Mi hermanito 9 - Traición
Dudé unos instantes, pero nunca había tenido tanto dinero, así que con mi mano izquierda guardé el billete en mi bolsillo del pijama y con la otra derecha le pajeaba la polla.
Mi hermanito - Capítulo 9 ''Traición''
(Edición remasterizada) [2021]
El chico caminó lentamente con una sonrisa en su rostro, apreté mis puños a la defensiva, algo no me gustaba de él, entonces pude observar como la pierna derecha de mi hermanito comenzó a temblar.
Volví mi mirada al chico que se detuvo cerca de nosotros, con sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera, las piernas abiertas y una mirada amenazante y mirando a mi hermanito le saludó.
-I am back, Rubén.
-¿Quién coño eres tú? -pregunté con tono amenazador, mientras di varios pasos protegiendo a Rubén.
-Esa boca, mocoso. -el chico, de piel blanca, cabello negro ondulado y una mirada fría, se acercó a nosotros, ante su actitud, retrocedí protegiendo a Rubén, que seguía quieto sin moverse ni reaccionar-. No entiendo tu actitud, chaval, no voy a haceros nada, ¿Verdad, Rubén?
Rubén afirmó con la cabeza y volvió en sí.
-Tomi, está todo bien, Luis es un amigo.
-¿Luis?, ¿Un amigo?, ¿De qué? -mis preguntas buscaban respuestas.
-Mira, no es el lugar más indicado para hablar de esto, podrían escucharnos. -dijo Rubén evitando mis preguntas.
-¡¡Me importa una mierda lo que escuchen!! -grité enojado, ante mi reacción, Luis sonrió-. ¿Y tú de que coño te ríes?
-De ti, me río de ti, ¿No te pesa la cabeza? -se burló riéndose.
Me acerqué a Luis para darle un puñetazo pero Rubén me detuvo y se puso en medio, como protegiéndole.
-¿Qué haces? -le recriminé.
-Tomi, lo siento, yo no quería que te enterases así... -dijo bajando la mirada.
-¿Enterarme de qué? -pregunté incrédulo sin entender nada de lo que pasaba.
-¡Que te puso los cuernos, chaval! -dijo Luis jocosamente.
-¡¡Luis!! -Rubén le empujó con enojo.
-¿Cómo? -mascullé sin entender.
-Tomi...
-¿Estás con ese? -corté a Rubén, del que me alejé considerablemente, me sentía mal, me dolía el pecho, Rubén permaneció en silencio, mientras que Luis solo observaba, ahora más serio-. ¡¡Te hice una pregunta!! -grité con fuerza sujetando del brazo a mi hermanito con desesperación.
-¡¡Sí!! -Rubén me hizo soltarlo y se acercó a Luis, alejándose de mi.
-¿Qué?... -no quería aceptarlo-. ¿Y nosotros?
-Tío, sois hermanos, ¿De verdad pensaste que ibais a acabar juntos? Es una aberración. -dijo Luis acercándose a mi con lentitud.
-¡¡Cállate!!, ¡¡Tú no te metas!! -no aguanté mas y cerrando el puño intenté darle en la cara con todas mis fuerzas, pero Luis, con un movimiento rápido me esquivó logrando que solo le rozase el mentón.
Y con otro rápido movimiento me dio una patada en la tripa que me hizo caer al suelo.
-¡Luis!, ¡Basta! -Rubén separó a Luis de mí y se acercó ofreciéndome su mano-. ¿Estás bien? -me preguntó preocupado.
Miré con rabia a mi hermano y con un gesto golpeando su mano con la mía rechace su ayuda, me levanté y los miré con mucho odio, sobre todo a mi hermano, me sentía traicionado, me sentí como una basura, nunca, jamás sentí un dolor tan agudo en el pecho.
-Eres un puto traidor. -dije a mi hermano, mis palabras eran de rabia e ira.
En ese instante regresaban algunos chicos del entrenamiento y pasaron por nuestro lado, algunos nos observaban.
-Tomi, se te cayó esto. -Oliver se me acercó y me dio el neceser, el cual debí soltar cuando Luis me tiró al suelo, cogí el neceser y Oliver nos miró con curiosidad-. ¿Ocurre algo?
-No, nada. -dijo Rubén, ya nos íbamos.
Mi hermanito se dio la vuelta y se marchó con Luis, dejándome allí solo con Oliver, no pude evitar sentir mucho dolor, me senté en la acerca y de mis ojos comenzaron a salir lágrimas, Oliver se acercó a mi y se sentó a mi lado, pasó su mano su brazo por encima de mi hombro intentando consolarme.
-¿Te peleaste con Rubén? -preguntó inocente, sin saber lo que pasó realmente.
-Sí... -logré mascullar mientras limpiaba mis lágrimas de mi cara.
El sol comenzaba a desaparecer y la noche se apoderaba del cielo, el frío también comenzaba a pegar con más fuerza.
-Bueno, seguro que todo se arreglará, al fin y al cabo sois hermanos, ¿No? Además, siempre puedes ir al parque a por tu negrito. -dijo guiñándome un ojo.
No pude evitar sonreír un poco ante sus palabras.
-Bueno, tengo que irme que sino mis padres se preocupan, ¿Nos vemos mañana en clase Tomi?
Afirmé con la cabeza y Oliver se levantó del suelo, hizo un gesto con su mano de despedida y se marchó, yo permanecí allí sentado, solo, apenas pasaba gente ya a esas hora, y tampoco es que nuestra calle fuese muy concurrida.
Exhalé aire con fuerza y me levanté, no iba a dejar que esto me afectase, además, en parte el cabrón de Luis tenía razón, lo nuestro era una aberración, ¿No? Era solo cuestión de tiempo que uno de nosotros buscase en otro chico lo que entre nosotros no podíamos ofrecernos, normalidad.
No eran más de las una de la madrugada, pero no podía coger el sueño, miré por la ventana, la luz de la luna llena iluminaba todo mi cuarto, me levanté a por un vaso de agua, pasé cerca del cuarto de mi hermano, me asomé y vi que dormía plácidamente, no pude sentir un desasosiego al saber que lo había perdido, bajé a la cocina y tomé un vaso de agua, terminé de beber y no lo pensé más, abrí la ventana del salón y salí al exterior, iba solo con el pijama y hacía frío, pero me daba igual, a esas horas apenas había gente desde mi casa al parque.
Tardé unos dos minutos en llegar, entré y no había nadie, a lo lejos vi a un chaval paseando un perro.
Me adentré en la parte frondosa del parque, entre los árboles, en la penumbra de la noche distinguí un señor mayor follándose a otro chico, me alejé de allí porque me empezaba a calentar, vi un banco al borde de los árboles, con poca iluminación y me senté.
Entonces me di cuenta, ¡¿Qué leches estaba haciendo?! ¿Esperaba encontrar al chico negro y follar con él?, ¿O estaba ahí para decirle que deje de buscarme?
Como salí con prisa no llevaba el móvil, así que el tiempo pasaba sin saber cuanto llevaba ahí esperando, veía poca actividad, cuando a lo lejos diviso a un chico, se me queda mirando un buen rato y se me acerca.
-Hola, ¿Vienes mucho por aquí? -parecía un niñato pijo por como vestía, pero no era muy agraciado de cara, su cabello color dorado y sus ojos oscuros eran lo que más me llamaba la atención.
-No, estoy de paso.
-Ahh, y..., ¿Qué buscas? -se sentó a mi lado.
-Yo no busco nada, es que he quedado. -me estaba poniendo nervioso con ese chico a mi lado.
Se acercó más, me sujetó la mano y la metió dentro de su pantalón con fuerza, me la sujetaba y no la soltaba, me hizo agarrar toda su polla.
-Pajéame puto. -ordenó el niñato pijo.
-Eh, perdona, te equivocas, yo no... -intenté sacar mi mano pero era más fuerte que yo.
No me dejó terminar cuando sacó de su bolsillo un billete de doscientos.
-Toma puto, ahora calla y pajéame.
Dudé unos instantes, pero nunca había tenido tanto dinero, así que con mi mano izquierda guardé el billete en mi bolsillo del pijama y con la otra derecha le pajeaba la polla.
Se la sacó para que pudiera pajearle mejor, estuve un rato hasta que me sujetó de la cabeza y hundió su polla en mi boca, quise apartarme pero tenía mas fuerza que yo, me forzó a comerle la polla, me follaba la boca de manera brusca, la metía hasta casi tocar mi garganta, su polla me atravesaba una y otra vez la boca hasta notar como empezaba a correrse en mi boca, bastante leche caliente que soltó.
Cuando terminó de correrse me quitó la mano, se levantó y se subió la ropa, mientras yo escupía toda su corrida, no quise tragar nada de ese niñato.
-Gracias puto, necesitaba desahogarme con alguien, tienes buena boca para chupar pollas.
Sin dejarme hablar se fue, mientras se alejaba limpié mi boca como pude con la manga de mi pijama, estaba enfadado pero a la vez excitado, no sólo por la situación, creo que me gustaba eso, el ser usado, humillado, y si encima ganaba dinero...
Pero mis pensamientos se llenaron enseguida de culpabilidad, había puesto los cuernos a mi hermano, no, un momento, eso no es posible, ¿Cómo se le ponen los cuernos a un hermano?, ¿Debería decírselo?
No, además, ya no estábamos juntos, ¿No? Quiero decir, él se fue con Luis y me dejó tirado, otra vez...
-Por fin te encuentro, ¡Llevo buscándote días! -una voz familiar me alertó.
Me giré y ahí estaba, el chico negro del que Oliver me habló, sí, efectivamente me buscaba, y me encontró...
-¿Por qué has tardado tanto en venir? -dijo sujetándose el paquete con una mano mientras se acercaba.
-Pues porque no soy chapero, por eso he venido, para aclarártelo... -me levanté y al estar los dos en frente pude comprobar que era más alto que yo, bastante más.
-¿Cómo que no? Pero si le acabas de comer la polla a ese tío. -dijo celoso.
-¿Qué? No, osea..., ¿Qué? ¿Estabas mirando? -me pilló y no sabía que decir.
-Ya ves, mira como me puse. -sacó su polla, toda dura-. Por cierto, me llamo Akin ¿Y tú?
-¿Que? No, no te diré mi nombre porque no quiero venir mas aquí y no me verás más.
-¿Por qué dices eso? -Akin se acercó a mí.
-Pues porque sí joder, me largo.
Me levante y entonces Akin me cogió con fuerza del brazo y me volvió a sentar en el banco, con gran fuerza me giró quedando boca abajo, me bajó el pantalón del pijama y se puso encima de mí.
-Te voy a follar, putito. -tras sus palabras, sujetó su polla con firmeza y me la comenzó a meter en el culo.
-¡¿Qué haces?! , para, cabrón... -intenté revolverme pero era inútil, además..., no lo hacía con toda mi fuerza, algo dentro de mí disfrutaba la situación.
-Shhhh, calla putito, si esto te gusta. -Akin empezó a follarme el culo, estaba encima de mi cuerpo, yo tirado en el banco con la cara mirando al suelo desde uno de los extremos y en el otro mis piernas oprimidas por su cuerpo.
Sus acometidas eran profundas y duras, su polla atravesaba mi recto de manera rápida, se nota que estaba caliente, ese negro cabrón me estaba follando por segunda vez sin mi consentimiento, ¿Oh sí?, pero joder, me estaba poniendo muy duro, su follada era brutal, me daba nalgadas y lamia mi cuello mientras seguía follándome.
Entonces escuché unos pasos, eran los de otra persona, se acercó y escuché como le hablaba a mi follador.
-¿Puedo? -la voz del entrenador, sí, era el.
-No, este es mío. -dijo Akin algo celoso, en parte su negativa me gustó, pero al entrenador no.
El entrenador ignoró a Akin y se sacó la polla, Akin iba a reaccionar pero fue tarde, el entrenador metió su polla en mi boca, no pude hacer nada, mientras Akin dijo algo a regañadientes con cierto enojo, pero siguió follándome el culo, sin darme cuenta de que la situación me encendió tanto que me corrí sin tocarme, el entrenador me follaba la boca con velocidad y duró poco porque empezó a correrse en mi boca, yo comencé a toser en cuanto la sacó, un gran chorro de leche salió de mi boca entre mis quejas, se subió la ropa y sin decir nada más se fue.
Observé como se alejaba al interior frondoso del parque, seguro que iba a follarse a algún chico que hubiese por ahí.
-¿Te gustó comerte esa polla? No debiste hacerlo, tú eres mío. -la voz de Akin me devolvió a mi realidad, la cual era que aún seguía follándome el culo, me gustaba, no quería que acabara nunca, el placer que me daba era indescriptible.
Terminó de embestirme y se corrió dentro de mi, podía sentir varios chorros calientes de leche inundar mi cuerpo, se quedó dentro un rato, la sacó y se levantó con una sonrisa, y se subió la ropa y se sentó en el banco.
-Uff, joder, que culo tienes, nunca me follé a un puto como tú.
-¿Que dices?, puto negro, ya te dije que no soy puto.
-¿Cómo que no? Te has comido dos pollas y te he follado, ¿Eso no es ser un puto?
Me quedé callado, no sabía que decir antes sus palabras.
-Además, a partir de ahora serás mío.
-No, ni soy, ni seré tuyo, me largo. -me subí el pantalón del pijama y levanté del banco.
-¿Por qué no? Sabes que me deseas, estás loco por mí, sino, ¿A qué viniste? -dijo con tono burlón.
-¡¡Que te dije que no!!, ¡Déjame en paz! -le grité con cierto enfado.
-Mira, el Sábado volveré, si estas aquí, serás mío, pero si cuando venga no estas, me olvido de ti.
Se dio la vuelta y mientras se marchaba me gritó.
-Nos vemos el Sábado, putito.
-Me llamo Tomi...
Se giró y guiñándome un ojo mientras sonreía se terminó de alejar, me quedé hasta perderle de vista y salí corriendo a casa, entré y me metí en la ducha, en ella mi cabeza daba vueltas, todo, todo se había complicado, porque ya no estaba seguro de nada. ¿Y por qué no? Quiero decir, mi hermano me dejó tirado...
Ya no estaba seguro, me asomé al cuarto de mi hermanito, dormía plácidamente y mientras lo observaba, en mis adentros volvía a pensar en ello, en lo que Akin me hacía sentir, ya no estaba seguro de a quien amaba...
¿Qué debería hacer?
(Continuará...)
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Creado (2019), revisado y editado (2020) por @TomiXuak
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