Mi Hermano tiene eyaculación precoz!

Del tremendo esfuerzo de una abnegada hermana por ayudar a su hermanito a superar un problema que lo tiene muy preocupado.

MI HERMANO TIENE EYACULACION PRECOZ!!!

Mamá había salido a trabajar, y yo estaba de vacaciones en la Universidad. Mi nombre es Erika, tengo 21 años, estudio cuarto año de medicina en una universidad en Quito, y para serles franca, mis amigos dicen que estoy buenísima. Me encanta mi cuerpo y estoy orgullosa de mis caderas, de mi trasero, pero sobretodo de mis pechos. Mis tetas son de infarto, no se cómo llegaron, pero cada día agradezco a Dios por habérmelas dado. Soy estudiosa y amiguera, y por ahora no tengo ningún enamorado, quiero primero terminar mis estudios.

El asunto es que me había puesto a limpiar la casa, en donde vivía junto a mi mamá, que trabaja todo el día, y mi hermano, Sebastián de 18 años, quien el día de hoy era un muchacho lindo, alto, fuerte, atlético, siempre alegre y optimista. Hacía un año había ingresado a la universidad para estudiar sicología. Sin embargo, últimamente lo veía triste y preocupado.

Regresando a la historia, estaba en mis labores de limpieza de la casa, y cuando ingresé a limpiar la habitación de Sebas, vi que no había apagado su computadora, estaba prendida, y el tema que tenía en la pantalla era algo que me dejó perpleja: cómo combatir la eyaculación precoz? Por un momento pensé que era un tema de la Universidad, pero después de un momento me pregunté si no sería un problema que tenía Sebas. Ingresé a su Messenger y vi entre sus conversaciones, que le pedía disculpas a su enamorada, de nombre Mía, por no poderse controlar y venirse tán rápido. Le pedía perdón y le pedía otra oportunidad. Parecía que las cosas no iban muy bien. Primero me sorprendió que mi hermanito ya estuviera en estos asuntos de sexo, pero más me preocupó que no fuera feliz, siendo el sexo una de las satisfacciones más grandes que puede tener una persona.

Salí de su habitación y cuando terminé de limpiar, fui a mi habitación prendí mi computadora e ingresé a Internet, y me dediqué a buscar artículos referentes a la eyaculación precoz, y encontré varios estudios que hablaban de la técnica de Kegel, y que consistía en la contracción de los músculos pélvicos para controlar la eyaculación precoz.

Encontré que los músculos pélvicos son aquellos que se encuentran entre los testículos y el ano, y había que contraerlos lo más que se pueda para poder controlar la eyaculación. Recomendaban hacer ejercicios contrayendo y relajando estos músculos por 5 segundos, unas 30 veces por día.

También recomendaban hacer un masaje dentro del ano, sin llegar a tocar la próstata.

Igualmente señalaban que era importante mantener una cierta frecuencia en las relaciones sexuales. La falta de sexo puede derivar en una pérdida temporal del control de la eyaculación; pudiéndose agravar con el tiempo y la falta de dedicación.

Recomendaban tener al menos 3 relaciones sexuales por semana, no masturbaciones, porque correrse la paja no incrementaba el uso del músculo pélvico que era el que controla la eyaculación.

Me propuse ayudar a mi hermano, y que pudiera superar este problema sea como sea, aunque me tuviera que sacrificar por el. La verdad, era que el tema me estaba poniendo calientona, y el sólo hecho de pensar en ayudarlo a tener la verga parada más y más tiempo, me ponía a mil por hora.

Como sabía que mi mamá no llegaría hasta la noche, y Sebas llegaría a almorzar y después a jugar con el Play, decidí bañarme y ponerme lo más linda y seductora posible, para hablar sobre el tema, darle confianza y también para provocarlo y hacerle ver que su hermanita lo podía ayudar en toooodo.

Mirándome al espejo, me puse linda, con una tanguita tipo hilo dental que separaba mis pompis, una minifalda que se levantaba a la primera brisa y un polito que dejaba ver mi ombligo. No me puse brassiere, para que pudiera ver mis pechos.

Cuando Sebas llegó me dijo. "hermanita, qué linda estás" y noté que no dejaba de ver mis pezones duros y mis piernas también duras y redonditas. Le dije siéntate hermanito, hoy quiero celebrar, y sin decirle el motivo, le ofrecí un Cuba Libre que había preparado, y que él se lo tomó de inmediato. Esto lo relajó, preparé un segundo Cuba Libre, y después de conversar un momento cosas sin importancia, le pregunté cómo iban las cosas con Mía. Se puso un poco triste, me dijo que las cosas no iban muy bien, pero no me quiso contar la razón. Después de mucho preguntarle yo, por fin me dijo que se estaba sintiendo mal, porque no podía hacer gozar a Mía como él quería, que apenas tenía su pene dentro de ella, se venía, que no podía aguantar y que por más que trataba, eyaculaba de inmediato. Mía al principio le decía que no se preocupara, que eso estaba bien, pero él se daba cuenta que ella se empezaba a aburrir, y en una oportunidad Mía le dijo que era un desconsiderado, un egoísta, y que no podía creer que no pudiera esperarla.

Sebastián estaba desconsolado porque realmente quería a Mía, y porque quería que ella se sintiera feliz y plena sexualmente.

Yo le dije: hermanito, entonces yo tengo la solución, estudio medicina y quiero ayudarte, pero tienes que confiar en mi.

Me miró de pies a cabeza, y con una sonrisa me dijo, hermanita, me pongo en tus manos.

Aunque no teníamos tanta confianza y no nos veíamos desnudos, salvo por casualidad, lo llevé al baño de mi madre que tiene un jacuzzi, puse agua tibia, le quité toda la ropa, lo sumergí en el agua y le dije que descanse y se relaje. Aproveché para poner música muy suave, incienso con olor a sándalo para llenar de olor sensual el ambiente, y después me acerqué a el.

Con una esponja y jabón empecé a frotar sus hombros suavemente, al ritmo de la música, haciendo círculos suaves sobre sus anchas espaldas. Esto le fue gustando y por sus ojos noté que se iba relajando y soltando. Aproveché para quitarme lentamente la faldita y el polo y quedarme sólo con la tanguita que como dije separaba armoniosamente mis nalgas. Seguí frotando su espalda, pero poco a poco fui bajando hasta tocar sus nalguitas duras y redondas, y de allí seguí y seguí hasta llegar a su ano, a su huequito trasero. Primero le sorprendió, y antes que dijera algo le dije, hermanito, confía en mi, déjate llevar. Accedió. Yo seguí frotándole el ano, y poco a poco metiendo uno de mis dedos. Sebas cerró los ojos y vi que le pene se le puso duro como una roca. Tremenda pieza que se manejaba mi hermanito!, grande, dura, gorda, provocaba agarrarla allí mismo. Sin embargo seguí y seguí haciéndole este masaje anal, y él seguía y seguía gozando. Quiso llevarse la mano al pene para masturbarse y le dije: no hermanito, no hagas nada, déjate llevar. (esto no convenía porque lo que buscaba era mantener la erección el mayor tiempo posible, y ejercitar sus músculos pélvicos).

Después de más de 20 minutos de ver parada la verga de mi hermano, lo saqué del jacuzzi y lo sequé (seguía con el miembro parado). Lo llevé a mi dormitorio allí lo eché a mi cama y por primera vez empecé a besarlo suavemente en la boca. El se dejó hacer. Correspondió a mis besos mientras acariciaba mis tetas y mis nalgas, yo miraba que seguía erecto y poco a poco fui bajando para introducir su miembro caliente en mi boca. Empecé a lamerlo y lamerlo cual bola de helado hasta que sentí que estaba por venirse, en ese momento le toque los músculos pélvicos que como dije se encuentran entre los huevos y el ano, y le dije, hermanito contrae esta parte, fuerte fuerte, aguanta. Lo hizo, y efectivamente no se vino, no salió el chorro de esperma que el ya tenía listo para disparar. Le dije: viste?, el tema está acá, entre tus huevitos y tu culito, cada vez que sientas que te vas a venir, presiona este músculo, contráelo y se va a detener la eyaculación, no el deseo, porque vas a seguir con tu miembro bien paradito haciendo gozar a tu pareja.

El me miró y sólo me dijo: sube hermanita y practiquemos. Yo ni corta ni perezosa, me quité la tanguita que a duras penas podía contener toda la humedad que tenía en mi cuquita, y me subí sobre el pedazo de carne de mi hermano y prácticamente me entornillé en el. Estaba caliente y muriendo de deseos de sentirme atravesada por el. Empecé un movimiento cadencioso de abajo hacia arriba, mientras él tomaba mis tetas y las estrujaba como buscando exprimirlas, y cuando sentía que estaba por venirse le susurraba al oído: hermanito contrae tu culito. El sonreía y yo sentía como contraía el músculo con el pene erecto como una torre y no se venía. Repetimos varias veces esta operación y el aguantaba la eyaculación. La que se vino varias veces fui yó, que sentía no poder aguantar más el placer que me producía esta situación. Cambiamos de posición a perrito, donde el veía mi culo grande y redondo y allí sí sentí que Sebas no iba a aguantar, le dije en tono serio, concéntrate y sigue tirándome carajo!!. El entendió, contrajo su culito otra vez y siguió adelante. Fue increíble, estuvimos más de 10 minutos en esa posición, y yo tuve mi tercer orgasmo!!

Finalmente cambiamos de posición otra vez, esta vez frente a frente, con mis piernas sobre su hombro, y mientras me besaba apasionadamente sentía cómo me atravesaba con su tremendo pene, y cada vez que estaba por eyacular, contraía el músculo y continuaba, siguió así, incansable, hasta que me vine por cuarta vez. Eso era mi record mundial para una sesión, y seguramente era largamente el record de Sebas en cuanto a tiempo tirando. Al final le supliqué que se venga conmigo, a lo que él, siempre obediente empezó a empujarme con más fuerza, salvajemente, hasta que esta vez no contrajo su culito y se vino en una sola explosión, que me hizo sentir cómo todo su semen caliente, quemante entraba a mis entrañas. Que rico papi!!! Fue lo único que le pude decir. Yo estaba exhausta pero feliz, era la primera vez que lo hacía con mi hermanito, y me sentía plena, pero sobretodo, sentía que lo había ayudado a superar un problema.

Le dije que había estado delicioso, que era el mejor sexo que había tenido en mi vida, y que esperaba que esto le sirviera para su relación con Mía.

El también estaba feliz, me besaba, me acariciaba, me agradecía, me dijo que nunca había durado tanto tiempo, que vá! ni un minuto! Ahora había estado más de una hora tirando y tirando sin venirse.

Nos bañamos, no teníamos hambre, así es que nos recostamos otra vez, y mi hermanito ya estaba otra vez con el pene parado, era él quien ahora tomaba la iniciativa, y me dijo, hermanita, tenemos que seguir practicando, pero esta vez fue él quien empezó a acariciar mi culito y a dar vueltas con un dedo dentro de mi ano, luego dos dedos, luego tres, y finalmente, con bastante saliva, metió su verga dentro de mi culito. Francamente no me dolió nada, estaba todavía bastante relajada del polvazo anterior, así es que sentí mucho placer cuando empezó a moverse dentro de mí. Ya controlaba mejor sus músculos pélvicos y a mí me daba mucho placer. Mientras me enculaba, le enseñé a mi hermanito dónde quedaba mi clítoris y cuáles eran los puntos de mi cuerpo donde el al tocarme me hacían sentir electricidad y deseo de ser atravesada. El era un alumno aplicado y pude tener un quinto orgasmo en ese día, algo que no me había propuesto, al venirme junto con el después de más de 20 minutos de mete y saca de su pieza en mi culo.

Le dije mientras nos bañábamos juntos nuevamente: Sebas, por favor este es nuestro secreto, yo he gozado mucho enseñándote estas cosas para que las pongas en práctica con Mía, y no tengas este problema de eyaculación. Pero por favor no se lo comentes a nadie, y gózame cada vez que quieras.

Así sucedió, Sebas le dio a Mía una tremenda lección de sexo, hasta ahora la tiene loca, lo han hecho en todas las posiciones y formas y en todos los lugares. Inclusive lo ha hecho en su habitación con Mía, y como premio por mis esfuerzos, me ha dejado que los vea tirar juntos sin que ella sepa, lo cual a mí me calentaba mucho y hacía que me masturbe como una loca desenfrenada.

Seguimos tirando como adictos al sexo cada vez que podemos, Sebastián se ha convertido en mi amante, y practicamos posiciones nuevas y cuando tenemos alguna duda respecto al sexo, buscamos la solución juntos. Esto me ha dado tranquilidad y relajo. Tengo actualmente un enamorado, con quien ya tiro, y me gusta, pero no se compara en nada con mi amante y hermano, Sebastián!