Mi hermano Menor
Nilbany tiene que cuidar de su hermano menor mientras su madre está en otro país.
-Dios, que Alejandro haya visto la ropa- Nilbany corría de prisa bajo un fuerte aguacero. A buena hora se le ocurrió salir a hacer unas compras por el día libre del trabajo.
Cruzó la calle para correr rápidamente por la otra acera, cubrió bien las bolsas con sus manos y se detuvo un momento bajo el techo de una tienda. Miraba las gotas de lluvias mojar toda la ciudad, ¿Cómo estaría mamá? Debía llamarla ahora que llegara del trabajo, al ver como escampaba se apresuró a caminar hasta el departamento.
-Ya llegué señor Alberto- Saludó al vigilante que al verla sonrió.
-Ay señorita se mojó toda, báñese con agua tibia para quitarse ese frío-
-Lo haré, que pase buenas tardes- Le levantó la mano para seguir hasta llegar al ascensor, que frío estaba haciendo.
Abrió la puerta del departamento para mirar la ropa doblada en la mesa, faltaban algunas prendas así que suspiró aliviada. Al rato salió su hermano menor con algunas ropas en el hombro, las estaba doblando tranquilamente.
-Ya llegué Alejandro- Cerró la puerta para luego girar y ver a su pequeño hermano caminar hasta ella.
-Te agarró el aguacero bien lindo- Nilbany soltó una carcajada para luego levantar las bolsas.
-Dame eso, ve a bañarte que te puedes resfriar- Ella asintió para perderse en su cuarto, se quitó toda la ropa para seguir hasta el lavandero, encendió la lavadora y metió todas las prendas empapadas.
-Vela por favor Ale, me voy a duchar un buen rato ¿Ya comiste?-
-No, te estaba esperando para eso-
-Ok, ya te alcanzo- Se acomodó la toalla para ir hasta el baño y dejar que agua tibia le cayera en el cuerpo, se refregó un buen rato, el frío se había ido y se sentía mucho mejor. A veces le era difícil tener que convivir con Alejandro porque era varón, estaba acostumbrada a estar en tanga pero ahora debía cubrirse toda por él, bueno era su pequeño bebo y debía cuidarlo mientras mamá no estaba.
Salió de la ducha para retirarse la toalla y quedar totalmente desnuda frente al espejo, se secó para luego girarse, si algo que le gustaba era su culo grande. Herencia que amaba de su madre, lo único que no sacó fue la altura de Alejandro, a su lado se sentía como una pitufa.
-Nilbany, toma tus sostenes y las pantaletas que las dejaste en el tendede…- Se quedó pasmado al ver como su hermana estaba totalmente desnuda frente a él.
-Alejandro toca la puerta- Caminó tranquilamente hasta él para tomarlos -¿Cuántas veces me has visto el culo ya? Menos mal somos hermanos-
-Perdón, pensé que todavía estabas mojándote- Ella negó con la cabeza sonriéndole.
-No me molesta que me veas así, pero toca que eso es de mala educación ¿Y si estuviera masturbándome? Ves el espectáculo completo- Soltó una risa para luego tomar una tanga rosada y colocársela.
-Bueno te ayudo en la faena- Su hermana lo vio desconcertada –Es mentira, solo te fastidio- Cerró la puerta con fuerza para luego reírse y sentarse en el sofá. Podría ser su hermana mayor pero el culo que se gastaba estaba en otro nivel, no podía evitar pensar de una mala forma al verla así.
-Listo, vamos a comer ¿Quieres algo en específico?- El negó con la cabeza.
-Lo que me des está bien para mí-
-¿Qué te parece cuca?- Estalló en carcajadas para luego mirarlo con la expresión curiosa.
-Vale, ¿La tuya o la de una amiga?-
-Ay abusador, la mía no porque eso es incesto- Sacó el pan de la alacena.
-Pero debe ser sabrosa, es cuca igual- Miró su celular un rato.
-Alejandro- Se seguía riendo para luego mirarlo con impresión -¿Me estás diciendo que igual me comes la vagina?-
-Claro, y tú que ya tienes 34 años. Debes ser una mujer experimentada en las cosas de la cama-
-Abusador, eso no se dice ¿Te pongo lechuga?-
-Ponle de todo menos mostaza- Ella asintió para continuar preparando los emparedados –Oye, vino este hombre que gusta de ti, se me olvidó el nombre-
-¿El idiota de Carlos?-
-Sí, ese mismo y yo le dije que tú no estabas ¿Por qué idiota?- Agradeció cuando ella le pasó la cena.
-Por qué solo quiere cogerme y yo no estoy para esas ridiculeces, prefiero cogerme a otro y ya, solo viene y que a conquistarme para acostarse conmigo. Lo mismo le hizo a Mina-
-Bueno, que te puedo decir, ¿Coges con otro hombre?- Ella asintió.
-Pero hace ya un año que no tengo sexo, no me ha gustado otro ¿Qué me dices tú?-
-Yo vivo cogiendo, hasta la vecina de aquí, Leticia ya me la pasé por las armas-
-Pero que peligro, Leticia tan seria que se veía y ya cayó en tus redes-
-¿Quien la manda a sonsacarme? Se venía con esos shorts cortitos y pues verga es que vas a llevar- Mordió grande el pan para luego masticarlo.
-Niño, y eso que solo tienes 20 añitos- Sonrió para luego dejar su plato en el lavaplatos -¿A cuántas del conjunto residencial ya te has cogido?- Él le hizo el 3 con sus dedos dejándola atónita -¿A quiénes?-
-Leticia, la señora Adela y su hija-
-Ale…jandro- Los ojos de su hermana se abrieron como un par de platos -¿Un trío?- El asintió tranquilamente.
–Me invitaron y me las cogí duro, eso es todo- Se encogió de hombros para luego mirarla -¿Tu no quieres probar?-
-No, eres un niño para mí además que eres mi hermano menor por si no te acuerdas-
-Solo te molesto, ¿Se vale repetir?- Ella asintió para bajarse del asiento y proceder a prepararle otro -¡Alejandro!- brincó al ver a Alejandro masajearle el culo.
-¿Qué? Solo lo tocaba, carajo que culo Nilbany ¿Te lo han taladrado ya?-
-Eso no es asunto tuyo así que deja la necedad y siéntese porfavor-
-Vale pero quiero saber-
-Sí, un par de veces pero lo normal, tú debes de ser un animal-
-Estás en lo correcto, gracias- Tomó su pan para comérselo mientras que su hermana fregaba las cosas y ordenaba la cocina –Iba a salir con los muchachos un rato pero esta lluvia me estropeó los planes-
-No salgas con este aguacero por favor, es muy peligroso- El asintió.
-Tranquila que no voy a ningún lado-
-Vale y deja de estarte cogiendo las vecinas que puede ser un problema luego- Le palmeó el trasero duro.
-Oye eso me dolió, no tengo un culo grande como tú-
-Anda a dormir más bien-
-Yo no tengo sueño Nilbany, me sentaré en la lapto un rato-
Lo miró perderse en el pasillo sonriendo, Alejandro era ese tipo de chico súper directo ¿Para qué le dijo para coger? Negó con la cabeza, era solo juego no debía pensar mucho en eso. Pasó por su cuarto para abrirle la puerta y mirar cómo estaba en Facebook chateando. Siguió al suyo para conversar un rato con mamá, luego de que se fuera a USA hace 3 años Nilbany tuvo que cuidar de Alejandro mientras estaba en la universidad.
- Hola mamá, ¿Todo bien?- Su madre atendió el celular sonriendo.
-Mi amor, estoy bien gracias a Dios ¿Cómo están los dos?-
-Estamos bien, Alejandro está en su cuarto en Facebook, hace rato comimos y estamos descansando ahora-
-Me lo saludas, dile que lo voy a llamar mañana-
-Yo le digo ahorita ¿Cómo está por allá con tu nuevo novio?-
-Bien amor, todo bien, de verdad que estoy muy feliz-
-A ver cuando nos vienes a ver que te extrañamos bastante-
-El otro mes voy a Colombia a verlos a los dos, aprovecho para llevarles muchas cosas que he comprado para ustedes aquí-
-Uy que emoción, Alejandro va a saltar de alegría-
-Le he comprado hasta esos tenis que tanto le gustan-
-Estos jóvenes, siempre quieren ir a la moda-
-Sí, bueno cuídense mucho los dos por favor, mándame fotos, mándame de todo acerca de los dos, los amo mucho-
-Te amamos también mamá, salúdeme a Tyler-
-Lo haré-
Cortó la llamada suspirando un poco, se le antojó de pronto un poco de cereal con leche. Caminó por el pasillo escuchando a Alejandro reírse, se asomó en la habitación para verlo mostrando la verga por la pc. Sus ojos se escandalizaron de pronto y se quedó para mirar mejor. Esto jamás se lo imaginó, su pequeño hermano mostrándose y teniendo sexo “virtual” pero bueno ella tampoco estaba salva, lo había hecho una vez pero sencillamente no le gustó, se aferró al marco de la puerta para inclinarse y ver mejor, la verga que se gastaba Alejandro no estaba nada mal, más grande que cualquiera de las que había probado si era. Sintió un leve cosquilleo pero pronto fue sustituido por su razón ¿Qué haces excitándote mientras ves a tu hermano de 20 años? No era nada correcto, se levantó de allí para seguir hasta la cocina y buscar un poco de cereal, realmente estaba algo molesta consigo misma por tener semejantes pensamientos.
-Bien, ¿Dónde está la leche? Aja- Abrió la nevera suavemente para inclinarse y tomar la botella, echó un poco sobre el cereal de chocolate para luego volverla a guardar.
-¿Qué haces?- Dio un brinco para girarse y ver a su hermano en bóxer sentado en el mesón.
-Comiendo cereal ¿Quieres un poco?- El asintió y ella procedió a servirle para luego pasarle un tazón –Voy a mi cuarto, quiero recostarme mientras como-
-Voy contigo- Se bajó para seguirla suavemente.
Se adentraron en el cuarto y pronto los dos estaban recostados en la cama de Nilbany, Alejandro recostó su cabeza sobre el pecho de su hermana mientras comía y veía el celular. Si bien él era delgado y esbelto por el futbol su hermana tenía los pechos bien grandes y ese culo ni se diga, siempre fue adicto a los culos y el de su hermana ha sido objeto de sus fantasías más oscuras. Terminó de comer para dejar el tazón el mesa de noche y girarse, Nilbany sonrió para abrazarlo al verlo como un bebe recostado sobre su pecho.
-Ya no estás en edad de que te estén mimando sinvergüenza- Acarició su espalda suavemente.
-Si estoy, tengo solo 20 añitos y tú 34, así que mímame- Hundió su cara en esas tetas tan grandes y suaves, olían a colonia de bebé.
-Bueno pero no metas la cara, es mimar- Sintió cosquillas y soltó una risa, esa posición en la que estaban era peligrosa.
-Si puedo, son mis tetas- Ella soltó una carcajada para luego empujarlo.
-No, no son tuyas y quítate que estás aprovechando pervertido- Empezó a reírse cuando los dedos de Alejandro le comenzaron a hacer cosquillas –No… Alejandro para-
-No, mírate- Se reía con ella mientras la continuaba trabajando con los dedos.
-B…asta- La risa resonaba por todo el lugar hasta que ella lo giró y se sentó a horcajadas sobre él para buscarle el cuello –Ahora me toca a mí- se tronó los dedos y comenzó a hacerle cosquillas en la parte sensible de su cuello.
-Nilba…- Las carcajadas de Alejandro no se hicieron esperar y sus manos fueron hasta el trasero de su hermana para nalguearla y que se quitara de encima –Deja…-
-¡NO!- Sintió los azotes pero no le prestó atención y se movía sobre él buscando sus cosquillas –¡OYE!- La giró con brusquedad para quedar entres sus piernas –No se vale, se supone que era mi momento de brillar- Gimió cuando los dedos de su hermano le apretujaron duro las tetas –¡Auch!-
-Eso es para que… HIJA DE…- La mano de Nilbany le apretujó muy fuerte la polla para luego soltar otra carcajada –Eso no se hace-
-Tú me apretaste las tetas ¿Qué esperabas? Uy por cierto ¿Todo ese pollón es tuyo?-
-Claro, por algo las mujeres me buscan- Se río para volverse a acomodar su cara entre las tetas de su hermana -¿Quieres verlo?-
-Ay no, nada de eso Daniel Alejandro- Acarició las mejillas del chico que resoplaba molesto.
-Siempre me han gustado estas tetas, son tan grandes y firmes- Subió la blusa para dejarlas libres –Si son más grandes de lo que imaginé- Deslizó suavemente su lengua por encima de un pezón haciendo que la morena se estremeciera.
-Basta…- Trató de quitárselo de encima pero fue inútil –Alejandro no hagas eso, ¿Qué te…?- Arqueó su espalda al sentir como ahora un pezón estaba en la boca de su hermano, lo succionaba con fuerza mientras la veía.
-Deja que sé que quieres- Le tomó la mano y la llevó hasta su verga que ya estaba dura –Dentro de poco la vas a probar-
-No… Te dije que basta Alejandro- El negó con la cabeza para plantarle un fuerte beso en los labios, Nilbany estaba entre detener toda esta locura o dejarlo hacer, no lo entendía pero se sentía tan bien.
-No voy a parar, quiero ver que tan puta es mi hermana mayor- Le susurró en el oído para levantarla y dejarla sobre él, Nilbay se aferraba con fuerza a sus hombros al ver como sus pezones eran tomados por la boca de Alejandro –Yo no sé si los hombres te lo han dicho pero te gastas unas tetas que Dios- Lamió el nacimiento de esos senos para luego bajar hasta un pezón y devorarlo.
-Esta locura tiene… que parar… Alejandro- Se aferró al cabello de su hermano gimiendo con gusto, ay por el amor que boca tenía ese niño ¿Dónde había aprendido semejante técnica?
-Cállese ome, ¿Para qué se resiste si está gimiendo?- Su hermana respiraba acelerada por el trato de sus labios, subió hasta ese cuello y deslizó su lengua con gusto por él, había esperado mucho por este momento por lo que lo disfrutaría al máximo.
-Tu bien sabes…- La besó con una lascivia digna de uno de su edad, la recostó contra el colchón haciéndola vibrar, por Dios que rudo era.
-No sé nada, cállese de una vez y suéltese, deje salir esa puta que yo sé que está allí- Nilbany lo miró con los ojos bien abiertos.
-¡NO!- Lo empujaba pero era casi inútil, el chico negaba con la cabeza mientras sus manos descendían por esos muslos jugosos.
-Ay ya cierre la boca ¿Por qué no me golpea y me tira al suelo? Quiere decir que le está gustando- Ella negó con la cabeza para luego dejar escapar un sonoro gemido al ver nuevamente sus pezones en la boca de Alejandro.
-Dios… No…- Hundió sus manos en el cabello de su hermano jadeando con fuerza, era increíble la habilidad que tenía con esa boca, se resistía pero no podía evitar sentirse excitada al verlo tan osado.
-¿Ya ve Nilbany? Usted lo desea y yo también- Besó sus labios arrimándose a ella para que los cuerpos se rozaran, le bajó el pijama junto con la tanga, solo le quedaba la pequeña blusa que llevaba.
-Pero…- Otro beso la silenció pero esta vez la lengua del chico buscaba la suya, tuvo que abrir bien la boca y deslizar la suya, ahora las lenguas se unían de una manera muy sensual y erótica.
-Pero nada pues, haga silencio y más nada- Bajó sus manos a esos jugosos senos y los masajeaba con fuerza a medida que los besos se humedecían y las salivas llenaban ambas bocas, Alejandro se separó dejando vario hilos de baba para bajar hasta sus tetas, metió el primer pezón y los estiraba con los labios mientras que jugaba con el segundo en sus dedos. Nilbany se estremecía, no lo negaba, era mejor que cualquiera de los hombres que había probado antes.
Se besaron por segundos, besos sucios y directos, Alejandro no era el tipo de chico tierno, era brusco y lascivo y jamás había probado un chico de ese tipo. Tuvo que tapar su boca al verlo descender hasta su coño que ya estaba húmedo por los besos y el estímulo de sus tetas. Ella lo detuvo algo dubitante pero el quito sus dedos negando con la cabeza.
-Levántese y póngame esa cuca en la cara, venga- Se recostó a su lado y ella terminó de quitarse la blusa para subirse a horcajadas sobre él.
-¿Seguro que no…?- La jaló con fuerza de las piernas hacia él hundiendo su boca en ese bello coño, Nilbany se arqueó con fuerza sintiendo como su lengua se deslizaba por toda su raja y se detenía en su clítoris, estimulándola con muchas ganas. Le estrujaba el culo con fuerza haciéndola gemir con mucho deseo –Alejandro… Dios ¿Dónde aprendiste eso?-
-Con tus vecinas- La subió un poco para luego volver a estampar su boca contra ese coño húmedo y deseoso, restregaba su lengua de arriba abajo mientras su mirada se encontraba con la de su hermana que gemía gustosa, sintió su verga arder cuando ella se comenzó a masajear las tetas a medida que su boca le daba atención a ese coño.
-Eso… Buen pequeño- Mordía sus labios y pronto sus caderas se movían contra la boca de Alejandro que chupaba con más gusto –Tócame el culo- Las manos del menor fueron a parar a ese par de nalgas grandes y turgentes para masajearlas con mucha fuerza, le propinó un par de azotes seguido de unos cuantos agarrones.
-Eso, suéltese- La apretujó aún más contra el para deslizar su lengua por toda esa vagina húmeda, sentía su boca totalmente mojada de los fluidos de su hermana mayor. Alzó la mirada para descubrirla jaloneándose los pezones y mirándolo con mucho deseo, estaba ya excitada y estaba seguro que era un puta en la cama.
-Alejan… Me vengo- Se la quitó de encima para recostarla bien abierta en la cama, le escupió el coño varias veces para regar la saliva con su lengua haciéndola suspirar, atrapó su clítoris en sus labios chupándolo fuertemente y sin titubear metió dos dedos en su coño que lo recibió gustoso.
-Córrase en mi cara- Ella lo tomó del cabello y hundió su cabeza contra su coño, el chico no se negó y continuó su labor con la lengua que deslizaba a gran velocidad por toda su raja.
La morena comenzó a respirar acelerada sintiéndose muy ansiosa, masajeaba sus tetas jaloneando los pezones cada vez que podía, en un sonoro grito se dejó envolver en un orgasmo delicioso, Alejandro la miraba mientras limpiaba su coño, subía y bajaba su lengua por toda la entrada para luego darle unas cachetaditas.
-Párate que te voy a comer esa verga- Alejandro le paltó un fuerte beso en la boca dejándola sentir su sabor para luego levantarse y quitarse el bóxer.
Nilbany se levantó para bajarse de la cama y arrodillarse, vaya que verga tan grande tenía Alejandro, la acercó a su boca que gustosa se abrió para comenzar a deslizar su lengua por todo ese grosor, subió su mirada para encontrarse con un Alejandro sonriente. Era lo que él había deseado hace mucho, se miraba enfermo pero no podía evitar sentirse tan atraído por su hermana mayor. Bajó hasta sus huevos que rápidamente comenzó a lamer de un lado a otro, dejándolos lleno de saliva para luego meter uno dentro de su boca y succionarlo rápidamente, los gemidos roncos del chico se comenzaron a escuchar, su hermana era una chica seria pero lo sabía, era un puta cuando se excitaba.
-Eso, chupe su chupeta- La lengua de la mayor subió hasta la punta para engullirla completamente y comenzar una rápida succión. El chico echó su cabeza hacia atrás para llevar su mano al cuello de Nilbany que engullía una y otra vez esa verga dura y venosa.
-Mirate sucio, quien te viera cogiéndote a tu propia hermana- Acariciaba sus huevos mientras escupía su polla para luego regar la saliva con la lengua por toda su verga.
-Yo sabía, eras una puta- Le sostuvo la cabeza para empujar nuevamente su verga contra su boca, una y otra vez se la metía para sentir como varias arcadas venían. Nilbany subió las manos hasta sus tetas para regar la saliva con sus manos en estas. Abría su boca para recibir una y otra vez esa polla que entraba sin control en su boca, lo miraba con los ojos llorosos por las arcadas y la saliva espesa descendía sobre sus tetas.
Le hizo una coleta con la mano para empujarla con fuerza contra su verga, eso como le encantaba, apoyó ambas manos en el suelo para chupar y lamer esa verga dura, que rica era. Sin duda alguna iba a disfrutar cuando la tuviera dentro. Lo sacó de golpe de su boca para volver a bajar hasta sus huevos húmedos, los juntó con una mano para luego meterlos ambos en su boca y deslizar su lengua rápidamente por estos, miraba a Alejandro que gemía y se estremecía por las caricias de su boca. Los sacó de su boca para respirar acelerada, jugueteó con su lengua de una manera lasciva para luego abrir grande y hacerle señas que se empujara.
-Fóllame la boca hijo de perra- La sonrisa en los labios del chico no se hizo esperar y tomándola de la cabeza deslizó toda su verga dentro de la boca tibia que lo recibió con gusto. Sus caderas comenzaron un rápido vaivén que la hizo vomitar mucha saliva.
-Venga, aguántala sucia- Puso ambas manos sobre su cabeza para empujarse con mucha fuerza, solo los huevos quedaban afuera ante semejante facefuck, los dedos de Nilbany se empujaban con mucha lascivia contra su coño, dejo escapar un grito cuando Alejandro la ayudó a levantarse y la volvió a estampar contra el colchón –Abra esas piernas que lo que va a llevar es verga toda la noche-
-Niño sucio, ¿Así te coges a las vecinas?- Abrió bien las piernas para recibirlo, una sola estocada bastó para que pasara completo –Que grande… Me vas a partir-
-Esa es la idea jefa- Comenzó un fuerte vaivén que la hizo aferrarse a su espalda, esa verga entraba una y otra vez en su coño haciéndola estremecer, mejor que cualquiera que haya probado antes.
-Eso, cógete ese coño deseoso de ti- Se besaron con mucha lasciva, la saliva se deslizaba por todas su bocas hasta caer en las tetas de Nilbany que rebotaban por las embestidas.
-Sucia, ¿Entonces deseabas a tu hermanito?- Ella asintió con la cabeza para luego hincarle las uñas en la espalda –Cómo te gusta que te cojan duro- Se aferró a sus piernas para levantarle un poco las caderas y comenzar a embestirla con todo lo que tenía.
-¡Esooo!- Se apretujaba las tetas con mucho deseo y le sacaba la lengua sintiendo como esa verga la taladraba sin ninguna piedad. Que rico se sentía lo prohibido con su hermano, la giró bruscamente dejándola en 4.
-Severo culo hermana- Lo masajeo para luego enterrarse en su coño comenzando a cogerla con mucha lascivia, se apoyó en la cama empujando sus caderas intensamente, ver ese culo rebotar y sonar lo encendía en sobremanera, los azotes no se hicieron esperar. Las nalgas de Nilbany tomaron un color rojizo por los severos golpes pero no le importaba, estaba tan excitada que no sentía el dolor.
El chico se inclinó para besar y lamer su espalda a medida que se empujaba contra ella, la mano de Nilbany lo sostenía del cuello gimiendo y mordisqueando sus labios de una manera sensual. Alejandro la recordaba maternal y muy dedicada a su casa, jamás se esperó que su hermana fuera una sucia en el sexo y eso le daba más morbo. Falda larga y muy recatada pero excitada era otra mujer, volvió azotarla y dejo que dos de sus dedos se inmiscuyeran en la boca de Nilbany que recibió sin quejarse, los chupaba con mucha lasciva, deslizaba los dedos de arriba abajo mientras su verga la taladraba.
-Si… dame más fuerte Alejandro, métela por mi culo- El chico saco su polla de su coño para deslizarla en el estrecho hoyo –Si… Muévete-
-Que sucia mi hermana ¿Quieres te lo deje ardiendo?- Ella asintió para apoyarse en la cama apretando las sabanas entre sus dedos, pronto sus gemidos resonaban por todo el lugar, la verga de Alejandro la llenaba completamente.
-Que verga tan sabrosa Alejandro- Una fuerte mordida del chico le marcó el hombro a medida que se empujaba contra su culo, la tomó de las caderas y con todo lo que tenía la cogía. Tuvo que recostarse en la cama para soportar semejante trato, ese culo delicioso quedó empinado para él, muchos azotes aparecieron haciéndola gemir y gritar por el dolor junto con el placer mezclados.
-Toda suya- Le rellenaba el culo a vergazos duros, esas nalgas saltaban de un lado a otro, llevó sus dedos al coño de la chica que escurría fluidos sin control por el violento anal que estaba recibiendo –Vea esa cuca tan húmeda, hay que ayudarla aquí- La taladraba con los dedos a medida que la cogía por detrás.
-Si… que rico hermano tengo por Dios- Estiró sus manos para ella misma nalguearse a medida que sus dos hoyos eran rellenos, la cogía con suma fuerza haciendo que ese ano se contrajera una y otra vez.
Le giró la cara para besarla con gusto mientras la continuaba embistiendo, sus dedos giraban dentro del coño de Nilbany que no paraba de gemir por las embestidas. Que apretado se sentía ese culo, una verdadera delicia. Lo sacó para recostarse en la cama y mirarla sonriendo.
-Venga puta, empálese usted misma- Una fuerte bofetada de su hermana lo hizo sonreír ampliamente, la chica se subió a horcajadas sobre él para empalarse con fuerza, sin esperar mucho comenzó a menearse de un lado a otro sintiéndose totalmente llena de esa verga tan gruesa.
-Uff Alejandro que polla te gasta- Se apoyó en el pecho de su hermano para brincar ansiosamente, la polla entraba una y otra vez en su coño que escurría jugos de lo excitada que estaba. Las manos del chico le masajeaban las tetas con brusquedad haciendo que su cuerpo temblara de lo delicioso de este sexo.
-Sólo de mi hermana, que cogida tan magistral me estás dando- La tomó del culo ayudándola a que se moviera con muchas más ganas.
Ella se inclinó para darle un fuerte beso, gimió alto cuando el le metio dos dedos en el culo causándole muchas sensaciones. Sus caderas se deslizaban en círculos haciendo que esa verga girara en su interior, sentía que se iba a correr muy pronto de nuevo. Alejandro la nalgueaba con mucha fuerza y subía hasta sus tetas haciéndola delirar, subió sus caderas para empujarse contra ella también, los cuerpos sonaban delicioso al chocar y pronto la verga de Alejandro también palpitaba, estaba por correrse igualmente por lo que la tiro contra el colchón volviendo a cogérsela con muchas ansias. Las uñas de Nilbany lo marcaban en la espalda con fiereza haciéndolo gruñir del dolor.
-¡Alejandro me vengo!- Se volvieron a besar con lascivia dejando que sus salivas se mezclaran y cayeran sobre el cuerpo de Nilbany, las caderas del chico chocaba con violencia sobre ella, esa verga la taladraba con tanta velocidad que le ardía el coño ya de tanto recibirla.
-Vengase sobre mi verga y déjemela bien mojadita- Le mordisqueaba las tetas fuertemente a medida que continuaba el vaivén violento, el interior de la chica estaba más caliente de lo normal, que delicioso sentirla de esa manera. Le mordía el cuello con fuerza para luego sentirse muy cerca del orgasmo también.
Sin poderlo aguantar más Nilbany se dejó venir sobre Alejandro una vez más sintiendo como sus líquidos escurrían hasta en las sábanas, le dio aún más fuerte para luego gruñir con sus tetas en la boca. Las estocadas eran profundas dentro de su coño sensible por el reciente orgasmo, la besó para gruñir nuevamente y dejarse escurrir dentro de su coño, el semen se mezclaba con sus fluidos haciéndola estremecer.
-Eso… fue intenso Alejandro- El asintió sonriendo para darle un fuerte beso y reposar en su busto.
-Si, pero fue muy rico doña- Le besaba y mordisqueaba las tetas suavemente.
-Quieto pues, no se ponga intenso-Ella se río para luego acariciarle el cabello suavemente -¿Qué hicimos?-
-No se ponga a ver consecuencias y dejeme disfrutar de usted- La miró con molestia.
-Somos…- La silenció con el dedo.
-Cállese no se ponga juiciosa- Ella asintió para luego cerrar sus ojos.
-Quítese que quiero quitarme todo ese pegoste- Se levantó de la cama yéndose derecho al baño –Quita las sábanas y pon otras-
Se duchó con calma sintiendo el dolor en su culo pero no le importó, lo había disfrutado mucho. Salió del baño para ver que Alejandro se había ido, se colocó una pantis nueva para luego recostarse. Luego de un rato Alejandro volvió secándose el cabello, se recostó a su lado sonriéndole.
-¿Qué voy hacer contigo niño?-
-Lo que usted quiera jefa- Se recostó como un bebé entre sus tetas para descansar plácidamente, lo acarició un rato hasta que sintió bastante sueño. Ambos durmieron tranquilamente, la última en dormirse fue Nilbany que permanecía algo distraída ¿Enserio eso había pasado? Bueno, ya verían que sucedería más adelante…