Mi hermanito 19 - Cogidos de la mano

En parte me dolía lo que decía, pero era lo mejor, dos hermanos no pueden estar juntos, no pueden ser novios, no, simplemente esto era lo mejor que podíamos hacer, separarnos...

Mi hermanito - Capítulo 19 ''Cogidos de la mano''

El sol pegaba ya con menos fuerza, David miraba como los demás chicos jugaban, algunos sin camiseta, como mi hermano, no apartaba la vista de él, era tan hermoso..., pero debía olvidarme de él, en parte era lo mejor, somos hermanos, lo que hicimos fue solo experimentar, experimentar con algo prohibido, luego cada uno tomaría su camino, era absurdo prenderme de él, pero ahora me sentía confundido, confundido y solo...

Me di la vuelta y caminé hacia el muelle, me senté como pude y metí los pies en el agua, el silencio y el leve ruido del agua me relajaba, me eché de espaldas y cerré los ojos, pensando en muchas cosas, en cómo todo había cambiado desde la llegada de mi hermano del Internado.

-¿Qué haces aquí solo?

Una voz me hizo abrir los ojos y lo vi, estaba sin camiseta y me miraba de pie, me observaba con atención.

-¿Por qué no juegas con los demás? -Cristian se acercó y me miraba de pie.

Abrí los ojos y pude verle, estaba sin camiseta, iba con un pantalón de fútbol corto color azul.

-No tengo muchas ganas. -le dije, y volví a cerrar mis ojos.

Cristian se sentó a mi lado, metiendo los pies también en el agua y tumbándose.

-Lo cierto es que aquí se está muy bien. -dijo acercándose a mí, podía sentir su codo en mi piel.

-Sí, por eso... -mascullé con nerviosismo, Cristian ahora me incomodaba, pero me gustaba su presencia, era una sensación extraña.

-Mi hermano me contó que te encontrabas mal, y el ver que no juegas al fútbol me lo confirma, ¿Qué te pasa? -preguntó.

Hubo silencio, yo seguía con los ojos cerrados.

-Mi hermano me ha contado que está muy a gusto contigo. -prosiguió hablando.

Abrí los ojos y giré mi cabeza mirándole.

-¿A qué te refieres? -pregunté con cierto temor, aunque no creía que Daniel le contase nada de lo que hicimos...

-Pues... -hizo una pausa, una pausa que me mataba por dentro, como si pensase que iba a decir-. Dice que está feliz de estar contigo, te agradezco que te portes bien con él, yo le quiero mucho y no quiero que nadie lo lastime, sé que contigo estará bien. -pude notar como su mano izquierda se posaba en mi mano derecha, yo, sorprendido, no dije nada-. Y yo estoy feliz de estar aquí contigo...

Mantuve los ojos cerrados cuando sentí como su mano se movía hacia mi entrepierna, por fuera del pantalón y me la sujetó.

Yo no dije ni hice nada, me quedé quieto, creo que esperaba ver como reaccionaba y al ver que me dejaba comenzó a masturbarme, estuvo un rato así, el ruido del agua era el único sonido que se escuchaba junto a las voces lejanas de nuestros compañeros en la pista de fútbol.

Sentí como movió su mano y la fue metiendo dentro de mi pantalón hasta agarrar mi pene. Su mano me daba mucho placer, mi respiración se agitaba, con temor extendí mi mano hasta su entrepierna, busqué la forma de meter mi mano dentro y agarré sus partes, notaba sus huevos duros, su pene también duro..., lo sujeté y comencé a subir y bajar su piel con suavidad.

Comenzamos a masturbarnos mutuamente, nuestra respiración se entrecortaba entre ligeros gemidos y el ruido de nuestras manos pajeándonos mutuamente. Un intenso calor me invadía, estaba a punto de correrme, no iba a aguantar mucho, la situación del momento, el miedo a ser visto y descubiertos, el saber que Cristian, mi mejor amigo me estaba tocando de esa forma y yo a él..., eran muchas cosas que aumentaban la excitación.

Y efectivamente con el movimiento de su mano empecé a venirme con intensidad, de mi boca salieron gemidos de placer y él empezó a detenerse, pero mantuvo su mano dentro de mi pantalón, yo seguí pajeándolo con velocidad.

Lo seguí haciendo bastante rato hasta que escucho como sus gemidos se intensifican y comienza a correrse en mi mano, lo pajeé un poco más y saqué mi mano, él sacó la suya y permanecimos en silencio.

Yo no abrí los ojos en todo ese tiempo, me daba vergüenza, al fin y al cabo Cristian era mi mejor amigo en la escuela, lo conocía desde siempre, ahora me sentía mal, volvía ese sentimiento de culpa, volvían mis pensamientos negativos.

Entonces sentí como se movía hacia mí y sus labios se posaban en los míos, me comenzó a besar, su mano se posó en mi pecho y su lengua se introducía en mi boca, nos fundimos en un largo e intenso beso, donde nuestras lenguas y salivas se mezclaban, por un momento sentí algo diferente, como cuando besaba a mi hermano, era esa misma sensación, sentí algo especial, no sabría como explicarlo.

Se detuvo y se apartó un poco de mi, abrí los ojos y el sol me cegaba, me costaba ver después de tenerlos cerrados tanto tiempo, su cabeza tapaba el sol, me miraba sonriente. Su cara estaba roja, se acercó de nuevo y me volvió a besar, me dejé llevar de nuevo y estuvimos besándonos un buen rato, cuando de repente escuchábamos que las voces de los demás sonaban con mayor intensidad, se acercaban.

Cristian se separó y miró al fondo, a lo lejos, con su mano en la frente intentó evitar el sol y ver si se acercaban, miró y se puso de pie corriendo lanzándose al agua, yo me levanté y miré también, efectivamente los demás comenzaban a acercarse al muelle entre risas, me incorporé y me lancé también al agua, vi como Cristian iba hacia la balsa, yo permanecí metido en el agua sin moverme, sólo mirando a los demás, aún sentía mi cuerpo arder por lo que habíamos hecho.

Comenzaron también a lanzarse al agua del lago, y así empezaron a jugar entre ellos, observé a mi hermano, que jugaba con Jaco entre risas, en un instante nuestras miradas se cruzaron, me vio metido en el agua hasta casi los ojos, no le quitaba la mirada de encima, le dijo algo a Jacob y Rubén se acercó a mi.

En ese momento apareció el monitor David en el muelle gritando.

-¡¡En una hora estará la comida!!, ¡¡Nos vemos allí!! -David se alejó dejándonos a todos en el lago.

-¿Dónde estabas? Pensé que querrías jugar al fútbol con nosotros, pero no viniste. -mi hermano se puso a mi lado, lejos de los demás, donde no nos podrían escuchar, se hundió en el agua hasta la nariz y me miró esperando mi respuesta.

-No tenía ganas. -dije cortante, aún me dolía la situación actual, el distanciamiento entre ambos...

-Ya.... -a mi hermano no le convenció mi respuesta-. Te noto distante conmigo...

-No es eso... -dije.

-¿Entonces? -mi hermano se acercó más a mi hasta sentir su hombro rozar con el mío, los dos flotábamos en el agua mirando al resto, sin mirarnos mientras hablábamos.

-Creo que deberíamos dejar de hacer cosas, y empezar a comportarnos como hermanos. -dije con cierta tristeza.

-¿Por qué dices eso? -Rubén me miró extrañado.

-Porque sí, es lo mejor, y tú lo sabes, a mi me gustó experimentar contigo, lo sabes, pero pienso que es el momento de dejar de hacerlo, nos estamos haciendo daño...

Rubén permaneció en silencio tras mis palabras, pude ver cómo de mirar a los demás sin más, se fijaba ahora en Jacob, ¿Él pensaba que no me daba cuenta?

-Sí, tienes razón, es lo mejor, te entiendo. -me miró también con tristeza-. Me alegro de que me lo hayas dicho, porque así las cosas quedan claras, somos hermanos y siempre lo seremos, eso no cambiará nunca.

-Aunque ya no hagamos más nada entre nosotros, quiero decir que..., no me arrepiento, y nunca me arrepentiré de haber hecho esas cosas contigo. -confesé un poco avergonzado y con un gran pesar, sabía que estábamos zanjando nuestro amor, que ras esta conversación mi hermano y yo nunca más haríamos nada...

-Yo tampoco me arrepiento y nunca lo olvidaré, hermano. -Rubén con su mano debajo del agua sujetó la mía, yo la apreté con fuerza, me sentía importante, estaba despidiéndome de él, nunca más tendría su amor, sus caricias, su aliento, nunca más podría sentir su piel como la sentí, nunca más lo sentiré dentro de mí, jamás podremos volver a tocarnos como lo hicimos, me sentía morir...

-Te amo, hermanito... -confesé con dolor.

-Yo también, hermano... -dijo también con un leve pesar.

En parte me dolía lo que decía, pero era lo mejor, dos hermanos no pueden estar juntos, no pueden ser novios, no, simplemente esto era lo mejor que podíamos hacer, separarnos..., quizás estábamos equivocados y luego nos arrepentiríamos, pero en ese momento, en ese instante, creo que lo mejor era alejarse de ésa línea que cruzamos hace tiempo y que quizás nunca debimos cruzar.

-Me alegra de que lo hayamos hablado... -dije.

-Eso nunca. -Rubén se acercó a mí y me besó en la mejilla-. Nunca olvidare las cosas que vivimos.

Jacob se acercaba a nosotros, miré a la balsa, Cristian estaba tomando el sol.

-Bueno, voy a tomar el sol en la balsa, pásalo bien. -dije mirando a Jacob, Rubén lo notó, sabía que algo sospeché.

-Gracias, yo voy a nadar un rato, ¡Pásalo tu también bien! -me guiñó un ojo y fue hacia Jacob.

Nadé hasta la balsa y me subí a ella, vi como Cristian abrió los ojos y sonrió al verme, me tumbé a su lado a tomar el sol.

-¿Que bien se está aquí verdad? -dijo Cristian.

-Sí, ojalá esto nunca acabe. -me puse a su lado y cerré los ojos, el ruido de fondo de los demás chicos se escuchaba alejado.

-No tiene porque acabar aquí. -Cristian posó su mano sobre la mía y la agarró, así permanecimos hasta la hora de comer, cogidos de la mano tomando el sol.

No estuvimos mucho rato así porque apareció Daniel y tuvimos que separarnos.

Los días fueron pasando sin grandes acontecimientos que contar, Cristian y yo a veces quedábamos, nos tocábamos..., nos besábamos..., pero lo que más le gustaba era cogerle de la mano y estar así, cogidos de la mano...

El tiempo pasó volando, participábamos en las diferentes actividades deportivas, nadábamos por el lago, jugábamos a diferentes juegos..., aunque la mayor parte del tiempo nos la pasábamos en el lago bañándonos y por la noche en la fogata contando historias de miedo. Recordaba lo que me ocurrió en la cueva, aquella siniestra cueva, fue tan real...

Pero estaba claro que fue un sueño, el corte me lo haría con alguna rama o algo, o al menos, prefería pensar eso.

De todas formas tenía que averiguar lo que pasó, necesitaba saber lo que pasó realmente en esa cueva, de si fue real o no, necesitaba saberlo, pero ir solo me aterraba...

Todo iba bien hasta que llegó el terrible día, sí, el día en el que los demás se marchaban porque vendrían nuevos chicos, ya habían pasado dos semanas, me sentía muy mal al saber que Cristian y los demás se marcharían y estaríamos con otros chicos nuevo las últimas dos semanas.

Entré al cuarto de Cristian, estaba haciendo su maleta, el autobús pronto estaría aquí para recogerle a él, a su hermano y al resto de chicos, sólo yo y Rubén nos quedaríamos allí.

-¿Necesitas ayuda con la maleta? -pregunté mirando como Cristian intentaba cerrarla con fuerza.

-No, gracias, ya terminé, ¿Cómo va mi hermano? -preguntó mientras seguía guardando sus cosas.

-Bien, enfadado por no querer marcharse. -me senté en su cama.

-Le comprendo, yo también estoy enfadado. -dijo con tristeza.

-Ya..., dejar un sitio así es difícil... -me levante girando hacia la puerta.

Cristian terminó de cerrar la maleta y acercándose donde yo estaba, me sujetó del hombro, me giró y posó sus labios en los míos.

-No, lo difícil será estar sin verte dos semanas. -Cristian me cogió las dos manos y las agarró con fuerza.

Mi cara se quedó todo roja, y la suya también.

-Te echaré de menos. -dije, y le devolví el beso.

-¿Interrumpo algo? -la voz de Lucas nos hizo separarnos rápidamente, estaba en la puerta sonriendo-. El bus ya llegó, es hora de marcharse.

Ante el nerviosismo de Cristian intervine diciendo que no pasaba nada, que Lucas no diría nada y este afirmó con la cabeza, ya mas tranquilo aunque no convencido del todo Cristian cogió su maleta y lo acompañé hasta el autobús, junto a su hermano, Jacob y los demás.

Todos fueron subiendo las escaleras del bus, se iban sentando y se asomaron por las ventanas, el autobús se puso en marcha y comenzó a alejarse, se despedían de nosotros como en el último capítulo de Digimon, en la distancia no dejaba de mirar a Cristian, no pude evitar poner ojos llorosos, solo que yo y Rubén éramos los Digimon...

-¡No me digas que vas a llorar! -la voz sarcástica de Lucas me asustó, estaba a mi lado y ni cuenta me di.

No le hice caso y esperé hasta que el autobús desapareció.

-¿Es que no sabes hacer otra cosa que molestar? -dije enfadado.

Lucas se quedó callado sonriendo.

-¿Dónde está mi hermano? -miré a los alrededores intentando buscarlo.

-Creo que las despedidas de novios no son lo suyo.- de nuevo Lucas sonriendo mientras lo decía, parecía que disfrutaba.

-¿Qué quieres decir? -dije intentando no comprenderlo.

-Pues, que os faltó a ti y a tu hermano un cartel luminoso que pusiese ''Somos novios y nos amamos''.

-¿Qué dices...?

Lucas comenzó a andar al campamento, lo seguí corriendo y me puse en medio.

-¿Qué quieres decir? -lo miré desafiante.

-Joder, macho, ¿En serio? ¿No os disteis cuenta? Todo el campamento sabía que tú y Cristian tonteabais, y de que tu hermano y Jacob hacían cosas, tanto tiempo juntos..., de repente desaparecen un rato..., vuelven juntos...

-Eso no quiere decir nada... -dije con preocupación, ¿Enserio era tan evidente?

-Claro, si tú lo dices..., pero vamos, yo que vosotros en el pueblo tendría mas cuidado o sería más precavido, porque a lo que a mí respecta, no habéis sabido ocultar lo que hacéis.

En ese momento llegó Rubén.

-¿Ya se han ido? -sus palabras sonaban cabizbajas.

-Sí, ¿Dónde estabas? -me acerqué a él, pero se apartó.

-No me gustan las despedidas..., me voy a bañar un rato.

Rubén se alejó y se metió en el lago a bañarse, yo me despedí y me fui a mi cuarto, prefería descansar, al día siguiente llegarían los chicos nuevos y prefería tener mi mente despejada.

Tumbado en la cama me giré y miré por la ventana, de nuevo vino a mi mente aquella cueva, pero también pensé en la silueta del niño, era el mismo chico que vi en el edificio abandonado, también en la cueva, con su camiseta azul de barquitos.

¿Por qué vi lo mismo dos veces?, ¿Y por qué era tan real? Ahora que lo pienso, cuando me fijé en la cueva, mis amigos..., incluso mi hermano, se veían diferentes, como si hubiesen cambiado físicamente...

Mis ojos comenzaron a cerrarse y me dormí...

El sonido de los pájaros cantando y el ruido de un motor de algún vehículo me hizo abrir mis ojos poco a poco, podía ver el sol pegar con fuerza en la habitación, me incorporé y con mis manos despejé mis ojos junto a un bostezo.

Escuché varias personas hablar, me dio pereza cambiarme y me levanté abriendo la puerta de mi cuarto en pijama, caminé fuera unos pasos y vi como un bus se marchaba del campamento, miré de dónde se alejaba y vi a los dos monitores hablando con varios chicos.

-Los chicos nuevos... -murmuré.

Me acerqué y vi entre ellos a Rubén, su mirada se posó en mí y pude ver que su cara tenía un tono más blanco de lo normal, como de sorpresa, me acerqué hasta el grupo y David, que estaba hablando se detuvo.

-Y este es el otro compañero, Tomi. -dijo señalándome.

Los chicos me miraron atentos y entre ellos lo pude ver, mirándome con una sonrisa que casi desencajaba su cara.

-No, no puede ser...

(Continuará...)

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Creado (2020), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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