Mi hermanito 25 - Juego macabro
Rubén y Jacob viven algo insólito, deciden reunirse conmigo y saber que está pasando, al parecer, todo está relacionado con la cueva del campamento.
Mi hermanito - Capítulo 25 ''Juego macabro''
Rubén sintió como alguien tocaba sus manos, unas pequeñas manos intentaban soltarlo, tocaban las suyas desesperadamente, pero luego se alejaron, intentó escuchar algo, pero no se oía nada...
-¿Te gusta estar así? -una extraña voz le hablaba a Rubén.
Rubén se revolvía con miedo.
-¡Te hice una pregunta! ¡Contesta! -insistió la voz.
Rubén entreabrió los ojos, ya no estaba vendado.
-¡Rubén! -un fuerte grito llamó la atención del chico rubio.
-¿¡Que pasó¡? -Rubén alzó la cabeza ante la atónita mirada de sus compañeros, el profesor le miró enfadado, ¡¡Estaba en su clase!!
-¡Te hice una pregunta! -el profesor le miró con ligero enfado.
-¿Cómo? No entiendo nada...
-¿Estabas dormido? ¡¡No estás atendiendo en clase!!
Rubén miró a la pizarra, dos iconos parecidos pero con diferentes números estaban dibujados en ella, pero no entendía lo que le preguntaba exactamente.
-No, no sé...
-¡No me gusta que se duerman en mi clase!
Rubén volvió a mirar a su alrededor, ¿Todo había sido un sueño? ¿Pero cómo? Era tan real...
-Perdón profesor es que... -Rubén intentaba excusarse.
En ese momento sonó la puerta e inmediatamente se abrió, era Jacob, se asomó y preguntó por Rubén.
-El director pregunta por Rubén, es urgente. -mintió Jacob.
-Vale, Rubén, vamos, sal.
Rubén salió del aula y cerró la puerta tras de sí.
-¿Qué haces aquí fuera? -Rubén guio a su amigo hasta el final del pasillo mientras le preguntaba.- ¿Qué sucedió? Tienes cara como de ver un fantasma...
-No, es que yo..., bueno, pensé que te pasó algo... -dijo Jacob con preocupación.
-¿A qué te refieres? -preguntó Rubén.
-No, nada, debe ser la escuela, el volver a clases después del verano me esta costando... -dijo Rubén.
Hubo un silencio incómodo, ambos miraban el suelo sin querer mirarse a la cara.
-¿Y tus gafas? -Rubén miró con duda a Jacob, que lo veía raro sin sus gafas de pasta.
-Ah... -Jacob se llevó las manos a la cara comprobando que no las llevaba-. No lo sé, las perdí.
Con temor, Rubén se llevó la mano a su bolsillo y notó que las tenía ahí, con su mano sacó las gafas.
-¿De dónde las sacaste? -Jacob las cogió y se las puso.
-Del sótano...
Jacob tragó saliva y miró con miedo a Rubén.
-¿Sótano? ¿Tú lo viste...? -la pregunta de Jacob no fue respondida-. Quiero decir, yo estuve allí...
-Eso no es posible, fue un sueño. -Rubén intentaba convencerse a sí mismo.
-¿Entonces como es que tenías mis gafas?
-No lo sé...
-¡Ustedes! ¿Qué hacen aquí? -la voz del profesor de matemáticas los devolvió a la realidad-. Vuelvan a sus clases.
Jacob se giró y se dirigió a su clase, Rubén hizo lo propio hacia la suya, Rubén posó su mano sobre la manivela de la puerta, antes de entrar a su clase se llevó la otra mano a su trasero, pero no había nada raro.
Un escalofrío recorrió su espalda..., ¡No!, ¡¿Lo había soñado?!, ¡No!, ¡Fue real!, Tanto por las gafas, como por tener ambos el mismo sueño, eso era imposible, algo pasó, ¿Pero el qué?, ¡Todo lo ocurrido fue tan real...!
-El animal era real... -murmuró Rubén.
-¿Qué dijiste? -Jacob se dio la vuelta.- ¿Qué animal?
-¿Eh? Nada... -masculló Rubén.
-¿Un animal con forma de lobo?
-¿Cómo lo sabes? -Rubén miró asustado a Jacob.
-Porque te dije que no era un sueño, y en caso de serlo, yo también lo viví, tu estabas allí, te vi atado... -dijo Jacob.
-¿Qué? Eso es imposible, quiero decir, yo..., yo tuve un sueño donde tu estabas atado..., pero los sueños no pueden ser reales...¿No? -Rubén miró al suelo.
-¿Y qué hacemos? Nadie nos creería... -Jacob sonaba cabizbajo.
-Al salir de clase quedamos en mi casa, debemos contárselo a Tomi.
-¿Qué? ¿A tu hermano? No, lo que quiero es olvidar esto.
-Escucha, mi hermano me contó hace unos días algo que le pasó en el campamento de verano, y no le creí, pero después de esto... -Rubén bajó la mirada al suelo.
-¿Qué te contó? ¿Eso era lo que quisiste decirme en el recreo antes? -Jacob intrigado por saber lo ocurrido frunció el ceño con interés.
-¿Eh? No..., osea, sí, mira, quedamos en mi casa, allí mi hermano y yo te lo contaremos mejor, aquí esta pasando algo raro...
-Está bien, nos vemos a la salida. -dijo Jacob.
Ambos chicos volvieron a sus clases a la espera de poder quedar después y saber que estaba pasando.
Jacob estaba intrigado, quería saber si realmente fue un sueño, pero era tan real que era imposible que fuese un sueño.
El resto de las clases se le hicieron eternas, deseaba que fuera la hora de salir para ir a casa de Rubén y el hermano del mismo, Tomi.
Esa misma mañana, yo había ido al dentista, pero la cosa no acabó bien...
Abrí los ojos poco a poco, estaba tumbado en una cama, atado, me estaban transportando, mi cama se movía, quise distinguir donde estaba, parecía un lugar viejo y antiguo, un golpe en la cara me hizo desmayar.
Un fuerte olor me despertó, estaba colgado, con mis manos atadas hacia arriba y mis pies rozando el suelo, tenía la boca amordazada, a mi lado estaba Miguel, gravemente herido y en la misma situación que yo, miré a mi alrededor, la habitación estaba oscura, oscuridad que era invadida por pequeños rayos de luz del exterior, al fondo había un pozo, parecía un cuarto abandonado durante décadas.
El silencio fue roto por la entrada de un hombre, un hombre bastante grande y robusto, su cara estaba tapada y envuelta en vendas, toda su cabeza estaba vendada, solo podían verse sus ojos y su boca, iba con un traje color granate oscuro.
Se acercó a nosotros y sacó un cuchillo enorme, le pegó un puñetazo a Miguel que lo hizo despertar enseguida.
-Si intentáis gritar, os mato, si molestáis con cualquier ruido, os mato. Voy a ser muy breve chicos, tengo cosas importantes que hacer y aquí la gente paga por espectáculo, así que iré al grano, ¿Veis esa cámara de ahí?
El hombre vendado señaló a una cámara que había en la parte alta de la pared del fondo.
-Esa cámara grabará vuestro espectáculo, las reglas son sencillas, os enfrentaréis entre vosotros, a muerte, el primero que mate al otro saldrá de aquí vivo, el otro...me temo que no. -su voz cínica y con sorna me daba repugnancia, pero el miedo se apoderaba de mi, quería que nos matásemos, miré a Miguel y éste a pesar de la herida permanecía atento a lo que ocurría...
-En fin, como hay una clara desventaja porque uno esta herido, habrá que igualar el asunto, esto te va a doler... -el hombre vendado se acercó a mi, me agarró del pelo y sujetando el cuchillo con fuerza lo clavó en mi abdomen, la punzada que sentí fue horrible, la sangre comenzó a salir, acto seguido con el cuchillo cortó nuestras cuerdas y caímos al suelo. -¡Que empiece el espectáculo!
El hombre vendado salió del cuarto cerrando la puerta tras de sí, no sin soltar el cuchillo en el suelo antes, yo me di cuenta, Miguel también se dio cuenta, ambos tirados en el suelo lo miramos, se lanzó rápido hacia él, hice lo mismo pero la herida me impidió llegar antes.
-Espera, no tenemos porque hacer esto... -sangre comenzó a salir de mi boca, sentía que me moría...
Miguel sujetó el cuchillo con fuerza, se puso en pie y me apuntó amenazante, yo me levanté como pude, me llevé la mano a mi abdomen, me dolía demasiado, no..., no iba a conseguirlo, incluso aunque ganase, ¿Qué posibilidades tenía de salir vivo de aquí? Me estaba desangrando...
Miguel no abrió la boca, se acercaba lentamente mientras yo intentaba mantenerme en pie, con un grito se lanzó hacia mi para clavarme el cuchillo, lo sujeté como pude y lo aparté a un lado.
-Escucha..., esto es lo que quieren... -me costaba horrores hablar-. Tenemos un cuchillo, lo podemos usar a nuestro favor...., aún podemos salir de aquí...
-¡Calla!, ¡Esta vez no moriré! -Miguel volvió a lanzarse contra mi, esta vez los dos caímos al suelo, el cuchillo se alejó de nosotros, hice amago de cogerlo pero me sujetó con fuerza y me lo impidió, me agarró del cuello y comenzó a asfixiarme.
Intenté apartarlo pero era mas fuerte que yo, además con mi herida me costaba moverme, me estaba mareando, con mi mano intenté coger el cuchillo, una vez lo tuve en la mano derecha se lo clavé a Miguel en el costado, se apartó instintivamente con un grito de dolor.
Los dos nos quedamos cansados mirándonos el uno al otro, Miguel se sacó el cuchillo con un alarido de dolor, yo empecé a escupir sangre de mi boca de manera mas constante, me quedaba poco, si quería vivir o tener una oportunidad tendría que matarlo, era él o yo.
Nos levantamos lentamente, de nuevo él tenía el cuchillo, estuvo tanteando el terreno, sin saber que hacer, se llevó una mano al costado y en ese momento me lancé contra él, lo sujete con fuerza de la mano para que soltara el cuchillo, de repente sentí un golpe en mi herida, me aparté deprisa, Miguel me había golpeado con fuerza, me sentí ahogarme, Miguel aprovechó, se levantó y me clavó el cuchillo en el lateral izquierdo del cuello.
Di varios paso atrás, sujetando el cuchillo, perdí mis fuerzas cayendo de rodillas, la sangre salía de mi boca sin parar, Miguel horrorizado cayó al suelo.
-¡Lo siento!, ¡No quería hacerlo!
Miré su expresión de terror, extraje el cuchillo de mi cuello, la sangre salía sin parar, intenté con mi mano evitarlo pero no podía, estaba muerto, iba a morir, caí al suelo mirando como Miguel temblaba por lo ocurrido, el hombre de vendas entró en la habitación, comenzó a decirle algo a Miguel, pero no entendía nada, todo estaba borroso, incluso el sonido lo escuchaba con un largo pitido, pero sí pude distinguir como se llevaba a Miguel con él, dejándome a mi solo, tirado en la habitación, cerrando mis ojos, dejé de sentir dolor, frío y miedo, por fin podría descansar.
-¡¿Qué le pasó a tu ropa? ¿Te tiraste el batido por encima o que? -mi madre miró el vaso de batido vacío y me miró extrañada de nuevo.- Llegamos tarde al dentista, cámbiate y tira esa ropa, esta toda rota y sucia.
Abrí mis ojos, miré mi ropa, estaba manchada con sangre, y tenía un agujero, donde el hombre vendado me había apuñalado, me toqué y me dolía, pero no estaba herido, solo había un pequeño moratón, también me dolía el cuello. ¿Qué había pasado? ¿Por qué regrese a este momento? No..., no puede ser..., ahora entiendo por qué pasaron horas en lugar de minutos, ¿Viví el futuro? ¿Fue una visión? ¿Fue real?, Me estaba volviendo loco...
Me duché pensando en ello, me cambié de ropa y nos montamos en el coche para ir al dentista.
Durante el trayecto podía ver como salían los chavales de la escuela, de vuelta a sus casas, todo, todo estaba ocurriendo exactamente como antes, no puede ser, si todo ocurre igual, moriré...
Llegamos al dentista, entramos y ahí estaba Miguel, me acerqué donde estaba, no me quitaba la mirada de encima.
-¿Tú eres Miguel?
-¿Miguel? -la chica salió llamándolo.
Miguel me miraba sorprendido y asustado, se levantó y entró con la chica.
Me volví a sentar y esperé, miraba el suelo, pensando, si todo fue un sueño o una especie de premonición, quizás lo pueda cambiar, quizás pueda cambiar lo que ocurra.
Un ruido me devolvió a la realidad, alcé la mirada y ya no había nadie, me levanté y salí corriendo hacia Miguel, entré de golpe, ahí estaba, atado, me acerqué corriendo y corté la cuerda con un pequeño cuchillo que había en la mesa, Miguel asustado se despertó, con un dedo en mis labios indiqué que no hiciese ruido.
Los pasos de la chica con sus tacones se acercaban, sujeté a Miguel y lo llevé conmigo detrás de la puerta justo cuando se abrió, la chica entró y vio que Miguel ya no estaba, sujeté con fuerza el cuchillo y se lo clavé en la nuca, cogí a Miguel de la mano y salimos corriendo.
-¿Ya? Que rápido. -en ese momento choqué con mi madre, miré a mi alrededor, todo estaba normal, Miguel no estaba, la dentista estaba ateniendo ahora a una niña.- Bien, voy a pagar, tu puedes ir a recoger a tu amigo, ¿No habíais quedado?
-¿Eh? Ah..., si..., no tardaré... -dije desconcertado, como si todo hubiese sido un sueño.
-Eso espero, recuerda que mañana ya vuelves a clase. -mi madre se alejó para pagar.
-Lo sé... -mascullé.
Salí de la clínica y me dirigí al campo de entrenamiento de la escuela, en el camino me topé con Miguel.
-Hola. -me miró a los ojos.- Te estaba buscando.
-Ah, hola, ¿A mí? ¿Por qué? -pregunté desconcertado.
-Por salvarme, tu me salvaste.
-¿Qué? ¿De qué hablas? -observé a Miguel, su expresión era extraña.
-Antes, entraste y me soltaste, gracias. -dijo Miguel.
Me quedé atónito, no fue un sueño, fue real, ¿Pero cómo? No tiene ninguna lógica ni explicación.
-No, no puede ser, lo de antes no fue real... -mi respiración se alteraba.
-Sí, sí lo es, una vez entras no puedes salir, pero tu lo conseguiste.
-¿A qué te refieres? -le miré intrigado.
-¿Sabes lo de las desapariciones? -preguntó señalando un tablón cercano, en el habían varios carteles de ''se busca''.
-¿Los chicos desaparecidos? Sí, durante el verano desaparecieron dos chicos, nadie supo de ellos. -cuando terminé la frase, por un momento..., me estremecí.
-Sí, en realidad no desaparecen, mueren. -Miguel fue contundente.
-¿Cómo sabes tu eso?
-Porque eran amigos míos, yo los vi morir, si mueres en esa realidad, desapareces en esta. -Miguel metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
-Eso no tiene ningún sentido, yo morí y estoy aquí. -lo miré sonriendo intentando aparentar normalidad y que me vacilaba.
-Sí, moriste una vez, mis amigos murieron dos, la primera muerte es un aviso, algo, alguien, o lo que sea, no sabría explicarlo, te avisa, es como si quisiese mostrarte tu muerte antes de que ocurra para que la esquives o cambies el curso de los acontecimientos.
Aún estaba sorprendido por sus palabras, pero ahora todo tenía sentido, por eso me miraba serio en el dentista, él ya había vivido ese momento...
-Por eso dijiste lo de ''esta vez no moriré...''
-Sí, si me hubieses matado..., yo..., habría desaparecido. -en su mirada notaba el temor.
-¿Y por qué estamos ambos vivos? -pregunté.
-Estás vivo porque cambiaste el curso de los acontecimientos, no se como lo hiciste.
-Pues, evitando hacer lo mismo que la primera vez, tú has dicho que se puede cambiar...
-No, eso no funciona, no se puede evitar vivir lo mismo ¿Crees que yo y mis amigos no lo intentamos?, esas visiones o sueños te muestran lo que ocurrirá, solo debes recordarlas para evitar el desenlace final, pero tú lo evitaste desde el principio.
-¿Cómo sabes tanto? -lo miré extrañado.
-¡Tomi! -una voz familiar me alertó y miré al otro lado, era Rubén.
Se acercó a nosotros y miró a Miguel intrigado.
-Miguel, este es Rubén, mi hermano, Rubén, este es Miguel, un amigo, creo.
-¿Nos conocemos? -mi hermano observaba curioso a Miguel.
-No creo. -Miguel apartó la mirada a un lado-. Quizás de vista en la escuela, voy a la clase de al lado de tu amigo, el empollón.
-¿Jacob? -preguntó mi hermano.
-Sí, ese...
-Tomi, debo contarte algo, es importante, trata sobre la historia esa que no te creí, la del campamento... -Rubén se acercó intentando evitar que Miguel escuchase.
-Es curioso, porque nosotros también. -dijo Miguel.
-¿Nosotros? -mi hermano me miró con duda tras escuchar a Miguel.
-Sí, tiene razón... -puse mis manos en los hombros de Miguel-. Vamos a recoger a Jacob y después directos a casa, hay mucho de lo que hablar...
(Continuará...)
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Creado, revisado y editado (2021) por @TomiXuak
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