Mi hermanita la mojigata (4): Penetraciones

Por fin mi hermanita es desvirgada por mi novio conllevando inesperadas consecuencias.

De nuevo vuelvo con las andanzas de nuestras queridas hermanitas, os ruego que me perdonéis por la tardanza y no me lo tengáis en cuenta, han sido muchos problemas lo que me separaron de ellas e incluso de quitaron las ganas de seguir escribiendo. Os dejo los enlaces de los primeros capítulos, por si hay un lector nuevo o no os acordáis de sus andanzas (qué sería muy normal por mi tardanza). Un beso y espero que disfrutéis:

Mi hermanita la mojigata (1): Masturbación.:http://www.todorelatos.com/relato/107828/

Mi hermanita la mojigata (2): Juegos:http://www.todorelatos.com/relato/108440/

Mi hermanita la mojigata (3): Masturbación varonil: http://www.todorelatos.com/relato/110052/

Cuando conseguí despertarme me dolían los brazos y las piernas, pero sobre todo mi rajita, parecía que la tuviera en carne viva, no recordaba tenerla así desde que tenía la edad de mi hermanita y follaba con casi todos los profesores para aprobar los cursos, incluso la profesora de literatura la tenía en el bote, era tan mojigata como mi hermanita, incluso diría que podía ser monja, me encantaba la carita que ponía cada vez que le mostraba lo que le iba a meter, esa mirada inocente y asombrada y joder como eyaculaba, parecía un geiser

Los ojos me pesaban, me costó abrirlos, al lograrlo solo podía ver borroso, cuando intente pasar una mano por ellos note que estaba atada, miré mis manos y ambas estaban atadas mediante una media al cabecero de la cama, asustada miré hacia mis piernas que estaban en el mismo estado,

Nerviosa levante la vista de mis pies, allí vi a mi hermanita mirándome sonriente junto a ellos vestida con una bata blanca y el pelo mojado, apuntándome con la cámara de su móvil en la mano

-          Buenas hermana, que bien que hayas despertado.

-          ¿Qué haces?, ¿Por qué me has atado?

-          Verás hermanita, he pensado que quizás puedo seguir virgen y conservar a mi novio, en vez de darle mi rajita le daré la tuya.

-          ¡Estás loca!

-          No que va,  varias veces me ha dicho que estas muy buena, así que es un buen regalo, verás te voy a hacer unas fotos y se las voy a mandar, ahora te leo lo que me responda.

Dio la vuelta a su móvil y empezó a escribir

-          A ver…, Hola amorcito, tengo un regalito para ti para tu cumpleaños, espero que te guste…, - iba diciendo lo que escribía en el móvil al mismo tiempo que lo hacía.

-          ¡Desátame ahora mismo!, ¡te la estás jugando hermanita! – dijo forcejeando.

-          Si quieres puedes traer a unos amigos, es ninfómana.

-          Ahora solo falta las fotos, sonríe  – dijo mientras apuntaba a mi cara con la cámara del móvil.

-          ¡Estúpida o me desatas o te vas a enterar hermanita!

-          ¡Dios con tanto ruido no hay quien se concentre para hacer una foto buena!

Soltó el móvil encima de la cama junto a mi pierna izquierda, intente tirarlo moviendo furiosamente el pie, al verlo mi hermanita cogió el móvil y lo puso a escasos centímetros de mi entrepierna. Inmediatamente después se abrió la bata, estaba totalmente desnuda a falta de unos minúsculas braguitas negras casi transparentes, rápidamente se quitó las quitó y aprovechando un improperio mío me las metió en la boca, en solo un par de segundos note como el sabor de mi hermanita inundaba mi boca, ¡joder se estaba excitando mientras lo hacía!, ¿tan salida estaba?

-          Será mejor que quite el móvil de ahí o acabaras mojándomelo - dijo nada más meterme las braguitas en mi boca.

-          Esta loca la salida era ella, lo notaba cada vez que tragaba saliva. Cogió el móvil con su mano derecha y con la izquierda pasó un dedo por mi rajita, mi cuerpo reacciono dando un respingo, no puede ser, ¿de verdad estaba excitada?

-          Dios que rico - dijo relamiendo su dedo lleno de mis jugos.

-          No tenía que haberlo hecho habría sido una foto muy caliente para mi novio, saliéndote tus juguitos de la rajita rojita, con mis braguitas en la boca, sabes esas braguitas me las regalo él en mi cumple y le juré que las llevaría puestas el día que me poseyera.

-          No pasa nada todavía puedo tomarla - dijo sonriendo.

Vi como mi hermanita se ponía agachaba a los pies de la cama, alargo su cuerpo por la cama y ponía su cara en mi entrepierna, tenía el clítoris tan sensible que solo con el roce del aire de la respiración de mi hermanita hacia que me entrara un relámpago de placer por todo mi cuerpo, definitivamente nunca había estado tan salida, no espero mucho mi hermanita para poner su lengua a jugar con él, ¡Dios ¿cómo había aprendido tan rápido?!, joder si mi novio llevaba mucho tiempo haciéndoselo y el placer que le producía no se acercaba ni a la mitad que me producía ella.

Note como mi rajita se empapaba enseguida de mis juguitos, mi hermanita solo se ocupaba de darme placer con su lengua en mi clítoris mientras mis jugos se deslizaban por toda mi rajita hasta llegar a la cama, de repente note el flash de la cámara, me estaba haciendo fotos a la cara mientras me lo comía, la verdad en ese momento me daba igual, me daba igual las fotos, estar atada, el intenso sabor de mi hermanita en mi boca, bueno eso me excitaba más, incluso me daba igual que su novio y sus amigotes se aprovecharan de mí, ahora mismo solo me importaba mi hermanita y su maravillosa lengua que me estaba transportando al cielo, de pronto mordió suavemente mi clítoris y se levantó rápidamente de la cama, el mordisco fue como si hubiera pulsado el botón del placer de mi cuerpo, una ola de gozo inundo todo mi cuerpo haciendo que mi rajita expulsara más y más de mi esencia.

Cuando me recupere abrí de nuevo mis ojos, allí estaba mi hermanita, desnuda frente a mí enfocándome con el móvil, observé que en su pierna derecha casi junto a los pelitos de su rajita había restos de mi fluidos, o serían de ella, no imposible a esa altura, al parecer todas podemos parecer un geiser si nos excitan como es debido, la niñata ha conseguido enseñarme algo.

-          ¡Joder ha sido alucinante!, ha quedado que te cagas el video, creo que mi novio se correrá sin tocarse, solo viendo como lo haces tú – no sabía si lo haría o no, pero le daba igual que una panda de pajilleros se la pelarán a su salud.

-          A sido tan bueno que quizás lo mande a una página de videos de internet, te gustaría hermana…, la que calla otorga – dijo tras esperar unos segundos -, bueno eso ya lo decidiré luego, por ahora lo guardaré en mi correo y se lo mandaré a mi novio, … A ver, que adjunte las fotos, en esta pareces una perrita en celo – dijo mientras sonreía, no podía hacer nada por impedírselo, ni insultarla, pronto su novio y sus amigotes tendrán fotos y el video de mi megacorrida -, y por último el video, ahora acepto.

Lo hizo lentamente mientras me miraba a los ojos, si hubiera podido la hubiera…, no sé lo que le hubiera hecho, pero el móvil iba a tener unas clases de vuelo, eso estoy segura, de repente mi móvil sonó, nada más sonar mi móvil mi hermanita empezó a reírse como una loca.

-          Eres tonta, ¿cómo voy a hacerte eso con lo que me estas ayudando? - dijo cuando pudo controlarse lo suficiente.

-          Dios no sé cómo no me he reído antes, Dios te tenías que haber visto la cara, tenías una cara de mala leche que si te hubiera soltado me hubieras matado - dijo mientras sacaba las braguitas de mi boca y sonreía.

-          ¡Esta me la pagas!

-          ¿Qué te la pague?, Dios hermanita creo que ya te lo he pagado con creces - dijo mientras pasaba un dos dedos por mi rajita recogiendo mi esencia y se lo llevaba a la boca -, Dios mío sino hubieras tenido mis braguitas en mi boca te hubieran escuchado en varios kilómetros a la redonda, y por Dios has visto como te has venido, ha sido impresionante, luego te pongo el video para que lo veas cuando estés desatada, ¡Dios que chorro!, casi parecía que te estabas meando - siguió diciendo mientras desataba la media que sujetaban mis dos manos al cabecero de la cama.

-          Tú tampoco parece que lo hayas pasado muy mal - dije al ver la rajita brillante de mi hermanita cuando se puso de rodillas en la cama para desanudar la media de la pierna derecha.

-          ¿Mal?, Dios si me he corrido viéndote a ti hacerlo, Dios tengo que ver el vídeo tiene que estar muy movido, sabes he sufrido bastante para mantenerme en pie y grabarte, Dios las piernas no me respondían, no sabía que podía correrme sin tocarme, ha sido... uff - dijo entre risas - siguió diciendo mientras desataba la última media de mi tobillo.

-          Pobrecita hermanita lo que ha sufrido, ahora te recompensare - dije con voz melosa al estar totalmente liberada de mis ataduras

Me incorporé en la cama y aprovechando la posición de mi hermanita que seguía de rodillas en la cama mostrando su brillante rajita mientras recogía las medias del colchón, le abrí los labios de su rajita y pase mi lengua por su interior tomando parte de mi recompensa en forma de su esencia, ella se agarró a los barrotes de la cama y agachó la parte superior de su cuerpo haciendo más accesible el camino de mi lengua a su interior, di dos lengüetazos más antes de separarme de ella unos centímetros para poder deleitarme con la visión de su rajita brillante y palpitante mientras saboreaba su maravilloso fluido caliente en mi boca.

-          ¡Joder!, ¡¿cómo puedes estas tan deliciosa hermanita?! - dije mientras ella suspiraba y arrimaba más su cuerpo a mi cara para que siguiera con mi agradecimiento.

-          Calla..., y sigue - consiguió decir entre suspiros.

Nada más darle un nuevo lengüetazo oí el ruido de la puerta de entrada de casa cerrarse, no puede ser, ahora no, de un salto abandone la cama, mi hermana se quedó mirándome fijamente con una cara entre desconcertada y lujuria, ¡Dios que preciosa es!, cerraba la puerta de la habitación y me la comía enterita de nuevo.

-          Mi novio acaba de llegar, ven conmigo - inste.

-          Jooo..., no podemos hacerlo esperar cinco minutos, porfa que estoy apunto...- suplico con cara de gran fastidió.

-          No, vamos.

-          Dos..., dos minutos porfa, – imploró nuevamente consiguiendo una nueva negación con mi cabeza -, uno…, solo uno porfa, que estoy apuntito – me rogo nuevamente, antes de que pudiera darle una nueva negativa llevo dos dedos a su clítoris y empezó a moverlos compulsivamente mientras sus ojos azules fijos en los míos me mostraban una mirada entre inocente y libidinosa que casi hacen que cerraba el cerrojo de la habitación y sucumbiera a sus ruegos.

-          Deja de comportarte como una niñita consentida, ahora mismo te vas a convertir en mujer - le dije con tono de enfado mientras sacaba los dedos pringosos de su rajita, pero la verdad era que a mí también me atraía más la idea de quedarme y disfrutar con ella, en vez de ver como mi novio se la metía mientras yo me quedaba a dos velas.

-          Está bien...  – aceptó a regañadientes mientras se lamia los dedos que hacía unos segundos penetraban su rajita.

-          ¡Qué rápido has venido amor! – dije al asomar la cabeza  al pasillo y verlo viniendo hacia vosotras.

-          Había alguien que me estaba metiendo mucha prisa – dijo tocándose el paquete mientras hablaba.

-          ¡Qué cerdo eres! – exclamé sonriendo.

-          ¡Yo seré un cerdo pero vosotras sois unas putillas!, ¿qué hacíais desnuditas? – exclamó nada más salimos de la habitación clavando su mirada en los pechos de mi hermanita.

-          Eso te gustaría saber a ti, solo tienes que saber que te la estaba poniendo a punto para cuando llegaras. Prueba – dije mientras le guiñaba un ojo a mi hermanita y pasaba dos dedos por su rajita, inmediatamente después saboree unos de los dedos mirando fijamente a mi novio mientras él no dejaba de  observabar a mi hermanita y di probar el segundo para que pudiera deleitarse de su esencia.

-          ¡Qué rico!, vamos a la habitación y hazme esa cubanita que me habíais prometido – exclamó mi novio cogiendo a mi hermanita de la muñeca y tirando de ella hacia la habitación que acabábamos de abandonar. Mi hermana me clavó su mirada pude observar que estaba realmente asustada.

-          ¡Para ahí!, - grite a mi novio mientras sujetaba la mano libre de mi novio - te dije que haríamos las cosas a mí manera, yo te diré que cuando la puedes tocar, donde y como, así que ¡suéltala!

-          Si, ¿y dónde vamos para que me la haga? – preguntó sin quitar la mirada de sus pechos.

-          Ahora vas a desvirgarla, después ya veremos si toca la cubana o no? – me estaba mosqueando no me había besado, ni tocado, ni tan siguiera mirado desde que había llegado, ya sé que mi hermanita es más guapa que yo, pero yo también estoy desnuda, ¿y es mi novio no?, podría al menos disimular un poquito.

-          Pero me prometisteis una cubanita y he estado toda la urgencia empalmado – dijo mientras se bajo el pantalón de un tirón como queriendo certificar la veracidad de su historia, su miembro al quedar liberado chocó tres veces contra su vientre plano antes de quedar quieto mirando al techo.

-          ¿Me estás diciendo que prefieres una cubana a desvirgar a mi hermanita? – pregunté asombrada.

-          Claro que quiero probar este coñito – dijo mientras palmeaba dos la entrepierna de mi hermana antes de que quitará su mano -,  pero desvirgar ya he desvirgado a varias tías, no pongas esa cara tú tampoco eras una virgencita pura cuando nos conocimos – dijo al verme la cara de asombro tras dedicarme su primera mirada desde que llego -, pero una cubanita es un cubanita y donde se ponga una buena cubanita...

-          ¡Oye que yo te he hecho muchas! – grité indignada.

-          No te ofendas nena, claro que me has hecho varias y para hacer una buena cubanita… hay que tener unas tetas muy especiales, y tu hermanita tiene las tetas perfectas para hacerla, déjame que le llene las tetas de leche y luego la desvirgo como tú quieras, no seas caprichosa nenita.

-          Sabes, ya no hay cubana, ni de ella ni mía y como sigas hablando ni siquiera la desvirgaras, ¿has visto como esta mi hermanita?... – claro que la había visto que pregunta más tonta no le había quitado el ojo de encima desde que había llegado, miré a mi hermanita que se había situado detrás de mi novio y se tocaba su rajita tímidamente mientras me miraba con cara culpable, ¿Dios tan salida estaba?, sino conseguía rápido que la desvirgara se correría allí mismo en el pasillo  – los tíos pagarían una fortuna solo por metérsela, no te digo por desvirgarla. Vale no quieres, ¡vete!, llamaré a Marcos, el sabe cómo tratar con dulzura a una mujer, no como tú.

-          ¡Está bien lo haré! – aceptó a desgana, siempre conseguía lo que quería cada vez que nombraba a su ex, si supiera que no llegamos a acostarnos en los ocho meses que estuvimos juntos, al menos yo no me acosté con él, casi creo que fue el único tío que no me acosté de su familia.

Cogí de la mano a mi hermanita que había dejado de estimularse segundos antes al ver próxima su penetración y la acompañe hasta la otra habitación, no quería que mi novio viera como había dejado las sabanas de la cama después de su descomunal corrida.

-          Estate tranquila hermanita, disfruta de tu primera penetración y no te olvides de mirarle siempre a los ojos, toca sus huevos de vez en cuando, y si no te produce el placer suficiente estimúlate el clítoris – susurré al oído a mi hermanita al llegar junto a la cama mientras mi novio terminaba de desnudarse.

La hice tumbarse en ella y la bese en la frente, y abrí lentamente sus piernas frente a mi novio, mostrando como su estrecha, roja y brillante rajita se iba abriendo poco a poco, le hice un gesto para que se acercará y se pusiera de rodillas frente a ella, cogí su miembro y lo lleve hasta la entrada, estaba lo suficientemente lubricada para que no le hiciera daño la penetración, entre lentamente el glande mientras la miraba fijamente a los ojos, la lujuria había vuelto a ellos.

-          Ahora se galán y penétrala lentamente hasta que llegues al himen – ordene a mi novio.

-          Ya esta – informó segundos después quedándose quieto mirándome esperando mis nuevas órdenes.

-          Bien ahora saca un poco y penétrala, sigue así hasta que ceda el hi…

No hube terminado la frase antes que mi novio sacara casi por completo su miembro y se la clavará de un golpe, mi pobre hermanita dio un grito desgarrador, después empezó a embestirla fuertemente, cada embestida producía un grito de dolor de mi hermanita cada vez más fuerte, la cama golpeaba la pared haciendo temblar la foto de mis padres, ¿qué he hecho?

-          ¿Qué haces?, ¡para bruto!

-          No querías que le enseñara a follar, pues mira va a tener suerte y va a disfrutar una buena follada la primera vez – me dijo mientras me miraba fijamente

-          ¡Para! – ordené, en vez de seguir mi orden cogió las piernas de mi hermanita y se las puso en los hombros consiguiendo penetrarla más profundamente.

-          ¡Dile a tu hermana cuanto estas disfrutando!, ¡¿A qué disfrutas zorrita?!, ¡Venga díselo!, ¡Díselo!... – gritaba mi novio entre embestidas.

-          ¡Por Dios para!

-          ¡Qué paré!, no me has dejado disfrutar de sus tetitas pues voy a disfrutar como me plazca de su estrecho coñito – dijo mientras llevaba sus manos a los pechos de mi hermanita y los apretaba fuertemente, produciendo gritos que tuvieron que oír forzosamente nuestros vecinos.

-          ¡Para por favor la estas partiendo! – supliqué mientras intentaba parar infructuosamente el fuerte vaivén de mi novio.

-          Claro que voy a parar, pararé muy pronto, en cuando la llene de leche – me dijo tras tirarme al suelo de un empujón y mirarme fijamente. La foto de mis padres callo a la almohada junto a la cara de mi hermanita y vibraba con cada embestida, era como si con cada pequeño salto me suplicaran pidiendo que parara todo eso,

Desde el suelo di un breve vistazo a la habitación no había nada para amenazarlo para que parara, mis ojos solo podían ver como su miembro ensangrentado entraba y salía una  y otra vez de mi pobre hermanita, mientras sus huevos chocaban en su entrepierna, eso es, me puse de rodillas rápidamente y cogí al vuelo los huevos de mi novio y los apreté lo más fuerte que pude, él dio un grito entre dolor y sorpresa y dejo de embestir a mi hermanita, tire de sus huevos para fuera de la cama y mi novio trastabilladamente bajo, seguí tirando de ellos hasta llevarlo cerca de la mesa de habitación y los solté, di un empujón con todas mis fuerzas y su cuerpo se desplomó pesadamente sobre la mesa tirando varias colonias y mi bloc de notas al suelo, rápidamente cogí cuatro bridas de la mesilla de mi habitación y ate manos y piernas a las patas de la mesa

Cuando até la última busque  a mi hermanita, estaba llorando sentada en una esquina de la cama, un hilillo de sangre salía de su rajita, rápidamente fui con ella, la besé en la frente y la abracé, sus lágrimas mojaban mi hombro desnudo y recorrían todo mi cuerpo recordándome toda mi culpa.

-          Ya nadie te va a hacer daño, los tíos son todos unos cerdos y unos brutos, no dejaré jamás que vuelvan a hacerte daño – susurré a su oído mientras acariciaba su pelo.

No sabía que más podía decirle para consolarla, que más podía hacer, yo había tenido la culpa que la violaran, fui yo quien tuvo la idea, fui yo convencí a los dos para hacerlo, deberían haberme violado a mí no a ella, las lágrimas aparecieron como un torrente en mis ojos.

No sé cuánto tiempo estuvimos las dos llorando abrazadas, pero poco a poco nuestro llanto fue aplacándose, esperé hasta que mi hermanita terminará, no podía ver sus preciosos ojos azules llorando por mi culpa, cuando hubo terminó la separé de mí y la bese de nuevo en la frente.

-          Déjame ver que te ha hecho ese puto malnacido – le pedí llevando mi mano a su pubis.

No soy médico, pero tenía experiencias en desgarros, no todos son dulces y delicados cuando te penetran y menos cuando pides algo a cambio,  le vino de repente a la cabeza su profesor de inglés del instituto, y su miembro tremendamente grueso, él era quién la abierto su estrechita vagina a base de embestidas, después de cada encuentro con él tenía que estar al menos una semana sin hacerlo, siempre me hacía un desgarró.

Aparte al profesor de su mente y me centré en mi hermanita, intente abrir sus piernecitas, pero ella las tenía cerradas con fuerza, la miré y pareció comprenderme abriéndolas un poco más, no quería hacerle más daño cuando la penetrará con mis dedos, toque su rajita estaba totalmente seca como era natural, lleve mis dedos a mi boca y los ensalive bien, nunca más haría daño a mi hermanita.

Introduje el dedo índice y corazón lentamente en su rajita intentando apreciar algún desgarro, al llegar al himen había uno pequeño, no tenía importancia, seguí penetrando mis dedos hasta que no pude más sin notar nada más.

-          Tienes un pequeño desgarro pero es normal después de la primera vez, no te preocupes – le informe mientras intente hacer una mueca de sonrisa.

Saque lentamente los dedos de su rajita, tocando de nuevo sus paredes vaginales para comprobar que no se me hubiera pasado ningún desgarro, de pronto mi dedo índice toco una zona distinta, yo sabía que era, y mi hermanita me lo confirmo con un pequeño gemido.

-          Hermanita relájate y disfruta - le dije a mi hermanita mientras tapaba sus desconcertados ojos con mi otra mano.

Saque el dedo corazón de su interior y con el índice inicie un movimiento rítmico y firme, observe sus reacciones hasta que acomode mi movimiento a sus pequeños gemidos, bajo mis caricias poco sus gemidos fueron intensificando su volumen, pocos minutos después empezó a mojar mis dedos, ya estaba preparada para disfrutar. Saque mi dedo índice de su interior y lo chupe deleitándome con su dulce néctar, a la vez que salive bien mi dedo pulgar.

-          Ahora disfruta - susurré a su oído y quite mi mano de sus ojos que seguían cerrados.

A la vez que le susurraba metí de golpe los dos dedos llevándolos a su punto g, ella dio el gemido más dulce que nunca la había oído a la vez que arqueaba todo su cuerpo y lo echaba sobre el mío, aceleré un poco el ritmo anterior, con cada penetración estimulaba su clítoris con la palma de mi mano y era seguido por un dulce gemido junto a mi oído izquierdo.

Sus pequeños gritos de placer junto a mi oído estaban haciendo mella en mí y había empezado a excitarme, rápidamente mi  rajita volvió a humedecerse, en poco tiempo como una espesa gota de mi esencia recorría lentamente mi pierna.

Cuando mis dedos estaban totalmente empapados de su esencia aceleré el ritmo al máximo,  sus gemidos se convirtieron casi solo en un único y dulce gemido, el ritmo de salida de su rico fluido se intensifico empapando también parte de mi mano, seguí masturbándola hasta que mis dedos salieron debido a la intensísima corrida de mi hermanita, se convulsionaba y gritaba de placer al lado de mi oído.

Sentía cada respiración entrecortada en mi oído, cada pequeña convulsión al rozar sus pechos con los míos, cada orgasmo al notar en mi mano bajo su rajita una nueva oleada de su maravillosa esencia, casi podía sentir esos culminaciones de placer fueran mías.

Sin saber cómo y cuándo había pasado note como los dedos que habían penetrado segundos antes a mi hermanita ahora estaban dentro de la mía produciéndome un maravilloso placer, no tarde más que unos segundos antes de volver a correrme juntando nuestros dos néctares en mis dedos.

Sin duda no había sido el orgasmo en el que más se había corrido, ese sin duda se lo llevaba el que me regalo mi hermanita atándome, ni el que más placer había sentido, no ese había sido el que le produjo la boquita de mi hermanita después de las masturbaciones a mi novio, pero sin duda había sido el que más sentido, había disfrutado, y me había sentido más unida a otra persona, casi había sentido míos sus orgasmos y el mío había sido solo una continuación de ellos.

-          ¡Putas zorras lesbianas!  - grito mi exnovio tras de nosotras haciendo que nos separáramos al momento. Con lo que había hecho a mi hermanita estaba claro que no podríamos volver a ser novios.

-          ¡Calla cabrón violador de mierda! – grite bajándome de la cama y acercándome a la mesa.

Nada más dar un par de pasos mi exnovio forcejeo con la mesa haciéndola bailar en el suelo, creí que podría liberarse y di un paso atrás para separarme de él con tal mala suerte que resbale con mis fluidos y caí al suelo junto la cama,

Más calmada miré al suelo, había gran cantidad de fluido, Dios si todo mi culito y mi rajita estaban llenas de él, ¿cómo puedo hacer tanto en tan poco tiempo?, no puedo seguir así o me deshidratare entera

-          ¡Zorra de mierda libérame! – gritó mirándome fijamente.

-          ¡Cállate!

-          ¡Puta lesbiana suéltame que te voy a hacer hetera a base de pollazos! – gritó esta vez mirando a mi hermanita que estaba junto a la pared.

-          ¡Cállate o te….! – paré de gritar al cuando mi mano tocó cilíndrico al intentar apoyarla en el suelo para levantarme.

Miré instintivamente pero no hacía falta, sabía de qué se trataba, mi preciado consolador asomaba su cabeza entre mis dedos mientras su cuerpo seguía oculto bajo la cama, lo cogí ocultándoselo de la vista de mi exnovio y me levante.

-          Hermanita es la hora de nuestra venganza – dije mientras le mostraba mi mano derecha para ayudarla a levantarse de la cama y la izquierda con el consolador frente a mis pechos.

-          ¡Zorras soltadme de una puta vez!

Mi hermanita acepto mi mano y se levantó de la cama, bordeamos la cama, yo junto a la mesa, ya no tenía miedo de mi ex, si no había podido romper las bridas antes ya no podría, y mi hermanita lo hizo todo lo separada que pudo rozando todos los muebles de la habitación.

-          Bien zorritas, parece que habéis entrado en razón, venga soltadme y os perdono si hacemos un buen trio ahora mismo.

-          Sabes, sino te importa, he pensado en darle a mi hermanita la última lección ya que estas en la posición perfecta, antes de desatarte y hacer ese... trío - joder me costaba hasta decirlo después de lo que había hecho a mi hermanita, aun sabiendo que lo que decía era mentira, joder hasta hace unos minutos no le hubiera hecho ningún asco, incluso le había rondado varias veces por la mente hacer uno tras la desvirgación como premio.

-          Hermanita te voy a enseñar a hace un buen beso negro... - proseguí diciendo.

-           ¡Dejad de putas tonterías de desviados y quitadme estas mierdas!

-          ¿Estás seguro?, has visto que mi hermanita sabe utilizar muy bien su lengua.

-           Vuestras lenguas las quiero en mi polla no en mi culo.

-          Pues bien hermanita dejemos el paso previo y vayamos al plato principal, te voy a enseñar a penetrar a un hombre - dije mientras pasaba el consolador por la raja de su culo.

-          ¡Ni os atreváis putas lesbianas de mierda! - grito nervioso habiendo perdido toda la chulería en su voz

-          Tenías razón hermanita, no hay quién se concentre con tanto grito. Sujétalo - dije mostrándole el consolador que lo cogió tras pensárselo unos segundos.

Inmediatamente después fui donde se había desnudado mi exnovio, mientras el me dedicaba a mí y a mi hermanita una sarta de lindezas irreproducibles, cogí un calcetín y se lo llevé a la boca, esté la cerró inmediatamente, sabía la forma de abrírsela, me lo había hecho tantas veces mi primer novio hasta que aprendí a apreciar el sabor de su semen, Dios estaba realmente asqueroso, cada vez que lo pienso me dan arcadas, es el único semen que no me ha gustado de todos los que he degustado y no habían sido pocos precisamente, apreté su nariz con dos dedos, cabeceó unos segundos intentando quitarse mis dedos de su nariz sin conseguirlo antes de que abriera la boca y pudiera introducírselo.

-          Ya que el señor no quiere lubricación, se lo meteremos a pelo, ¡venga méteselo hermanita! - ordené mientras sujetaba los dos cachetes del culo abriéndolos para que mostrará bien claro el agujero del ano.

-          ¿Pero...

-          Si no te atreves hermanita, lo haré yo, pero creo que debes ser tu quién lo haga, es a ti a la que ha violado vilmente, - dije mirándola fijamente

-          Si - respondió no muy convencida.

-          Anda sujeta los cachetes - ordené al esperar casi un minuto y ver que mi hermanita no hacia ningún movimiento.

-          No..., no..., ya lo hago..., ¡ya lo hago!

Mi hermanita me miró asustada todavía, yo asentí mi cabeza, y ella empezó a acercar lenta y temblorosamente el consolador al culo de mi exnovio, solté un cachete y agarré la mano de mi hermanita llevándola hasta la entrada del ano, al notar el contacto del consolador en su culo mi exnovio empezó a moverlo todo lo que daba juego en su posición y a proferir graciosos ruiditos.

-          Si no te relajas te dolerá más - susurré al oído de mi exnovio mientras le acariciaba su pelo, como tantas veces me lo había hecho él cuando penetraba mi culito las primeras veces, después de la quinta no hacía falta que me lo dijera, ya sabía lo que tenía y como tenía que hacerlo para disfrutar como una perra con cada penetración.

-          No... puedo... - dijo mi hermanita desesperada, que había perdido el miedo, e intentaba una y otra vez penetrar el ano de mi exnovio, consiguiendo solo golpear los cachetes de su culo dejando una marca roja tras cada intento.

-          Espera un momento hermanita, ahora te dejará, solo hay que pedírselo de la forma correcto - dije mirando a mi hermanita que paro al momento de intentarlo.

-          Maldito violador de mierda, te vamos a meter el consolador quieras o no quieras, si sigues así volveré a apretarte los huevos hasta que vuelvas a desmayarte, cuando despiertes tendrás tu agujerito bien abierto, pues no voy a parar con solo meterte el consolador, no, no voy a parar de meterte cosas hasta que te entre la maldita pata de la mesa por tu culo ¿entiendes? - susurré al oído de mi exnovio, cuando me separé de él una lagrima recorría su mejilla.

Fui junto a mi hermanita y volví a abrir los cachetes del culo de mi exnovio, mi hermanita puso el consolador en la entrada de su ano y él no hizo ademán de apartarlo, mi hermanita me sonrió pero no era su sonrisa dulce habitual, era rara, parecía algo siniestra, asentí con mi cabeza, fijo su mirada en el culo de mi exnovio, levantó el consolador más de dos cuartas y penetró más de un cuarto del ano de mi ex con un rápido movimiento.

En el mismo instante que penetraba el consolador en su interior mi exnovio arqueo todo lo que pudo su cuerpo y dio un horripilante gritó incluso a través del calcetín de su boca, después empezó a sollozar, un abundante hilo de sangre empezó a salir de su penetrado culo y recorrer su pierna.

Mi hermanita no se dio por satisfecha con la violenta violación del ano de mi exnovio e inmediatamente después empezó a sacar y meter rápidamente el consolador, con cada penetración un pedazo más de consolador entraba en el cuerpo de mi exnovio, y el hilo de sangre era más abundante.

-          ¿Disfrutas?, ¿a que estas disfrutando zorra?, ¿Quieres más?, ¿quieres disfrutar más?... - gritaba mi hermanita como si estuviera poseída tras cada penetración.

-          ¡Basta!, ¡ya basta! - grité mientras sujetaba las manos de mi hermanita.

Ella paró, me miró, y luego miró el culo de mi exnovio, soltó el consolador como si la hubiera quemando la mano, apenas sobresalía cinco centímetros y se separó dos pasos hacia atrás con cara horrorizada.

-          No pasa nada - dije mientras la abrazaba y acariciaba su suave pelo rubio - la verdad es que se había pasado un poco, no se había pasado, se lo merecía, merecía eso y más, por vulnerar mi confianza, por abusar de mi hermanita cuando se la había entregado en bandeja, se lo merecía.

-          Ven ahora hagamos que disfrute un poquito - dije separando mi hermanita que me miraba desconcertada y moviendo la rueda del consolador a la tercera potencia, el ruido que producía inundo la habitación acallando incluso los sollozos de mi exnovio.

-          ¡Ahora sabes lo que es que te metan algo a la fuerza, maldito violador de mierda!  - le grite tras agacharme frente a él,  comprobar que no se había vuelto a desmayar.

-

Me levanté y mi hermana se había quedado absorta mirando como el minúsculo pedazo de mi consolador zumbaba como un poseso, era casi hipnótico, de repente mi barriga le anuncio que llevaba mucho sin comer, fui donde se había quitado los pantalones mi exnovio y busque la cartera, y encontré dos billetes de cincuenta euros.

-          Vístete hermanita el caballero nos invita a comer por las molestias - dije sacándola de su estado casi hipnótico.

-          No vamos a dejarlo así ¿no? - preguntó tras acercárseme, parecía muy arrepentida por lo que acababa de hacer.

-          ¿Por qué no?

-          ¿Y si se convierte en maricón?

-          ¿Tan malo es ser homosexual hermanita?  - pregunté sensualmente.

Tras realizar la pregunta y sin dar tiempo a su respuesta, cogí su carita con mis dos manos, lentamente la acerque a la mía y la bese en los labios, al principio mi hermanita se quedó quieta, pero poco a poco fue abriendo su boquita, dejando que mi lengua entrará en su ella, y poco después era su lengua la que invadía la mía, no sé cuánto tiempo estuvimos besándonos mientras nuestras lenguas aprendían cada milímetro de la boca de la otra y  manos recorrían todo nuestro cuerpo, pero fue el mejor morreo de toda mi vida, cuando nos separamos un hilo de saliva quedó colgando entre nuestros labios cayendo segundos después en mis pechos.

-          Para nada hermana - me respondió sonriente mientras me miraba fijamente, llevaba su dedo índice sobre la saliva de mi pecho y lentamente lo bajaba por mi vientre.

-          Para nada.

FIN

Gracias de nuevo por leer mi relato, por ahora doy por finalizada la historia, espero que hayáis disfrutado, os hayáis excitado y os hayáis relajado con ella. Os pido perdón nuevamente por la tardanza en escribir este capítulo, si tenéis alguna crítica, sugerencia, o queréis un breve epilogo, o queréis darme algún nuevo tema para una historia, o queréis poneros en contacto conmigo, o cualquier cosa, estaré muy agradecido que me lo dejarais en los comentarios, el correo que os indiqué en los relatos anteriores ya no me pertenece desde hace tiempo, pido también disculpas si me habéis mandado algún email y no lo he respondido, intentaré responderos a todos, un beso y gracias por acompañarme a mí y a mis hermanitas por tanto tiempo.