Ese día pasé el susto más grande de mi vida pero al tiempo tuve la mejor cogida hasta ese día. Por lo cual puedo asegurar que salí muy bien librada.

Al día siguiente no salimos a ningún lado. La familia se reunió y no pudimos escaparnos, pero igual mi primo me dijo que cuando viniera a la ciudad quería volver a estar conmigo. Unas semanas después vino, pero mi hermano no se entero de la visita, así que aproveche y Salí solo con él. Desde ese día no lo he visto más. Aunque espero volver a verlo.

Mi hermano y yo como se imaginaran continuamos con nuestros encuentros, esa experiencia nos hizo desearnos más el uno al otro, el estaba muy feliz con mis alcances, se sorprendía claro pero estaba feliz por que vivíamos juntos nuestras experiencias. Cada vez soma mas precavidos para no volver a vivir el susto tan verraco que tuvimos.

Espero que les haya gustado…. Como se que una imagen vale más que mil palabras agrego unas nuevas fotos. Cualquier comentario, escríbanme, quisiera que me comentaran experiencias suyas….cualquier cosa ya saben dónde pueden escribirme….