Mi hermanito 15 - Noche de terror

No era humano, parecía una especie de hombre lobo, sus ojos brillaban y sus garras me sujetaban mientras veía como sus colmillos se relamían mientras terminaba de correrse dentro de mi.

Mi hermanito - Capítulo 15 ''Noche de terror''

Daniel se paró en frente de mi y con su mano tocó mi entrepierna.

-¿Y esto? ¿Lo vas a dejar así? -me miró de nuevo de forma lasciva, tenía a Daniel, el hermano de mi mejor amigo totalmente desnudo y provocándome.

Pude ver como se agarraba con firmeza su pene, de unos once centímetros y duro, muy duro, sus huevos, pequeños y duros también, adornaban su polla.

Me lanzó una sonrisa provocadora y con sus ojos hizo un gesto para que tocase.

-¿Me escuchas? -Daniel insistió mientras se subía el bañador-. ¿Quedan dos horas para ir a comer no? -preguntó mientras cerraba el armario.

-Eh...ah, si... -mi mente volvió a la realidad, todo me lo había imaginado mientras le miraba desnudarse, pero parecía tan real...

¿En qué estaría pensando? Es el hermano de mi mejor amigo, aunque..., estaba muy bueno..., muy, muy bueno...

Miré a Daniel, me miraba con el bañador ya puesto, uno muy corto, ajustado y de color negro con dos rayas rojas a los laterales de cada muslo, ¡Joder si estaba bueno!

-¡Pues vamos! -Daniel abrió la puerta y salió hacia el lago corriendo.

Mi mente enferma y perversa imaginó lo que en realidad deseaba que pasase, me levanté y me desnudé, dejé la ropa en la cama y cogí del armario un bañador, era rojo intenso, me lo puse y fui tras Daniel, aunque aún estaba un poco duro, pero en cuanto llegase me metería en el lago para evitar que se notase.

Estuvimos en el lago bañándonos junto al resto de chicos, lo pasamos bastante bien, el tiempo pasó volando, a la hora de comer fuimos al bungalow de los monitores, David y Luva, entregamos los formularios que previamente rellenamos casi a última hora.

El comedor no era de gran tamaño, estaba separado en dos mesas grandes y alargadas de madera, parecían robustas, estaban hechas para sentarse cuatro personas, Jacob y Rubén se sentaron con Draco y Matías, yo me senté con Cristian, su hermano Daniel y Hugo, el compañero de bungalow de Cristian, comimos un filete de pollo con algo de fruta, después los monitores nos indicaron que no haríamos nada más por hoy, así que nos fuimos a nuestros bungalows.

La pasamos cerca del lago sentados, hablando de cosas variadas, conociéndonos mejor, lo que haríamos esos días estando allí, incluso nos contamos alguna historia de miedo, todo esto sentados en el muelle de madera que había en medio del lago y se alargaba bastante hasta llegar a gran distancia, fue oscureciendo y llegó la noche, nos despedimos y cada uno fue a su respectivo bungalow.

La noche cubría todo el campamento en una inmensa oscuridad que solo era rota por la luz de la luna, que se reflejaba en el agua del lago, habían antorchas sujetas a postes de mediana altura repartidas cerca de los bungalows y los caminos del campamento, pero la mitad permanecían apagadas y no se podía ver nada más lejos de seis o siete metros, Daniel se puso el pijama, era de manga corta y pantalón corto, se tumbó en la cama y se tapó con las sábanas.

-Buenas noches Tomi. -Daniel alargó la mano y le dio a la llave de la luz para apagar la única bombilla que iluminaba nuestro bungalow, supongo que habría una bombilla en cada bungalow.

-Buenas noches Dani.

Se hizo el silencio en la oscura habitación, la luz de la luna iluminaba a través de la ventana parte de ésta.

-Supongo que estarás incomodo de dormir conmigo y no con tu hermano... -murmuró de repente Daniel.

-Bueno, no pasa nada, así podremos conocernos mejor, además, de lo que se trata es de pasarlo bien, ¿No? -dije intentando también autoconvencerme.

-Supongo que tienes razón, mi hermano se la pasa hablando siempre de ti.

-¿Ah si? ¿Y qué te dice? -le pregunté intrigado.

-Pues no sé, muchas cosas, parece obsesionado contigo, incluso como si fueseis novios jajaja. -Daniel soltó una leve carcajada y se dio la vuelta y se tapó más con la sábana, yo permanecí echado con la ropa aún sin cambiar, no tenía ganas de ponerme el pijama, además solía dormir en bóxer y me daba corte teniendo a Dani al lado.

Sus palabras me sorprendieron, ¿Realmente Cristian estaba por mí o era imaginación de Daniel? Quizás simplemente me quería mucho como su amigo, o quizá...

Pensé bastante en ello hasta que empecé a coger el sueño cuando desperté sobresaltado por un crujido, sonó como si alguien pisase alguna rama con fuerza cerca de la ventana.

-¿¡Quién está ahí!? -me incorporé, me levanté y miré hacia la única ventana del cuarto, la ventana estaba en medio del mismo, separando ambas camas y mesitas, me asomé por encima, estaba muy oscuro, no veía nada.

Mire hacia donde dormía Dani y no estaba, miré al cuarto de baño y vi que la puerta estaba cerrada, quizás esté dentro, me volví a acostar, estaba pensando en lo que haríamos por la mañana, en lo bien que lo pasaríamos cuando se escuchó otro crujido.

Sobresaltado de nuevo miré hacia la ventana y me quedé observando, la luz de la luna fue iluminando la zona o ayudándome a ver mejor el exterior, al fondo, entre los árboles distinguí una figura.

-¿¡Quién está ahí!? -esperé y no obtuve respuesta, no sabía si alegrarme o lo contrario.

Me acerqué más a la ventana y asomándome dirigí mi mirada a una silueta, era alargada y oscura, no parecía la de uno de nosotros, más bien una figura adulta, hasta que se movió, su movimiento no fue del todo humano, parecía otra cosa, me asusté pero me daba miedo moverme, seguí mirando hasta que sentí algo en mi hombro, una mano se posó en ella.

Pegué un respingo y miré atrás viendo a Daniel.

-¡Joder Dani!, ¡Qué susto me has pegado!

-Perdona, es que fui un momento al baño y al volver te he visto ahí y...

-Ya, es que escuché un ruido y me pareció ver algo. -le corté sin quitar el ojo de la ventana.

-¿Qué has visto? -Dani se asomó a la ventana mirando hacia donde yo posaba mi mirada, pero no vio nada, era lógico, ya que la figura no estaba.

-Nada, olvídalo, las sombras y la oscuridad me confundieron, será mejor irse a dormir.

Dani se acostó en su cama y yo hice lo mismo para intentar coger el sueño. De nuevo logré dormirme pero poco duró mi sueño porque de nuevo me despertó un ruido, pero esta vez era distinto al de antes, era como un gemido. Asustado me levanté y vi que otra vez no estaba Daniel, miré pero la puerta del baño estaba abierta, no estaba dentro, me levanté y en pijama me puse las zapatillas, entonces salí del bungalow, estaba muy oscuro, pero la luna lograba hacer que se viera suficiente, las antorchas que habían en el campamentos habían sido apagadas, miré por los alrededores pero no había nadie, supongo que era normal siendo aún de madrugada.

Entonces distinguí una linterna, se movía en lo profundo del bosque, parecía que se alejaba, ¿Quizás era Dani?, Salí corriendo sin pensarlo y cuando estaba a punto de alcanzarlo la linterna se apagó y todo se quedó oscuro, me di cuenta que me alejé tanto que no veía por donde vine, estaba rodeado de enormes árboles que parecían más bien pinos gigantes.

-¿Dani...? -mi voz temblorosa y quebradiza apenas sonaba con fuerza intentando que alguien me contestase.

A mi espaldas se escuchó un crujido de alguna rama, miré pero no veía nada, si había alguien no lo veía, era imposible.

-¡¡Dani esto no tiene gracia, sal de donde estés!! -ordené con enfado y miedo, además el ruido de las ramas al movimiento del aire no ayudaba, no era un silencio total, notaba como si no estuviese solo, no lo estaba...

Empecé a retroceder y se escuchó un gemido, como el de un animal, pero no distinguí que tipo de animal sería, yo ya estaba asustado, mis piernas se aflojaron hasta tal punto que estaba a punto de desmayarme, tenía miedo, mucho miedo, más del que me gustaría confesar.

-Muy bien, ganáis, estoy acojonado chicos, salid, ya ha perdido esto la gracia, de lo contrario gritaré. -amenacé pensando que mis amigos saldrían dándome un susto.

Esta vez se escuchaban pasos que se acercaban y se poso algo a mi espaldas, note su respiración en mi oído, estaba apunto de salir corriendo, pero sentí algo, un golpe que me hizo caer al suelo, no pude ver quien me golpeó porque perdí el conocimiento.

Negro, todo era negro...

-Qué..., ahhh..., -mis ojos empezaron a abrirse con dificultad, mi cabeza me dolía bastante, el golpe fue muy fuerte, intenté distinguir donde estaba, iba a moverme pero me di cuenta de que estaba atado a un palo, estaba en un sitio oscuro, mis manos estaban atadas a mi espalda y las piernas también, rodeando las cuerdas el palo que me tenía sujeto.

Mire a mi alrededor y no podía distinguir donde estaba, me di cuenta por el aire fresco que estaba desnudo, la cabeza me dolía mucho, debe ser por el golpe, escuché unos gemidos, como si alguien mas estuviese ahí, conmigo.

-¿Hola? Por favor suéltenme, quiénes sean, por favor.... -suplicaba sin obtener respuesta.

Algo se acercó a mi, encendió una antorcha, pude ver quien era mi secuestrador, parecía joven, de unos veinte años, estaba también desnudo, muy sucio y parecía llevar años así, como si viviese allí, su pelo, que era de color negro oscuro y sus ojos de color miel brillaban, tenia una cicatriz en la mejilla en forma de equis, tenía un vello corto que subía desde el pubis, pasando por su ombligo y acabando en su pecho, se acerco a mi y me miró a los ojos.

-Por favor no me hagas nada, no diré nada, suéltame... -me comencé a mover para intentar soltarme.

Él me miró y sacó su lengua para lamer mi mejilla derecha, se apartó con una sonrisa y pude ver sus colmillos, parecían los de un animal.

-No...¡Déjame! -dije revolviéndome sin suerte.

Me sujetó del pelo y echando mi cabeza hacia atrás me lamió toda la boca metiendo su lengua dentro de la mía y besándome, yo me resistí y él se enfadó, empezó a gruñir y me tiro al suelo de un empujón con fuerza desatándose las cuerdas de los pies, intenté huir pero estaba atado de manos, era imposible, el madero donde estaba atado se había caído al suelo.

Me sujetó de los pies y me abrió las piernas, de un tirón con fuerza me atrajo hasta él, se acercó y me volvió a besar y a meter su lengua en mi boca, entonces escuché de nuevo esos gemidos en el fondo de esa cueva.

No puede ser, ese chico me estaba tocando y amenazando pero ahí dentro no estábamos solos.

Tenia que salir de ahí como fuese, él me cogió y me dio la vuelta, me inclinó poniendo mi cara en el suelo y empezó a tocarme el culo, yo ya sabia lo que pasaría, temblando intente resistirme y me di la vuelta pero me hizo un pequeño corte en la muñeca, no se con qué fue pero sangré, me dio de nuevo la vuelta con quejidos, cuando siento como apoya su pene en mi orificio y empieza a presionar, el dolor es intenso, además, empezaba a sentirme mareado, creo que el golpe de la cabeza me estaba pasando factura.

-¡Ahhh!, ¡No!, Joder, para, ¡Qué pares! -grité con fuerza, el eco en lo que parecía una cueva se escuchó varias veces.

Pero no paró, siguió avanzando hasta lograr meterla y destrozar mi culo, me atravesó como si yo fuera un peluche, me la metió hasta el fondo y se quedo allí parado durante un rato, que me pareció eterno, estábamos ambos sudando, yo me moría de miedo y de excitación, era una mezcla excitante, me sujetó de los hombros levantando mi cabeza del suelo, ahora en posición de perrito y él de rodillas detrás de mi, me la sacó hasta la punta y de nuevo me la metió entera.

-Ahh, joder, ahh, no... -no pude evitar gemir...

Mis gemidos se mezclaban con el dolor y el miedo, me empezó a embestir y a mí me gustaba, me estaba follando como nunca nadie me había follado jamás, sus embestidas eran firmes y con dureza, mientras me mantenía sujeto, su pene se introducía en mi interior haciéndome suyo y yo me vencí al placer, olvidé por un momento todo y solo sentía el éxtasis de sentir como esa polla me atravesaba el culo y me lo rompía una y otra vez a una velocidad de vértigo.

-Ahh, ahh... -no podía evitar gemir y ya me daba igual.

Pareció sorprenderse por mis gemidos de placer porque me sujetó más fuerte y me folló aún más rápido y con más fuerza, yo gemía como un puto vendiéndose a ese tipejo que disfrutaba y gozaba mi culo, con el roce de su piel con la mía notaba el vello de su cuerpo en mi espalda, dándome más placer, entonces sentí como su polla se hinchaba y escupía su semen caliente dentro de mí, yo empujaba para atrás para sentirlo dentro de mí lo más profundo que pudiese.

Entonces me fijé bien y no era humano, parecía una especie de lobo humano, sí, estoy seguro, era un hombre lobo, sus ojos brillaban ahora de color amarillo intenso y sus garras me sujetaban mientras veía como sus colmillos se relamían mientras terminaba de correrse dentro de mi.

Me corrí sin tocarme y él se levantó saliendo de mí, se dirigió a la salida y se fue, pasado el éxtasis y excitación volví a la realidad, tenia que salir de ahí, me di cuenta que gran parte de la cuerda fue cortada cuando me hizo el corte en la muñeca, seguramente con una de sus garras, intenté romperla y me desaté los pies del todo, cogí la antorcha que había clavada en el suelo y mire alrededor de la cueva con ella para saber dónde estaba, efectivamente parecía una cueva, lo que me imaginé, vi mi ropa en el suelo y me la puse soltando la antorcha en el suelo, noté que de mi culo salía su semen, que bajaba por mis piernas.

Terminé de vestirme y recogí la antorcha, entonces escuché de nuevo gemidos al fondo de la cueva, con la antorcha me acerqué con temor y vi algo que no podía creer, en el fondo, habían varios hombres o mitad humanos, mitad lobos, estaban follando a todos mis compañeros, estaban todos a cuatro patas, algunos eran follados por chicos parecidos al que me folló y otros tenían a varios lobos encima penetrándolos, sus embestidas y gemidos resonaban por toda la cueva.

Me fijé en mi hermano Rubén, estaba siendo follado por el culo de manera brutal por uno de los lobos, Jacob, Cristian, Daniel, Hugo, ¡Todos! ¡Estaban todos! Ellos no podían verme porque tenían las cabezas agachadas, pero yo podía ver como los humanos lobo, y los lobos se los follaban sin descanso.

Gemían, no sé si de dolor o placer, mentiría si dijera que esa imagen no me puso duro, porque lo hizo, dando varios pasos atrás sin dejar de ver la escena salí despacio sin meter ruido en la cueva, mi culo aún me ardía.

¡¡Era imposible!!, ¿Cómo podían existir los hombres lobo?, No puede ser, no existen, y lo que es peor, nos han violado a todos, debía contárselo a los monitores.

Entonces al fondo de la cueva lo vi de nuevo, vi a un chico mas pequeño que yo, llevaba una camiseta azul con barquitos, aunque parecía estropeada y rasgada.

No puede ser, era el mismo chico que vi en el edificio abandonado el día que Peter y Luis nos dio caza a mi y a mi hermano, miré la cara del chico, la tenía pálida, me miró y me sonrió como la otra vez, extendió su mano hacia mí intentando decirme algo, entonces escuche ruido en la entrada de la cueva, miré y al volver mi mirada el chico ya no estaba.

Salí de la cueva y vi en la salida otros dos hombres que me miraron desafiantes y empezaron a venir corriendo hacia mí, sin pensarlo salí corriendo todo lo que pude hacia la derecha, pero me tropecé y caí golpeándome la cabeza, medio mareado sentí como me sujetaban y me llevaban hacia dentro de la cueva de nuevo, no pude más y perdí el conocimiento.

(Continuará...)

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Creado (2020), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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