Mi hermanito 3 - El parque

Persigo a mi hermanito hasta el parque, dónde supuestamente es chapero (puto), ¿Qué debo hacer?

Mi hermanito - Capítulo 3 ''El parque''

(Edición remasterizada) [2021]

Crucé el pasillo hacia mi habitación y me eché en la cama, vaya fin de semana, no sabía que hacer, mi cabeza estaba hecha un lío, debería estar feliz porque mi hermano, con el que soñé tantas noches mientras me relajaba, ahora era como mi juguete sexual y yo el suyo, pero algo dentro de mí me incomodaba, quizás era la idea de que mi primo lo supiese, o de que le gustara lo que hacíamos, o peor aún, de que quisiera participar, podría chantajearnos, o amenazarnos, incluso usarnos como sus juguetes.

Muchas ideas pasaron por mi cabeza esa mañana. Lo que aún no sabía es que el domingo no había acabado y con él un acontecimiento que nunca en la vida me hubiese imaginado.

Mi descanso se vio perturbado por unos gritos que me despertaron, era mi madre llamándome para comer, bajé las escaleras bastante nervioso por si me encontraba con mi hermano o mi primo.

Nada más bajar me encontré con mi hermano entrando en el comedor.

-Hola Rubén, tengo que hablar contigo urgentemente. -sujeté a mi hermano del brazo y lo subí por las escaleras hasta su cuarto.

-¿Qué pasa? Ya puede ser importante, casi me arrancas un brazo.

-Nuestro primo Jesús sabe lo que hacemos. -dije tajante y directo.

Mi hermano se quedó un poco sin saber que responder, asimiló las palabras y continuó mirándome con la boca entreabierta.

-¿Estás diciéndome que se lo has contado?

-¿Qué? ¡Claro que no! -respondí.

-¿Entonces? -mi hermano se separó de mi rascando el cabello de su cabeza con nerviosismo.

-Anoche..., cuando te la chupe..., nos pilló, y hoy cuando repetimos en la ducha..., también. -mis palabras noqueaban a mi hermano, que escuchando con atención lo que decía negaba con la cabeza.

-Serán imaginaciones tuyas, si nos hubiese pillado lo hubiese contado ya, ¿O no? -preguntó cada vez más nervioso.

Claro, mi hermano no tenía ni idea que de Jesús disfrutaba vernos jugar, le excitaba ver como dos hermanos tenían sexo oral, tocamientos y demás, pensándolo bien mi primo era un perverso sexual.

Pero claro, ¿Entonces nosotros qué éramos?

-Es que... -suspiré y cogí aire para poder decirle a mi hermano que nuestro primo disfrutaba de nuestros juegos calientes y que además tenía intención de participar-. Él..., bueno, a él le gusta vernos...

-¿Cómo? -los ojos de asombro de mi hermano estaban abiertos como platos.

-Pues..., mira, que se masturbó viéndonos, dos veces, la primera noche y luego en la ducha... -dije tajante.

-¿Cómo? -repitió mi hermano intentando asimilar dicha información

Tras unos segundo mi hermano se giró al armario de su cuarto y lo abrió, sacó la maleta que trajo del Internado y empezó a meter ropa suya.

-¿Qué haces? -pregunté mientras él seguía metiendo ropa con rapidez.

-Me voy. -contestó con enfado.

-¿Cómo? ¿A dónde vas? Para. -con mis manos empecé a sacar la ropa que él iba metiendo dentro.

-¿A dónde? Lejos de aquí. -dijo volviendo a meter la ropa que yo sacaba con cierto enojo.

-¿Pero qué te pasa? -pregunté mientras con mis manos intenté sujetar las suyas y dejara de meter ropa en la maleta.

Mi hermano se detuvo respirando con dificultad.

-Si nuestro primo lo sabe y hace eso, me asusta..., ¿Qué quieres que haga?

-Lo sé..., a mi también me asusta esta situación, pero no podemos huir, así no se soluciona nada, además, ¿Quieres que se chive? Si te vas lo va a contar todo, ¿Y yo qué? ¿Me dejarás tirado?

-¿Y qué hacemos Tomi? -preguntó mi hermano desesperado.

-Pues no volver a repetirlo, no haremos nunca más nada entre nosotros, se acabó, hagamos que nunca pasó nada Rubén, ¿Vale? Y ya está, seguro que cuando vea que no hacemos nada...

-Pero a mi me gusta Tomi. -me cortó mi hermano-. Yo quiero seguir haciendo cosas contigo, me gusta, me hace sentir bien.

-Rubén... -suspiré y lo abracé a mi, sentía el latir de su corazón en mi pecho-. A mi también me hace sentir bien, pero no quiero perderte, y si esto sale a la luz..., pueden separarnos.

Mi hermano se quedó en silencio, se dejaba abrazar, y a mi me gustaba estar así, sentía que lo protegía.

-Escucha, a partir de ahora tomaremos distancia, hagamos que estamos peleados y actuemos fríamente, ¿De acuerdo?

Mi hermano me miró enfadado separándose de mi y con una afirmación se alejó unos pasos.

-Muy bien, si eso es lo que quieres..., lo haremos así... -la voz de mi hermano sonaba con enfado e impotencia, se dio la vuelta y bajó las escaleras.

Esperé unos segundos, necesitaba ordenar las ideas en mi cabeza, respiré profundamente y bajé las escaleras tras él hacia el comedor.

-¿Dónde os metisteis? -mi madre algo preocupada preguntó a Rubén, el cuál salió de casa dando un portazo.

-¿Se puede saber que está pasando? -la voz de mi madre se dirigió hacia mi esperando una respuesta mientras dejaba los platos de comida en la mesa.

-Nada, nos hemos peleado... -mentí.

-¿Qué pasó? -preguntó.

-Nada, fue por una tontería...

-Pues ve, busca a tu hermano y haced las paces. -dijo mi madre.

-Vale, no tardaré...

Salí de casa a buscarle mientras pensaba en donde podría estar, pero pasaron las horas y no le encontraba por ningún sitio.

-¡Estúpido! -mi hermano caminaba por el parque con la mirada en el suelo, estaba enfadado y a la vez dañado por saber que algo nuevo que se abría a él, ahora se le cerraba. Era muy tarde, el sol ya no pegaba con fuerza, se acercó al parque, vio que no había nadie, a pesar de ser bastante grande, miró los columpios y los arbustos que rodeaban varios árboles cerca de una charca de agua, estuvo varias horas dando vueltas por el pueblo y estaba cansado, se acercó a un banco y se sentó en él.

Echó su mirada al cielo y se perdió entre los poco rayos de sol que quedaban, pronto anochecería, entonces escuchó unos ruidos cercanos de donde él estaba sentado. Se acercó a curiosear, provenían de unos arbustos, se armó de valor y se adentró, no dio crédito a lo que veía, un hombre muy gordo de mediana edad, unos treinta años, le estaba dando por el culo a un chico joven, de unos veinte, quizás menos, con el asombro no se dio cuenta que estaba a plena vista mientras observaba la escena, el hombre gordo tenia al chico cogido de la cintura, el chico estaba pegado a un árbol, de espaldas a Rubén, el hombre gordo le estaba follando bien duro.

-¿Te gusta lo que ves? -una voz familiar detrás de Rubén lo alertó.

Los otros dos que estaban follando miraron un momento alertados, pero siguieron follando. Rubén se giró y vio que era Jesús.

-¿Me dejas follarte? -preguntó mi primo Jesús a Rubén.

-¿Cómo? -Rubén no daba crédito a lo que escuchaba.

-Te pago cincuenta por dejarte follar. -insistió Jesús.

Mi hermano Rubén se le miró con repudio y lo apartó a un lado para salir de allí y marcharse, pero la mano de Jesús le sujetó del brazo deteniéndolo, mi hermano miró atrás con gesto enfadado.

-Cien, te pago cien. -dijo Jesús, el cual se notaba que estaba muy caliente.

Rubén estaba a punto de gritar, pero no lo hizo, dentro de él había un sentimiento de excitación, el morbo le ganaba, sentía muchas ganas de hacerlo y además ganaría dinero, le ponía mucho, muy cachondo, además tenía de fondo al hombre gordo follándose a ese chaval desconocido contra el árbol y sus gimoteos lo encendían aún más.

-Doscientos o me largo. -dijo mi hermano.

-¡Eso es demasiado!, ¡Ni que fueras de oro!, Además, podría chivarme perfectamente a tus padres. -amenazó con enfado Jesús.

-Si, y yo podría decirles que me has intentado violar, ¿A quien creerán, a ti o a su hijito? -la sonrisa de mi hermano intimidó a Jesús, que se quedó pensativo y tras pensar unos segundo llevó su mano al bolsillo del pantalón.

Sacó su cartera y revolvió dentro sacando billetes.

-Es todo lo que tengo. -Jesús cogió los billetes y se los dio a Rubén-. Cien, no tengo más.

Rubén lo pensó detenidamente, era un momento crítico y que lo iba a marcar de por vida, lo pensó rápidamente, los cogió y se los metió en el bolsillo.

-¿A qué esperas?, desnúdate. -le dijo Jesús bastante caliente.

Rubén no dijo nada, no sabía que hacer, entonces Jesús algo desesperado le cogió de la mano y lo llevó al mismo árbol donde hace un rato el hombre obeso se follaba al otro chico.

-Ponte ahí de espaldas. -le indicó Jesús a mi hermano.

Rubén se inclino hacia el árbol de espaldas a mi primo, posó sus manos en el árbol con un poco de nerviosismo.

-Uff estoy muy caliente. -confesaba mi primo.

-Ten cuidado... -mi hermano, nervioso, avisaba a mi primo.

-Tranquilo, no eres al primero que desvirgo..., ni serás el último. -Jesús se comenzó a masturbar.

-Bueno, en realidad hace mucho que no soy virgen. -pensó Rubén para sus adentros.

Mi primo bajó un poco el pantalón y el bóxer de mi hermanito, lo suficiente para dejar su culo al aire.

-Joder que culo tienes... -Mi primo con sus manos masajeaba las nalgas blancas y tersas de mi hermanito, le dio varias cachetadas y apuntó con su pene hacia Rubén, sujetó con sus manos la cintura de mi hermano y entre suspiros comenzó a penetrarlo.

Rubén emitió un leve quejido de dolor, pero mi primo no se detuvo, prosiguió penetrando a mi hermanito lentamente, poco a poco, se la fue metiendo hasta tener su cuerpo pegado al de mi hermano.

Rubén, con ojos vidriosos, soportaba la penetración de Jesús con algo de dolor e incomodidad, mi primo Jesús empezó a bombear el culo de Rubén lentamente, se movía con un movimiento de cadera lento pero a la vez profundo.

Mi hermano se inclinó más sobre el árbol y con la otra mano en su frente empezó a gemir despacio, con miedo a ser escuchados.

Mi primo aceleró las embestidas e inclinó más a Rubén contra el árbol, y sin detenerse, siguió follándoselo ahora con más velocidad, podía escuchar con el bombeo como sus huevos chocaban con el culito de mi hermano, el cual se dejaba hacer y con una mano comenzó a masturbarse mientras su primo le follaba el culo.

-Estás delicioso, primito, ufff, que putito saliste, ahhh..., que rico estas... -decía mi primo caliente, mientras no dejaba de embestir con cada vez más fuerza el culito de mi hermano, que como podía se sujetaba del árbol mientras no dejaba de masturbarse cada vez más rápido.

Rubén gemía despacio, por miedo pero también por orgullo, en parte se sentía humillado estando así, aunque, otra parte recordaba las horribles cosas que vivió en el Internado y que nadie más sabía, solo él...

Mientras pensaba en ello, Jesús aceleró sus acometidas y siguió follándoselo sin parar, Rubén notaba que mi primo estaba por terminar, su respiración agitada y el temblor de su cuerpo así lo revelaba, y efectivamente se lo comenzó a follar con fuerza y velocidad hasta clavársela entera de una estocada y correrse dentro. Terminó de vaciarse dentro de mi hermano y permaneció quieto dentro de él un rato, hasta que dejó de correrse.

-Ufff, estuvo genial, tienes ahora tu culo lleno de mi semen caliente, ¿Lo repetiremos? -preguntó mi primo sacando su pene del culo de mi hermano y colocándose bien la ropa.

-No creo. -dijo mi hermano subiéndose la ropa.

Apartó a mi primo a un lado y salió de entre los árboles del parque dejando allí a Jesús, caminó varios pasos con sus manos en los bolsillos y entonces se encontró conmigo.

-¡Tomi...! -dijo sorprendido y asustado.

-¿Dónde estabas? Te he estado buscando. -pregunté mientras observaba que estaba sudado y agitado-. ¿Estás bien?

-¡Claro! Es que hacía tantos meses que no recorría las calles del pueblo que me perdí... -mintió.

-Ya..., ¿Pero seguro que estás bien? Estas como agitado y un poco sudado no... -las excusas de mi hermano no terminaban de convencerme, notaba que me ocultaba algo.

-¿Qué? No..., es que..., bueno, hace calor. -dijo con una sonrisa nerviosa.

Entonces miró hacia atrás, yo instintivamente hice lo mismo para ver donde miraba.

-¿Pasa algo? -pregunté.

Rubén se volvió a mí con una sonrisa de nuevo y me cogió del brazo.

-Nada hermano, es que no sabía como disculparme por mi comportamiento infantil, estaba enfadado y eso... -mintió de nuevo.

-No pasa nada, tenías miedo y sentías rabia, es normal...

-Sí... -murmuró.

Nos separamos y caminamos de vuelta a cada, no pude evitar fijarme por el camino que mi primo estaba muy raro, más distante que de costumbre, además caminaba de forma extraña.

¿Se habrá encontrado con alguien y le pegó? No sé, todo es muy raro, pero algo dentro de mi no me dejaba estar tranquilo, sentía un gran desasosiego...

El fin de semana terminó y volvieron los días normales, mi hermano se iba adaptando de nuevo a nuestra casa y mi primo regresó con sus padres, por nuestra parte, decidimos dejar de lado nuestros juegos fraternales.

Era muy arriesgado que siguiésemos haciendo cosas, si alguno de nuestros padres nos descubría podría acabar la cosa muy mal.

Ya está mal visto que dos hermanos hagan cosas sexuales, pero peor visto que sean del mismo sexo, lo mejor era dejarlo como una anécdota y seguir con nuestras vidas...

Pero..., por desgracia eso no iba a suceder, mi hermano y yo pecamos y al hacerlo iniciamos algo que ya no podíamos detener, que escapaba a nuestro control, lo peor estaba por llegar, y nosotros, ignorantes, no nos imaginábamos lo que íbamos a vivir...

(Continuará...)

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Creado (2019), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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