Mi Hermano menor... (1)
Historia que viene después de "Mi Tio y Yo". Después de la muerte de mi tío, mi padre le pidió a mi hermano menor que me hiciese compañía en la ciudad en la que estudio. Y aprovecho a seducirlo y llevarlo por el buen camino del sexo sin tabúes.
Nota: Previo a esto se encuentran una serie de relatos (que aún estoy publicando) de amor filial con mi tío. Les dejo el link al primer capitulo.
http://www.todorelatos.com/relato/121997/
Luego de la muerte de mi tío, a principios de noviembre. Y luego de su funeral, mi papá decidió que en lo que me quedaba de clases, mi hermano pequeño se quedara conmigo.
Nunca había explicado bien mi familia, pero mis padres tuvieron tres hijos, yo soy la mayor, tengo un hermano en el medio (el que nos acompaño de pesca en el primer relato), pero con el que mejor me llevo es con mi hermano menor. Debido que mi papá siempre prefirió al del medio, mi hermano menor y yo nos hemos unido mucho. Y desde que comencé con el incesto, siempre se me había cruzado por la cabeza iniciarlo en el sexo. Pero con el tiempo no desarrollamos ningún tipo de relación incestuosa. Así que cuando mi papá me dijo, luego del funeral de mi tío que mi hermano se quedaba, no pude pensar en otra cosa mas allá de eso.
No me tomen a mal, no es que no haya sentido la perdida de mi tío, pero en mi familia, somos bastante optimistas con la muerte y nunca la tomamos a mal.
Con su muerte, el departamento y su auto me fueron heredados, por ende solo me quedé en su casa. Y fue allí donde vino a quedarse mi hermano. La primera noche se quedó toda mi familia. Pero luego de eso, y hasta diciembre estaríamos solos. Y tenía que trabajar rápido. Porque si volvíamos para las fiestas a mi casa, ya no podría seducirlo.
La primera semana me dediqué a pasear con poca ropa, en noviembre hacía bastante calor, así que me paseaba por la casa con vestidos cortos, o remeras ajustadas y pantalones cortos. Siempre sin ropa interior. Me divertía mucho al ver su cara, pero más que gustaba notar que no se sentía incómodo conmigo, solo algo avergonzado y curioso. Sabía que era virgen, siempre se refería a eso de manera burlona consigo mismo. Y estaba dispuesta a arrebatársela.
Con los días me acercaba, si estaba viendo la tele me sentaba sobre él, si viajábamos juntos en el colectivos, me apretaba bien contra él, siempre con la escusa de que había mucha gente, y de esa manera sentir sus constantes erecciones. Le gustaba acompañarme a la facultad a la mañana, y pronto se hizo costumbre que el fuera conmigo. Y en los horarios que iba siempre viajábamos apretados, y fue ahí donde comenzaron los roces. Roces intencionados por parte de ambos, podía notar como aveces en el colectivo el solo se dedicaba a apoyar su pene erecto en mi cuerpo.
Mi hermano, a pesar de ser el mas chico de los 3 es un chico grande, juega Rugby, y tiene toda la contextura de uno, aunque no esta exageradamente musculoso, tiene un cuerpo grande, es de buen comer aunque no gordo (aunque así era como le decía yo). Y unos cuantos centímetros mas alto que yo. Cuando éramos pequeños me preguntaban si era la mamá, por la diferencia de edad, y ahora me preguntan si yo soy su hermana menor.
En un mes, ya había logrado que se masturbara a diario. Y ya iba prácticamente desnuda por la casa, o demasiado ligera, y el no me decía nada, manteníamos la misma relación que siempre hablábamos de todo, hasta de sexo. Así que decidí que era hora de actuar. Esperé a una tarde de sábado en la que hacía mucho calor, y ambos estábamos recostado en el suelo, a mi me quedaban pocas materias para rendir por ende estaba muy tranquila. Mirábamos tele.
_ Gordo, vos alguna vez gachaste? -Ya sabía la respuesta, pero quería introducirlo-
_ No...
_ Y besaste a alguna chica?
_ Tampoco...
_ En serio?! A ninguna?
_ No a ninguna... -Contesto medio avergonzado-
_ Las pendejas están re locas... Como no van a besar a un gordito tan lindo?
_ Nadie quiere a los gorditos... Tienen miedo que los comamos...
_ Jaja yo si quiero a los gorditos! Yo te comería a besos...
_ En serio...?
_ Si me gustan los gorditos...
_ No boluda.... Jaja Si me besarías?
_ Si obvio! Te comería a besos... Querés que lo haga?!
Le dije y me tiré sobre él. Y le empecé a dar besos juguetones en toda la cara, como cuando era un niño. El fingió una sonrisa, y reclamó.
_ Yo no hablaba de esos besos... De esos si dí!
_ Si lo se, solo quería jugar... Querés que te bese de verdad?
_ … Qué...?
_ Si querés que nos besemos?
_ Pero... Eso no es incesto?
_ Si... Pero no es tan malo... Solo sería un beso... Bah, salvo que quieras más...
_ … Qué sería más?
_ Sos un cochino... Y no se vemos hasta donde te la aguantas...
_ De verdad me decís esto?
_ Si boludo... O me vas a decir que me apoyabas sin querer en el bondi (Colectivo)... -Se quedó cayado, muy avergonzado- Si vos no querés no hacemos nada, y seguimos como si no pasó nada...
_ Es que... Si quiero, pero creo que está mal...
_ Si vos querés y yo quiero, no está mal... Además somos grandes ya, no nos estamos obligando a nada...
Como no me contesto, yo di por hecho que no se iba a negar... Así que lo besé en la boca, se notaba su inexperiencia en esto, porque no sabía que hacer, así que aún sobre él, metí mi lengua en su boca, y jugué con ella dentro. Al cabo de unos segundos nos separamos, se lo veía confundido, y le pregunte si quería que siguiera, y asintió con la cabeza. Nos seguimos besando por un rato, y estando arriba suyo pude sentir el despertar de una erección. Así que llevé mi mano a su entrepierna, dió un respingo cuando la sintió ahí, pero no me detuve, el parecía avergonzado, pero no me pedía que me detuviera. Tome una de sus manos y la llevé a mi pecho, y con mi mano como guía comenzó a acariciarlo.
Luego de un rato sobre el piso, me levanté, y el me quedo mirando, le extendí la mano y cuando se paro, lo empuje hasta el sofá. El cayó sentado, me miraba algo aturdido, y estaba totalmente colorado. Me divertía su rostro, y me calentaba. Una vez sentado, me senté sobre él, rodeándolo con mis piernas, el vestido se se subió por los muslos y dejaba ver mi ropa interior, pude ver como la reojeaba. Mientas que con mis manos, desprendía su pantalón y comenzaba a jugar con su pene, tenía ya mojada la punta, y estaba realmente muy duro. Se lo veía de buen tamaño, a juego con todo él. Comencé a masturbarlo, mientras él seguía acariciando mis pechos, esta vez con ambas manos. Mientras que de vez en cuando gemía, con el movimiento mi vestido se iba corriendo, y dejando cada vez más al descubierto mis pechos. Podía ver en su rostro la ilusión que le hacía el verlos. Pero no se precipitaba y dejaba que de a poco se vaya deslizando la tela. Cuando estuvo justo sobre mis pezones, me levanté, y arrodillé entre sus piernas. Terminé de librarlo de sus pantalones, lo mire con una sonrisa, notando que el tamaño de su pene era mayor al que creía, una de las vergas mas grandes que había visto, y era la de mi hermanito, eso me ponía como loca, y sentía como me mojaba toda de solo pensar en probarla. Al ser un adolescente, el olor de esta era fuerte, pero rico, podía ver como unas pequeñas gotas de semen se asomaban por la punta, y no aguanté más, la metí en mi boca, y con la lengua comencé a jugar, a mojarla toda, probé esas ricas gotas de semen, que me hicieron estremecer, noté que quería decir algo, me miraba entre asustado, y confundido, pero su placer era tal que no hacía caso a eso y solo gemía. Siempre me gusto hacer sexo oral, pero nunca lo había disfrutado tanto como esa vez, trataba de meterla toda en mi boca, pero era tan grande que al intentarlo me ahogaba, así que me ayudé con mi mano, y mientras lo masturbaba se la chupaba. Con el movimiento noté que el vestido se me había caído de forma tal que uno de mis pechos quedo afuera de este, y el lo miraba, ahora si fascinado por ver su primer pecho en vivo. Era tan dulce, tan inocente, que solo quería montarlo y sentir toda esa verga dentro mío, pero sabía que no iba a aguantar mucho la primera vez, así que solo me dediqué a hacerle sexo oral, hasta que sentí que su respiración se aceleraba, y su miembro latía en mi mano. Sabía que estaba a punto de acabar, y quería sentir su semen en mi boca, pero sabía lo que le gustaba, así que lo saqué de mi boca, y lo masturbé, hasta que acabó, tirándome su semen en mi cara, mi boca, y parte de mis pechos. Se quedó sentado, mirándome con fascinación, incredulidad y curiosidad.
_ Por qué lo hiciste?
_ Creo que soy algo desviada... una “pervertida” jaja... Para serte sincera, lo vengo planeando desde que llegaste...
_ Y... Vas a seguir... o solo esta vez...
_ Las veces que quieras...
_ De verdad?
_ Si, ya te dije, esto me encanta... soy una cochina...
_ Genial... jaja yo también... La verdad... -Dijo algo avergonzado, y luego se aclaro la garganta- Yo desde la primera vez que me masturbé y hasta ahora lo hacía pensando en vos...
_ En serio? Que lindo!
_ Igual, no es que te amo, ni que me quiero casar con vos ni esas cosas... eso sería raro... Es que, siempre me calentabas... Y estas semanas, era insoportable... Me levantaba con ganas, me dormía con ganas, y hasta soñaba que te lo estaba haciendo...
_ Bueno no hace falta que lo sueñes... ahora solo me lo pedís y listo...
_ Genial... Te puedo sacar una foto así... jaja puede que utilice mucho esta foto...
_ Obvio! Querés que pose?
Es el primer relato que escribo sobre esta historia bastante reciente. Espero que les guste, y que me lo hagan saber a travez de mail. Gracias