Mi hermano mi pecado
Como ya entregada a los placeres sexuales termino pecando con mi hermano mayor
Mi hermano, mi mayor pecado.
Hola chicos, me llamo Camila, soy una chica colombiana de 19 años. Este es mi segundo relato. Es 100% real y me sucedió hace apenas unas cuantas semanas. Quise confesarles esta experiencia porque esto no es algo que se habla ni con los amigos, y busco en el relato una especie de desahogo pues es algo bastante tremendo.
Mi hermano y yo nos tenemos una confianza grandísima y aunque a muchas amigas se les hacia extraño mi cercanía con él la verdad es que nunca habíamos pensado o imaginado que tanta confianza nos pondría en la situación que ahora estamos viviendo.
El es mayor que yo. Tiene 23 años y no es porque sea su hermana pero es un chico muy apuesto tanto así que son muchas las chicas que andan detrás de él. Pero el es muy selectivo en cuanto a sus conquistas, nos contamos todo. Muchas veces nos hemos vistos semidesnudos y muchas veces he podido ver su pene y el mi trasero y mis tetas. Aunque imagino que mi sexo también ha tenido la oportunidad de verlo. Dormimos en la misma habitación y no es porque no hayan más dormitorios sino porque nos dormimos contándonos nuestras cosas y muchas otras bobadas. Pero a pesar de todo esto jamás en la vida llegué a tener algún pensamiento con él.
Yo hace algún tiempo fui modelo juvenil y me encanta tomarme fotografías y mi hermano es fotógrafo, o por lo menos eso es lo que él quiere dedicarse profesionalmente así que siempre nos ayudamos mutuamente en ese aspecto.
Mis amigas siempre me decían que tanta confianza con mi hermano iba a terminar en algo incestuoso pero yo jamás le hice caso a sus palabras proféticas. Y es que no teníamos otros ojos para vernos entre los dos. Es más el muchas veces me había tomado fotografías semidesnuda y alguna que otra vez estando yo ebria me deje fotografiar desnuda por él. Pero entre risas y burlas no pasaba mas nada. Hasta que una vez tanta confianza iba a terminar por jugarnos una mala pasada.
Estaba yo en mi cuarto en una facha casera normal. Estaba recién levantada así que llevaba puesto mi cacheterito negro y una especie de baby doll aunque no lo es en el sentido estricto de la palabra
Estaba chateando con una amiga la cual me contaba su faena de la noche anterior lo cual me hizo excitar. Ella que es bien putona me decía todo con pelos y señales a sabiendas que eso me ponía a mil a mi también. No podía resistir tanta excitación por lo que me empecé a masturbar. Mis dedos se abrían paso en mi chuchita increíblemente húmeda. Uno que otro gemido se me escapaba, saque mis senos de la blusita dejándolos al aire libre. Mis pezones estaban durísimos. Me los pellizcaba mientras con la otra mano jugaba con mi sexo. Cuando de repente veo a mi hermano parado en la puerta de la habitación con la verga en la mano mirándome.
- Que haces ahí?
- Viéndote hermanita. Necesitas ayuda?
Era tanta las ganas de sentir un hombre que no me importo que fuera mi propio hermano.
- No te quedes ahí parado ven y fóllame.
Estaba perdida de la excitación. Mi hermano estaba igual, parecía que su glande estallaría. Estaba rojo como una manzana. Pero lo que más me sorprendía era el tamaño. Era inmensa.
Me tomo de los hombros haciéndome arrodillar. Sabiendo sus intenciones le agarro su enorme pene por la base y con mi lengua empiezo a lamerlo de raíz hasta la cabeza.
Luego lo tome firmemente metiéndolo en mi boca la cual estaba hecha aguas. Con mi otra mano seguía frotando mi chucha. El acariciaba mi cabello y me decía.
- Esto es una locura cami.
- Lo sé mi amor. Pero no pensemos en eso.
Las palabras sobraban, no quería hablar. Después de algunos segundo me levante y acostándome en la cama le dije.
- Hermanito quiero que me comas.
- Claro hermanita. Prepárate para sentir mi verga.
Abriéndome las piernas lo suficiente se monta encima de mi para poquito a poco meterme su enorme verga. Lo miraba a los ojos y no podía dejar de ver en su mirada preocupación por lo que hacíamos.
Lo bese y le dije que no tenia porque preocuparse por nada. Éramos un hombre y una mujer hambrientos de sexo y que nadie tendría que saberlo jamás.
Empezó las embestidas. Wow. Más demoro él en acomodarse sobre mí que yo en tener un orgasmo súper agresivo. Solté un chorro de mis jugos casi como cuando un hombre eyacula. Fue tremendo. Su estomago estaba empapado al igual que casi todo su pecho. Pero el apenas se detuvo en las embestidas. Me separo las manos de mi cuerpo y estirándome por completo en la cama se acostó sobre mi dándome un beso que me hizo temblar. Solamente movía su parte pélvica mientras nos acompañábamos por unos gemidos súper intensos.
Cuando se venía me lo hizo saber.
- Hermanita me vengo.
- No importa dale que yo me cuido.
A penas termine de decírselo cuando siento que me vagina se inunda de un espeso y caliente semen. Me miraba y sonreíamos al compas de cada movimiento de él.
Después de el esfuerzo se separo de mí y me dijo que habíamos hecho algo terrible.
- No te preocupes hermano, me ha encantado y sé que a ti también. Y no quiero que esta sea la última vez. Quiero que me sigas cogiendo.
Le agarro su pene ya caído y empiezo a lamerlo, cuando lo tenía entre mis manos pude sentir como nuevamente empezaba a crecer, cuando estuvo erecto a plenitud me monte sobre él.
Con mi mano derecha lo acomodaba entre mis labios vaginales mientras que con la mano izquierda le acariciaba su rostro. Cuando ya me pude sentar sobre su verga y empezó a entrarme puse mis dos manos sobre su pecho y empecé a cabalgar, sus manos en mis senos se desplazaban a su antojo. Esa posición me gustaba mucho y nuestras miradas se cruzaban y solamente podíamos sonreír ante tanto placer. Subía y bajaba mientras el inmóvil solo me acariciaba mis pechos. Pero me canse pronto así que le pedí que cambiáramos la pose. El enseguida me puso en 4 sobre la cama y colocándose detrás de mí me dio a pensar que quería cogerme por el culo. Pero no fue así. Tomándome por las caderas me halaba hacia él y me la corría por la vagina. Sentía como entraba y salía esa enorme verga de mi sexo con un ritmo infernal, haciéndome correr nuevamente, esta vez el me acerco su boca a mi chucha y comenzó a chupármela haciéndome ver estrellas, dios estaba flotando. Era el mejor sexo oral de mi vida y si que sabia como hacerlo. Luego de un rato volvió a poner su pene en la entrada de mi chucha y tomándome nuevamente por la cintura me halo hacia él y comenzó a penetrarme. Luego me metió uno de sus dedos en mi culito haciéndome brincar.
- Hermanita quieres que te la meta por tu culito rico.
- Si hermano cógeme a tu gusto.
- Wow sí que me sorprendes.
- Si hermanito pero no me preguntes nada solo hazme lo que se te antoje.
Y es que cuando estoy cogiendo no me gusta que me preguntes si pueden hacer cosas, solo que hagan lo que se les antoje. Me la saco de la chucha y empezó a meterla por mi culo. Se sorprendió que entrara tan fácilmente.
- Wow si lo tienes súper abierto.
- Un poquito.
- Te gusta que te den por detrás?
- Toda la vida.
Mi hermano no podía creer que su hermanita fuera tan zorrita, pero yo tampoco podía creer que tuviera tanta resistencia. Era por mucho el hombre que más tiempo había durado follándome sin venirse por segunda vez.
Al rato cambiamos la pose. Los dos de pie, me levanta la pierna hasta el cabezote de la cama dejándole una hermosa vista de mi culo el cual no dudo en seguir penetrando. Me abrazaba por detrás y me sobaba las tetas mientras me besaba por el cuello con ternura pero con mucha pasión.
de repente el sonido de mi celular nos hace parar. Dios era mi madre la que llamaba.
- Alo mami?
- Hola nena como estas que haces?
- Nada mami aquí viendo la tele con mi hermano
- Nena si llama tu papa le dices que no pude encontrar lo que me pidió?
Mientras hablaba con mi mami mi hermano se hacia una paja tremenda ante mis ojos.
Hablar con mi madre lo había puesto a mil y a mí también.
- Mami espérame un tantito.
Tape la bocina del teléfono y le dije a mi hermano que se sentara sobre la cama.
El muy obediente se sentó y luego yo de manera perversa me senté sobre su pene. Era algo que siempre había querido hacer. Coger mientras mi madre hablaba conmigo por celular. Pero jamás pensé que sería con mi hermano que podría hacerlo.
Empezaba a subir y bajar sobre ese trozo de carne increíblemente duro y caliente mientras continué con la llamada.
- Ya mami, decías?
- Nena le dices a tu papa que lo que pidió llega en una semana.
- Ok mami yo le digo?
Era increíble la sensación, mi hermano solo sonreía ante mi hazaña, me levante y de frente con él me monte en su verga. Lo miraba mientras le hablaba a mi madre.
- Quieres hablar con mi hermano?
- Si ponlo al teléfono porfa.
Le puse el teléfono a mi hermano mientras me acomodaba para hacerlo una mamada monumental.
El trataba de hablar pero casi no podía hacerlo. La situación lo puso tan a punto que me lleno la boca de semen. Trataba de contener los gemidos mientras hablaba. Era súper chistoso pero increíblemente excitante para ambos. Cuando corto la llamada solo pudimos reírnos como locos.
Continuamos la mañana con mucho sexo hasta que ya no podíamos más por el cansancio.
Nos acostamos abrazados hablando de lo que había ocurrido.
A partir de ese momento nuestras vidas cambiaron para siempre. No pasa un día en que no tengamos un encuentro. Y cada vez el sexo es más intenso y placentero.
Espero les haya gustado mi aventura. Para finalizar anexo un par de fotografías de mi cuerpo para que se hagan la idea de por qué mi hermano no se puede resistir.
Es una de las fotografías que el mismo me ha tomado.