Mi Hermano ¿Un Dios? 3

La historia de Iara llega a su final. "Lamento haberte ilusionado, pero me entregué a Julián, la vida nos depara muchas cosas y le agradezco que te puso en mi camino, vive y sé feliz"

Quiero dedicar este relato a Don Pedrito, gracias a él Iara y Julián terminaron de mostrarme su historia.

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¡Joder y una puta mierda! (perdonen la expresión) pero eran las palabras que se merecía mi queridísima amiga la hija de puta de Alejandra.

-Jajajaja, te iba a despertar peor cabrona, pero después de verte llorándole a Julián que no hay otro hombre al que ames más en la vida, pues me diste lastima.

Alejandra era la única persona que siempre supo lo enamorada que estaba de mi hermano.

Pero la muy hija de puta me había asustado!

  • Ale querida que te trae hoy por acá? Te creía con Matías en un fin de semana de sexo salvaje y desenfrenado. Lo que yo quería decirle en realidad era: pedazo de persona anormal porque putas me despertaste tirándome agua salada.

  • Pues eso ya no fue; Mati paso enfermo y termino siendo el fin de semana más romántico que hemos tenido desde hace tiempo.

En serio me decía eso? Que tu novio pase en el baño todo el fin de semana es romántico?... Vaya Ale si que le quiere.

  • Mujer soñabas con Julián?... Iara ya son dos años y Julián ya no está, sinceramente me preocupas, dejaste a Rolando, no duraste ni dos citas con Carlos, te alejaste de tus amigos, y desde ellos jamás te vi con alguien. Lloras todos los días por Julián y comparas a todos los chicos con el, tía eso ya no es bueno es idolatría. Es como si Julián fuera Dios. Mujer mírate esa fijación, como tu amiga te lo digo: debes de ir con un psicólogo.

Yo la escuchaba, se que tenía razón, pero había una parte de mi que no se resignaba, yo no aceptaba que Julián estuviera muerto como no aceptaba enamorarme de otro hombre.

  • Mira Ale yo se que Julián ya no está, pero he pasado cada día pensando, jamás encontramos su cuerpo y los comandos de salvamento pasaron tres meses buscándole. Algo en mi me dice que está vivo! Yo lo se Ale! Sé que está vivo Julián no está muerto! el no está muerto!

Lo grité, estaba desesperada ya no podía mas, la cabeza me daba vueltas y las lagrimas cegaban mis ojos.

Mi amiga me abrazó, creo que después de tanto tiempo ya no sabía que decir ante mi necedad. Pero yo estaba segura de que Julián estaba vivo. Lo sabía, por eso nunca lo admitía.

Ale me hizo salir esa noche y le conté lo sucedido con Ulises, de cómo me sentía, porque sentía que lo había traicionado.

Mi amiga por supuesto celebró que me acostara con otro hombre después de tantos años de abstinencia, y me dijo que pronto tendría que presentarle a Ulises… conociéndola lo que quería seguro era ver si tenía buen polvo.

Sonó mi móvil y era Ulises, me había visto en el bar donde estábamos con Ale y preguntaba si podía acercarse; vaya este chico era lindo. Le dije que sí y el llegó a donde estábamos, mi querida amiga le hizo de todo tipo de preguntas, en orden de conocer la personalidad del chico nuevo en mi vida.

-Iara vamos al baño… Perdón Ulises ya sabes cosas de chicas. Ale  hizo guiño y yo la seguí.

Ya sabía la que se me venía: -Joder tía!!! Está buenísimo, con razón te lo follaste… mmm, yo también lo haría.- La cara de guarra de Ale no tuvo igual, y no tuve más remedio que reírme, si era un chico nuevo en mi vida, pero no me apetecía mas con el que sólo un par de polvos. Cuando volví a mi “lucidez”  me di cuenta que no amaría a otro que no fuera mi adorado hermano.

Seguimos charlando y bebiendo, y dispusimos marchar a casa; Ulises insistió en acompañarme, pero no quería tenerlo conmigo todo el tiempo. Eso implica una relación, y no estoy para eso; en el camino casi matábamos a un tipo… Ven chicos si toman no beban por favor, el peor susto de mi vida.

Me di un golpe en la cabeza, pero no fue tan fuerte así que no le dimos importancia, Ale hizo lo que pudo para que no matáramos a aquel hombre, y después de calmar nuestros nervios en casa con una taza de té; puedo asegurar q Ale se fue a 10 kilómetros por hora a su casa.

Y allí estaba sola, odio la soledad, cuando Julián estaba conmigo jamás estaba sola; siempre escuchaba la consola de juegos en la sala o a los idiotas de sus amigos bebiendo en la cocina, Julián estudiando en el desayunador: siempre había ruido y era por mi hermano, el amor de mi vida. Me quedé sentada mirando a la playa, allí donde tantas veces veía los atardeceres  con Julián y hablábamos de ir a surfear al día siguiente. Y allí estaba yo como siempre pensando en él.

Extrañaba mucho en esos momentos a mi hermano, puede que pase pensando en él como hombre pero también me hacía falta esa complicidad que solo se tiene con un hermano. Cada vez que le extrañaba peor que siempre, iba a su habitación, y me quedaba en su cama viendo sus cosas o charlando largo y tendido con el poster de Giselle Bündchen que mi hermano tiene en su puerta, cuando Julián estaba acá la piropeaba a diario.

Hubo algo que llamó mi atención, y me levante hacia el escritorio. El cuarto de Julián estaba tal cual él lo dejo y lo único que había tocado habían sido sus sábanas al sentarme, no permití que mama botara o regalara las cosas de mi hermano. Abrí la primera gaveta y en ella encontré la carpeta de mi hermano, aparte de sus apuntes había una foto mía, mi cabello suelto, riéndome y con un traje de baño blanco, no recordaba que me hubiera tomado esa foto pero me alegró ver que me llevaba con él a clases. Seguí revisando su carpeta, unos apuntes de química y una carta, me quedé helada era para mí.

“Iara:

Hay muchas cosas que no sé cómo decirte, supongo que no lo hago porque no tengo el valor y no quiero que te alejes de mí, pero con esta carta quiero decirte que no solo eres mi niña, eres algo más.

Si te pierdo a causa de mis sentimientos no lo soportaré, pero respetaré tu decisión debes sa”

Y allí terminaba la carta, que seguro había escrito varias veces, notaba tachones y manchas a medida que escribía o pensaba mejor como explicármelo, que era lo que debía saber? Porque supongo que esa era la palabra que pretendió escribir. No quería imaginar más allá así que tome una hoja de papel de la carpeta y escribí lo siguiente:

“Julián:

Te amo, más que a mi vida y estos dos años sin ti han sido lo peor que me ha pasado. Jamás me habrías perdido a causa de tus sentimientos, porque para mí eras más que mi hermano o mi mejor amigo. Fuiste, eres y serás el amor de mi vida.”

Deje la pluma estaba llorando y se cortó la energía, me quedé a oscuras y bajé a la sala, encendí las velas.

Me abrazaron, alguien me abrazó! Me di la vuelta y era él! El tipo que casi atropellábamos, el amor de mi vida! Mi hermano Julián!!!

Me desmayé, no supe cuanto tiempo estuve inconsciente. Y allí estaba Julián un poco flaco y quemado por el sol. Sus hermosos ojos clavados en mi y  toqué su cara, me sentía en el cielo… seguro que me morí y estaba en el cielo con mi amado Julián, o era el sueño más hermoso. No lo creía. No era posible… Pero era cierto. Allí estaba él y comencé a llorar.

- Perdón por haberte hecho sentir todo este dolor, Iara pero era necesario hacerlo-

Traté de calmarme y escuchar lo que iba a decirme, sentía que de esto dependía mi vida, y así era.

- No tuve nunca el valor para decirte, lo que de verdad sentía. Cada día que te veía allí con esa sonrisa que tanto me gusta eso iluminaba mi vida. A tu lado mantener el sentido común era imposible, ver ese cabello mojado y como se veía la luz del atardecer en tus ojos, eso era una dicha para mí. También implicaba un gran esfuerzo de mi parte ver todo eso de ti Iara y no lanzarme a tus labios; pero eras mi hermana y tu amor por mi era como debía de ser, no como yo lo sentía, no de esta manera que me hacía verte como la mujer de mi vida y no como mi hermana .

Tenía un nudo en la garganta y miraba esos preciosos ojos color miel que eran la razón de mantenerme aferrada a la vida, también eran la razón de desear la muerte desde el momento en el que supe que no les vería más.

- Yo te amo Iara. Y me daba miedo perderte que te alejaras de mí si te decía todo esto…

No quería saber más, no podía perder mi tiempo sin demostrar todo este amor que sentía por él. Así que tome su cara entre mis manos y le besé tiernamente, sentí el sabor salado de mis lagrimas, y la maravillosa suavidad de los labios de mi Julián. Me separé un poco de él para ver sus ojos y me regaló esa sonrisa pícara que tanto adoraba. Mi Dios estaba allí, mi religión, mi vida estaba entre mis brazos, eufórica continúe besándolo haciendo que de un beso tierno pasara a un beso lleno de pasión y a que mi Julián tomara el control de la situación.

Me levanto y me llevo a mi habitación, todo se iluminó y el comenzó a desabrochar el botón de mi pantalón, saco mi blusa y quedé allí para él.

Un calofrío recorrió mi espalda a medida que Julián la recorría con la yema de y sentía su respiración en mi cuello, no supe cómo pero quité su camiseta y su pantalón y lo dejé en bóxers, el me abrazó tan fuerte que tronó mi espalda pero fue placentero, sentir que mis tetas se aplastaban contra su pecho y el bulto de su entrepierna.

Relajó sus brazos y me dio un beso en la frente, luego bajo su mirada y me dijo:

-Quiero que escuches bien lo que voy a decirte, porque no quiero ir más allá sin ti y sin que tu lo permitas: si hacemos el amor te entregarás a mí para siempre, pero si decides que no, seré libre de irme y dejaré que vivas tu vida.

Entendí en ese momento lo que mi hermano quería decirme, y no sentía miedo. Desde que nací le pertenecí en cuerpo y alma. Esta noche era mi entrega total.

-          Julián, no pienso vivir mi vida sin ti, ni un minuto más, eres lo que más amo y todo lo que necesito, desde siempre he sido tuya… tómame

Por toda respuesta Julián me terminó de desnudar dejándome solo con mi tanga de encaje negro, otra vez esa sonrisa picara mientras me veía de arriba abajo y yo mordí mi labio inferior. Comenzó a sobar mi cadera y a acercarse, con una mano tomó mi cuello y me besó. Su lengua hacia masajes a la mía y nuestros cuerpos se arrimaban mas, podía sentir su bulto, así que bajé mi mano y sobre su bóxer acaricie de arriba abajo toda su polla mientras él jugaba con uno de mis pezones.

Mi hermano bajo su mano tocando todo mi abdomen y llegó a mi rajita, comenzó a acariciar muy suavemente mis labios y yo estaba muy mojada lo hacía muy lento y eso me gustaba, luego llego a mi clítoris y con un movimiento de arriba abajo comenzó a hacerme un masaje sin llegar a meter del todo su dedo.

Yo le besaba su cuello y pajeaba suavemente su polla, al ritmo que él me masajeaba. Lubriqué un poco mi mano con mi saliva y lo seguí pajeando. Julián hizo su cabeza hacia atrás gimiendo y mirándome con pura lujuria, sus masajes a mi coñito se aceleraron y yo ya lo masturbaba en toda regla. Me dio otro beso de esos que te quitan el aliento. Yo solté su polla para corresponder a ese beso abrazándome a él.

Me arrodille ante la polla de mi hermanito y le di un beso muy suavecito en la punta, con pequeños lengüetazos fui recorriendo todo su miembro y me entretuve chupando sus bolas, esa polla es preciosa jamás imaginé que era así, la cabeza rosada, unos 20 centímetros de largo y gruesa, era perfecta, su olor me hacia querer mamarla toda la vida, y así lo hacía mamaba a mi hermanito como si mi vida dependiera de ello, Julián movía sus caderas el me follaba la boca y yo estaba en el cielo. Sentí que se puso tenso y en ese momento gimió y me hablo:

-Mmmmm Iara, ven amor levántate; es la mejor mamada que me han dado en la vida. Ahora déjate hacer…

Me recostó en la cama y separo mis piernas, me besó desde los dedos hasta los muslos, yo hacia mi cabeza hacia atrás y muchos corrientazos pasaban por mi columna, me moría porque me comiera el coñito, pero me estaba entregando a él, así que Julián marcaria el ritmo.

Siguió jugando un rato mas y yo no pude  -Julián por favor come mi coñito ya!- Y lo hizo, me comió como un desesperado, recorriendo con su lengua desde mis labios hasta mi culo, dándome mordiditas en el clítoris y metiendo su lengua en mi coñito hasta donde podía, yo era un mar de jugos y él se lo tomaba todo, en todo momento no dejé de acariciar su pelo, y cuando más fuerte eran los corrientazos que sentía, mas apretaba su cabeza a mi coño, tenía las piernas muy abiertas y mi hermano metió dos dedos y comenzó un mete y saca que hacía que mis contracciones vaginales fueran en aumento.

-Julián!! Me…. Me co… me corroooooo ohhhhhhh Dios! Dios mío Julián!!! Mmmmmm!!!

Un chorro potente salió de mí, no supe cómo, me desespere un poco y vi que había mojado el brazo de mi hermano.

-Cariño lo sii..Siento- le dije muy cortada.

Sus ojos color miel se encontraron con los míos y de nuevo su cara era de total lujuria cuando se colocó entre mis piernas y tomo su polla, la pasó por toda mi rajita húmeda sin dejar de verme, hizo un par de círculos en mis labios mayores y coloco la cabeza de su polla en la entrada de mi coñito, sentía su dureza allí, apenas abriendo mis labios, como calculando el momento en que me haría suya por completo.

Supe que con cada milímetro que el entrara, me daría un placer que jamás en la vida sentiría con otro hombre. Rodee con mis piernas su espalda y el acaricio mi rostro. Sin dejar de verme, sin decirme nada comenzó a penetrarme, cuando por fin el estuvo dentro y sentí que sus huevos chocaron con mi culo besé a mi hermano, y comencé a mover mis caderas en movimientos circulares, en ese momento hice que él se tumbara en la cama sin salirme de él y comencé a cabalgarle, subía de arriba abajo haciendo movimientos circulares, luego comencé a acelerar mi ritmo como una posesa, yo haría que mi hombre terminara en mi o el me pondría como quisiera, apoye mis manos en su pecho y su polla salía por completo de mi para luego volver a clavármela. Cambiamos de posición y me puso de perrito.

- Hermanita que rico culo tienes.

  • Todo tuyo hermanito, haz lo que quieras con él.

Mientras dije esto, Julián ensalivo uno de sus dedos y comenzó a dilatar mi culito, estaba tan caliente que no sentí cuando me metió dos dedos más. Pero si sentí cuando salió de mí y coloco su polla entre mis cachetes, aparto mi cabello, me beso y me dijo al oído:

- No te preocupes, no te haré daño.

Sentí un leve dolor a medida que entraba en mí y gemí un poco

- Tranquila amor, tranquila ya pasó lo peor ya está la cabeza adentro.

De un empujón suave, Julián ya estaba dentro de mí y acariciaba mis pechos, yo con la cabeza en la almohada ya no sabía si gemía o gritaba.

-Sii Julián, hermanito sigue así mi amor!! Sigue no pares por favor!

Comenzó a embestirme más fuerte pasamos así unos cinco minutos, salió de mi y penetro de nuevo mi coñito, Julián me embestía a lo bestia y a mí me encantaba, me corrí dos veces más y él seguía dándome fuerte.

- Iara mi amor me voy a corerrr!! Ohhhh! Mmmmm!

-Yo también cariñooo me corro!

- Dentro de ti? Qui… Quieeres que me corra allí??

  • Si mi amor, lléname y hazme tuya! Ya que me corro yo también

Nuestros gemidos se escucharon al mismo tiempo y mi hermano se dejo caer sobre mi espalda, yo baje mi culito despacio para quedar acostada con Julián encima de mí. Después de que recuperamos el aliento mi hermano salió de mí y se tumbó a mi lado.

- Después de esto Iara, creo que deberíamos de dormir un poco ¿no crees?, recuperar fuerza e ir a surfear juntos un rato y luego irnos.

Julián se veía más guapo que nunca, parecía un Dios rodeado por un halo de luz, y esa sonrisa picara que me derretía, no me ponía las cosas fáciles a la hora de negarle algo.

Me levante y fui a traer la carpeta de Julián, saque una página y escribí unas líneas, Julián solo me observaba. Era mi Dios y estaba entregada a él, en mi mundo no había más nada y no necesitaba nada. Acariciaba mi pelo mientras esperaba mi respuesta; así que me di la vuelta, me acomodé en mi posición favorita para dormir mientras él me abrazaba y le dije:

-          El ultimo en despertarse hace el desayuno y encera las tablas.

Mi hermano se rió con ganas y me besó. Cerré mis ojos para dormir mientras Julián hablaba

- Quiero jugo de naranja, un omelet y mi tabla bien encerada flaca.


Tía! Joder he pasado quince minutos allá afuera tocándote la puerta, joder Iara!!! Abre ya!!!

Derribaría de una patada la puerta, porque ya llevaba tocando la puerta de la habitación de Iara más de 20 minutos, y me tenía preocupado;  eran las 5 de la tarde y no podía sacar de mi cabeza el tono de voz afligido de Alejandra cuando me dijo que había intentado comunicarse con Iara en la mañana y nadie le había contestado, así que le dije que nos reuniéramos en su casa para ver que le sucedía, abajo Alejandra llamaba a la madre de Iara para saber si le había dicho si saldría o algo.

Seguí gritándole y no obtuve respuesta, con cada patada que le daba a esa puerta y no cedía  crecía mi miedo y mi desesperación. Y por fin, la puerta cedió allí estaba Iara, en posición fetal, como dormida, mi alivio inicial fue reemplazado por el terror cuando vi que en un costado de su cabeza había un charco de sangre y en su cara una sonrisa de felicidad.

Me acerque a ella y no respiraba, no sentía su pulso, no había nada. La chica que había admirado por tanto tiempo, estaba allí, fría y rígida con una carpeta entre sus manos.

Con mucho esfuerzo debido a su rigidez saque esa carpeta y vi lo que abrazaba, era una carta de su hermano y ella había escrito una respuesta. También había otra carta y era para mí.

“Ulises:

Lamento haberte ilusionado, pero me entregué a Julián, la vida nos depara muchas cosas y le agradezco que te puso en mi camino, vive y sé feliz”

Dolió, ver a la chica que yacía allí inerte, y dolió enterarme que no estaba bien de la cabeza. Salí de ese cuarto decepcionado y enojado, le dije a Alejandra lo que pasaba y no volví a ver atrás.


Han pasado dos meses desde que Iara murió, los médicos dijeron que se debió a una fractura lineal del cráneo, y que pudo haberse salvado si hubiéramos ido de inmediato a emergencias. Siempre voy a vivir con el remordimiento de no haberla obligado a ir al hospital, pero no insistí porque íbamos tomadas y además Iara fue necia al decir que estaba bien.

Caminando entre una fila de tumbas y con  Matías a mi lado, encontramos la tumba de Iara, encendí una vela y coloque un ramo de flores, tenía que hablar con mi mejor amiga.

Sé que ahora estas feliz, cabrona… se te hizo estar con el amor de tu vida aunque sea en la muerte verdad… je, je, je; pero mira a mi me dejaste sola y sin dama de honor para mi boda, eres mi mejor amiga y tenias que ser la primera en saberlo, ¿lo adoraste hasta la muerte verdad Iara?....