Mi hermanito 14 - Campamento Lookrain

El hermanito de mi mejor amigo me miró de forma lasciva, estaba totalmente desnudo y provocándome sujetando su pequeño pene.

Mi hermanito - Capítulo 14 ''Campamento Lookrain''

(Segunda temporada)

Peter y sus compinches abandonaron el edificio evitando enfrentarse a Kon y Akin, los dos nos ayudaron y salimos del edificio después.

Con la ayuda de Kon, sacamos a mi hermanito y lo pusimos en el banco que había cerca de la entrada del edificio, entonces Kon comenzó a hacerle el boca a boca y las maniobras de reanimación, ante mi mirada impotente.

Akin me sujetó y no pude evitar abrazarle entre lágrimas, no quería ver a mi hermano morir, Akin me sujetó con fuerza sin decir nada, mientras escuchaba el sonido de la lluvia y a Kon intentando reanimar sin éxito a Rubén.

-Cof, cof..., -Rubén se incorporó tosiendo con dificultad.

-¡Rubén! -me abalancé corriendo y lo abracé aún llorando-. ¡¡Pensé que te perdía...!!

-Pues aprieta con menos fuerza o me pierdes de verdad... -dijo con tono de broma.

-Perdona. -me separé y me limpié las lágrimas, me giré donde Kon y le di las gracias.

-No ha sido nada, mi curso de primeros auxilios ayudó mucho. -dijo Kon.

-Es que el cenutrio está estudiando para ser médico, es Kon, un amigo. -intervino Akin.

-Igualmente, gracias. -repetí, mi hermano se incorporó y vio a Akin, apartó la mirada mientras se limpiaba la sangre de la nariz.

-Bueno, es curioso que la última vez que nos vimos fue también aquí, ¿No? -dijo Akin con sarcasmo.

-Sí... -murmuré avergonzado, ahora después de ayudarnos me sentía mal por lo que Rubén y yo le hicimos aquella noche en este mismo edificio.

-Bueno, nosotros ya nos vamos, que llegamos tarde, deberías denunciar a esa panda. -sugirió Kon.

-No, ya nos encargamos nosotros. -dijo Rubén un poco cortante.

Los dos chicos se despidieron y se marcharon dejándonos allí solos.

-Tenemos que denunciar. -dije.

-¿Qué?, ¿¡Te volviste loco!?, ¿Sabes que pasará si lo hacemos?, arriesgas que descubran lo que hacemos entre nosotros, a que se descubra lo del Internado...

Me quedé callado, Rubén tenía razón, pero sabíamos que Peter y Luis no dejarían de molestarnos, algo teníamos que hacer.

-¿Te duele? -le miré el corte que tenía en el labio.

-No, no te preocupes, ¿Qué pasó cuando perdí el conocimiento? Lo que recuerdo esta borroso...

-¿No recuerdas nada?

-No, lo último fue que salimos corriendo después de atacar al gigante ese. -mi hermano esbozó una ligera sonrisa de impotencia.

-Pues..., llegaron Akin y su amigo y nos defendieron, tuvimos suerte... -mentí, o más bien quise evitar decir que me obligaron a hacerles sexo oral...

Lo miré y pude observar a mi hermano bastante decaído, muy frágil, me acerqué y lo abracé de nuevo.

-Ya todo pasó, volvamos a casa, ya pensaremos qué hacemos. -dije.

Las últimas semanas de escuela acabaron, no volvimos a ver a Luis y Peter, aunque sí pude ver más de una vez a Lucas, aunque ni se acercó a nosotros, disfrutamos de paz un tiempo.

También nos dimos espacio mi hermano y yo, tras todo lo que había ocurridos estos meses necesitábamos que la normalidad hundiese un poco nuestras vidas.

Yo dejé el equipo de fútbol, no quería volver a ver la cara del entrenador, no, después de lo que pasó no quería volver a verlo nunca más, se aprovechó y aunque yo fui débil, él se aprovechó de eso.

Las primeras semanas de verano mi hermano las pasaba con Jacob jugando a la videoconsola en su casa, yo por mi parte me apunté al equipo de béisbol de la escuela, lo cierto es que nuestra vida empezaba a tomar un rumbo más sano y era de agradecer, aunque echaba de menos el cariño y afecto de mi hermanito...

-Es un sitio muy bonito, está decidido, pasaréis el verano aquí. -mi madre soltó un folleto en la encimera de la cocina, estaba sentada tomándose un café, ante mi mirada y la de Rubén.

Nuestros padres iban a visitar a mi tía, que vive en Portugal, lógicamente nosotros no quisimos ir, así que era eso o el campamento de verano que nos propuso.

A regañadientes mi hermano y yo aceptamos como pudimos, de todas formas no estaría tan mal, es como pasar el verano pero vigilados por monitores.

Llegó el gran día, era principio de Julio y nuestros padres nos dejaron en el campamento Lookrain, muy famoso en el condado por su gran lago, que pegado al monte formaba paisajes hermosos.

Mi hermano y yo estábamos montados en el autobús que nos llevaba a nuestro destino, se fue parando en diferentes casas y varios chicos fueron subiendo, entre ellos Cristian, un amigo de mi clase, que iba acompañado de su hermano Daniel, cuando nos vieron se acercaron a nosotros, que estábamos en la parte de atrás.

Como dije, Cristian va a mi clase, es un chico de piel muy blanca, pelo castaño claro y ojos verdes oscuros, su hermano, Daniel, que va a dos cursos por detrás de Cristian y yo y un curso por detrás de mi hermano, también de piel muy blanca salpicada por unas pecas en su cara y nariz, su pelo, que tiraba mas a pelirrojo brillaba con los rayos del sol que entraban por las ventanas del autobús, sus ojos azulados adornaban su carita de ángel.

-¿Vosotros también vais? -Cristian se sentó junto a su hermano en los asientos de la izquierda, nosotros estábamos en los de la derecha.

-Sí, todo un mes disfrutando ese maravilloso sitio -Rubén sonaba sarcástico.

-Venga, ¡Será divertido! Yo es la segunda vez que vengo. -Cristian miró sonriente a mi hermano mientras sacaba unos chicles para ofrecernos uno-. ¿Quieres?

-Mi hermano lleva brackets, no puede, yo sí. -mi hermano alargó la mano y cogió uno llevándolo a su boca mientras me sonreía vacilón.

Es cierto, tras terminar las clases me pusieron brackets..., los odiaba.

El bus hizo otra parada y Jacob, compañero de clase y amigo de mi hermano, subió, nos miró y se acercó a nosotros, Jacob, un chico de pelo castaño claro y más bien bajito nos miró sonrientes, sus ojos eran color miel.

El bus siguió el trayecto hasta su destino, un camino bastante viejo y en mal estado, cerca del monte Charb, el camino, se desviaba hacia dentro de un bosque profundo y lleno de árboles.

El bus avanzó varios minutos más hasta que salimos de la espesura del bosque y se detuvo cerca de la entrada del campamento, había un gran cartel con el nombre del campamento en letras enormes y cursivas, adornaba así la parte alta de la entrada.

Nos fuimos bajando y en frente de nosotros habían dos monitores, un chico que rondaría los treinta años, bastante definido, de ojos azules claros y corte militar, a su lado, una chica mas joven, de unos veinticinco, tal vez menos, al contrario que el chico, ella lucía un pelo largo y ondulado, de color caoba.

Ambos nos observaban sonrientes mientras bajábamos del bus.

-Bienvenidos al campamento Lookrain, aquí pasaréis dos semanas que nunca olvidaréis, yo me llamo David y mi compañera se llama Luva. -el chico sonreía tanto que su dentadura casi se desencaja.

-¿Dos semanas? -mi hermano preguntó extrañado-. Nuestros padres no vuelven en un mes.

-Sí, muy cierto, disculpa, lo normal aquí son dos semanas, porque hay mucha petición para entrar, pero con ustedes hicimos la excepción, lógicamente le cobramos las cuatro semanas a sus padres más un extra, pero es algo excepcional que no solemos hacer, el resto de chicos estará dos semanas, ya que vendrán más chicos a pasar las vacaciones aquí. -David, el monitor, nos pasó un papel que parecía un formulario-. Rellenad este formulario por completo, a la hora de comer deberéis entregárselo a Luva, allí es donde nosotros nos alojamos, no dudéis en acercaros para cualquier duda o problema que haya.

Con su mano señaló un bungalow de aspecto clásico, su madera con tonos marrones oscuros y claros llamaba la atención en comparación a la zona tan verde llena de plantas por la que era rodeada.

-Otra cosa, aquí los móviles no sirven, podéis sacar fotos, grabar vídeos, pero no hay cobertura, si ya de por sí en el pueblo cuesta, aquí es imposible, no hay Internet ni televisión.

Nuestras quejas no se hicieron de rogar, ¿Sin Internet ni televisión? ¿Sin cobertura?

-Bueno, para que luego digan que no se puede viajar en el tiempo, estamos en el siglo dieciocho. -la voz de mi hermano sonó con sorna y los chicos empezaron a reírse.

-Bueno muchachos, acompañadme y os diré cuál será vuestra estancia. -la chica, Luva, indicó con sus manos que la siguiésemos.

Junto a mi hermano, Cristian, Daniel, Jacob y tres chicos más que sólo conocía de vista en la escuela comenzamos a caminar, por el camino se detuvo en la entrada del bosque.

-Esta zona está prohibida, tiene mucho terreno y el bosque espeso hará que os perdáis, si pillamos a alguien dentro será expulsado irremediablemente. -Luva fue contundente, fue el único momento donde dejó de sonreír.

Miré el bosque, el poco viento que hacía agitaba las ramas y los crujidos de los árboles hacían un fuerte ruido, entre sus tenebrosas sombras me pareció ver una silueta, presté mas atención y parecía una silueta humana.

-¡Tomi! -la voz de Rubén me devolvió al presente, me hacía señas para continuar, miré de nuevo donde estaba la silueta pero ésta ya no se encontraba.

Seguimos avanzando y pasamos cerca del lago.

-El lago Lookrain, no está prohibido en sí, pero sí tiene un horario, nunca, repito, nunca os metáis en él desde las ocho de la tarde hasta las nueve de la mañana, hacerlo acarreará castigo.

Continuamos caminando y por fin llegamos a la zona de los bungalows, que estaban apartados de la zona del lago, pero por detrás daban a la zona del bosque.

-Muy bien, esta es la zona de los bungalows, están preparados para dos personas, os encargareis vosotros mismos de su mantenimiento y limpieza, bueno, a continuación diré los nombres e iréis avanzando hacia los mismos

-Disculpe, Luva, ¿No podemos elegir nosotros? -levanté la mano mientras le preguntaba, como si aún estuviésemos en la escuela.

-No, una de las normas es que no se pueden escoger compañeros, se trata de hacer nuevos amigos y pasarlo bien, no que se escojan amigos y alguno quede marginado.

-Pero profesora, yo no puedo dejar a mi hermano con un desconocido... -Cristian sonó preocupado.

-¡Puedes llamarme por mi nombre! Profesora suena a muy mayor, ¡Y aún soy joven! -Luva guiñó un ojo a Cristian-. No te preocupes, no le pasará nada, ninguno de los que estáis aquí tiene mala conducta, ni malas notas, es uno de los requisitos para poder optar a entrar.

Todos nos mirábamos con dudas, esta regla no nos convencía del todo, ¿Por qué no poder escoger con quien íbamos a pasar el resto del verano durmiendo? Si me tocaba con uno de los que no conozco me iba a joder, yo quería estar con mi hermano...

-Muy bien, Jacob, tu irás con Rubén -mi hermano sonrió y Jacob también, en parte me jodió, sentí celos-. Cristian, tu irás con Hugo.

Cristian miró con enfado al chico que le había tocado, Hugo era un chico de nuestra estatura, su pelo negro y en punta lo acompañaba con su piel también oscura, un tono café que hacía aún más llamativos sus ojos, verdes claros

-Tomi, tu irás con Daniel. -proseguía Luva.

Me tocó con el hermano de Cristian, que me miró sonriendo, Cristian también me miró y después a su hermano, respiró tranquilo al saber que estaría conmigo y no con un desconocido, aunque viendo mi historial ..., igual era mejor que le tocase un desconocido jajaja.

-Y por último, Matías, tu irás con Draco, ¿Ese nombre te lo pusieron por Harry Potter? -preguntó Luva.

-Si, ¡Mi padre es un fanático de los libros! -Draco, que así se llamaba el chico, lo decía orgulloso, encima era precisamente rubio, aunque un rubio mucho mas oscuro tirando a castaño y de piel blanca, acompañado de unos ojos marrones, en su ceja lucía un corte, seguramente intencionado, conforme decía el motivo de su nombre algunos nos reímos por bajo.

El que sería su compañero, Matías, era un chico gordito pero bastante guapo de cara, miraba al suelo apenado, iba con corte militar como el monitor David, aunque parecía que el color de su pelo era oscuro, sus ojos marrones terminaban de darle personalidad a su cara.

-Muy bien, éstos serán vuestros compañeros, con los que pasaréis las próximas dos semanas, podéis ir a recoger vuestras maletas al autobús antes de que se vaya, colocadlo todo bien en vuestros nuevos hogares y en dos horas id al comedor, está al lado de nuestro bungalow, recordad traer el formulario completo.

Hicimos lo que nos dijo y cada uno entró a su respectivo bungalow, era mas pequeño de lo que pensaba, dentro, habían dos camas de aspecto antiguo a cada lado del bungalow, con cabeceros de madera junto a una mesita por cama, a cada lado de la entrada del bungalow había un armario, también de aspecto antiguo, de madera color oscuro, cada uno miraba en frente de la cama, el suelo estaba compuesto por un parqué de madera, parecía nuevo, era adornado por una gran e inmensa alfombra de color azul oscuro, yo me fui a la cama de la izquierda, abrí la maleta, saqué la ropa y la metí en el armario que había en frente, Daniel hizo lo mismo, cada bungalow estaba separado uno de otro unos 20 metros.

Me quité las zapatillas y me quedé descalzo, con mis pies descalzos noté el suave tacto del parqué y la alfombra, me gustó la sensación, me tumbé en la cama y miré el formulario, pedía los datos típicos, edad, altura, peso, país, problemas de salud, alergias..., lo solté en la mesita que tenía al lado y me quedé mirando al techo.

-¡Vaya mierda! -Daniel al escucharme se acercó a mi y se sentó a mi lado.

-¿Por qué dices eso? ¡A mi me gusta esto!

-No, si es bonito y me gusta, pero... -me quedé en silencio, no podía decirle que quería estar con mi hermano, le haría sentir mal.

-¡Oye! ¡¿Y si vamos al lago?! -Daniel se comenzó a desvestir.

-¿¡Qué!? ¿Ahora? -miré como Daniel se iba quitando la ropa de espalda hasta quedarse desnudo, era muy blanco, pero su culo lo era aún mas, se veía suave y bonito, cuando me quise dar cuenta mi pene se había puesto duro, me incorporé sentándome en la cama para que no se diese cuenta.

Se dirigió a su armario y empezó a buscar en un cajón, al inclinarse podía ver mas su culo, se giró y vio que le estaba mirando.

-¿Te gusta lo que ves? -dijo con tono lascivo, Daniel se acercó a mi lentamente, moviendo sus caderas de forma sensual.

-¿Eh? No, yo...

Daniel se paró en frente de mi y con su mano tocó mi entrepierna.

-¿Y esto? ¿Lo vas a dejar así? -me miró de nuevo de forma lasciva, tenía a Daniel, el hermano de mi mejor amigo totalmente desnudo y provocándome.

Pude ver como se agarraba con firmeza su pene, de unos once centímetros y duro, muy duro, sus huevos, pequeños y duros también, adornaban su polla.

Me lanzó una sonrisa provocadora y con sus ojos hizo un gesto para que tocase.

¿Y tú? ¿Qué harías?

(Continuará...)

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Creado (2020), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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