Mi hermano leo en Australia

Leo se caso y se fue a Australia. Me extrañaba mucho y me mando el pasaje. Lo visité un mes y fue una luna de miel con mi hermanito mayor.

MI HERMANO LEO EN AUSTRALIA Mi hermano Leo se había ido para Australia con su mujer y sus suegros. Cuando las cosas empezaron a marcharles bien, Leo me dijo que me esperaban, que tenía que ir a pasar las vacaciones con ellos. En esos años de ausencia me habían sucedido muchas cosas, pero ninguna verga que probé en ese tiempo se asemejaba a la suya. Finalmente se concretó el viaje, yo terminé las clases, di algunos exámenes y en los primeros días de Enero con unos 21 años partí para allá. El que haya viajado a Australia en la segunda mitad de la década de los 70s, sabe que era una verdadera odisea ese viaje. Se hacía interminable por todas las vueltas y escalas que había que dar. Ustedes pensarán: Montevideo, Santiago, Tahití y Sydney. No es tanta vuelta. Pero hay que situarse unos 25 años atrás y la cosa no es tan sencilla. Desde Montevideo el avión partió hacia Buenos Aires, de allí una escala en Ciudad de México, después Los Angeles, Honolulú, Tahití para finalmente arrivar a tierras Australianas. Toda esa perdida de tiempo y de distancia, por qué ir hasta Los Angeles para despué tener que volver al hemisferio sur????? Esas son preguntas que solamente las compañías aéreas sabrán responder. Arrivé al aeropuerto de Sydney donde Leo estaba esperándome, lo encontré muy contento e impaciente. Nos abrazamos con un abrazo interminable, fue tan grande su demostraciòn de afecto que casi me besa en la boca delante de todas las personas que había allí. Subímos a un taxi conversando de nuestra familia, le transmití los saludos que les mandaban todos los familiares y amigos de Montevideo... -Verás Omarcito, las últimas novedades, hace un par de meses que no vivo más en Sydney, a mi suegro le fueron bien los negocios y le dio por poner una sucursal en Hobart, Tasmania y yo soy el gerente allí. -Claudia está allá contigo? -Sí, ella se quedó allá. Ahora vamos a un hotel, nos quedaremos una semana acá para que conozcas Sydney y después iremos a casa. Ni bien pasamos la puerta de la habitación del hotel donde me llevó, me abrazó deseperadamente besándome con la misma intensidad que había puesto en el abrazo que me había dado en el aeropuerto cuando bají del avión. Tratando de sacarme la ropa lo más rapidamente posible, cuando logró sacarme la camisa y desabrochar mi pantalón me soltó y comenzó a desnudarse. -Verás hermanito que en todo este tiempo te fui fiel. Guardé mi pija para ti, ningun australiano la probó, es toda tuya. Su piel estaba más tostada, por el sol del Pacíifico, parecía más corpulento y ya no era el muchachito que se había ido de mi casa. Tenía casi 28 años un hermoso bigote cubría su labio superior cosa que me agradaba y excitaba muchísimo cuando sentía eso vellos pinchar en mi cara cuando me besaba. Me llevó hasta la cama donde me empezó a besar locamente, ese bigotito me hacía estremecer, a pesar del cansancio de tantas horas de vuelo me sentí renacer al tenerlo cerca y sentir sus caricias, su amor y su lengua!!! Abandonó mi boca y siguió besándome y lamiéndome la barbilla, el cuello, las tetillas, el ombligo hasta que llegó a mi pija que estaba muy recta aputando hacia el ombligo. Ahí paró, la miró, la acarició y sentí como un golpe de corriente eléctrica que entraba a mi cuerpo por ese lugar y terminaba de introducirse hasta mi cerebro. El también tenía a su instrumento en total erección y mojado por la lubricación que estaba aflorando hacia el exterior. Yo ya era un experto en cuestiones sexuales, con sus enseñanzas, las de Reynaldo que siguió viniendo a casa a pesar de que Leo no estaba, las de Cirilo y Centurión y otras de menor importancia casi de todas saqué alguna experiencia para poder aplicar en el futuro. Y este era el momento. Le dije a Leo que se pusiera sobre mi, para hacer un 69. No puso ninguna objeción y enseguida estaba sobre mi con mi verga en su boca y apretándome los huevos con su mano esperando recibir una mamada recíproca. Yo no lo hice, quise experimentar algo de todo lo aprendido en sus tres años de ausencia. Le besé la pija y la dejé de lado, mientras me dediqué a separarle las nalgas y tocarle el agujero anal con las yemas de mis dedos, lo cual le produjeron bastante placer expresado con unos gemidos muy bajitos y con la forma en que aceleró la chupada que le daba a mi pija. Bajé su cuerpo al alcance de mi boca y comencé a pasar la lengua por allí mientras trataba de humedecer mis dedos para introducirlos por ahí. Leo gemía, mamaba y apretaba mis huevos, mientras yo trataba de abrir ese agujero virgen para introducir mi lengua con más comodidad. Una vez que vencí la resistencia introduje mi lengua lo más profundo que pude, hasta que Leo sacó mi verga de su boca y me dijo: -Pará! Qué querés hacer? Estoy muy caliente con lo que estáas haciendo! Que mi pija no aguanta más!! Tengo ganas de acabar ya! Realmente era cierto, miré su pija y estaba muy pegajosa por una abundante emisión de líquidos pre-eyaculatorios. Le había producido a Leo una tremenda excitación por la cual estaba en ese estado. Dejé su culo y me metí su verga en la boca, chupé un poco pero no fue necesario mucho más porque le eyaculación ya estaba por producirse. Me tragué toda esa cantida de leche fraterna que hacía más de tres aóos que no tenía la dicha de saborear. Terminado todo, nos quedamos un rato abrazados, yo estaba muy cansado de ese viaje tan largo y complicado Dormí mucho tiempo, acurrucado entre los brazos de Leo, cuando sentí que alguién me sacudía para despertarme, recuperé los sentidos y me di cuenta de que era él que me llamaba para ir a cenar. Fuímos a un restuarant muy bonito desde el cual se veía la bahía de Sidney y el teatro de la Opera. Leo me dijo que Sydney era una ciudad enorme, si hace unos 25 años su superficie era de unos 4.000 kilómetros cuadrados, yo calculé que sería unas 6 o 7 veces la superficie del departamento de Montevideo!!!! En esa semana, Leo me llevó por todos los lados posibles, así que tuve una gran perspectiva de la ciudad, con sus playas, plazas, autopistas... La última noche me dijo que al otro día tomaríamos un avión para ir a su casa en Glenorchy. En realidad tomaríamos un avión para Hobart que es la capital de Tasmania y donde estaría Claudia en su auto para llevarnos hasta su casa que estaba en esa ciudad a unos pocos kms. al norte de Hobart. Esa noche hicimos todo el jueguito previo de besos, lamidas hasta que terminamos en el infaltable 69 que Leo cada vez me lo hacía mejor. Empezaba dándome besitos en el agujero uretral, para luego meter su lengua por allí sin soltar mis huevos y tratando de meterme dedos en el agujero anal. Yo me tragaba toda su verga disfrutando de ese tratamiento sabiendo de antemano que despés él me la lamería a lo largo hasta la raíz para luego tragársela también. Yo esperaba pacientemente que llegase a ese punto y seguía disfrutando de sus gemidos cuando su verga me llegaba hasta el fondo de mi qarganta. Pero esta vez Leo llegó más lejos me lamió el ano y con sus dedos trataba de abrirlo cada vez más para que su lengua entrase más profundamente. -AHHhhhhhhhhhhhhhhhhhh...!!!Leoooooooooo seguíííííííííííííí...!!! Tuve que abandonar la chupada que le estaba dando a su pija porque no aguantaba más tenía que gritar, gemir, retorcerme de placer.... Leo al darse cuenta de que me causaba tanto placer, humedeció mi recto con una cantidad tremenda de saliva y me metió tres dedos los cuales entraron sin dificultad. -Daaaaaaaaale Leo, metééémela no aguanto más........!!! No hubo más palabras,levanté las piernas y las pasé por atrás de la cintura de mi hermano y el fue acercando su verga a mi culo que ya estaba muy abierto porque sus dedos permanecían todavía intorducidos en su interior. Sentí como salín sus dedos, vi como acercaba el glande empapado de saliva y líquido preseminal, sentí que la cabeza de su verga tocaba mi cuerpo, fue un placer delicioso, extremadamente dulce lo que instintivamente me obligó a apretar más mis piernas trayendo su cuerpo hacia adelante para que se uniera más al mío. Leo apretó un poco y la verga fue entrando por mi canal totalmente dilatado y ansioso por recibirla y agasajarla. Gimió un poco a medida que iba entrando y su cuerpo cayó sobre el mío. Su boca buscó la mía mis manos pasaron por atrás de su cintura buscando su orto... Una vez que tods su pija estuvo dentro de mi cuerpo, Leo se quedó quieto no hizo ningun movimiento, yo trataba de meterle dedos en su culo mientras que con mis pienras lo tenía apretado contra mi cuerpo. Sentímos como nuestros corazones latían aceleradamente, mi boca jadeante era besada por la suya, su lengua intercambiaba su saliva con la mía, se produjo una cadena de excitaciones en diversas partes del cuerpo. Abandoné su culo que latía mucho por la visita que mis dedos le hacian por ahí, tomé su cara con mis manos la separé de mi boca lo miré y le dije: -Cuanto placer me esstaaaaaas dando, hermanito querido...!!!! Leo me miró, de sus ojos salían lagrimas y me contestó: -Nunca me imaginé que se gozaramos tanto!!! perdimos tanto tiempo.... y nunca se me había ocurrido cogerte!!! Empezó un furioso mete y saca, sin sacar su boca de la mia, quería tragarme toda la saliva que obligaba a mis glándulas salivales a producir a toda velocidad -Ahhhhhhhhhhh..!!!!! OOhhhhhhhhhhhhhh!!! Mi pija estaba muy apretada entre los dos cuerpos, yo no podía meter mi mano porque no había lugar eran tan grandes las metidas de Leo, que sentí que me taladraban los intestinos cuando me la metió hasta el fondo y sentí que se agrandaba su pija dentro mío lanzando una tremenda eyaculación que fue acompañada por los latidos que daba su esfínter anal apretando mis dedos que estaban metidos allí. Leo se desplomó sobre mi, su pija seguía metida en mi recto, siguió besándome hasta que en un momento que sacó sus labios de los míos le dije: -Pajeame que todavía no acabé!!!! Leo se movió y pude sentir una sensación de vacií en mi interior, el amado intruso con ese movimiento había abandonado mi ser. Lo miré y lo vi que estaba mojado por todos los fluídos que había expulsado, estaba blando pero no del todo y con un maravilloso color rosado que había conseguido con el calor de mi interior. Mi pija estaba dura, muy dura y muy mojada por los líquidos humectantes, Leo se la tragó toda y empezó a cogerse la boca con mi verga hasta que sentí que me iba a descargar, metió sus dedos en mi agujero que estaba enorme. El resultado fue delicioso, mi esfinter se contraía con cada expulsioón de semen que salía y que era tragado por mi hermano. Cuando mi pija no latió más el semen dejó de manar desde su interior, Leo esperó a que se me bajase dentro de su boca no quiso sacarla hasta que se hubo bajado. Dormimos muy agotados uno en brazos del otro como todas las noches que pasamos en ese hotel en Sydney. Al otro día nos bañamos uno al otro y nos hicimos unas mamadas baja la ducha para empezar el día con los testículos vacís. Partímos hacia el aeropuerto, donde tomamos un avión con destino a Melbourne, aunque había vuelos directos a Hobart, Leo quiso que conociera esa ciudad. Nos desvíamos un poco de la ruta hacia Hobart, pero Melbourne se encuentra casi a mitad de camino. Desde el aire pude ver una gran cantidad de mar, no era el Océano Pacífico sino la Bahía de Port Phillip. Melbourne se encuentra a pocos kms. de esa bahía o sea que el Gran Melbourne tiene costas sobre Port Phillip Bay. Me gustó muchísimo esta otra enorme ciudad que descubrí, aunque en realidad vi muy poco, porque al otro día tomamos otro avión con destino a Tasmania. En Melbourne mi hermano me cogió nuevamente pero esta vez me hizo poner boca abajo con una almohada bajo mi vientre. No fue tan placetera como la que me hizo en la última noche en Sydney pero supongo que fue porque nuestras reservas seminales estaban casi vacías. Nuevamente partímos hacia el aeropuerto donde abordamos un avión con destino a Llanherne, que hasta ese d¡a ignoraba que existiese un aeropuerto con ese nombre, y realmente jamás había oído esa palabra. Leo me dijo que el aeropuerto de Hobart se llamaba así. Al poco rato divisamos un estuario bastante grande, a orillas del estuario qe forma el Río Dewent se encontraba la ciudad que iba a ser nuestro destino casi final. Hobart la capital de Tasmania se encuentra en la desembocadra de ese río, es impresionante la vista que se puede apreciar desde allí. Claudia se encontraba con su auto esperándonos en la salida del aeropuerto. Me dio una bienvenida muy calurosa mientras yo pensaba "Si supieses que disfruté una semana de tu marido no me recibirías así!!!" Ellos vivían en una ciudad llamada Glenorchy, que en realidad vendría a ser un barrio del Greater Hobart ya que se encuentra a menos de 10 km. del centro de la capital de Tasmania. Para ir hasta ahí había que atravesar Hobart hacia el norte, en el trayecto pude ver el Edificio del Parlamento que es uno de los más antiguos ya que fue edificado cerca de 1834, tambien pude apreciar las dos catedrales que son de la misma época y que son un símbolo histórico de la isla y lo más impresionante fue el Monte Wellington con mas de mil metros que vigila y protege a la ciudad. Ese día no vi nada más porque Claudia no se detuvo en ninguno de esos sitios simplemnte se dedicó a conducir el auto hasta la población de Glenorchy. En esa antiquisima población predominan las casa estilo colonial, varias de ellas son monumentos históricos. Leo y Claudia habitaban en una casa de dos pisos del mismo estilo que predominaba en la zona. A mi me dieron una habitación del segundo piso junto a la de ellos. Tasmania es una isla grande y montañosa, aproximadamente la tercera parte de la superficie del Uruguay, por esa razón hay muchos lugares para recorrer y conocer. Leo y Claudia ya habían decidido que él iría de mañana a atender la empresa mientras que ella iría a la tarde, porque en las mañanas se dedicaría a atender la casa, la comida, las compras, etc. Las tardes libres eran para Leo quien me llevaría en su coche a descubrir la isla. Pasamos una semana muy cálida no sólo por la temperatura, sino porque en cuanto Claudia se iba llegaba Leo muy hambriento no solamente de comida sino tambien de sexo. En cuanto abría la puerta y me veía se avalanzaba sobre mi. besándome con un interminbable intercambio saliva, me apretaba tanto hacia su pecho que me dejaba sin respiración, podía sentir a través de la tela del pantalñn como se le endurecía la verga!! Sin plabaras me llevaba hacia la escalera y sin soltarme me conducía hacia mi cuarto, donde nos desnudábamos mutuamente con la misma deseperada pasión y necesidad de un rato de sexo. En ese lugar tan remoto yo no tenía a nadie con quien saciar mis apetitos carnales, Leo tenía a su mujer pero supongo que no lo satisfacía lo suficiente porque siempre me buscaba a mi. Ya desnudos yo se la empezaba a besar en toda su anchura y largura, para luego cuando el gemía que no aguantaba más que se la chupase de una vez, la metía en mi boca y chupaba ese delcioso caramelo. 7a después. Leo para excitarme más y para su propio goce se acomodaba en un 69 y mientras me la chupaba me metía dedos ensalivados en mi ano hasta que finalmente se dedicaba a lamerlo como un preámbulo para lo que vendría después. Me encantaba sentir esa verga grande y querida dentro mío, Leo se tomaba su tiempo, a veces me la dejaba dentro bastante rato sin moverse para que yo sintiese como latía y como se agrandaba allí dentro mientras él con sus manos jugaba con mi pija, pajeándome y mordiéndome el cuello al mismo tiempo. Muchas veces quedaba su mano empapada por los líquidos que expulsaba mi cuerpo hacia el exterior como consecuencia de las intensas manipulaciones que él le hacía a mi pija. No me daba tiempo a sentir su eyaculaciòn dentro mío, porque era tan gratificante y placentero que él pocas veces acababa antes qu yo. Cuando sentía mis gemidos comenzaba a bombearme furiosamente y aceleraba su mano hasta que se producía mi eyaculación y la suya venía a continuaciòn. Muchas veces estábamos como una hora en la cama, haciendo todo eso y después quedábamos abrazados muy juntos hasta que finalemnte Leo daba la orden de ir a comer para luego salir a dar una vuelta por lugares desconcidos para mi y para él, porque hacía pocos meses que estaban instalados allí y con el trabajo de instalar la empresa y la casa no tuvieron mucho tiempo para conocer los lugares que los reodeaban. Recuerdo que conocí el parque más grade de Tasmania que se llama Queen's Domain, fuímos una tarde con Leo... Ese día cuando abrió la puerta, se abalanzò sobre mi pero no me llevò hacia el dormitorio me dijo: -Estás listo para salir? -Sí, te esperaba para comer... -Dejá la comida vámonos. Yo lo seguí hacia el coche, subimos y en el camino me dijo que íriamos a concoer el Queen's Domain. Durante todo el viaje me agarraba la mano y la posaba sobre su pierna para que sintiera que la tenía semi-dura. -Verás, Omarcito, siempre que llego hacemos lo que ya sabés, después comemos y al final salímos muy tarde y no podemos conocer nada... Llegamos al parque, estacionó en un lugar apartado, se bajó el cierre y sacó su verga que ya estaba apuntando hacia el techo del auto, erecta en su totalidad. No necesitó decirme nada más. Pasamos al asiento trasero donde comencé a hacerle una mamada de esas a toda maáquina, temiendo ser descubiertos. Leo se bajó los pantalones, y me sentó sobre esa verga conocida y querida que estaba a punto. Fui bajando hasta que sentí la punta húmeda tocar mi ano, este se estremeció y se contrajo rechazando lo que se le aproximaba, Leo se dio cuenta. -Qué te pasa? No querés? -Sííí.. quiero, pero no me lo preparaste... -Dale, dejate de jorobar sentate de una vez!! Bajé otro poco y la punta nuevamente tocó mi ano, me dejé caer y fue entrando al mismo ritmo que yo bajaba. -Ahhhhhhhhhhhhhhhh!,, me dueleeeeee. -Dale, quedate quieto si siempre la aguantás.... Si Leo tenía razñn, pero en otras ocasiones me lubricaba el ano con saliva, con sus dedos lo dilataba pero esta vez quiso hacerlo diferente..!!! Cuando sentí que mis bolas tocaban las suyas, empecé a moverme, a cabalgarlo hacia adelante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo, Uhhhhhhhhhhh....seguí Omaaaaaaaaaaaaarrrrrrr... Mi esfínter había cedido y disfrutaba del visitante en esas profundidades de mi ser. Esa vez Leo acabó dentro mío y yo ni tenía la sensación de que la eyaculaciòn iba a aparecer en cualquier moemnto. Sentí como la verga de mi hermano se iba reduciendo hasta que finalmente mi cuerpo expulsò al invasor. -Qué te pasò que todavía la tenés dura! No acabaste? -No, no sé que me pasa.... Leo se agachó y me hizo una mamada fenòmenal hasta que mi leche empezò a salir y se la fue tragando toda. Para terminar me dio un beso de semen y me tragué la porciòn que él me había guardado para mi. Recorrímos el parque, comimos unos hot dogs por ahí, hasta que se hizo la noche y regresamos a Glenorchy. Con Claudia salíamos los fines de semana que la empresa estaba cerrada e íbamos a pasar el día a la costa donde conocí muchas playas. Una tarde en la que llegò Leo me dijo: -Sabés Omarcito, lo que hice? -Ni idea.. -Anoche me cogí a Claudia por el culo pero ni comparación con el tuyo!! Hice un gesto involuntario del rostro como respuesta pero no emití ninguna plabra. -Sí, contigo es distinto..., me gusta más, se siente otra cosa cuando mis bolas pegan en las tuyas con los empujones que te doy y luego te agarro la pija y te pajeo... Quedamos los dos en silencio y Leo prosigiò... -Sí, Omarcito aunque te suene raro, cuando siento que estoy acabando dentro tuyo siento los latidos de mi pija y en mi mano siento los latidos de la tuya, me hace gozar mucho más.... No hizo ningun otro comentario, me llevó hacia la cama e hizo lo mismo que tantas otras veces. -Ves Omar, siento que mi pija crece un poco más estoy por expulsar mi semen, ves lo que te decía siento la tuya en mi mano ves que estás por explotar. -AHhhhhhhhh!!!!!.. Guaaaaaaaaayyyyyyyyy!!! -Para Leo, no me aprietes tanto la pija, que me duele!!! Fue inútil que me quejase Leo me empujó su pija hasta el final y fue como si hubiese saltado un resorte, mi eyaculaciòn se produjo inmediatamente. Terminó el mes y yo debía volver a Montevideo, las clases comenzarían y yo tenía que empezar a estudiar nuevamente. Leo me despidió con un interminable agasajo a todas mis partes erógenas, ya sea manualmente, lingualmente o penetrándome a todo lo que su organismo y el mñí lo resistieran. Eso sucedió en la tarde del último viernes que estuve allí, mientras Claudia se ocupaba de la empresa y se encontraba lejos de su hogar. El sábado no pudimos tener ningun acercamiento porque Claudia se encontraba con nosotros y no pudimos escabullirnos de ella. El domingo partí para Sydney con ella porque tenía que llevar papeles y pedidos de la empresa para su padre y de paso se quedaría una semana con ellos. Me quedé dos días en la casa de los padres de Claudia hasta que llegó el día en que saldría el avión que me traería nuevamente a mi casa y a mi país. Leo llamó un par de veces en esos días que estuve allí y me dijo que a pesar de que hacía pocas horas que nos habíamos separado me extrañaba mucho. Al regresar a casa, traje muchas novedades y entre ellas el recuerdo de todo lo que había vivido conociendo todos esos exóticos lugares y lo más importante el placer que me traje guardado en mis recuerdos de lo gran amante que es mi hermano Leo. OMAR Siempre recibo comentarios en: omarkiwi@yahoo.com