Mi hermanito 24 - La bestia

En el sótano, una bestia salvaje está abusando de mi amigo, ¿Qué puedo hacer? Debo ayudarle o..., ¿O lo dejo ahí?

Mi hermanito - Capítulo 24 ''La bestia''

El sonido del timbre escolar indicaba que ya era el comienzo de las clases de ese día, era Miércoles, comenzaba a refrescar y los alumnos entraban es sus respectivas aulas.

Jacob, un chico de estatura mas bien baja, pelo castaño oscuro, piel blanca y unos ojos color miel en los que se posaban unas gafas de pasta de color negro miraba buscando a alguien, estaba en el pasillo, las clases iban a comenzar, y quería verlo antes de entrar a su aula, pero no lo encontraba, los alumnos comenzaron a entrar en sus clases y Jacob se terminó sentando en su silla.

Así pasaron las horas hasta la llegada del recreo, salió fuera con su bocadillo y un batido, a lo lejos, cerca de la verja estaba la persona que buscaba, se acercó hasta él y se sentó a su lado, al lado de un chico rubio de ojos azulados, piel muy blanca y un poco más alto que él, ambos cursaban el mismo año en la escuela.

-No te vi en clase. -tiró un bocado a su bocadillo, era de jamón, masticó y tragó esperando respuesta de su compañero-. ¿No dices nada?

-Me entretuve un poco. -sacó su móvil y se puso a jugar-. ¿Hoy tienes día libre?

El chico del móvil era Rubén, mi hermanito, que ignorando un poco a Jacob, se centraba en el juego.

-No, hay entreno, de todas formas había quedado con Tomi, se pasará a recogerme a la salida.

-¿Con mi hermano? Tiene dentista... -dijo Rubén con desgano.

-¡Por eso se pasará a recogerme a la salida!

-Ah vale, perdona, lo entendí mal. -Rubén siguió jugando con el móvil.

-¿Te ocurre algo? Estas como distante. -Jacob dejó a medias el bocadillo y lo lanzó a la papelera de al lado-. Sabes que puedes contarme lo que sea.

-No tires la comida... -Rubén levantó la vista cuando vio lo que su amigo Jacob había hecho.

-Usted perdone. -dijo Jacob con sorna, bebió un poco de batido e hizo amago de tirarlo.

-¡No! -Rubén lo detuvo y se lo quitó de la mano-. ¡Al menos dámelo a mí!

-Bueno, que aproveche, pero ahora, dime, ¿Qué te pasa? -insistió Jacob.

-Nada... -Rubén tomó un sorbo y prosiguió.- Te lo contaré mas adelante, pero no es el momento, ni el lugar...

-¿Tiene que ver con lo que pasó en el campamento? -preguntó Jacob.

-No, nada que ver... -Rubén desvió la mirada, ¿Culpabilidad? A su mente le vino lo que hizo en la cueva con Akin y conmigo.

¿Entonces significa que mi hermano Rubén y Jacob están juntos...?

La campana de la escuela volvió a sonar indicando el final del recreo, todos volvieron a clases.

El tiempo pasaba, tocaba ciencias, la asignatura favorita de Jacob, estaba atendiendo cuando vio pasar a Rubén haciendo señas para que saliese, lo hizo rápido, la puerta estaba abierta y pudo ver perfectamente que era él. Nadie más en clase se dio cuenta, se levantó y pidió ir al baño.

Salió de la clase y miró hacia donde Rubén había ido, estaba al fondo, le indicó que le siguiera, se puso en marcha y lo comenzó a seguir hasta el baño, entró mirado a los lados pero no encontraba a su amigo.

-¿Rubén? Sal, no tiene gracia, me estoy perdiendo ciencias...

En ese momento escuchó como tiraban de la cadena dentro de uno de los cubículos ubicados en los laterales del baño, se acercó y abrió la puerta, pero no había nadie.

-¡Ya basta tío! ¡Sal! -Jacob comenzaba a ponerse nervioso.

De repente las luces se apagaron, no se veía nada, Jacob asustado, se puso a buscar la llave de la luz o la salida, lo que antes encontrara, con sus manos encontró lo que parecía una puerta y empujó.

-¡¿Dónde leches estoy?! -Jacob sorprendido avanzó despacio por una estancia desconocida, la zona era vieja, parecía una especie de sótano, en el suelo habían diferentes colchones tirados, viejos, por los alrededores las plantas habían crecido con los años, parecía que estaba en una zona abandonada durante largo tiempo.

-¿Esto está en la escuela? -se giró para volver por donde vino, pero ya no había puerta, sino una pared de ladrillo-. ¿Qué? ¿Dónde está la puerta? ¿Qué está pasando? Debo salir de aquí como sea...

Unos quejidos llamaron su atención, girando con temor, guio su mirada hasta la zona de los colchones, había 3 chicos de su edad atados, amordazados y con los ojos tapados, dos de ellos tenían el uniforme de la escuela, al tercero no lo conocía.

-Un momento, estos chicos antes no estaban aquí... -Jacob bajó las escaleras del sótano e intentó desatar a uno de ellos, entonces recibió un golpe seco en la nuca haciéndole perder el conocimiento...

Mientras tanto, en la escuela...

Rubén se acercaba a la portería y de un tiro marcó gol, sus compañeros lo celebraban con él, estaba en clase de gimnasia y tocaba fútbol, deporte que le encantaba, en medio de la celebración vio a Jacob lejos de la pista, sonreía y le hacía señas para que se acercara.

Rubén en un descuido del profesor se alejó de su clase y se adentró en la escuela, conforme se acercaba escuchó a dos profesores hablando, se apoyó en una esquina sin ser visto y se dispuso a espiar que decían.

-Sí, estoy segura que es de Jacob, me pidió ir al baño y no volvió, se ha escaqueado.

-De acuerdo, déjemela a mi, llamaré a sus padres. -el director sujetó la mochila y se la llevó con él.

Ambos se marcharon en caminos opuestos, estuvieron hablando de Jacob, además la mochila que llevaba el director era suya sin duda. Dijeron que fue a los baños, así que empezaría a buscar ahí.

Rubén con cuidado de no ser visto se dirigió a los baños, entró pero no había nadie. Comenzó a mirar en todos los cubículos hasta que en uno de ellos encontró un carnet, se agachó a recogerlo para ver a quién pertenecía, era de Jacob, el carnet de la biblioteca, incluso salía su foto, estuvo ahí, pero ya no estaba, escuchó pasos fuera y la puerta abrirse, en un acto reflejo se metió en el cubículo y cerró despacio.

Los pasos se acercaban más, se detuvieron y escuchó como el grifo del agua comenzó a sonar, fuese quien fuese no podía salir, si era un profesor lo echaría, pero si era uno de los matones del colegio le iría peor, el agua cesó y los pasos se dirigieron a la salida, se abrió la puerta y se cerró.

Rubén esperó un poco y se asomó, no había nadie, salió del cubículo y se dirigió a la puerta del baño para salir, intentó abrir la puerta pero no se abría, estaba cerrada, de repente escuchó unos gemidos. Se dio media vuelta, miró detrás y quedó en silencio, esperando..., volvió a escuchar los gemidos, provenían de uno de los cubículos, se acercó lentamente hasta llegar al último, abrió la puerta y los gemidos volvieron a escucharse, se acercó a la pared del cubículo, detrás del retrete, puso la oreja y escuchó los gemidos de nuevo, eran como unos quejidos ahogados, quizás alguien necesitaba ayuda, quizás era Jacob...

Sin querer, el apoyo de sus manos contra la pared hizo que ésta cediera y se abriese hacia dentro, Rubén empujó más y terminó abriéndola hasta la mitad, pero no cedía más, se adentró, estaba un poco oscuro pero podía verse los rayos de luz de forma tenue del sol entrar por unas pequeñas rendijas de la pared, bajó las escaleras despacio hasta llegar a una especie de sótano, dentro había varios colchones tirados en el suelo y cuatro chicos, estaban atados, amordazados y con los ojos vendados, estaban boca abajo a cuatro, se fijó bien en los chicos, dos de ellos eran de su escuela, a otro no lo conocía y el último era Jacob, aunque estaban de espaldas pudo distinguirlos bien, todos se movían intentando liberarse, excepto Jacob, que parecía no moverse, ¿Estaría muerto? ¿Dormido? ¿Fingiendo? El caso es que Rubén no pudo contenerse y salió en su ayuda.

Hizo amago de acercarse para ayudarle pero se detuvo de inmediato, acababa de ver a alguien, o mas bien a algo acercarse a Jacob, una especie de animal, tenía aspecto de lobo semi-humano, se quedó quieto esperando no ser visto por dicho animal, al parecer Rubén estaba cerca de la esquina de las escaleras, donde solo había oscuridad, esperó quieto pensando que hacer.

Mientras observaba como el animal se acercaba a Jacob, se subió encima de él rasgando su ropa, Jacob despertó e intento gritar, pero no podía hacer nada, se resistía, pero era en vano, el animal termino de rasgar su ropa y se le subió encima, parecía que quería montarlo. Rubén no podía permitirlo, debía hacer algo, pero las garras y dientes de ese animal eran demasiado intimidantes, tenía miedo, miró bien la habitación y pudo distinguir una palanca en una mesa, estaba cerca de él, al lado de la palanca se encontraban las gafas de pasta de su amigo, comenzó a moverse lentamente.

Mientras lo hacía escuchó el quejido de Jacob, lo lastimaba el animal, esa especie de lobo comenzó a lastimar a su amigo sin que éste pudiese defenderse, Rubén quedó atónito ante tal escena, el animal lo atacaba con fuerza y rapidez.

Los músculos de Jacob se tensaban, el sudor bañaba su piel, sentía ser golpeado una y otra vez, un ligero dolor recorría su cuerpo, intentó hablar pero estaba amordazado, sus ojos solo veían la oscuridad, sentía como alguien lo lastimaba, empezó a recobrar el sentido y se dio cuenta de la situación.

Estaba tumbado boca abajo, de rodillas mientras alguien lo usaba, no se podía mover o defenderse, Jacob intentó escapar y gritar, pero no podía. Sentía como lo atacaban sin parar, comenzó a sentir dolor en sus caderas, alguien le agarraba con una especia de garras, no era humano, estuvo bastante rato intentando zafarse pero ya no le quedaban fuerzas, así que se quedó quieto simplemente dejando que esa especie de animal lo humillase, se sentía inferior y solo quería llorar.

No pudo evitar sentirse excitado por la escena mientras se acercaba lentamente hasta la mesa, una vez la alcanzó, cogió las gafas y las llevó a su bolsillo, después sujetó con fuerza la palanca, mientras no apartaba la mirada del animal, que seguía lastimando a su amigo, el cual ya no oponía mucha resistencia, quizás por falta de fuerzas, quizás porque se había resignado o porque simplemente se desmayó, aunque esto último Rubén lo descartó enseguida cuando Jacob pegó un fuerte quejido y el animal se detuvo.

Sentía impotencia y rabia, no debió seguir a Rubén, ¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Iba a morir? Sentía miedo, el animal comenzó a atacarle con mas fuerza y Jacob sintió su cuerpo temblar y sin poder evitarlo, Jacob comenzó a soltar pequeños gemidos, la bestia al fin terminó con él, o al menos eso sintió.

La bestia paró y se apartó de él, Jacob descansó un rato, pero el cansancio se apodero de él, durmiéndose.

Rubén sujetó con fuerza la palanca, se apartó más hacia a la oscuridad, entonces se fijó en los otros tres chicos, también tenían la ropa rasgada, los atacó a todos, un sudor frío recorrió su espalda.

El animal se apartó de Jacob y se puso al lado del otro chico, se subió encima y comenzó a atacarlo duramente, no se detenía.

¿Cuánto tiempo llevan estos chicos aquí? ¿Cómo han llegado? ¿Quién los trajo? ¿Qué es ese animal? Había tantas preguntas rondando la cabeza de Rubén que cuando se quiso dar cuenta el animal ya se había cansado de atacar al segundo chico, se apartó a la zona mas alejada del cuarto y se recostó en el fondo, entre las sombras, apenas era visible.

Podía hacer dos cosas, acercarse a esa mala bestia y atacarla para salvar a sus compañeros, o salir lentamente del sótano y pedir ayuda. Debía pensar bien que hacer, si Rubén se acercaba podría ser visto más fácilmente, ya que saldría de las sombras. Pero si se marchaba a por ayuda, ¿Quién le garantizaba que no fuese tarde? Quizás la bestia matara a los chicos, o cuando llegasen no habría nadie.

No sabía como actuar, estaba por primera vez en su vida sin poder moverse, cualquier movimiento en falso sería su perdición. Durante sus pensamientos observó bien la habitación, estaba formada por ocho colchones, cuatro de ellos ocupados, pero había cadenas y mordazas en los otros, ¿Quizás para chicos nuevos? ¿O de chicos que ya estuvieron allí? ¿Por qué está esto en la escuela?

Estaba absorto en sus pensamientos y cuando quiso darse cuenta la bestia no estaba, el animal había desaparecido, el temor se apoderó de su cuerpo, miró a todos lados, pero no lo veía, ¿Quizás se marchó? ¿Pero por dónde?

Esperó un rato mas, los gemidos de los cuatro chicos comenzaron a sonar de nuevo, alguno comenzaba a despertarse, Rubén comenzó a salir de la sombra, con la palanca bien agarrada se acercó a Jacob, lo intentó desatar pero ambas cadenas de las muñecas tenían un candado, era imposible, iba a quitarle la venda y la mordaza pero era tarde, alguien se acercó a Rubén lentamente, Rubén apretó la palanca con fuerza para defenderse, quiso darse la vuelta pero un golpe seco en la cabeza le hizo caer redondo al suelo.

Sus ojos comenzaron a abrirse, sentía frío, Rubén intentó moverse pero no podía, había caído en las redes de la bestia, se sentía como un idiota, debió escapar, sintió como el animal rasgaba su ropa y se subía encima de él, estaba claro lo que pasaría, así que resignado dejó que el animal prosiguiera sin resistencia, era inútil.

Y así fue, la bestia lo comenzó a atacar, Rubén solo podía dejarse hacer y esperar que todo pasara rápido, Rubén comenzó a sentir ligeras descargas que le hacían emitir pequeños gemidos sin poder remediarlo, al parecer le estaba gustando lo que le hacía esa bestia inmunda, por ese animal desconocido, le gustaba lo que le estaba pasando, aunque aún estaba con temor y miedo.

El animal sujetó la cintura de Rubén con sus garras sin detenerse, Rubén estaba extasiado, jamás había sentido tanto placer, se sentía sucio en parte y culpable, pero no podía pensar en otra cosa mientras la bestia seguía a lo suyo, la bestia pegó un aullido y se detuvo, Rubén, sudado y rendido por el cansancio, se quedó medio dormido, la bestia se separó de él y se alejó.

Unos leves quejidos se escuchaban de fondo, Jacob abrió lentamente los ojos y pudo ver que ya no estaba amordazado, ni vendado, ni atado. Aunque sin gafas le costaba un poco ver de lejos, distinguió que a su lado estaba Rubén, en su misma situación, pero él estaba vendado, amordazado y atado como el resto de chicos, entonces pudo verlo, pudo ver la bestia.

Era una especie de lobo con forma humana, pero se notaba que era más un animal, estaba encima de Rubén, lo estaba atacando de la misma forma que él fue atacado, Rubén emitía algunos gemidos cortos mientras la bestia no se detenía, Jacob fingía estar dormido, pero no podía evitar mirar como esa bestia atacaba a su amigo, una y otra vez con fuerza, Jacob no pudo evitar empezar a sentirse caliente.

El lobo terminó, se apartó y miró a Jacob, este instintivamente cerró los ojos, quedó en silencio fingiendo estar desmayado, la bestia caminó y alejándose se acostó en la zona del fondo.

Jacob esperó un rato, el silencio en la habitación era roto por los quejidos de los chicos que estaban atados en la misma, quejas, gemidos, cadenas moverse, era un sitio aterrador y perturbador, Jacob era el único que estaba sin cadenas, ¿Pero por qué? ¿Quién se las quitó? ¿Y por qué?

El miedo invadió su cuerpo, sabía que debía moverse y salir de allí cuanto antes, antes de que fuese demasiado tarde, era ahora o nunca.

Jacob abrió los ojos, miró a su alrededor, pero no veía al animal, se incorporó lentamente y se alejó de los colchones gateando como si de un felino se tratase, por el camino quiso ayudar a Rubén, sujetó lentamente las cadenas y las manos de su amigo, que tenía cada cadena sujetada a una muñeca, y cada una tenía un candado, intentó abrirlas pero el ruido que éstas hacían con cada movimiento le hacía temblar más, podría ser descubierto si seguía así, así que siguió gateando despacio hacia las escaleras que llevaban a la salida, una vez llegó comenzó a subirlas lentamente hasta llegar arriba, empujó y logró salir del sótano, se puso de pie y salió corriendo del baño.

Entonces chocó con la profesora de ciencias, Jacob, asustado, intentó huir pero la profesora lo sujetó con sus largas manos.

-¿Dónde vas jovencito? No puedes tardar tanto tiempo en el baño, es la última vez que te dejo ir.

-Profesora, mi amigo, mis compañeros, están...

-Nada, volvamos a clase. -la profesora le cortó enseguida.

-¡¡No!! ¡Están en peligro! -Jacob insistía.

-¿De qué hablas Jacob? -la profesora empezó a escuchar a Jacob.

-Por favor, están secuestrados abajo, ¡Por aquí! -Jacob guió a la profesora hasta el cubículo de los baños, lo abrió para enseñarle la puerta pero había un alumno dentro.

-¡Oye un respeto! -dijo el chico desconocido, que sentado, intentó cerrar su puerta.

-¿Qué haces tu aquí? Esto estaba vacío...

La profesora sujetó a Jacob y lo llevó hasta el pasillo.

-Mira jovencito, que seas mi mejor alumno no te va a salvar de este tipo de bromas, ¡Al despacho del director!

-¡Pero maestra!...

-Ni pero ni pera, ¡Al despacho! -la mano de la profesora indicaba el camino que Jacob debía recorrer hasta el despacho del director-. ¡No lo diré más!

Jacob enfadado tomó el camino hacia el despacho del director, durante el trayecto pensó que podría hacer para salvar a sus compañeros, ¡Rubén aún estaba allí! ¡Con esa bestia!

Se detuvo un momento y se fijó en su ropa, estaba limpia y nueva, ¿Cómo es posible? Estaba rasgada en el sótano...

Salió corriendo hacia la clase de Rubén, llamó a la puerta y se asomó intentando buscarlo.

(Continuará...)

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Creado, revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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