Mi hermanita la mojigata (3): Masturbación varonil

Enseño a mi hermanita a masturbar a mi novio.

Perdonar por la tardanza, he tenido mucho trabajo, espero que la espera os halla valido la pena.

COMIENZO DEL CAPITULO 3:

Cuando desperté mi hermanita seguía dormida, la luna entraba por la ventana e iluminaba su cuerpo, estaba tan preciosa a la luz de la luna, deslice el dorso de mi mano desde su cara hasta su pecho lentamente, que piel más suave tenía, como me gustaba tocarla, ¿me estaré volviendo lesbiana?, no lo creo, pero aunque fuera así me daría igual.

Metí su pezón en mi boca y empecé a chuparlo, en pocos segundos se puso durito, empezó a gemir dulcemente, me levante, tenía una gran sonrisa en su boca pero seguía durmiendo, me puse mis piernas entre sus rodillas, lleve mi mano a su entrepierna, empezaba a humedecerse, separe sus labios con mis dedos y extraje con mi otra mano una pequeña toma de sus juguitos, los tome mientras jugaba con su clítoris, Mmm por Dios santo que ricos estaban esos juguitos, poco a poco la sonrisa de su boca se fue transformando en un gesto de placer, sus gemidos ganaron tanta intensidad como la salida de su esencia, iba a empezar a caer sobre la sabana y los perdería, no iba a permitirlos, sin parar de masturbar su clítoris con mi lengua fui recogiendo todas esas gotas que amenazan extinguir su existencia de tal forma y negarme su exquisito sabor,  después metí mi lengua en su rajita y empecé a tomar la allí depositada, poco a poco fui hundiendo más y más mi lengua en su riquísima vagina, no quería que aquellos maravillosos fluidos llegasen a mojar los labios, los quería tomar nada más salieran. De pronto note sus manos acariciándome el pelo, ya estaba despierta, no me importo y seguí tomando aquel manjar, no paso ni un par de minutos cuando sus manos me aprisionaban contra su rajita, su cuerpo a temblar, y aquel maravilloso fluido a inundar mi boquita, aceleré el ritmo de mis dedos en su clítoris, quería una gran corrida y la iba a conseguir, tome toda aquella riquísima corrida ansiosamente hasta que dejo de aparecer y sus manos aflojaron mi cabeza.

Cuando me levante me miraba sonriente, todavía con la respiración entrecortada, estaba tan preciosa, era tan preciosa, me pase la mano por la barbilla mientras la miraba para recoger lo que había escapado de mi lengua.

-          ¿Quieres hermanita? - le pregunté mostrando el dorso húmedo de mi mano.

-          Claro.

-          Pues si quieres ya sabes dónde encontrarlo - le dije mientras pasaba mi lengua por mi mano recogiendo lo último que quedaba de aquel manjar.

-          Serás cabrona - dijo riéndose.

-          Vamos hermanita levántate, eres una dormilona, miraré a mí, yo ya he desayunado y todo.

-          Ven aquí cabrona - dijo cogiéndome de mis manos y tirándome hacia ella.

Caí sobre ella riendo, con un rápido movimiento fui yo la que estaba debajo de ella, agarraba mis manos por mis muñecas por encima de mi cabeza y reía.

-           Ahora me toca a mí desayunar - dijo mientras se sentaba encima de mi vientre, los restos de mi saliva de su rajita mojaron mi ombligo. Yo mientras tanto hacia como la que quería forcejear pero sin poner mucho empeño en ello.

-          Déjame, te la estás jugando hermanita - dije mientras queriendo poner una voz más seria pero sin conseguirlo.

-          De verdad - respondió mientras me cogía ambas muñecas con una mano y se inclinaba hacia delante para ejercer más fuerza, mientras con la otra bajaba lentamente un dedo desde mi barbilla hasta mi pecho derecho.

Cuando llego a mi pezón empezó a mover su dedo recorriendo toda mi aureola, lentamente mientras me miraba fijamente y me sonreía, al poco tiempo mi pezón se mostraba con toda su dureza, yo había dejado de reír y miraba su dedo que estaba despertando toda mi lujuria, de repente lo pellizco fuertemente haciéndome imposible reprimir un gemido.

-          Vaya hermana parece que mi desayuno ya ha empezado a servirse - dijo pasando un dedo por mi humedecida rajita.

¿Cuándo me ha soltado?, la verdad no me importaba, ahora solo quería sentir su lengua  y sus deditos en mi rajita.

-          Mmm divino - dijo al chupar sus dedos humedecidos por mi esencia - ahora se buena chica y dame un buen desayuno - me dijo sonriente mientras se colocaba entre mis piernas y me las abría.

Cerré los ojos nada más sentir su lengua recorriendo mi rajita, mientras que ella subía sus manos por mi vientre hasta alcanzar mis pechos, cuando llego a ellos empezó a masajearlos, cuanto había mejorado en tan poco tiempo, cada cierto tiempo los apretaba haciendo gemir tanto de dolor como de placer, ¿cuándo le había enseñado yo eso?, me estaba volviendo loca de placer, si seguía así no aguantaría mucho, por Dios santo si aprende tan bien la masculina tendrá a todos los tíos comiendo de su mano.

Por Dios santo en menos de cinco minutos había conseguido que no pudiera pensar en nada, que mi cuerpo solo pudiera sentir sus caricias y sus lamidas, estaba hipersensibilizada, ¿será porque ha mejorado mucho o por todas las corridas que he tenido estos últimos días?

De repente me corrí, y mientras temblaba mi cuerpo solo podía sentir su lengua dentro de mi rajita, recorriéndola entera y profundizando hasta límites que solo creía posibles por un miembro masculino. No me corrí una sola vez, lo hice tres veces seguidas antes de que mi hermanita quedara saciada y dejará de jugar con su lengua en mi pobre rajita.

-          No ha estado nada mal hermana - dijo mientras se levantaba y salía de la habitación, me dejo tumbada en su camita jadeante, con las piernas abiertas aún húmeda por su saliva, intentando recuperarme de aquella inmensa sesión de placer.

Mientras me recuperaba oí como abría el agua de la ducha, cuando pude ponerme en pie fui directamente en la ducha, ella estaba aclarando su pelo con la cabeza hacia atrás mientras el agua recorría su cara y bajaba por su pelo para terminar cayendo sobre su culito.

-          Hermana esta vez no me coges desprevenida - dijo salpicándome con el agua cuando me vio en el umbral de la puerta.

-          Serás estúpida hermanita crees que te voy a hacer dos veces lo mismo,

-          Por si las moscas - dijo poniendo en dirección hacia mí el mango ducha para que no me acercará.

-          Anda déjame que necesito ducharme también - dije mientras me acercaba y me mojaba con aquella agua caliente. Cuando entre al plato ducha ella se aparto sin dejar de mirarme.

-          Qué boba eres - dije riendo -, además tengo que asegurarme que estés bien limpita, hoy es un día importante, hoy viene mi novio para darte unas clases prácticas.

-          ¿Hoy?, ¿tan pronto? - preguntó muy nerviosa.

-          A ver... - dije mientras echaba el gel en mis manos.

Cogí la mano que sujetaba el mango de ducha y lo puse mirando a nuestros pies, luego empecé a enjabonar sus hombros, le di un pequeño masaje mientras lo hacía, luego fui bajando hacia sus pechos, los amasé y apreté suavemente durante un rato, noté como se endurecían con mis caricias, después baje lentamente por su vientre hasta llegar a su rajita antes de tocarla volvía a echar gel en mis manos, me agache, cogí el mando ducha y lo sujete entre mis piernas, haciendo que el agua caliente estimulara mi clítoris, y fui pasando mi mano por cada uno de los pliegues de su rajita, estaba húmeda y no por el agua de la ducha, empezó a gemir dulcemente, bien la necesitaba calentita, baje mis manos por rodeando toda su pierna y luego subí por la otra, le dí la vuelta, con mano enjabone su culito mientras con la otra volví a su rajita, Dios que durito tenía ese trasero, sus gemidos aumentaron poco a poco de intensidad, cuando me encontraba enjabonando su agujerito aproveche para meter el empiece de mi dedo índice, ella gritó tanto de placer como de dolor y arqueo su cuerpo hasta apoyarse en la pared, fui introduciendo poco a poco mi dedo en ese estrecho agujerito mientras frotaba con fuerza su clítoris con mi otra mano, sus gemidos aumentaban más y más de volumen, acallando mis pequeños gemidos de placer producidos por el placer que estaba recibiendo de aquella agua calentita, seguro que hasta el vecino y sus hijos estaban escuchando como disfrutaba, al final y con algo de esfuerzo conseguir meter mi dedito entero en ese estrecho agujerito, Dios como iba a disfrutar mi novio, me debería una y muy grande, lo moví poco a poco, la mano que masajeaba su clítoris y rozaba su rajita estaba completaba llena de sus juguitos, sabía que estaba a punto de correrse.

Paré de repente, la quería caliente, no saciada, saqué mi dedo de su culito, y deje de estimular su clítoris, lamentándolo mucho cogí el mango ducha y dejar de recibir aquella maravillosa agua, sino volvería a correrme. Me levante, moje todo mi cuerpo, volví a coger el gel, y empecé a enjabonar mi cuerpo.

-          Por favor termina - me dijo al volver su cara y verme enjabonarme, su cara mostraba claramente su estado de excitación e imploraba.

-          No, esto es por lo de ayer, ¿a que molesta quedarse calentita?

Llevo su mano hasta su rajita, enterró dos dedos en un rápido movimiento y empezó a masturbarse, no iba a permitir que acabará, cogí el mando del monobloc y lo puse máximo hacia el lado izquierdo y dirigí el chorro de agua hacia su mano y su rajita, rápidamente sacó los dedos de su rajita y me miró enfurecida.

-          ¡Cabrona! - me grito mientras salía corriendo de la ducha.

Se tumbo en el suelo mojado del baño a dos metros de mí y volvió a masturbarse, pero esta vez lo hizo más rápidamente, volví a dirigir el chorro hacia ella pero parecía no causarle ningún efecto, o el agua se enfriaba por el aire o ya lo le importaba que le quemara.

Al ver que no causaba efecto en ella, la deje hacer, ya la castigaría más tarde. Me seguí duchando con la puerta de la mampara abierta, total ya estaba el suelo mojado, aprovecharía mientras me duchaba para mirarla masturbarse, estaba tan preciosa en ese estado de excitación, tenía unas ganas locas de ponerme junto a ella y hacer lo mismo, pero no podía, todavía sentía como me palpitaba mi rajita debido a los inmensos orgasmos que había tenido hacia escasos minutos, no podría tocarse en al menos una hora, total estaba seguro que llegaría al orgasmo solo mirándola, escuchando sus dulces gemidos y con el estimulo del agua caliente recorriendo mi cuerpo, claro si duraba el tiempo suficiente.

Pero no duró, en escasos tres minutos se había corrido, tuvo una corrida espectacular, el grito de placer que dio al notar el orgasmo no solo lo tuvo que oír la casa del vecino sino todo el barrio entero, su cuerpo se convulsionaba mientras seguía masturbándose y de su rajita brotaba incesablemente su deliciosa esencia que se mezclaba con el agua del suelo desperdiciándose totalmente, totalmente espectacular, estuve a punto de correrme solo viéndolo.

Mientras se recuperaba me seque el cuerpo, de vez en cuando pasaba mi pie por su caliente y palpitante rajita haciendo que se estremeciera y volviera a gemir.

Vamos hermanita, sécate y ven a mi habitación, hoy te tienes que vestir guapa - dije tirándole la toalla encima una vez hube terminado de secarme y salía del baño - ,y anda recoge el agua, que mira cómo has puesto todo - le ordené mientras cruzaba el dintel de la puerta.

Salí del baño y me dirigí a mi habitación y abrí las puertas del armario de mi ropa de par en par, haber necesito algo provocativo, con su ropa habitual no excitaría ni a un ex-reo encarcelado por varios años, haber..., haber. Descorrí cada una de las perchas para ver bien todos mis vestidos, de pronto vi algo que me encandilo, no puede ser, había olvidado que la guardaba, sacó la percha para verla de nuevo, cuantos recuerdos le traía esa faldita tableada del colegio, en su momento le llegaba cerca de las rodillas, pero a ella le ocultará poco más que su culito, esto cae seguro, la coloco sobre la cama, ojala le estuviera bien, y con esto lo mejor que va es..., corrió hacia la otra puerta y sacó una camisa blanca y la puso encima de la faldita, perfecto, ahora solo falta el último detalle, fue hasta el cajonero cerca de la ventana y abrió el segundo cajón, urge en su interior hasta sacar una corbata del casi mismo color verde que la faldita, la miró bien, ¿cuántas veces le había vendado los ojos con aquella corbata mientras lo hacían?, uff ni me acuerdo, es la única que utilizaban porque era la única de seda que tenía su novio y las demás le molestaban cuando la llevaba varios minutos vendada, seguro que se le empina con solo vérsela puesta, la coloco encima de la camisa y se alejo un poco, ahora sí que está perfecto.

-          ¿No querrás que me ponga eso? - preguntó mi hermanita desde la puerta.

-          Pues sí, esa era mi idea.

-          ¿Estás loca?, con esa faldita se me verán las braguitas.

-          Y quién te ha dicho que llevarás braguitas.

-          ¿Cómo?, ¿quieres que tu novio me vea el coñito? - si supiera que no solo se lo había visto sino que además se lo había tocado.

-          Perdona..., quieres que te desvirgue, y quieres que lo haga sin verte el coñito, despierta hermanita. Además ayer te vio el repartidor...

-          Si pero él no me conoce, no volveré a verle.

-           Si quieres que sigamos ya sabes lo que tienes que hacer, además recuerda que prometiste hacer todo lo que yo te pidiera.

-           Joder hermanita.

-          Ve voy a tomar un café mientras te decides hermanita.

Salí de la habitación dejándola sola, la verdad que no tenía ganas de tomar nada pero sabía que si me iba y la dejaba sola lo pensaría y acabaría vistiéndose, estaba segura.

Cuando llegue a la cocina fui directamente a la cafetera, por Dios otra vez vacía, ¿es que solo hago café yo?, llene la cafetera de agua y café molido, la puse al fuego y espere, antes de que empezara a timbrar la cafetera mi hermanita apareció en la puerta.

-          ¿De verdad que quieres que me presente así hermana?

-          Estas simplemente perfecta.

La miré de arriba a abajo, la camisa le estaba algo estrecha y no le llegaba a cerrar los dos primeros botones por lo que mostraba más de la mitad de sus pechos, y la faldita tal como pensaba le llegaba a tapar su culito y poco más, por Dios con lo que le gustan las colegialas a mi novio se iba a correr solo con verla, solo le faltan unas coletas y habría estado perfecta, lástima que no de tiempo, ¿tiempo?, es verdad ¿cuánto tiempo falta?, miré el reloj y vi que solo quedaban cinco minutos para que llegara mi novio, por Dios ¿cómo se nos había hecho tan tarde?

-          ¿De verdad?, ¿tengo que vestirme con esto tan corto? - me preguntó estirando la faldita para verla, pude comprobar que se había puesto braguitas, y ni siquiera eran nada sexys.

-          Anda hermanita quítate esas braguitas, lo único que vas a conseguir es ensuciarlas en el momento que te excites, tu coñito lo va a ver tarde o temprano, joder te vas a dejar penetrar pero te da vergüenza que te lo vea.

-          ¿Y no puede hacerlo retirándolas un poquito? - preguntó avergonzada.

-          Si quieres le vendo los ojos.

-          ¿De verdad?, eso sería perfecto.

-          Que boba eres hermanita, te está haciendo un favor, deja que al menos disfrute viendo tu cuerpo.

-          Joo... va a disfrutar de mi cuerpo, ¿por qué tiene que verlo también?

-          Esas son mis normas, si quieres que te enseñe y que lo haga mi novio tienes que acatarlas, sino ve pensando en buscarte otro novio, porque no lo vas a poder satisfacer el sábado.

-          Joder hermana - dijo quitándose las braguitas frente a mí y tirándomelas a la cara -, ¿estas satisfecha?

De repente y casi como si se hubieran puesto de acuerdo la cafetera y el timbre de la puerta reclamaron mi atención al mismo tiempo. Cerré el fuego de la cafetera y fui directa hacia la puerta.

-          Vete a mi habitación y guarda esto - le dije a mi hermanita al pasar a tu lado.

-          Si - dijo sujetando las braguitas pero sin moverse.

-          ¡Vamos! - le ordené dándole una palmada en su culito.

Abrí la puerta y vi a mi novio sonriente, era ostensible tanto si felicidad en la cara como en el pantalón que marcaba todo su miembro erecto.

-          Cada vez me gusta más venir a verte preciosa - me dijo tras mirarme de arriba a abajo, darme un beso apasionado y sonreírme.

-          Si, si, pero esto no está así por mí - dije recorriendo su miembro con mi mano por encima del pantalón.

-          Claro que sí...

-          No me mientas, ya estaba así antes de verme, ¿dime desde cuando esta así?, ¿qué has estado excitado todo el camino?

-          No, todo el camino no, llevo empalmado toda la mañana.

-          Mmm, entonces te dolerá un poquito - dije mientras seguía acariciando su miembro.

-          Sí que me duelen, se buena chica y dime donde esta, vamos a empezar para que dejen de dolerme.

-          Tranquilo pronto no tendrás ese pequeño dolor - dije mientras metía mi mano por su pantalón y bajaba mi mano recorriendo todo su miembro apretando fuerte sus huevos al terminar la frase.

-          ¡Joder! - exclamó mientras arqueaba su cuerpo hacia ella.

-          Eso por excitarte con pensar en tirarte a mi hermanita y no hacerme ni puto caso estando desnuda frente a ti. ¡Joder ni siquiera me has tocado!

-          Joder tía no te pongas celosa, Dios que dolor - susurró jadeante mientras se apoyaba en el sillón.

-          ¡Tíos no aguantáis nada!, me voy a por un café cuando te recuperes ven a la cocina.

Quizás me he pasado un poco..., que se aguante, por lo menos había podido disimular un poquito y tocarme, joder nada más que piensa en tirarse a mi hermanita y a mí que me zurzan, pues ya ha aprendido la lección.

Nada más Llegar a la cocina, cogí una taza y la llene con el café recién hecho, no tenía ganas, pero lo necesitaba, tenía la boca seca, a ver el humo que desprendía no me atreví ni siquiera a probarlo, mientras deslizaba el café entre mis manos intentando enfriarlo un poco y no quemarme las preguntas se arremolinaban en mi mente, ¿abre hecho bien?, ¿quizás nunca debí proponérselo?, ¿y si le gusta después mi hermanita más que yo?, joder porque tengo que ser tan impulsiva, ya no hay vuelta atrás, ya tienes que hacerlo.

-          Joder tía te has pasado, no sé si podré empalmarme después de esto - dijo mi novio todavía un poco jadeante apoyado en el dintel de la puerta.

-          Si no te empalmas en cinco minutos ya buscaremos a otro que desvirgue a mi hermanita, no creo que me cueste mucho - quizás con un poco de suerte logre que no sea él.

-          Joder tía no puedes hacerme eso

-          Puedo y lo haré, recuerda prometiste cumplir mis condiciones, pues esa es la primera. Pero no voy a ser mala, te llevaré junto a ella - no sé porque le he ofrecido eso, joder seguro que no hubiera podido empalmarse, ¿tanto me gusta exhibir a mi hermanita?

Con mi taza en la mano salí de la cocina y fui hacia mi habitación, oía los pasos de mi novio tras de mí. Mi hermanita estaba sentada en mi cama mirando al suelo, parecía casi como una chica que esperaba para ser violada, por Dios tan mal se siente.

-          ¡Quédate aquí! - le ordene a mi chico cerca de la puerta y entré a la habitación, no oía pasos, me había obedecido, me está gustando esto de dar órdenes, hasta ahora el siempre había llevado la voz cantante en la relación pero intentaría cambiarlo a partir de ahora.

-          Hermanita si no quieres no seguimos con esto, seguro que tu chico le gustara desvirgarte, créeme a todos los chicos le gusta - le susurré al verla tan abatida, me daba tanta pena, casi parecía estar a punto de echar a llorar.

-          No..., no..., empecemos - respondió casi un minuto después mientras se levantaba.

-          ¿Estás segura? - le pregunté mirándole a los ojos y sujetándole de los hombros.

  • Si hermana lo estoy - dijo mostrándome su encantadora sonrisa.

-          ¡Pasa! - grité a mi chico.

Pasó con un gesto todavía dolorido en su cara, su paso no era el mismo de siempre, no era firme, ¿no me habré pasado un poquito con la agarrón?, baje la cabeza y sonreí, no quería que me viera riéndome, mi hermana nada más pasar fue hacia él y le dio dos besos, era la primera vez que lo hacía en los casi seis meses que lo conocía, bueno era normal eso era lo más inocente que haría hoy con él, luego volvió junto a mí, mi chico no perdió oportunidad y se quedó mirando el balanceo de la faldita de mi hermanita, seguro que ya había notado que no llevaba braguitas.

Me senté en la cama y palmeando en mi lado derecho indique a mi novio que se sentará al lado mío, deje el café en la mesita de noche mientras lo hacía.

-          Todos sabemos por lo que estamos aquí, las normas las dicto yo, los dos haréis lo que yo os ordene, yo os diré que tocar y como, a la primera que alguien no las cumpla se acaba todo ¿está claro? - dije mirando a mi novio seriamente.

-           Si - contestaron casi al unisonó, no esperaba la respuesta de mi hermanita, pero no me desagrado su sumisión.

Lleve mis manos al pantalón de mi novio, le abrí el botón, le baje la cremallera y le saque su miembro con cuidado, ya le había hecho suficiente daño por hoy.

-          Hermanita esto es miembro masculino en reposo, es su forma normal - ella me miraba ensimismada -, solo había visto el miembro del repartidor y este se encontraba excitado -, ves es blando - dije mientras doblaba un poco el miembro - , ven tócala.

-          Bien.

Ella se acercó e inclinó su cuerpo hacia adelante, se apoyo con una mano en la cama y con la otra mano toco el miembro con un dedo. Mi novio no separaba la vista del espectacular escote de mi hermanita.

-           Joder hermanita que no muerde tócala bien - le dije mientras cogía su mano con la mía y la ponía encima del miembro.

-           Vale.

Cuando le solté la mano ella siguió agarrándola, miro por todos los lados, abrió el agujero del glande con dos dedos, después sopeso los huevos, para finalmente doblarla hacia todos los lados.

No sé si era por la visión de los pechos de mi hermanita o por el intenso toqueteo pero el miembro de mi novio había crecido, no mucho, quizás menos de un centímetro, quizás mi hermanita ni siquiera se había dado cuenta pero había crecido.

-          Ya vale - dije en voz alta, si seguía así seguramente se le pondría morcilona y tendría que dejarla que la penetrará. ¿Pero porque le costaba ahora tanto?, había sido idea mía, ¿por qué había cambiado de opinión?

-           Si - respondió mi hermana y lo soltó como si le quemara.

-           Ahora vas a excitarlo hermanita.

-           ¿Yo?, y ¿cómo voy a hacerlo?, yo no...

-           Tranquila hermanita solo tienes que bailar - dije mientras cogía el mando de la minicadena y le daba al play, busque una cadena de música dance y subí el volumen -, vamos hermanita demuéstranos como bailas.

Empezó a bailar lentamente mientras nos miraba alternativamente, a mi novio a su miembro y a mi fugazmente antes de bajar la mirada, ¿pero que le pasaba?, apenas movía los brazos y su faldita no revoloteaba, ¿esto es lo que sabes hacer hermanita?, así es normal que no le haya salido un novio antes.

-          ¡Joder hermanita!, ¡muévete!, pareces un perezoso bailando, como sigas así vamos a estar hasta mañana para que lo excites, ¿voy a tener que enseñarte también a bailar hermanita. Joder cierra los ojos y piensa que estas en la disco o en el pub con tus amigas.

-           Si - dijo mirándome fijamente a los ojos.

En la radio empezó una nueva canción, respiro profundamente y cerró los ojos, poco a poco sus movimientos tomaron un nuevo cariz, eran lentos pero sensuales y coordinados, ahora si bailaba. En la segunda canción pareció tomar más confianza, sus movimientos adquirieron más velocidad, más sexualidad, el movimiento de la faldita dejaba entrever su rajita, su culito e incluso s precioso vello rubio.

De repente casi inconscientemente se abrió un botón de la camisa, sus pechos empezaron a moverse también y a querer salir de aquel pedazo de tela, sus pezones se marcaban claramente en la blusa.

Miré a mi novio, no me prestaba atención, su mirada estaba fija en mi hermanita y en provocador baile, su miembro había crecido, ya estaba morcillona, joder se había excitado, como no excitarse si hasta me estaba excitando yo. De pronto vi como la mano de mi novio se puso sobre su miembro, la palmee, me miró y le sonreí mientras negaba con la cabeza.

Ya había perdido, iba a penetrar a mi hermanita, voy a disfrutarlo antes que ella. Me tumbe en la cama y cogí su miembro con la mano, empecé a chupar el glande mientras miraba como bailaba mi hermanita, cuando la note que empezaba a crecer nuevamente la metí en mi boca, me gustaba sentirla crecer en mi boca, ahora ya no chupaba su glande, quería reservarme su  líquido preseminal,  chupaba el largo de su miembro, cuando note que ya no crecería más, había llegado a su máximo, justo casi llegando a mi campanilla, me lo saque de mi boca y miré a mi novio, no me prestaba atención su mirada seguía fija en aquella ninfa bailarina, miré su glande hay estaba mi premio, de una lamina obtuve todo su líquido preseminal, mi novio gimió, me puse delante de su cara y le hice un gesto poniendo mi dedo índice sobre mis labios sonrientes para que callara, luego lo bese mientras lo masturbaba, cuando terminé de besarlo le mordí el labio y le chupe la oreja, note como su miembro empezaba a palpitar, estaba a punto de correrse.

-          Ni se te ocurra gemir – le susurré, el asintió con la cabeza mientras miraba los movimientos de mi hermanita.

Corriendo fui a la mesilla y cogí mi café, apunte el miembro sobre la taza y lo masturbe más rápidamente, en pocos segundos un chorro de su semen cayó sobre el café, luego tres chorros más completaron su corrida, dejo de mirar a mi hermanita y me miraba sorprendido, giré la cucharilla para mezclarlo bien y luego le di un pequeño trago.

-          Le faltaba un poco le leche, ahora sí que está realmente bueno.  ¿Quieres?  -  le dije mientras sonreía y el negaba con la cabeza.

Volví a dejar la taza sobre la mesita de noche y ataque de nuevo el glande de mi novio, chupe todos los restos de semen y seguí chupando, quería que no dejará de estar empalmado y sabía cómo hacerlo, antes de que llegara a estar semiflacido metí todo el miembro de mi novio en mi boca, cerré los labios aprisionándola, quería que sintiera como si estará en mi rajita, moví rápido mi cabeza, tan rápido como podía, al poco tiempo volví a notar lo que tanto me gustaba, lo note creciendo dentro de mi boquita, seguí hasta que estaba totalmente excitada de nuevo y me la saque de la boca, cogí el final de la camisa de mi chico y seque de mis saliva su miembro, no quería que mi hermanita supiera que me la había comido antes que ella, era su día y quería que fuera especial.

-           Ya puedes parar hermanita - dije una vez adopte la misma posición que tenía antes de que ella cerrará los ojos, no pareció oírme.

-          ¡Hermanita! - grite tras apagar la radio.

Ella paró de golpe y abrió los ojos, parecía que acababa de salir de un sueño o de una sesión hipnótica, tras varios segundos en Babia nos miro y luego fijo su vista en el miembro de mi novio y sonrió, su cara reflejaba lo satisfecha que se sentía.

-          Estarás exhausta si quieres puedes tomarte lo que me queda de café - mi novio me miró con la cara llena de lujuria

-          Uff, gracias.

Cogió la taza y tomó un gran sorbo, se quedó pensativa, ¿se habrá dado cuenta del nuevo ingrediente?, tras varios segundos de cavilación volvió a tomar otro gran sorbo dejando la taza vacía. Mi novio la miraba alucinado ojiplatico, su miembro palpitaba, estaba excitado al máximo.

-           Esta riquísimo, ¿has cambiado la marca de leche o el café? - dijo pasando la lengua por sus labios para tomar el resto que quedaba en ellos.

-          Es otra marca de leche - respondí casi riéndome.

-          Pues ahí que comprar esta, Dios..

-          Es un poco cara pero la comprare alguna otra vez.

Mi novio nos miraba a las dos con la boca abierta, ¿acaso no sabía lo putita que podía llegar a ser?, ¿o no se imaginaba que pudiera hacerle eso a su hermanita?, si supiera todo lo que habían hecho últimamente la erección no la perdía en una semana.

-          Ves ya lo tiene totalmente erecto, tócalo y mira la diferencia.

Ella se acercó con paso decidido y cogió con firmeza el miembro de mi novio, sus dedos rodearon todo su grosor, intento doblarlo como lo hizo hace escasos minutos sin poder conseguir más movimiento que de arriba a abajo y muy poco hacia los lados.

-          No lo fuerces o le harás daño - dije mientras golpeaba la mano de mi hermanita.

-           Ah..., vale.

-           Agárralo bien - dije mientras ponía toda su mano agarrando el miembro desde la base -, ahora mueve la mano arriba y abajo, así es como se masturba a un chico - le explique mientras hacia el movimiento con su mano-,  así ve lento, hasta arriba que la piel cubra un poquito el glande.

-           Ahora puedes gemir todo lo que quieras - susurré a mi novio que comenzó a hacerlo casi al instante.

Me levante de la cama y le quité las zapatillas y los calcetines a mi novio y los coloque bajo la cama, tiré de su pantalón y calzoncillos para sacarlo a la vez, tenía los calzoncillos manchados de líquido preseminal, ¿tan excitado había estado solo pensando esto?, coloque los pantalones en una silla, la ropa interior la puse encima de la mesilla, ¿quizás se lo de como regalo?, sino podría quedármelo yo como recuerdo. Me subí a cuatro patas a la cama y desabroche poco a poco la camisa de mi novio mientras miraba el escote de mi hermanita, desde esa posición podía ver como se mecían bajo la blusa al ritmo de su mano, Mmm... como me estaba calentando, decidí levantarme y colocar la camisa junto al pantalón antes de que fuera demasiado tarde y me tuviera que masturbar yo también.

Volví a la cama junto a mi novio, mi hermanita seguía masturbándolo tal y como le había enseñado, mi novio estaba con los ojos cerrados y no paraba de gemir, cada vez que mi hermanita llevaba su mano hacia arriba de su miembro soltaba un gemido.

-          Para un momento hermanita - ella lo dejo al instante sin quitar la mano del miembro y él me miró con cara de circunstancias - mira hermanita, el glande esta seco, así le harás daño - dije mientras llevaba un dedo de su otra mano al glande y  lo hacía pasar por todo él, mi novio soltó un largo gemido.

-           Es verdad, ¿le hecho crema hidratante?

-           Podrías, pero bastara con escupirle...

-           Escupirle, aghh.

-           Bueno también puedes chupárselo.

Me miró como si estuviera loca por unos segundos, después sin cortarse un pelo llevo su cabeza junto al miembro de mi novio y sacó la lengua, la paso por todo el glande lentamente sin dejar un recoveco sin lamer. Era tan excitante ver como lo lamía, Dios mío si lo era, mi rajita empezó a humedecerse de nuevo.

-           ¿Así está bien hermana? - preguntó cuando creyó que había terminado.

-          Casi hermanita, chupa también la piel de abajo de glande, también fricciona y tiene que estar bien húmeda - no había terminado de hablar cuando ella ya estaba chupándola.

Después de dar dos vueltas a todo el miembro de mi novio se metió primero el glande y después la mitad del miembro de mi novio en su boquita, mi novio se echo hacia atrás y no paraba de gemir, tanto la visión de mi hermanita chupándoselo, como los gemidos de mi novio me estaban volviendo loca, no pude resistir más, tenía que tocarme, metí dos deditos en mi húmeda rajita y empecé a masturbarme lentamente sin dejarlos de mirar.

Cuando vi como mi hermanita sacaba de su boquita el miembro de mi novio sintiéndolo mucho deje de masturbarme, no quería que pensará que lo hacía para satisfacer una fantasía mía, no que locura, como iba a fantasear con que otra mujer disfrutara de mi novio, ¿qué mujer tendría una fantasía así?, y mucho menos con mi hermanita virgencita, no, pero la verdad es que la estaba calentando mucho toda esta situación, quizás no esté tan locas esas mujeres.

-           ¿Y ahora hermanita?

-          Perfecto hermanita, sigue moviendo la mano y ponte de rodillas junto a la cama, con su miembro encima de tu cabeza y mírale a los ojos, a los hombres les excita de sobremanera vernos así.

Mi novio se puso al borde de la cama y abrió las piernas, mi hermanita sin soltar el miembro en un solo momento adopto la posición que había descrito, y empezó a masturbarlo tan lentamente como antes.

-          Acelera poco a poco el movimiento de la mano hermanita.

-           Si.

El movimiento de la mano se duplico en apenas un minuto, se duplico como la intensidad y cantidad de gemidos de mi novio, la mirada de mi novio no saltaban del escote a su cara mirándolo. De repente la punta del miembro me pareció brillar.

-          Mira hermanita el líquido preseminal, es lo más rico de la corrida, tómalo.

Sin dejar de masturbarlo, ni de mirarlo, lo tomó con lo lengua, una sonrisa apareció en su cara nada más probarlo, que pronto se convirtió en desilusión cuando al dar una segunda lamida no encontró nada, pareció molestarle pues doblo la velocidad de la masturbación.

-           ¡Para! - ordené cuando oí los gemidos típicos de mi novio antes de eyacular.

-           ¡Para! - volví a decir y golpee su mano con fuerza al hacer caso omiso a mi primera orden.

-           Joder hermanita - respondió mi hermanita mirándome soltando el miembro de mi novio y tocándose la zona que había golpeado con la otra mano.

-           Míralo - dije señalando al miembro, ¿ves como palpita? - mi hermana me miró extrañada.

-          Si..., es verdad - respondió tras mirarlo.

-          Está a punto de eyacular, déjame sitio - dije mientras me ponía de rodillas junto a mi hermanita.

-          Venga termina tu el trabajo - dije mirando a mi novio, que procedió a levantarse de la cama y a masturbarse fuertemente delante de nuestras caritas mientras nos miraba alternativamente.

-           Abre la boca y cierra los ojos hermanita en cuando lo veas salir, si te cae en los ojos lo vas a lamentar.

En medio minuto y tras un profundo gemido el primer chorro de semen salió disparado hacia la frente de mi hermanita, el segundo sobre mi mejilla y parte en mi boca, el tercero lo dirigió por entero directamente en mi boquita poniendo su miembro sobre mi labio y sujetándome por la nuca para que no me moviera, el cuarto y último lo obtuvo la boquita de mi hermanita por el mismo procedimiento, finalmente limpio los restos de semen de su miembro pasándolo por nuestras mejillas, después se volvió a sentar en la cama mirando nuestras caritas orgulloso, como si acabara de hacer una obra de arte.

¿Mi hermanita no había tosido?, ¿el esperma habrá rozando su campanilla?, recordó como le había pasado a ella la primera vez que lo hizo, cuando aquel profesor le obsequió solo con un cinco cuando le hice mi primera mamada, y todo porque tosí y parte de su esperma cayó al suelo, bueno ya había pasado mucho tiempo de eso, seguro que ahora sacaba sobresaliente como poco, sino era matrícula de honor.

Mire a mi hermanita con su cara surcada por aquel trazo espeso y blanquecino de semen, mientras pasaba la lengua por sus labios para recoger los restos de semen y no pude evitar reírme, mi inocente y mojigata de mi hermanita portándose como una putita cualquiera.

Al oírme ella me miro se río también, mi novio nos miraba como alelado mientras nos reíamos. Cuando se me paso la risa cogí la cabeza de mi hermana con mis manos y con mi lengua fui tomando toda la leche de la frente de mi hermanita, después di otra lamida por si había quedado algo, estaba riquísimo, quizás algo más rico que otros días, quizás es que se había excitado mucho, o quizás que lo tomaba desde la carita de mi hermanita.

Cuando hube terminado liberé la carita de mi hermanita de mis manos y me separé de ella, entonces vi el semen en su mejilla, pero cuando iba a tomarlo, ella se inclino sobre mí, puso sus manos sobre mis rodillas desnudas y tomo el semen de mi novio con su lengua, recorriendo mi mejilla acabando sobre mis labios, Dios que ganas tenía de sacar mi lengua y tocar la suya, pero antes de que pudiera decidirme estaba chupando mi otra mejilla, después se separo y se me quedó mirando con la lujuria en sus ojos.

Me incliné sobre ella adoptando su anterior posición sobre mí, ella giró su cabeza para darme acceso al semen de su mejilla, di tres lamidas para recogerlo, ¿por qué no habrá caído más cerca de su boquita?, y me volví a separar.

-          ¿Esta rico verdad? - pregunté a mi hermanita.

-           Rico es poco hermana.

-           Mira parece que ya está en forma de nuevo - le dije a mi hermanita tras mirar a mi novio y ver su cara anonadada y su miembro totalmente erecto, nunca se había recuperado tan rápido, parece que nuestro espectáculo lésbico le ha gustado bastante, si hubiera visto alguna de nuestras sesiones previas seguro que le explotaba.

-           ¿Y ahora...?

-           Ya sabes masturbar a un chico, ¿es fácil verdad?

-           Si.

-           Ahora toca aprender a hacer una mamada.

-           Bien.

Cogí el miembro con mi mano y lo dirigí a la cabeza de mi hermanita, acerque su cabeza con la otra mano.

-           Ahora chúpaselo como hiciste antes hermanita.

Mi hermanita saco su lengua y recorrió lentamente todo el glande con ella, al poco de empezar mi novio comenzó a gemir.

-           Muy bien hermanita, ahora mételo en la boca - dije mientras empujaba su cabeza hacia el miembro, hasta que el glande presionaba sus labios.

Un par de segundos después abrió la boca y entro en ella casi un tercio del miembro de mi novio, lo miré, estaba disfrutando de lo lindo, esto me lo tiene que pagar y bien, vaya que si le voy a hacérmelo pagar.

-           Mientras chupa hermanita puedes masturbarlo, eso los excita mucho más - dije mientras llevaba su mano al miembro de mi novio.

Ella al notarlo lo agarró, comencé a masturbarlo utilizando su mano, lentamente, tenía mucho que enseñarle a mi hermanita, hacer una buena mamada era complicado, pero después de haber eyaculado ya dos veces tardaría mucho más en correrse, tenía tiempo de sobra.

Solté su mano y ella siguió masturbándolo, muy bien hermanita, lleve mis manos a sus huevos y los estimule, sus gemidos subieron de volumen, toda aquella situación me estaba poniendo cardiaca, necesitaba hacer algo más que tocarle los huevos a mi novio.

-           Para hermanita - dije mientras retiraba hacia atrás su cabeza.

-           ¿lo estaba haciendo mal?

-           Que va hermanita, pero tienes que hacer muchas más cosas. Haz lo mismo que yo por tu lado.

Empecé a recorrer con mi lengua todo el miembro de mi novio desde su comienzo hasta el glande, en la segunda lamida mi hermanita me acompaño, me miraba mientras lo hacía para seguir mi ritmo, en la quinta lamida nuestras lenguas se juntaron al final, Dios como ansiaba meter jugar con esa lengua, al notarlo ella me miro me sonrió y volvió a chupar el miembro de mi novio.

Me paré y la miré, Dios como me calentaba verla chupar el miembro de mi novio, lleve mi mano hasta mi rajita, y empecé a masturbarme, lo hice lentamente para que mi hermanita no pudiera notarlo y seguí chupando su miembro.

-          Hermanita para – separé su cabeza del miembro. Ella me miró.

-          Ahora quiero te metas todo lo que te coja en la boca, así – metí todo el miembro en mi boca, al principio siempre me daban arcadas pero ya me había acostumbrado a tenerlo todo dentro.

-          ¡Por Dios, te coge entero! – exclamó asombrada.

-          A ver que te coge a ti, si sientes arcadas no te fuerces, metete menos.

-          Si.

Fue metiendo poco a poco el miembro de mi novio en su boquita, paro cuando llevaba dos tercios, miré a mi novio, joder como estaba disfrutando.

-          Ahora muévete de delante a tras, lentamente mientras juegas con tu lengua en el miembro, cuidado con los dientes utiliza los labios para abrazar su miembro no los dientes  – dije guando su cabeza en sus primeras chupadas.

-          Mírale a la cara hermanita, mira como disfruta – le dije cuando dominaba el movimiento de mi boca.

Aprovechando que no podría verme me puse frente a ella, sentada bajo mi novio, y volví a masturbarme, pero esta vez mucho más fuerte, no podría verme, note como los huevos de mi novio rozaban mi pelo, levante mi cabeza y metí uno en mi boca, jugué con mi lengua un ratito y después lo absorbí, mi novio gimió fuertemente, hice lo mismo en su otro huevo,  después la volví a mirar, dominaba el movimiento.

-          Hermanita si lo haces muy lento como ahora los chicos podrían marcarte el ritmo, marca más ritmo pero no te pases – dije palmeando la pierna de mi novio.

Mi novio no tardó ni diez segundos en cogerle la cara con sus dos manos y marcarle un ritmo muy superior, ella cerró los ojos, su cara mostraba que no lo estaba pasando bien, pero cuando iba a darle a mi novio en la pierna para que parara ella volvió a abrir los ojos y a mirarlo, bien hecho hermanita, separé las manos de mi novio y ella siguió con el ritmo que le había marcado, Dios que orgullosa estaba de ella.

Cerré los ojos y seguí masturbándome, escuchando los gemidos de mi novio, sus huevos rozando mi pelo y el sonido de las lamidas de mi hermanita. De pronto note como cambiaba sus gemidos, se iba a correr en poco, ¿ya llevaban tanto tiempo?

-          Hermanita se va a correr – susurré a su oído, ella sacó el miembro de su boca y me miró.

-          No hermanita esta va a ser tu primera corrida entera para ti, disfrútala.

-          Métetelo lo más profundo que puedas y juega con tu lengua.

Ella se metió  mucho más que antes y lo miró, yo acaricié su pelo con una mano y la otra la lleve a su sexo, estaba húmedo, le estaba excitando, no era tan mojigata después de todo, friccioné su clítoris fuerte, quería que se calentara, ella cerró los ojos  en el momento que mi novio empezó a temblar, mis dedos se humedecieron enteros, Dios  estaba a punto de correrse y solo con al sentir la corrida de mi novio, baje rápidamente, puse mi cabeza entre sus piernas y tome su esencia,  de pronto ella se separó del miembro de mi novio, arqueó su cuerpo apoyó sus manos en el suelo y gimió fuertemente al ritmo de mis lamidas, note como caía a mi frente pate del semen que había tomado de mi novio , no me importó, seguí comiendo su deliciosa rajita hasta que dejo de producir ese saladito manjar.

Me retiré de entre sus piernas y miré a mi novio, me miraba con ojos lujuriosos mientras tocaba su miembro semierecto,  por Dios hoy no se le baja la erección, tome con dos dedos el semen de mi frente y lo metí en mi boca mirándole fijamente, el me sonreía, mientras mi hermanita se recuperaba de su corrida.

-          Lo has hecho muy bien hermanita, ahora toca aprender a hacer una buena cubana

Me puse fuente a ella y mientras desabrochaba su blusa miraba a mi novio, no se perdía ni un solo centímetro que descubría de ella, de pronto cuando estaba a punto de desprender el último botón una música empezó a sonar, cayó del pantalón de mi novio su móvil y se lo aproxime a su mano.

-          Mierda una urgencia, ¡ahora no!, llamaré para que vaya otro.

-          Ni se te ocurra – dije mientras volvía a cerrar los botones de la camisa de mi hermanita.

-          Joder tía no me vaciles.

-          O vas o no la penetrarás jamás. Además tienes que recargar un poco.

-          ¡Joder! – gritó mientras se levantaba y me miraba furioso.

-          ¿Y mis calzoncillos? – pregunto mientras miraba por todo el suelo

-          Ve así creo que no se te bajara en esta urgencia.

Mi hermana comenzó a reír y mi novio la miro enrabietado mientras se abrochaba la camisa.

-          Hermanita démosle un beso de despedida

Me puse a cuatro patas y fui lentamente ronroneando hasta él, mi hermanita me seguía imitándome, al llegar junto a él le cogí su miembro y se lo bese, después me aparte y mi hermana hizo lo mismo.

-          Hermanita dejémosle vestirse.

Volví a cuatro patas hacia la cama, mi hermanita me seguía, me pare unos segundos y mi hermanita, me supero

-          Vuelve pronto, esto te está esperando – dije mientras levantaba la faldita de mi hermanita dejando al descubierto su rajita y su culito, ella se sentó rápidamente sobre sus pies para ocultarlo echándome una mirada avergonzada.

-          Volveré muy pronto, os lo prometo zorritas – dijo por fin con una sonrisa.

Cuando termino de vestirse nos hecho una última mirada y se fue sonriendo mientras silbaba la canción de pretty woman .

Nada más oír la puerta cerrarse de la calle me tumbe sobre la cama mientras mi hermanita se levanto, le cogí de la mano.

-          ¿Dónde vas?

-          Voy a ducharme hermana estoy muy sudada.

-          De aquí no te vas hasta que yo no me corra, habéis disfrutado los dos hazme disfrutar a mi también.

-          Hermana tengo la boca…

-          Hazlo ya no tendrás que utilizarla más hoy.

-          Bueno…, vale – dijo tras pensarlo unos segundos -, pero solo por el favor que me estas haciendo.

Se volvió a poner de rodillas y me bajo las piernas de la cama, las abrió y me dio un lametón, por Dios que caliente estaba, nada más notar su lengua volvió a humedecerse, ella dejo mi rajita y fue directa hacia mi clítoris, con sus manos agarraba mis pechos y tiraba de mis pezones, con lo caliente que estaba y como estaba jugando conmigo me correré enseguida, cerré los ojos y disfrute, en un par de minutos note como me iba a venir, ella también lo noto y cambió su boca por sus dedos en mi clítoris y fricciono muy fuerte, su boca tomaba todos mis fluidos nada más salir, estaba como una perra en celo, Dios me corrí  una vez, dos, tres, cuatro, y después caí en un profundo sueño.

FIN DEL CAPITULO 3.

Espero que os haya gustado, si quereis contactar conmigo con vuestra opinión o como quereis que continue, o con lo que sea mi correro es: Jayro@hotmail.es