Mi hermanito 12 - Atrapados
Abrí la boca sacando mi lengua, el chaval escupió saliva dentro de mi boca y me obligó a cerrarla tragándome su saliva.
Mi hermanito - Capítulo 12 ''Atrapados''
(Edición remasterizada) [2021]
Pasaron los días y todo pasó con normalidad, de vez en cuando mi hermano se colaba en mi cuarto y me follaba, había tomado el papel dominante de manera absoluta, no supe mas de Akin y la verdad es que en parte me sentía aliviado.
Hoy tocaba día de partido, fui muy ilusionado, aunque luego perdimos, ya en los vestuarios el entrenador intentó animarnos.
-Bueno chicos, otro día será, lo hicisteis muy bien, nos vemos el Martes que viene.
Pasados los minutos, nos duchábamos con normalidad, mientras el agua caía pensaba en aquella noche de nuevo, mi hermano Rubén actuó de una forma que jamás había visto, en parte me excitó mucho, pero otra parte me daba miedo, estaba cambiando mucho.
-¡Eh!, el agua no es infinita, ¿Sabes? -el entrenador cerró la llave de la ducha, ni me había dado cuenta, estaba ahí solo, ya se habían ido todos, mis pensamientos me distrajeron de lo que pasaba-. Bueno, ¿Qué pasa? ¿Me estabas esperando?
Ahí estaba yo, desnudo, y el entrenador a mi lado mirándome de forma lasciva.
-No, míster, lo siento, no me di cuenta, ya me voy.
-No corras tanto, no te estoy echando. -me sujetó del brazo y prosiguió-. Sabes..., ya hace mucho que me chupaste la polla, y la verdad echo de menos tu boca, ¿Por qué no te pasas por mi despacho luego y me la comes un poco?
Me quedé helado, aún flipaba, la naturalidad con la que el entrenador decía este tipo de cosas daba miedo.
-No, gracias, es que ya tengo que irme...
-Como quieras, tú te lo pierdes, porque podríamos divertirnos mucho. -dijo guiñándome un ojo.
El entrenador extendió su mano y la apoyó en mi culo, aún mojado por el agua de la ducha que me estaba dando, estrujó mi nalga izquierda mojada mientras se relamía los labios, yo me dejé hacer sin saber cómo reaccionar, también porque era algo que me pilló de improvisto.
-¿Te gusta esto?... -su mano fue introduciéndose dentro de mi culo, noté como introducía un dedo dentro y se me escapó un gemido-. Dime que pare y lo hago.
Pero de mis labios no salieron nada, él sonrió e introdujo mas dentro su dedo, comenzó a follar mi culo con él y mi cuerpo se tensó, mi pene se puso duro y me la agarro comenzando a pajearme.
-Sabes..., de todos mis jugadores, tu eres mi favorito, me encantas, te ves tan frágil..., tan lindo..., tus labios..., tu culo..., todo tu cuerpo me encanta, desde que entraste en el equipo he soñado con hacerte mío..., de follarte, aquí mismo, mientras el agua moja nuestros cuerpo.
Su confesión me daba temor, placer y éxtasis al mismo tiempo, comencé a correrme en su mano, mientras seguía follándome con dos dedos, un momento, ¿Cuándo metió el segundo dedo?
Soltó mi polla y llevó su mano con mi semen a su boca, la lamió toda mientras me miraba con ojos lascivos.
-Mmmm que rico... -sacó sus dedos de mi culo y me dio la vuelta-. Ahora es cuando viene lo mejor, has sido un jugador muy malo, y el míster debe castigarte, ¿Lo entiendes verdad?
-Si..., lo..., lo entiendo... -dije, ya dominado por él.
-Bien, inclínate. -me ordenó.
Así lo hice, me incliné y el entrenador me comenzó a meter la polla, era demasiado gorda y notaba como mi culo se iba abriendo más conforme me taladraba.
Me sujetó de la cintura con fuerza y me puso contra la pared de la ducha, el agua mojaba nuestros cuerpos, recordé cuando mi hermano me folló pro primera vez, fue también en la ducha.
Un sentimiento de culpa me invadió, ¿Qué estaba haciendo? Intenté evitar que siguiese pero me tenía sujeto con fuerza.
-Déjeme ir. -supliqué con miedo.
-Y te irás, cuando te haya follado este culo. -dijo con un tono amenazador.
El entrenador comenzó a bombear mi culo con fuerza, su respiración se entrecortaba y yo podía sentir cierto dolor en mi ano, que me quemaba, la intensidad del dolor crecía conforme más me bombeaba.
Puse mis manos en la pared intentando respirar y concentrarme, la erección se me fue, y el entrenador empezó un vaivén frenético, me follaba el culo a mucha velocidad.
-Joder, por fin, por fin te estoy follando, sabía que caerías, todos caéis, y más tú, se notaba que eras un putito que da el culo a cualquiera, ¿Verdad?
-Sí... -mascullé con dificultad, sus envites aumentaron de intensidad y nuestros gemidos aumentaban cada vez más.
Me folló durante un buen rato, mis piernas me fallaban y mi mente nublaba mi vista, ya no podía más, un dolor agudo punzaba mi culo.
-Espere, pare, no quiero seguir. -intenté apartarme pero me sujetaba con fuerza de la cintura.
-Cállate putito, querías polla, y aquí la tienes. -el entrenador me la clavó hasta el fondo soltando un aullido de placer y entonces noté como mi interior era inundado de su semen, muy espeso además, con varios disparos me rellenó por dentro como a un pavo en navidad.
Tras terminar, se salió de mi interior y toda su leche salió de mi culo bajando por mis piernas, se mezclaba con el agua que aún caía, perdí mis fuerzas y caí al suelo de rodillas, mi culo me ardía horrores.
-Bueno, te doy un minuto para limpiarte, puto, como tardes más me enojaré. -dijo el entrenador de forma despectiva mientras se guarda su polla, me miró y sonrió-. Quien nace puto se queda puto.
Tras esas palabras despectivas del entrenador, éste se marchó y me dejó solo mientras el agua caía por mi cuerpo, me sentía mal, como si todos me usasen, como si fuese un juguete, y lo peor es que yo no tenía el coraje suficiente para negarme u oponerme, era débil, era un puto.
Terminé de ducharme y con ojos llorosos salí de las duchas, me vestí y salí del vestuario, un estruendo vaticinaba que se aproximaba una tormenta, la lluvia caía con tanta fuerza que podía sentirla en mi piel. Comencé a caminar de vuelta a casa, mi culo me ardía demasiado, por el camino pensaba en muchas cosas cuando una mano me empujó contra un árbol.
-Tenemos que hablar. -Luis me tenía sujeto contra el árbol sin yo poder hacer nada.
-¿Qué haces tú aquí?, ¿Qué quieres? -lo miré casi intimidado.
El estruendo de un trueno mezclado con un relámpago y la luz del mismo se posicionó a su espalda, dándole un aspecto mas temible, estaba enfadado.
-¿Qué es lo que quiero? A tu hermano, es mío y tú me lo has robado.
-Yo no te robé nada, no es de tu propiedad. -dije apartándolo de mi con un empujón.
Su mirada fría contra mí me hacía estremecer, a pesar de que vivíamos en un pueblo y era una hora donde apenas había gente sumado a la tormenta tenía miedo de que alguien nos viese.
-Dime, putito, ¿Tu hermano sabe que das tu culo así de fácil? -dijo son sorna.
No puede ser, lo ha visto, me tiene cogido, si le cuenta esto a Rubén lo perderé para siempre...
Iba a hablar cuando aparecieron tres chicos de la nada, no los vimos venir.
-¡Eh Luis!, ¿Dónde coño estabas? -el chico, rubio, delgado y el que parecía el líder del grupo, intimidaba solo con su mera presencia, era Peter, a su lado, otro chico, de su misma altura, lleno de tatuajes y bastante corpulento llamado Lucas, y por último uno mas bajito y gordito llamado Víctor, los tres formaban el grupo de los típicos abusones de la escuela, aunque al parecer, ahora con Luis eran cuatro...-. ¡Te estoy hablando Luis!
Luis se giró y su personalidad cambió totalmente, me soltó y se interpuso entre ambos, estaba claro que no quería que me vieran.
-Ah, perdona tío, se me había olvidado, justo ya iba hacia allí, pero con esta lluvia... -Luis se excusaba.
-No me pongas excusas Luis, Víctor nos invitó a su casa y vamos a ir, hay que liarla gorda, hacía mucho que no veía el pueblo. -se detuvo un momento y fijó su mirada en mí-. ¿Quién es tu amigo? ¿O es tu esclavo?
Las risas del los tres chicos no se hicieron de rogar, después, un silencio que solo la lluvia rompía.
-Te hice una pregunta Luis, ¿No nos vas a presentar?
-Ah, sí, es..., bueno, se llama Tomi y...
-Deja que hable él, ¿O es mudo? -dijo Peter, y ante sus palabras Luis se calló y se apartó a un lado bajando la mirada, estaba atemorizado, nunca lo había visto así.
-Me llamo Tomi, y no le conozco. -mentí, aunque, no era del todo mentira.
El chico rubio se acercó a mi y me miró fijamente, se giró a ver a sus amigos y se empezó a reír.
-Vaya, vaya, que gran sorpresa, Luis, ¿Tu esclavo la chupa bien?
Luis se mantenía callado y los dos acompañantes del rubio se reían a cada tontería que éste decía.
-No soy su esclavo, imbécil.
Gran error insultarle, sin poder si quiera reaccionar me puso su antebrazo en el cuello y sacó una navaja con la derecha, para apuntarla a mi cara.
-¿Qué has dicho? -su mirada fría e intimidante me hacía estremecer todavía más.
-Vamos tío suéltalo, lo dijo sin pensar, es su forma de hablar... -decía Luis.
-¡¡Cállate!! -giró Peter, Luis se calló y no volvió a hablar, la lluvia casi se había detenido, y ahí estábamos los cinco, bajo uno de los árboles, se habían dado cuenta que ahora los gritos no serían ahogados por la tormenta y podrían escucharnos algunos vecinos.
-¿Sabes lo que les pasa a los esclavos insumisos como tú? -su navaja empezó a tocar mi cara.
El grupo entero miraba expectante esperando que hacía su líder.
-Te hice una pregunta esclavo. -dijo Peter con un tono amenazador.
-No, no lo sé... -mascullé.
-Los rajamos, como a un cerdo y lo dejamos tirado para que se desangre.
-No soy ningún esclavo...
-Sí lo eres, eres el esclavo de Luis, todos tenemos un esclavo, y los esclavos insumisos como tú deben ser castigados, pero voy a pasártela por esta vez, abre la boca.
Temía también las consecuencias de que lo hiciese, así que lo mejor era obedecer para que todo terminara cuanto antes.
-Te dije que abrieras la boca, no lo diré tres veces. -dijo Peter.
Abrí la boca lo que pude y el chico escupió saliva dentro de mi boca sin poder reaccionar, la cerré enseguida pero su saliva había entrado.
-No, no, traga -su navaja empezó a pincharme la cara y me dolía, así que tragué.
-Buen chico, ahora abre la boca de nuevo.
-Tío, vámonos ya, nos pueden pillar... -Luis estaba cada vez más nervioso.
-Cállate Luis, eres muy pesado, abre la boca de nuevo y tu esclavo será un pinchito de carne. -se giró de nuevo a mí tras sus palabras a Luis-. Aunque aquí el único que abrirá la boca serás tú, ¿A que sí? Ábrela.
La volví a abrir y volvió a escupir saliva dentro de mi boca, sin que me lo dijera, la tragué.
-Bien, así me gusta, empiezas a ser consciente de tu posición, vuelve a abrirla.
La volví a abrir y volvió a escupir en mi boca, al ver como tragaba su saliva sumisamente se echó a reír.
-¡Fijaros! ¡Que putito tan sumiso tenemos aquí!
Peter me hizo abrir la boca de nuevo y escupió saliva varias veces dentro de mi boca, después, me hizo tragar entre las risas de los demás.
-¿Qué coño está pasando aquí? -la voz de mi hermano pilló a todos desprevenidos. ¡Suéltalo!
Peter, aún sujetándome del cuello con fuerza miró a mi hermano con ira.
-¡¡Coño!!, ¿Rubén?, ¡¡Cuanto tiempo!!, ¿Este es tu novio?
La cara de Rubén al ver a los tres chicos y a Luis se puso blanca.
-Que..., ¿Qué hacéis aquí? -preguntó con temor.
-Ya nos han dejado salir, como puedes ver, perro, fuiste muy malo, ¿Sabes? Responde, ¿Éste es tu novio? -preguntó con su navaja en mi mejilla.
-Es mi hermano, ¡Pero si no lo sueltas te destrozaré! -Rubén se agachó y cogió del suelo una gran piedra-. ¡No lo diré dos veces!
Peter con la mirada hizo un gesto a sus amigos y éstos se lanzaron contra mi hermano, lo intentaban sujetar para que no se moviese, aproveché ese momento para propinarle una patada en sus partes a Peter, que dolorido, se llevó las manos a su entrepierna.
-¡Hijo de puta! ¡Estás muerto!... -entre dolores intentó gritar pero apenas podía moverse.
Me abalancé sobre Víctor y lo tiré al suelo, mi hermano se zafó de Lucas y salimos corriendo calle abajo, miramos atrás y los tres nos seguían corriendo.
Seguimos huyendo hasta el edificio abandonado, a mi me costaba mucho, el culo me dolía demasiado, me ardía, llegamos a la entrada del edificio y mi hermano y yo nos miramos para después entrar, empezamos a subir plantas hasta llegar a la tercera, nos metimos entre los escombros de la zona mas derruida y nos escondimos allí en silencio.
-¿Qué hacemos? -mi hermano, agitado y sudando me miraba esperando una respuesta.
Lo miré sin contestarle, aún tenía la piedra en su mano, yo cogí un palo que había cerca de los escombros.
-Defendernos si nos encuentran.
-Esos te conocen, del Internado, ¿No es así? -pregunté a mi hermano, éste afirmó con la cabeza.
-Son unos hijos de puta... -mi hermano estaba agitado y temblaba-. Sabía que Luis volvería, pero no que vendría con sus amigos...
-Joder... -sujeté con fuerza el palo, no quedaba de otra que defendernos si nos pillaban.
-¿Qué querían? ¿Por qué te estaban atacando? -Rubén miró a mis ojos con duda.
-Por culpa de Luis, el me encaró y...
-Joder, lo que faltaba..., te metí en esto sin tú tener nada que ver. -dijo Rubén cabizbajo.
-No, hermanito, estamos juntos los dos, hasta el final. -mis palabras iluminaron su cara y le saqué una leve sonrisa.
Escuchamos pasos y voces, hablaban entre ellos, se escuchaban aún lejos, Peter avisó que estábamos dentro del edificio, sus pasos indicaban que habían entrado.
La lluvia de la tormenta volvió a pegar con fuerza, eso nos daría cierta ventaja, gracias al ruido de la misma podríamos intentar escapar sin que nos escuchasen.
En ese momento, al fondo, vi a un chico mas pequeño que yo, llevaba una camiseta azul con barquitos, aunque parecía estropeada y rasgada, miré a su cara, la tenía pálida, me miró y me sonrió, extendió su mano hacia mí.
-¿Qué miras? -preguntó mi hermano Rubén.
-A ese chico... -señalé al fondo.
-¿Qué chico? -mi hermanito dirigió su vista hacia dónde yo estaba señalando, pero allí ya no había nadie-. Tomi, allí no hay nadie, céntrate, debemos salir de aquí sin que nos vean.
-Lo sé, perdona, habrá sido mi imaginación.
Extrañado aún por lo que vi, distinguí la cabeza de Peter, estaba en nuestra planta buscándonos, tapé la boca de mi hermano y le hice agacharse más.
-¡Salid! ¡Putas ratas! Salid o será peor, ¿Pensáis que estáis aquí a salvo? Os prometo que si sois obedientes seré bueno, ¡¡Pero si me seguís enfadando no salís de aquí con vida!!
(Continuará...)
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Creado (2020), revisado y editado (2021) por @TomiXuak
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