Mi hermanito 4 - Negro oscuro

Estando en el parque me confunden con un chapero y un chico negro me folla el culo desvirgándome a la fuerza.

Mi hermanito - Capítulo 4 ''Negro oscuro''

(Edición remasterizada) [2021]

Tras lo ocurrido en el parque entre mi primo y mi hermanito, los días pasaron con normalidad, mi primo regresó a su casa y entre yo y mi hermanito Rubén nos distanciamos intentando evitar lo máximo posible cualquier contacto, era la única forma de no caer de nuevo en la tentación.

Desgraciadamente ya habíamos cruzado la línea y era muy tarde para cambiar las cosas que se iban a suceder una tras otra, cosas que nos marcarían para siempre.

La relación con mi hermano Rubén se fue enfriando desde esa última vez y me pareció muy extraño que nuestro primo no volviera a intentar algo, no sé, pero algo dentro de mí sospechaba que Rubén me ocultaba algo desde que lo encontré en el parque, no imaginé en absoluto lo que de verdad ocurrió, pero sospechaba que algo raro sucedió, no allí, pero sí ese día que salió de casa dando aquel portazo.

Pasaron las semanas y las clases del colegio dieron comienzo, los primeros días fueron duros, sobre todo porque estabas ya acostumbrado a no ir a estudiar, y costaba mucho coger el ritmo.

Afortunadamente el volver a ver a antiguos compañeros ayudaba mucho a ir a la escuela.

Estaba atendiendo en clase de Lengua cuando Juan, un amigo de la infancia se me acercó por detrás donde él estaba sentado y me habló.

-Hola Tomi. -¿Te aburre el profesor? Ya te vi bostezar dos veces, jajaja. -murmuró entre risas.

-Que mentiroso eres... -dije mientras retrasaba mi silla para acercarme a su mesa-. ¿Y tú? ¿Te aburres?

-Bueno, un poco sí..., por cierto... -mi amigo Juan se detuvo cuando el profesor pareció mirarnos, cuando vio que proseguía explicando las materias continuó hablando-. Mira..., yo no quería decírtelo, pero más vale que te lo diga yo, a que llegue a tus oídos por otros...

-¿El qué? -pregunté con curiosidad y preocupación.

-Bueno..., sólo se que me han dicho que vieron a tu hermano salir del parque de los aviones varias veces a altas horas de la noche.

El parque de los aviones era muy conocido en mi barrio, porque tenía unos aviones gigantes pintados en las paredes que lo rodeaban, además de ser famoso por ser un picadero de noche, al menos habían esos rumores, sobre todo de que allí iban parejas a follar o incluso quedadas por dinero, por eso ese parque era poco transitado, básicamente nunca iban niños, si acaso por las mañanas, pero ya ni eso.

-¿Y qué tiene eso? -dije sin querer entender lo que me decía, mi cerebro me intentaba proteger de esa información.

-Joder..., ¿No lo entiendes? -insistió Juan, que se detuvo de nuevo al mirarle el profesor.

-Señoritos, si tienen algo que aportar a la clase, adelante, es su oportunidad. -dijo el profesor de forma sarcástica.

Ambos observamos como toda la clase se giró a ver que decíamos y ambos negamos con la cabeza.

-Bien, ¿Entonces puedo seguir? -el profesor abrió su libro esperando nuestra respuesta, la cual recibió cuando nos vio afirmar con la cabeza a su pregunta.

-Bien. -dijo.

El profesor siguió dando clase y pasado unos minutos me volví a acercar a Juan, que me miraba sonriente, sabía que iba a volver a preguntarle.

-Si te refieres a que bebe alcohol, no es cierto, mi hermano es sano y no bebe nada de eso. -dije con enfado.

Y es que el mismo año que lo metieron en el Internado lo pillaron con otro chico robando en una licorería, llevaba varias botellas de alcohol.

-Bueno, no bebe alcohol exactamente. -dijo de forma burlona con media sonrisa.

Su tono no me gustó nada.

-¿Entonces que bebe? Déjate de rodeos y ve al grano, me pones nervioso y el profesor se enojará. -yo ya estaba por darle una tunda.

-Muy bien, no quería ser brusco..., pero..., el parque por la noche lo utilizan chaperos..., para tener sexo y..., bueno, por dinero se dejan... -hizo una pausa para tragar saliva-. El caso es que por las noches es cuando más actividad hay...

Mi mente no lograba asimilar esas palabras, al menos no muy deprisa, Juan se dio cuenta de que me quedé sin reaccionar.

-¿No vas a decir nada? -Juan me miró esperando respuesta.

-Juan..., mira..., mi hermano no es un santo, pero no es un chapero, eso lo primero, quien te dijese eso te mintió, y si no miente se habrá confundido con otro parecido.

-Pero...

-¡Pero nada! -le corté furioso-. ¡¿Quién te dijo eso?! -pregunté con enfado.

-¡Se acabó!, Ustedes dos, fuera de la clase, ¡Ya está bien!, ¡Vamos, largo! -dijo el profesor realmente enfadado.

Salimos los dos ante las miradas del resto de compañeros, que murmuraban y reían, al cerrar la puerta el profesor siguió dando clase y nosotros nos quedamos en el pasillo en silencio, Juan miraba al suelo sin abrir la boca y yo movía la pierna derecha nervioso, hasta que no aguanté más y corrí fuera del colegio, salí al patio y salté la valla para regresar a casa.

Por el camino me venían muchas cosas y no eran buenas precisamente, últimamente estaba distante, distraído, el día de la fuga estaba cojeando y salió de ese parque..., además eso explicaba de donde sacaba el dinero, el cual según él, trabaja cortando el césped de varios vecinos, mi corazón no quería creer lo que parecía evidente, mi alma estaba siendo torturada.

Cuando llegué a casa subí al cuarto de mi hermano y entré sin pensarlo, necesitaba pruebas, debía aprovechar que él estaba en el colegio, pero por más que busqué no encontré nada. Salí y me metí en mi cuarto.

Tirado en la cama intentaba negar lo que Juan me dijo, pero es que tenía toda la pinta y algo dentro de mi me dolía, ¿Era mi corazón? Me dolía demasiado, ¿Estaba enamorado de mi hermano? Porque si era así iba a sufrir mucho...

Al final me dormí y escuche voces abajo, me levanté y bajé al salón, eran mis padres que discutían porque mi padre había tirado los tejos a una dependienta y mi madre se lo echó en cara.

Cuando acabó la discusión y la cosa se calmó, empezamos a comer, entonces llegó mi hermano con su mochila y con la mía, me miró con enojo.

Desde que entró en casa lo estuve observando, pero no vi nada raro en él que me dijera algo, no tenia otra opción, debía esperar a que oscureciera y ver si salía.

Después de comer subí a nuestro baño a lavarme los dientes y mi hermano subió detrás dándome una palmada en el culo en forma de broma.

-Oye, ¿Por qué hiciste pellas? -preguntó mi hermano sonriéndome.

Pellas era como hacer novillos, nonas, hacerse la rata..., etc, en general, no asistir a clases o irse a mitad de las mismas.

-Por nada, me encontraba mal. -mentí, bueno, ¿Realmente mentí? Porque sí que me encontraba mal...

-Pues Juan me dijo que discutisteis. -dijo mi hermano mientras me acompañaba al baño.

-¿Eso dijo...?, ¿Y qué más te dijo? -pregunté preocupado.

-Nada, ah, sí, que trajese tu mochila, me debes una. -dijo Rubén y tras esto se fue a su cuarto y se echó en la cama a leer una revista de videojuegos.

Le observé un rato y entré al baño, cogí el cepillo de dientes y mientras me los lavaba pensaba en cual sería ahora mi plan...

Fingiría estar durmiendo esperando haber si mi hermano salía de casa por la noche, y si fuese así lo seguiría, necesitaba pillarlo infraganti, necesitaba pruebas antes de encararlo, no quería cagarla más.

Me la pasé despierto jugando a la consola con el volumen bajo en mi cuarto y la luz apagada, entonces escuché su puerta, un leve ruido delataba que la abría despacio, estaba saliendo, miré el despertador y vi que eran las dos de la madrugada.

Esperé un rato y salí yo detrás, vi que ya no estaba en casa, había salido, me puse las zapatillas y salí intentando no hacer ruido para despertar a nuestros padres, ya que ellos dormían en el dormitorio de abajo, al salir miré en la calle, pero no le encontraba.

-¡Joder, lo perdí! -caminé por los alrededores y cuando iba a dar la vuelta a casa recordé las palabras de Juan, ''El parque de los aviones'', me armé de valor apretando los puños y caminé hacia el parque.

-Si era verdad que era chapero lo encontraré allí, espero..., deseo que no esté allí, por favor... -murmuraba mientras llegaba al parque.

Eché un vistazo conforme entraba, no había ni un alma, hasta que a lo lejos, cerca de la otra entrada del parque pude distinguir a tres chicos jóvenes, tendrían unos años más que yo, estaban separados en diferentes partes del parque, cada uno en una punta, parecían buscar algo con la mirada, como si esperasen a alguien.

Mi corazón latía con demasiada fuerza, el sudor empezó a apoderarse de mi piel, con mi mano intentaba secar mi frente, y noté que me temblaba la mano, estaba muy nervioso.

Me adentré más dentro del parque con valor e indagué, pero no veía a mi hermano, me empezaba a sentir un poco mal y me senté cerca de un banco a respirar, así podría ver bien toda la zona de manera más clara.

Entonces vi entrar en el parque a un hombre de unos cuarenta años y fue hacia uno de los chicos, mantuvieron una conversación y vi como el hombre le daba algo al chico, pero lo hacía de forma que costase ver que hacían exactamente.

Se separaron un poco y el hombre se metió dentro de unos arbustos y le perdí de vista, el chico caminaba nervioso y le siguió detrás al rato, también entrando entre los arbustos, esperé un rato pero vi que nadie salía...

Mi curiosidad crecía por momentos, aunque imaginaba lo que estaban haciendo..., pero...¿Y si estaba mi hermano allí? Mi temor por descubrir a mi hermano era mayor a mi miedo de que me descubriesen.

Me levanté y caminé hacia los arbustos despacio, me di cuenta que estaba bastante oscuro en esa zona, las farolas que iluminaban el parque estaban estropeadas en esa parte del parque, ¿A propósito? Me acerqué más y escuché gemidos, mi pecho me dolía, sentía mis piernas fallar y la excitación se apoderaba de todo mi cuerpo.

Traspasé los arbustos con delicadez intentando no meter ruido y vi a dos chicos jóvenes follando, la verdad es que se me puso muy dura, pero no vine a eso, me intenté centrar y mirar alrededor para ver si lo alcanzaba a ver, entre la penumbra vi al chico joven de antes siendo penetrado por el hombre que vi entrar, lo tenía agarrado de la cintura, ninguno podía verme, pero yo si a ellos, el jovencito estaba siendo penetrado brutalmente y escuchaba como gemía como una perra en celo, el hombre no se amilanaba y le daba bien duro.

-Joder, no sé como aguantas esos embistes... -pensé.

Entonces alguien me agarro el culo por detrás tocándomelo, enseguida me di la vuelta y vi que era un chico unos años más grande que yo, su piel era negra, pero muy negra, era un chico negro oscuro, y además me sacaba una cabeza de altura, iba vestido con unos vaqueros rasgados y una camiseta gris oscura sin mangas, en sus vaqueros llevaba una cadena de lo que parecían unas llaves, sus brazos estaban un poco marcados.

Me sonrió al verme y se acercó más a mi.

-¿Cuánto cobras? -dijo, su voz era suave para la edad que aparentaba, le echaba unos veinte años.

-¿Perdona?, te..., te equivocas. -dije tartamudeando.

-¿Que me equivoco? -dijo con duda, su sonrisa desapareció.

-Sí..., yo ya me iba. -dije, e intentando apartarle para irme lo forcé hacia un lado.

-Venga chaval, mira como la tengo. - el chico me enseñó su pene, bastante grande en comparación con el mío, de unos diecisiete centímetros como mínimo y un poco gruesa, y sujetando mi mano la puso en su pene y me hizo agarrarlo. Yo la quité enseguida, pero no pude encenderme al sentir la piel de su pene en mi mano, el pene era negro, negro oscuro, con la punta rosada, y se baja la piel y la subía sonriéndome.

-¿Qué haces joder? No soy un puto de esos... -dije con enfado y temor.

El chico negro me sujetó del cuello con su mano, enorme, e hizo presión con fuerza, acercándome a él.

-Mira blanquito, yo he venido a follarme un culo y será el tuyo, aceptes o no el dinero, solo quiero follar y te pagaré bien, de lo contrario la cosa acabará mal, ¿Sabes lo mal visto que está que cobren y se nieguen? ¿Quieres que todo el pueblo sepa que eres un putito y además que roba? Tú decides blanquito.

Ante sus palabras no supe que decir, me tenía cogido por los huevos, literalmente, porque con la otra mano pude sentir como me empezó a masturbar.

-Ahhh... -de mi boca salió un gemido y el sonrió con satisfacción.

El chico negro, con su piel negra oscura me empezó a bajar el pantalón y yo sin reaccionar me dejé, la verdad es que tenia miedo de que me hiciera algo y encima todos pensarán que soy chapero por estar allí.

Me dio la vuelta y me puso me hizo andar unos pasos hasta ponerme contra un árbol, me dispuse a ser follado por él, ya no había marcha atrás.

El chico me la metía lentamente mientras me besaba la nuca y el cuello, la verdad es que lo hacia de una forma que me hizo ponerme muy caliente, me comenzó a penetrar despacio pero a la vez con ternura, era algo muy extraño, pensé que sería más brusco, pero logró metérmela hasta el fondo sin hacerme mucho daño.

-Ahhh joder, blanquito, estás muy bueno y cerrado.

-Soy virgen..., ten cuidado... -le dije avisándole.

El chico me miró y se acercó más a mi ensartándome hasta los huevos.

-¿No me jodas que eres virgen? -preguntó sorprendido.

-Si... -dije con la voz entrecortada.

-No, ya no... -dijo burlonamente y comenzó a sacarla de mi culo para volver a meterla con lentitud, al llegar hasta el fondo no pude evitar soltar otro gemido de placer.

El chico negro estuvo un rato así y comenzó a moverse dentro de mí más rápido, la sacaba y la volvía a meter a un ritmo tranquilo, con pausa y delicadeza.

-Ah..., sii... -mascullé sin darme cuenta.

-¿Ves...?, te gusta... -el chico negro sonrió y comenzó un vaivén mucho más rápido, me sujetó de los hombros y con su polla dentro de mi culo me empezó a follar con rapidez, me daba estocadas tan profundas que no pude aguantar más y comencé a gemir, me daba igual ya todo, estaba extasiado, en el paraíso.

-Voy a llenarte de leche, blanquito puto. -me decía al oído susurrándome mientras su polla me penetraba con fuerza, me estaba metiendo la mejor follada de mi vida.

-¿Quieres que te preñe mi niño blanquito? -me susurraba mientras me lamía la cara y me daba estocadas con más fuerza, poniendo mi cuerpo contra el árbol.

-Ahh..., sii, lléname joder... -confesaba fuera de mí.

-Y no me cobrarás, estas dejando que te folle gratis, ¿Verdad blanquito? -me decía con sorna y entonces pude sentir como me empecé a correr y contraía mi culo.

-Ahh, sii, es gratis, ¡¡Ahhhhh!! -mis palabras sonaron ahogadas mientras me corría y él lo notó, su polla era presionada con fuerza por mi culo y comenzó a correrse dentro de mí.

-Uff eres mío blanquito y mañana te follaré a esta misma hora, quiero llenarte como lo estoy haciendo en este momento. -decía mientras seguía lanzando varios disparos de su leche dentro de mí.

Tras correrse me empezó a bombear con mas fuerza, no sé cuantas veces noté sus chorros entrar dentro de mi, pero me dejó tan lleno que podía sentir como varios chorros bajaban por mis muslos.

Me la sacó y me dio la vuelta para besarme en la boca, sentía su lengua recorrer la mía.

-¿Sabes?, Jamás había follado un culo como el tuyo y nunca había follado a un virgen.

Diciendo esto se subió el pantalón y se fue dejándome ahí. Yo me subí el pantalón y miré hacia donde estaban antes los otros chicos follando, pero ya no había nadie.

Miré la hora en mi reloj y marcaba ya casi las cuatro de la madrugada, tenía que irme de allí, el culo ahora me ardía demasiado.

-Espero que nadie nos haya visto... -estaba a punto de salir pero unos gemidos me lo impidieron, dichos gemidos me resultaron familiares.

Me dirigí hacia ellos y aparté unos arbustos que tapaban un árbol, lo que vi me heló la sangre, me entró temor y miedo a la vez, jamás imaginé ver lo que vi.

(Continuará...)

¿Os gustó el capítulo? ¡Deja tu comentario! ^_^

Si te ha gustado, no olvides votar! ☆☆☆☆☆

Creado (2019), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

All rights reserved© Safe Creative Code: 2005264160079