Mi hermanito 10 - Secretos
El negro que me folló en el parque me vuelve a follar, Akin, que así se llama muestra un interés sentimental más allá del sexo, ¿Qué hará mi hermanito cuando se entere?
Mi hermanito - Capítulo 10 ''Secretos''
(Edición remasterizada) [2021]
-Nos vemos el Sábado, putito.
-Me llamo Tomi...
Se giró y guiñándome un ojo mientras sonreía se terminó de alejar, me quedé hasta perderle de vista y salí corriendo a casa, entré y me metí en la ducha, en ella mi cabeza daba vueltas, todo, todo se había complicado, porque ya no estaba seguro de nada. ¿Y por qué no? Quiero decir, mi hermano me dejó tirado...
Ya no estaba seguro, me asomé al cuarto de mi hermanito, dormía plácidamente y mientras lo observaba, en mis adentros volvía a pensar en ello, en lo que Akin me hacía sentir, ya no estaba seguro de a quien amaba...
-Tenemos que hablar.
Abrí mis ojos, y allí estaba mi hermanito, de pie, cerca de mi cama, aún no había amanecido, se acercó y se sentó en mi cama.
-¿Qué quieres Rubén? -pregunté desganado.
-Escucha, lo de Luis, es mentira, todo era mentira... -dijo cabizbajo.
-¿De qué hablas? -aún no entendía que me intentaba decir.
-Mira, Luis es un chico que no está muy bien de la cabeza, lo conocí en el Internado. -sus palabras se detuvieron al ver que me sentaba a su lado.
-¿Cómo? -murmuré.
-Él sabía donde vivía, le conté de nuestro hogar, y vino a por mí, quería que me fuese con él.
-¿Él era el chico del que te enamoraste y...?
-Ni de coña. -me cortó-. Él simplemente es un parásito, que me hizo la vida imposible en el Internado, solo que al principio pensé que era buena persona, pero no, es un manipulador y es capaz de cualquier cosa...
Yo me mantuve en silencio, escuchando atentamente lo que me decía.
-Rubén, ¿Qué pasó en el Internado? -posé mi mano sobre la suya pero enseguida se levantó nervioso.
-Eso no importa...
-¡A mi me importa! -repliqué.
-Escucha, Luis vino a buscarme, y yo le dije que estaba feliz contigo, entonces se puso como una furia, me dijo que si no podía tenerme él, tú tampoco me tendrías...
Me levanté rascándome la cabeza asimilando lo que me decía.
-¿Por eso me acechó? -pregunté con temor.
-Sí, temía que te hiciese daño, así que cuando nos lo cruzamos le seguí el juego, para que te dejase en paz, sabía que él se conformaría con verte sufrir, con ver que me perdías, lo conozco ya lo suficiente...
-¿Dónde está? -busqué en mi armario y cogí un bate de béisbol de cuando jugaba en verano.
-Ya no está. -dijo tajante.
-¿Cómo que ya no está? -pregunté furioso.
-Ayer, cuando te dejamos allí con Oliver, mientras me acompañaba pensé como deshacerme de él, entonces le amenacé, si no se alejaba de nosotros lo denunciaría, hubo una gran pelea pero vio que iba enserio, así que se marchó.
Dejé el bate en el suelo cuando sentí la mano de mi hermano acariciar mi mejilla.
-¿Y cómo sabemos que no volverá? -pregunté un poco preocupado.
-No lo sabemos, pero no quiero perderte, no volveré a seguirle el juego, ayer fue la ultima vez, si vuelve, los dos le enfrentaremos, pagará por todo... -esa ultima frase de mi hermanito me dio cierto temor, ¿Qué le hicieron a mi hermanito?
Rubén se acercó a mi y posó sus labios en los míos, me dejé llevar cuando escuché abajo ruido, mis padres seguramente ya se estaban levantando, ya casi amanecía.
-Espera, nos pueden pillar. -dije separándome de él.
-Calla tonto, quiero hacer cosas con mi hermano, ¿Alguna vez te hicieron un masaje?
Negué con la cabeza.
-Pues venga, date la vuelta. -mi hermano tras la orden que me dio cerró mi puerta y la atrancó con la silla.
Dudé unos segundos pero con sus manos en mis hombros me hizo sentarme en la cama, me subió la camiseta por detrás hasta el cuello y empezó a masajear mi espalda. Nunca me habían hecho un masaje, pero se sentía genial, porque me relajé mucho. En esa posición, noté que me miraba y tocaba más de la cuenta.
-Lo haces muy bien. -dije.
-Es que quiero tener contento a mi novio.
-¿Tu novio? -pregunté con gran sorpresa.
En ese momento me sentí mal, recordé lo que hice anoche con Akin y que ya no estaba seguro de sentir amor por mi hermano, quizás nunca lo sentí, o quizás estaba confundido, no sabía de decir o hacer, estaba hecho un lío.
-¿Quieres que te de otro masaje ahora en los pies? -su voz angelical me regreso a la realidad.
-No hace falta. -dije cabizbajo.
-¿Te sucede algo? -me preguntó, ante mi silencio se agacho y comenzó a frotarme los gemelos.
Dedicaba una mano a cada pierna y el masaje fue concienzudo, hasta que noté como sus manos subían hacia mi entrepierna. Sus manos continuaron hacia arriba lentamente, acerco su boca a mis partes, no se que pretendía hacer pero yo ya estaba que iba a explotar. En ese momento mi mano derecha se apoyo en su cabeza y forcé un poco a que siguiera acercándose.
En ese momento recordé que Akin me folló anoche, y aunque tras la ducha me puse crema y no estaba muy afectado, no podía arriesgarme a que Rubén se diera cuenta, así que mejor esta vez me lo follaba yo, así no sospecharía nada.
Mi mano izquierda la posé en su culito, llegando a rozar el elástico inferior de su bóxer. Con lo que mis dos manos rozaban levemente el bóxer. Mis caricias se fueron alargando y ya no abandonaba la tela de su ropa interior, sino que me adentraba en ella poco a poco y en un momento sentí el bulto que su polla hacía Acaricié su contorno con delicadeza, mientras la mano izquierda ya cubría completamente una nalga de mi lindo hermanito y la oprimía suavemente.
Podía sentir su piel sin ningún tipo de vello, suave y pura, acaricie toda esa zona mientras comenzamos a besarnos.
Le gustaba lo que hacíamos y para prueba la erección que tenía, pues ahora yo estaba acariciando su polla por completo, la notaba durísima, la tenía de tamaño normal para su edad, pero era perfecta.
En un momento dado se la oprimí y dio un respingo, pero siguió quieto, así que comencé a masajeársela, mientras la mano derecha era ya completamente dueña de su culito, recorriéndole en todos los sentidos y notando su dureza.
Su polla estaba cada vez más caliente y dura. Con mi dedo pulgar le acaricié el capullo, sintiendo que daba otro respingo. A la vez, le oprimía con fuerza el culo y un dedito comenzaba a explorar lentamente su raja, camino del agujero posterior.
En ese momento me empezó a estorbar su ropa.
-Quítate el pantalón -le dije, y como no se movió se lo repetí en tono más serio. Ahora sí, se quitó el pijama.
Entonces le bajé delicadamente el bóxer, dejando ante mi vista lo que mis manos ya conocían. Una bonita polla de buen tamaño, pero no exagerada, unos huevos redondos y duros, y el culo que lo vería inmediatamente.
Orienté su polla hacia mi boca y empecé a lamer suavemente su capullo, para a continuación metérmela en la boca y darle una suave mamada, a la vez que le masturbaba. Su cuerpo reaccionó y ya no estaba quieto. Se agitaba levemente y gemía de vez en cuando. Tuve que parar muy deprisa, sino, se hubiese corrido ahí mismo. Le di la vuelta y su culito quedó a la altura de mis ojos.
Dediqué mis dos manos a tocarlo todo, dándole también algún mordisco suave y varios azotes, recorría fondo las inmediaciones y luego pasé al agujero. Lo ensalivé bien, lentamente y con la punta de la lengua comencé a, casi follarlo. Su agujerito se relajó y se abrió un poco, con lo que mi saliva entró más aún, lubricándolo lo mejor que pude. Me moría de ganas de meterle la polla hasta dentro, así que le hice doblarse hacia delante, apoyado en la pared con sus manos, y le metí lentamente el dedo índice, con cuidado y previamente ensalivado, que aunque con alguna dificultad fue entrando, notando su calor y su tierno y mullido interior.
Al final entró hasta el nudillo y comencé a moverlo dentro, con un sentido de rotación y de mete y saca que le debía gustar muchísimo, ya que ahora no paraba de gemir, mientras se había agarrado la polla con una mano y se la meneaba suavemente. Yo también hice lo mismo pues ya no podía aguantar sin tocármela ni un segundo más.
Entonces me levanté sin sacar mi dedo de su culo y giré para colocarme de frente a él, intentó ponerse recto pero no le dejé. Cogí su mano y la puse en mi polla, que empezó a menear torpemente, pero no importaba, para mí era delicioso. A todo esto mi dedo no estaba quieto dentro de su culito, lo saqué y con mi saliva lubriqué otro dedo y le metí los dos. Suspiró de gusto y estuvimos un buen rato en esa posición, el meneándome la polla y yo follándole con dos dedos inquietos, hasta que ya no pude más y le dije que se volviese de nuevo de cara a la pared.
-Venga hermanito, que te voy a dar por el culo.
No me lo hizo repetir y rápidamente me presentó su precioso culito, separando incluso sus cachetes con las manos. Yo, ante su agujerito ofrecido difícilmente me pude contener y por poco lo follo a lo bestia. Coloqué mi pene en su agujero y lo moví poco a poco, apretando suavemente. Entró un poco y me detuve. Luego un poco más. Atrás y adelante, y así hasta que tuve dentro toda mi polla.
Entonces sin poderme contener, empujé y en dos o tres viajes se la introduje hasta los huevos, ahí me quedé quieto, observando como él gemía un poco, de dolor y de placer. Era maravilloso sentir sus blancas nalgas contra mis caderas y su cálida opresión en mi polla.
Mi hermano se intentaba mantener inclinado sujeto en mi cama, estábamos de frente a la ventana y dando la espalda a la puerta.
No aguanté más y comencé a bombear lentamente su culo, mi polla lo penetraba una y otra vez, y poco a poco fui acelerando el ritmo, a la vez que con una mano le masturbaba con fuerza.
Él no aguantó mucho y se corrió gimiendo, tuve que taparle la boca para evitar que nuestros padres nos escuchasen, miré mi despertador, iba a sonar en breve.
Con la corrida se agitó lo indecible, y sus movimientos de culo llegaron a volverme loco, alcanzando yo también el orgasmo, un orgasmo como hacía tiempo no experimentaba. Me corrí dentro de él llenándolo con mi leche caliente para después acabar apoyado contra su espalda con la polla dentro.
Estuvimos así un rato respirando de forma agitada, no pudo más y perdió fuerza cayendo en mi cama cansado, yo me tumbé al lado y nos miramos entre risas.
-Ufff, que rico estuvo..., te amo hermano. -dijo Rubén.
-Yo también te amo hermanito.
Voy a ducharme. -mi hermano se levantó de la cama camino al baño-. ¿Te vienes? -dijo guiñándome un ojo.
-No, iré después, voy a descansar mejor. -dije extasiado.
Se dio la vuelta y se metió en la ducha, al rato empezó a sonar el agua, con el sonido y yo tirado en la cama empecé a darle vueltas, yo quería mucho a mi hermanito, lo amaba, y él a mí, pero Akin me hacía sentir cosas que Rubén no me hacía sentir.
No es fácil de explicar, me sentía como Oliver, el ser usado y humillado era parte esencial de mí, era algo que no podría explicarle a mi hermanito y que quizás no entienda, pero de ser así, si realmente soy así, nunca podría ser fiel, no con alguien que solo me quiera para él, pero Akin era distinto, el solo me quería para usarme, para darse placer con mi cuerpo y eso era lo que más me gustaba.
El despertador comenzó a sonar pegándome un susto de muerte, alargué mi mano y lo apagué.
-¿Te pasa algo? -mi hermano salió de la ducha con una toalla en la cintura-. Ya puedes entrar, yo voy a salir con Jacob a dar una vuelta a la tienda de cómics. Jacob era amigo nuestro, aunque al ser de la misma edad que mi hermano, se llevaba mejor con él.
-Vale, ahora voy.
Mi hermanito salió de casa y yo aproveché para ducharme, al terminar decidí también salir a dar una vuelta, en la calle vi a nuestro primo Jesús, estaba enrollándose con una tía, se metían la lengua hasta el fondo.
-Tsk, qué rápido ha olvidado a mi hermano, solo lo usó para desvirgarlo, cabrón... -la frase la dije en voz alta, pero no me escuchaba desde ahí.
Seguí caminando y como no sabía que hacer decidí ir donde mi hermano, así que aligeré el paso y fui a la tienda de cómics, no quedaba lejos.
Entonces una mano me detuvo sujetando mi brazo.
-¿Tomi? -una voz aguda detrás de mí me alertó enseguida.
No hacía falta girarme para ver quien era, su voz lo había delatado, era algo que no esperaba, ni de lejos, me estremecí y casi me mareo, me había seguido, estoy seguro que anoche me siguió, fui idiota.
Me giré y efectivamente, allí estaba, con unos vaqueros rosados oscuros y rasgados y una sudadera negra en la que ponía ''Joker'', estaba muy tranquilo, sabía que tenía la situación cogida en sus manos, y lo que es peor, me tenía donde el quería.
-¿Qué leches haces aquí? ¿Esto no es un juego sabes?
-Claro que es un juego, y a mi me gustan los juegos, ¿Y sabes qué? Te has metido en uno muy peligroso, y ahora te toca jugar, además, esto será divertido -Akin sonrió y miró a lo lejos, seguí su mirada y vi a mi hermanito, se acercaba hacia nosotros, aún estaba lejos pero nos iba a pillar.
-¿Quién es ese? -preguntó Akin con una sonrisa.
-¿Estás loco? ¡¡Vete de aquí!! -le dije enfadado.
-¿Quién es este? -la voz de mi hermano me hizo aterrizar a mi triste realidad.
(Continuará...)
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Creado (2019), revisado y editado (2021) por @TomiXuak
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