Mi hermanito 2 - Hermanos de leche

Mi hermano sigue queriendo jugar conmigo, ambos compartimos nuestra propia leche, esta tan rica su leche y él esta también tan rico..., me tienta demasiado. Pero alguien más quiere jugar con nosotros...

Mi hermanito - Capítulo 2 ''Hermanos de leche''

(Edición remasterizada) [2021]

Tras hacerle la mamada a mi hermanito, salí de su cuarto y lo dejé durmiendo, entonces vi las marcas de lo que parecía semen en la entrada, alguien miró lo que hacíamos, y peor, eyaculó viéndonos, lógicamente solo una persona pudo hacerlo y el simple hecho de pensarlo me hacía estremecer.

Apenas pude coger el sueño pensando como habían llegado esas marcas de semen a la puerta de mi hermanito, solo había una explicación de como llegaron ahí..., pero no me lo podía creer o no quería creerlo, era demasiado fuerte y algo en mí me decía que esa noche iban a cambiar muchas cosas en ésa casa...

Al día siguiente todo era muy confuso, una parte de mi recordaba lo que hice con mi hermanito y me gustaba, pero otra parte de mi lo rechazaba, sabía que en mi interior me daba miedo a lo que pudiera pasar si se descubre lo que hicimos y no quería preocupar a mi hermano con ese tipo de cosas, para no asustarlo o para no ponerlo peor, ya tenía suficientes problemas con lo de saber que era gay y el que mi hermanito fuese dañado por ese imbécil del internado.

Al fin tomé valor y bajé a desayunar, era Domingo, así que sabía que mis padres estarían en casa, bajé a la cocina a prepararme las tostadas, pero no había nadie, me las hice y me tomé un vaso de leche..., leche, de nuevo me vino a la cabeza el semen que había en el suelo, cerca de la puerta del cuarto de mi hermano.

Mi sospechas se dirigían hacia mi padre, el cual quizás subió a ver como estaba Rubén y entonces pudo ver la escena, yo haciéndole una mamada a mi hermanito, quizás se calentó y se masturbó mientras miraba como le hacía sexo oral a mi pequeño hermano hasta que se corrió, de ahí las manchas, pero era demasiado fuerte, no quería creer en ello, tendría que haber otra explicación.

Mi hermano apareció en la cocina, entró y pude fijarme que aún llevaba el pijama de Bob esponja, pero con la camiseta puesta.

-Buenos días Tomi. -me dijo sonriendo, como si nada hubiese pasado.

-Buenos días Rubén -dijo con algo te corte, entonces tomé la leche mientras mi hermano abría el frigorífico-. Dime, anoche, ¿Cómo dormiste? -pregunté mientras bebía un poco de leche del vaso.

-Bien, aunque tuve un sueño muy extraño. -mi hermano me guiñó un ojo pícaramente, estaba claro que recordaba todo lo que pasó.

-Vaya... -mi piel se ruborizó y me puse colorado-. ¿Y..., el sueño te gustó? -pregunté con un poco de vergüenza.

-No me desagradó. -dijo mi hermano sin pudor y cogiendo una manzana, se disponía a salir de la cocina cuando mi voz le detuvo.

-¡Espera Rubén!

-¿Si? -me preguntó de nuevo sonriéndome.

-¿No vamos a hablar de lo que pasó? -pregunté mientras observaba como mordía la manzana.

Hubo un silencio incómodo, mi hermano dudó unos instantes y por fin rompió el silencio tras tragarse el trozo de manzana.

-¿Hablar sobre qué? -dijo mientras con su muñeca limpiaba sus labios de restos de manzana.

-Pues de lo que pasó anoche. -insistí.

-No hicimos nada malo. -dijo Rubén.

-Ya..., Rubén, pero esta mal..., ¿Entiendes?

Rubén dio otro mordisco a la manzana y acercándose a mi me besó en la boca pasando el trozo de su boca a la mía, yo instintivamente me alejé de él mientras masticaba lo que antes estaba en su boca y me lo tragué con pudor.

-¿Qué te pasa? -dije un poco enojado y miré a los lados esperando que nadie nos hubiese visto-. Rubén, esto no esta bien...

-Mira Tomi, lo de anoche..., me gustó, mucho además, estuvo genial y no veo nada de malo en que dos hermanos se diviertan y jueguen, sólo fue eso, además, bien que ayer no te resististe...

Sus palabras me dejaron más helado que la leche que tenía en mis manos, solté el vaso y me acerqué sujetándole del brazo para no hablar muy alto.

-No me resistí porque no sabía que iban a... -detuve mis palabras a la vez que mis ojos se posaron en la figura que entraba en la cocina, era mi primo, venía sudado.

-Uff que cansado estoy, necesito refrescarme. -dijo mi primo, que sacando una botella de agua fría y bebiendo de ella me miraba sonriendo, quise mirar a mi hermano, pero éste ya no estaba.

-¿Qué haces tu aquí? -pregunté a mi primo, éste terminó de beber agua y me guiñó un ojo.

Que por cierto, mi primo era mayor que nosotros tres años, ya iba a dejar el Instituto, era moreno, de piel morena, con pecas en la cara y una dilata en la oreja.

-Mis padres me dejaron aquí anoche, quieren estar solos para celebrar su aniversario, así que pasaré aquí el fin de semana, ¿Y qué mejor que con mis primos juguetones? -me sonrió pícaramente y metió la botella en el frigorífico.

-¿Cómo? Espera, ¿Llevas aquí desde anoche? -mi cara cambió totalmente y él lo notó, ya no sabía de quien era el semen, pero tenía mis sospechas, bueno, no, sí lo sabía, era de él, estaba claro.

-Bueno, iba a decirte que salgas conmigo a correr un poco, pero creo que ya corriste anoche, ¿No? ¿O debo decir, corristeis? -dijo mi primo sarcásticamente.

-¿Qué dices? -yo aún no encajaba tanta información.

-No te hagas el tontito conmigo porque eso no funcionará, es mejor llevarse bien. -se secó el sudor con su camiseta y se dio la vuelta para salir de la cocina.

-No se que estas diciendo, te estás confundiendo. -repliqué con cierto enfado.

-Hazte el loco, pero sé lo que vi y mi boca puede estar cerrada o abierta, eso ya depende de muchos factores. -dijo mi primo.

-¿Me estas amenazando? -pregunté entre enojado y asustado.

Mi primo se acercó a mi lentamente, sujetó mi mano y la posó en su entrepierna. Se notaba que la tenia semi erecta.

-¿Notas esto en tu mano?, pues hoy la notarás en otro lugar, y me da igual si eres tú o tu hermano, pero uno de los dos sucumbirá, de lo contrario...

-¿De lo contrario qué? -pregunté a su amenaza.

Entonces entró mi madre y en un acto reflejo nos separamos.

-Buenos días hijo, ¿Qué tal dormiste? ¿Y tú, Jesús? -preguntó mi madre soltando las bolsas de la compra en la encimera.

-Bien tía, la verdad es que estoy muy contento de estar aquí, seguro que me lo paso muy bien con mis primos. -Jesús lo dijo en un tono burlón y con intención de meterme miedo.

No pude reaccionar, mi pulso se aceleró y creí desmayarme, él lo sabia y yo solo quería desaparecer, pero su actitud con cara de salido en parte me daba un morbo que no podía explicar.

Subí a mi cuarto y me eché en la cama, necesitaba tumbarme un rato.

No se a que hora me desperté, solo se que ojalá no lo hubiera hecho, me levanté y escuché unos gemidos en el cuarto de mi hermano, me acerqué y se le escuchaba agitado, como si estuviera haciendo ejercicio o algo, presentía algo malo, no llamé a la puerta y directamente la abrí despacio, lo que vi me dejó alucinado.

-¿Se puede saber que haces? -pregunté a mi hermano.

-Tomi, ¿Pero es que no llamas antes de entrar? -mi hermano estaba en ropa interior, con unos bóxer azul clarito y sudado, estaba haciendo abdominales, por una parte me excité y por otra me sentí aliviado.

-Menos mal... -murmuré.

-¿Menos mal qué? -mi hermano se levantó y se secó el sudor de la cara con la toalla que tenía apoyada en su cama.

-Rubén, debo decirte algo. -dije con tono preocupado.

-¿No puede ser luego?, quiero ducharme. -mi hermano caminó al baño.

-No, tiene que ser ahora. -con mi mano sujeté su brazo, pude sentir su piel sudada.

-Bueno, dímelo mientras me ducho. -me respondió pícaramente.

-¿Cómo? -dije con asombro.

Mi hermano con una mirada pícara se bajo el bóxer, pude ver su pene semi duro y al darse la vuelta hacia la ducha pude ver su culito firme y blanco, encendió la llave del agua y empezó a caer en el plato de ducha, se acercó a mi y me llevó hacia ella, cabe decir que yo no me opuse.

-Tomi, creo que te debo algo. -dijo Rubén sonriendo.

-Rubén... -suspiré, lo tenía muy cerca, el agua mojaba mi cuerpo y mi ropa, podía ver como sonreía mientras el agua mojaba su linda y tersa piel.

Rubén me besó en la boca, callándome, sus labios eran tan suaves..., me fue quitando la camiseta y se puso de rodillas, me bajó el pantalón y los bóxer mojados.

-Me fascina. -Rubén miraba mi pene con lujuria, pude sentir sus dedos sujetar mi pene, lo acarició y yo solo miré hacia arriba cerrando mis ojos, el agua caía directamente en mi cara.

Mi hermanito pequeño se metió el pene en la boca a la vez que masajeaba mis huevos, yo sentía el placer más grande que hasta ahora había experimentado, el que tu hermanito pequeño te la esté chupando es algo que no puedes comparar con nada.

-Rubén... -gemí mientras sujetaba la cabeza de Rubén contra mi entrepierna y le forzaba contra mi rápidamente sin parar, su boca me daba un placer sin precedentes, si era la primera vez que la mamaba..., lo hacía como nadie.

Abrí los ojos y pude ver en la puerta del baño a mi primo pajeándose, no sabía que hacer, un temblor recorrió mi cuerpo, ahí estaba yo, con mi hermanito pequeño arrodillado chupándomela mientras mi primo nos observaba pajeándose excitado, iba a decirle a mi hermano pero el gesto de mi primo me lo impidió, se llevó su mano a la boca y con un dedo en sus labios me indicaba que guardase silencio.

Lo peor de todo es que la boca de Rubén estaba a punto de hacerme terminar, mi hermano empezó a succionar con fuerza y yo no aguanté más y exploté en su boca, sujeté con fuerza la cabeza de mi hermanito pequeño mientras descargaba una y otra vez en su boca, con los ojos cerrados imaginando como mi primo disfrutaba de vernos teniendo sexo oral.

Una vez terminé, mi hermano se tragó todo, cuando abrí los ojos mi primo ya se había ido, mi hermanito se levantó y se limpió la boca con el agua que caía, aún podía ver algo blanco bajar por la comisura de sus labios rosados y carnosos.

-Joder, no estaba nada mal tu néctar, hermano. -dijo mi hermanito Rubén mientras comenzó a enjabonarse.

Yo me subí el pantalón y me disponía a irme pero mi hermano me lo impidió poniéndose en medio.

-¿No te ducharás conmigo? -dijo mordiéndose un labio.

-No..., ya me duché antes, además estoy todo mojado. -me excusé.

Mi hermano se acercó a mí y me besó en los labios, pude sentir su lengua invadir mi boca, el agua seguía mojando nuestros cuerpos mientras mi hermanito pequeño terminaba de besarme. Nos miramos a los ojos mientras tocaba cada rincón de su cuerpo, acerqué mi boca a su cuello y lo besaba con dulzura, mi hermano sujetó con su mano mi cabello y me guiaba entre gemidos.

Me arrodillé y pude ver su pene muy duro, acerqué mi boca y lo engullí, entero, comencé a chupársela con esmero, mi hermanito con sus manos acariciaba los cabellos de mi cabeza con ternura mientras gemía bajo el agua, con mis manos en sus muslitos suaves succioné con fuerza su pene, mis labios lo hacían con fuerza y con mi lengua relamí su cabeza dándole un placer que le hizo venirse entre convulsiones, su leche entraba en mi boca y bajaba por mi garganta, tragaba mientras saboreaba cada molécula, no quería desperdiciar ni una gota de su semen, el sabor, la textura..., todo era perfecto, su semen caliente inundaba mi boca hasta que dejó de disparar y se detuvo suspirando.

Me levanté y mi hermano me volvió a besar probando su propio semen, se separó y se relamió sonriendo con alevosía.

-Te amo Tomi. -dijo Rubén.

-Y yo hermanito. -contesté, tras esto, mi hermano siguió en la ducha y yo salí mojando el suelo, después cerré la puerta de cristal transparente del baño, miré el suelo para ver si encontraba restos de semen de mi primo, pero no había nada, así que salí del cuarto, aunque temía encontrarme con mi primo.

Crucé el pasillo hacia mi habitación y me eché en la cama, vaya fin de semana, no sabía que hacer, mi cabeza estaba hecha un lío, debería estar feliz porque mi hermano, con el que soñé tantas noches mientras me relajaba, ahora era como mi juguete sexual y yo el suyo, pero algo dentro de mí me incomodaba, quizás era la idea de que mi primo lo supiese, o de que le gustara lo que hacíamos, o peor aún, de que quisiera participar, podría chantajearnos, o amenazarnos, incluso usarnos como sus juguetes.

Muchas ideas pasaron por mi cabeza esa mañana. Lo que aún no sabía es que el domingo no había acabado y con él un acontecimiento que nunca en la vida me hubiese imaginado.

(Continuará...)

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Creado, revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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