Mi hermano vuelve a casa
Mi hermano llevaba 3 años fuera de casa, vivia con su novia, la cual me odiava por la relación tan estrecha que teniamos a veces no pareciamos hermanos. Cuando volvió a casa, ya no existia esa relación tan intima.
Yo quiero mucho a mi hermano, y antes de irse de casa Ian y yo habíamos mantenido relaciones sexuales diarias, pero eso sucedía cuando teníamos él unos 20 y yo unos 18. Ahora yo tengo 22 años y el 24, y mis padres nunca están en casa se pasan el invierno en Argentina y el verano en Suecia, vivimos solos.
Yo pensé que nuestra relación se había enfriado hasta la primera mañana de su vuelta, os explico. Yo me desperté pronto para ducharme e ir a trabajar, mientras me duchaba él entro para darme los buenos días, y yo me fije que el me miró de arriba a bajo, y que algo se alegraba de verme y él notó que se me erizaban los pezones. Él se vuelve para su habitación sin decirme nada más, yo me sentía excitadísima y quería seguir provocándole, me quedaban unas tres horas para entrar a trabajar.
Me puse mis braguitas de encaje y unos calcetines y entré en la habitación de mi hermano.
- ¿Bianca que haces?
- Ian tengo mi ropa de trabajo en tu armario, en el mío no cabía, perdona si te molesto. ¿Te molesta ver a tu hermanita semidesnuda?
- No me molesta hermanita, pero no soy de piedra y sinceramente estas más buena que antes. Que me estas poniendo a mil.
Él estaba tumbado en la cama y la sabana estaba levantadita, eso me daba a entender que no llevaba ropa interior, yo después de lo que me acababa de decir mi hermano estaba muy excitada y mis braguitas estaban bastante mojadas.
- ¿Ian no llevas nada debajo de la sábana? ¿Qué estabas haciendo?
- Hermanita no me tires de la lengua, que después de lo que he visto en la ducha tenia que hacer algo.
- ¿Te estabas masturbando tete pensando en mi?
- ¿Quieres seguir tú?
Eso me puso a mil, y me acerque a la cama, retiré la sábana y efectivamente, no llevaba nada de ropa debajo. Mi hermano tiene un cuerpo de infarto y solo sentarme en su cama empezamos a besarnos, me tumbe a su lado. Cruzábamos las lenguas, mientras él acariciaba mis senos, yo buscaba su miembro para empezar a masturbarle. El me arrancó literalmente las braguitas y empezó a acariciarme el clítoris mientras me metía dos dedos en mi vagina y me susurraba al oído estas muy mojadita hermanita, necesitabas de mis mimos eh- yo entre gemidos hermanito necesito que me folles, hacia tiempo que nadie me ponía tanto-.
Le aparte su mano de mi sexo, y me metí entre las sabanas y me metí su polla de golpe en la boca, provocándome varias arcadas, pero me encanta el sabor de su miembro, le oía gemir y yo seguía sin parar. Hasta que el de un empujón me tumbo, y empezó a comerse mi sexo, notando como mis flujos salían de mi interior y el no paraba.
- ¿Estas preparada mi reina?
- Mmm... .métemela YA!
Me giró y me puso a cuatro patas, y empezó a rozarme su pene por mi sexo, haciendo que yo suplicará la penetración entre gritos. Sin más dilación me la mete de golpe haciendo que yo suelte un grito de placer, empezó a follarme muy fuerte que él sabe que me encanta. Me agarraba de los pechos fuertemente mientras me decía cositas subiditas de tono al oído, -como te gusta que te folle mi perrita Mm-.
Mientras me penetraba iba estimulando mi ano, hasta que quedo perfecto para la penetración, -hermanita no voy aguantar mucho, ufff... termino en tu culito-, -siiii, sigue, correteeee en mi culo mmm-.
Me empezó a penetrar el ano muy suave para aguantar un poco mas, pero mis gemidos le excitaban mucho, y no pudo aguantar yo tampoco casi nos corremos a la par entre gemidos y gritos.
- Princesa, me corroooooh, ufff... que follada .te echaba de menos.
- Mmmm aaaah agh, lo necesitaba, no te vayas nunca mas, no me dejes nunca más.
- Hermanita, sabes que no te quiero como a una hermana, que tu eres mi mujer, y mientras podamos seguiremos cada día así.
Me giré, y le bese con pasión mirándole a los ojos. Llevamos seis meses así, cada día es especial, no hay día que no tenga sexo. No he vuelto a practicarlo con nadie más que no sea él.