Mi hermanita la mojigata (2): Juegos.

Sigo jugando y preparando a mi hermanita para el plato fuerte.

Me desperté al notar una mano en mi pecho, al ver las uñas pintadas del rosa mi hermanita recordé todo lo que había pasado esa mañana y sonreí.

Mis pechos estaban excitados y mi rajita húmeda, ¿que habría soñado?, cogí el brazo de mi hermanita y gire para verla, al girar ella se volvió y quedo boca arriba, es tan preciosa, quite su pelo de la cara, Dios como la calentaba, ahora comprendía a su novio, lleve la mano de mi brazo apoyado en la cama hasta mi rajita y empecé a masturbarme, con un dedo de mi otra mano recorrí sus labios, baje por su barbilla, su cuello, por medio de sus pechos, dibuje su contorno y fui haciendo círculos, hasta llegar a su pezón, estaba durito, lo cogí con mis dedos, me gustaba su tacto, lo friccione, ella gimió y abrió un poco sus piernas, su gemido me excito, mis dedos en aquella posición no eran suficiente, busque mi vibrador debajo de la almohada, lo puse en la segunda posición y me lo introduje, le hubiera gustado ponerlo en la tercera pero hacia demasiado ruido y temía despertarla, lleve mi dedo a su vello recién recortado, jugué con él, baje mis manos, tenía los labios un poco hinchados, no me extraña con todo lo que habían hecho esta mañana, los cogí entre mis dedos y los pase por todo su largo lentamente, nunca había imaginado que haría algo así, le encanta su color, su olor, su sabor, cole un dedos entre ellos, note que había empezado a humedecerse, el vibrador estaba haciendo muy bien su trabajo en poco tiempo iba a correrse de nuevo, fricciono el clítoris de su hermanita, ella volvió a gemir, apoye mi cabeza entre su pecho, y saque lentamente el vibrador notaba como recorría toda su húmeda vagina vibrando y estimulándola pro completo, cuando estaba casi fuera volví a introducírmelo, mi hermanita se agito, no quería despertarla, sabía que era casi imposible que lo hiciera, dado su sueño profundo, pero la dejaría tranquila, necesitaba descansar, me lo introduje por completo y me levante con cuidado pasando mis piernas por encima de su cuerpo, puse la silla del ordenador delante de la cama, se senté medio tumbada con mi rajita fuera de ella para no mancharla, ya recogería mi corrida del suelo si era necesario, eso no me importaba, y acelere mi masturbación hasta que logre terminar mientras miraba como dormía.

Estaba muy sudada me daría una ducha, pero antes tenía que recoger la corrida del suelo, no era mucho, solo dos gotas habían dejado mi cuerpo, las demás se deslizaban lentamente por mis muslos, recogí todo lo que pude con mis dedos antes de ir al cuarto de baño. De repente oí las llaves en la puerta, mierda mi novio, me había olvidado totalmente de él, corrí directamente hacia la puerta.

-          ¡Preciosa que recibimiento! - dijo nada más abrir la puerta y verme desnuda esperándole.

Me agarro de la cintura y me besó apasionadamente, mientras lo hacía deslizo sus manos hacia mi culito  agarrándomelo con sus dos manos y me apretó contra su cuerpo, notaba como su miembro iba creciendo y endureciéndose en mi vientre.

-          Vamos a la habitación, no aguanto ni un minuto más sin metértela - me dijo mirándome a los ojos nada más separar sus labios de los míos.

-          Toma un regalo - le dije nada más separar sus labios dándole de mis dedos tomar mis juguitos.

-          Ummmm - dijo mientras relamía mis dedos.

-          Aún me queda otro regalo.

-          Calla y ven

-          Pero....

-          Shhhh - le dije mientras llevaba mi dedo índice a sus labios.

Le cogí del brazo y tire de él para que me siguiera, nada más darme la vuelta me dio un azote en mi culito, no fue doloroso pero si sonoro, me volví y lleve de nuevo mi dedo a mis labios.

Estaba nerviosa, no sé porque lo hacía, quizás estaba un poco loca hace poco se había puesto celosa porque la mirará y ahora lo guiaba para que la viera totalmente desnudita, o quizás lo amaba tanto y solo quería que él disfrutará tanto como lo había hecho yo. Le guié por el pasillo hasta mi habitación, mi hermanita estaba tal y como la había dejado, boca arriba con las piernas ligeramente abiertas, suficientemente para poder apreciar su rajita un poco enrojecida e hinchada y brillante por sus juguitos al completo

El se quedó inmóvil en el umbral de la puerta, mirando el cuerpo desnudo de mi hermanita, tiré de su mano sin lograrlo moverlo, me miro fijamente a los ojos,  le sonreí y tire un poco de su mano, esta vez sí se movió, lo lleve junto a mi cama a los pies de mi hermanita

Acercó sus dedos a la pierna de mi hermanita, me miró, acepte con la cabeza y posó dos dedos sobre su piel, la recorrió lentamente hasta llegar a su entrepierna, entonces ella se agito, al notarlo retiro su mano rápidamente como impulsada por un resorte, y miró a la puerta.

Mire a mi hermanita seguía durmiendo, el no sabía que tenía el sueño muy profundo, no se despertaría por tan poco, cogí su mano mirándolo fijamente, él me devolvía la mirada, puse sus dedos en su rajita junto a juguitos, alargo sus dedos y cogiendo parte de ellos y se lo llevo a la boca.

Mientras los saboreaba llevo su otra mano al vientre de mi hermanita y lo recorrió lentamente, cuando llego a su pecho paro, llevo un dedo a su aureola e hizo un circulo, después hizo lo mismo con el otro, cogió un pezón con dos dedos y lo fricciono unos segundos.

Por último utilizando su pelo como puente llevo sus dedos a su cara, recorrió sus labios y acarició su mejilla dulcemente,  cuando terminó me aproxime a él y le quite el cinturón, abrí el botón de su pantalón, cayó al suelo, su miembro estaba a punto de reventar, me miró fijamente, con una mano cogí su miembro y empecé a masturbarlo la otra la lleve a su cara y giré su cabeza hacia el cuerpo de mi hermanita, después me agache y metí su miembro en mi boca.

Su miembro empezó a temblar en mi boca en menos de un minuto, sabía lo que quería decir eso, solo le pasaba cuando estaba muy excitado, no le había ocurrido desde el día que lo hicimos junto al lago mientras otra pareja lo hacía en la otra orilla, era el previó a una intensa corrida, metí su miembro hasta lo más profundo de mi boca, su glande choco con mi garganta justo en el momento de que empezó a eyacular, toda su leche paso directamente a mi garganta, fue una pena no poder saborearla pero quería que ese momento fuera muy especial para él, tanto como la megacorrida que había tenido hacía escasas horas junto a su hermanita en el aseo. Cuando dejo de eyacular fui sacándomela poco a poco  y limpiando los restos de semen.

Cuando terminé me levante, subí sus pantalones y volví a abrocharlo, su miembro flácido apareció por la cremallera, todavía temblaba, pronto estaría de nuevo en forma, limpie mis ojos de las lagrimas que se me habían saltado al meterme su miembro más profundo de lo que debía antes de mirarlo a los ojos, le sonreí, le cogí sus dos manos con las mías y lo guie hasta el salón.

-          ¿Te ha gustado mi regalo? – pregunté una vez que nos hubimos sentado en el sofá.

-          Gracias a sido maravilloso preciosa – me cogió de la cabeza con sus dos manos y me dio un apasionado beso.

Cogí su miembro ya erecto en mi mano y lo empecé a masturbar muy lentamente mientras me besaba.

-          Sé qué te gusta mucho mi hermanita.

-          Preciosa no me gust….

-          Calla, no quieras convencerme con tonterías, lo sé, no pasa nada, no me importa– de dije mientras miraba su miembro y recorría con un dedo el agujero de su glande- . Quiero pedirte un favor

-          Después de lo que has hecho hoy lo que quieras.

-          Quiero que la desvirgues.

-          ¡Qué! – grito.

-          Calla la vas a despertar. Eso sí, se lo harás muy dulcemente, nada de las burradas que me haces a mí, yo estaría presente en todo momento, harás todo lo que yo te pida y como te lo pida, sin preguntar, ni rechazar nada, ni aportar nada de tu cuenta, solo cumplirás mis órdenes al pie de la letra, ¿está claro? – dije con mi voz más seria mirándole fijamente a los ojos.

-          ¿Vas a dejar follarme a tu hermanita y encima vas a estar presente?, estoy soñando.

-          Jooo tío diciéndolo así….

-          No, no, lo haré, lo haremos como quieras.

-          Bien, entonces marcharte ya te diré cuando y donde lo haremos  - dije levantándome del sofá.

-          ¿Cómo?, ¿Preciosa no me iras a dejar así? – Preguntó levantándose y cogiéndome de la cintura.

-          Ya has tenido bastante por hoy – dije mientras se la metía en el pantalón y cerraba la cremallera – es un castigo, ahora sabes cómo me sentí esta mañana, te doy permiso para que te hagas un paja si quieres – dije riendo y llevándolo a la puerta.

-          No puedes dejarme así – dijo cuando llego a la puerta llevando sus manos a la cremallera.

-          Si esa cosa sale de tus pantalones, te dejaré que me poseas como quieras, pero cancelo ahora mismo lo que te he propuesto, tu decides – dije poniendo mi cara seria y mis manos en jarras.

-          Eres muy mala sabes – dijo mientras abría la puerta y salía.

-          Y tu un pervertido – lo besé y golpee con mi mano su miembro  - , no lo machaques mucho, lo necesitaré en plena forma pronto para mi hermanita – le dije antes de cerrar la puerta.

Me  recosté sobre la puerta ¿por qué lo he hecho?,  ella me pidió que le enseñara, si lo hizo, pero seguro que no quiere que sea con mi novio, cómo va a querer que sea con mi novio, ella tiene su chico, ¿Por qué se lo había pedido sin ni siquiera consultárselo?, quizás debí decírselo antes, quizás habría podido ayudarlos a los dos,  hubiera estado bien iniciar a un jovencito, ¿de verdad lo había hecho por mi hermana o es que yo quería ver como mi novio la desvirgaba?

De pronto apareció mi hermanita en la puerta del salón, estaba muy sonriente y con los ojos medios cerrados, nada más pasar el umbral bostezo y se estiro, era un gesto muy típico en ella, pero verlo hacerlo desnuda cambiaba era totalmente,  esa imagen me sacó de todos mis pensamientos, me miró y puso cara de preocupación.

-          ¿Qué te pasa hermana? – me pregunto mientras se acercaba.

-          Nada, nada

-          Te conozco hermana dímelo

-          No, nada

-          No te habrás arrepentido de lo de esta mañana.

-          No, claro que no estúpida – dije dándole con un dedo en su frente

-          Menos mal porque tienes que seguir enseñándome más cosas, Dios estoy mejor que en toda mi vida – me respondió sonriéndome.

-          Bueno…, es que…

-          ¿No quieres enseñarme más? ¿Por qué?,  se qué no coopere mucho esta mañana, pero te prometo que lo haré, pero sigue enseñándome. Ya se te daré todos mis juguitos, tú no tienes que darme los tuyos si no quieres, pero sigue porfa… - su voz mostraba verdadera  preocupación, casi desesperación.

-          Calla de una vez estúpida, claro que quiero enseñarte más, pero las próximas lecciones no podre hacerlo sola, necesitamos la ayuda de un chico, mejor dicho necesitamos su miembro, te tengo que enseñar a darle placer a un chico.

-          Ahhhh….  – quedó casi petrificada.

-          Podrías invitar alguna vez a tu chico, o  …

-          ¿Seguro que no puedes tu sola?, ¿con tu vibrador no podrías... – me interrumpió nerviosa.

-          Si quieres podemos empezar con el vibrador, incluso podemos comprar un consolador para ti, ¿pero quieres satisfacer a tu chico no?

-          Si – dijo tras pensárselo casi un minuto

-          Entonces debes saber cuándo debes acelerar tus movimientos, cuando parar, como tocarlo, como moverte para excitarlo más, aprender las señales para saber cuándo va a eyacular, con mi vibrador puedo enseñarte cómo hacerlo pero no lo harás bien si no lo haces con uno de verdad.

-          ¿Es totalmente necesario? – me preguntó mirándome a los ojos tras casi dos minutos pensándoselo mirando al suelo

-          Si hermanita.

-          ¿Llamaras a tu novio?

-          Noooo, él ya ha estado con otra chica antes, si sabe que no sé hacer nada me dejara, le he estado prometiendo que en su cumpleaños haríamos todo lo que quisiera, sería mi regalo, no puedo ir sin saber hacer nada, por favor hermana tienes que ayudarme, ¿podrías llamar a tu novio porfa?, ¿no te importa verdad?, ¿podrías convencerlo?... – estaba realmente desesperada.

-          Hermanita estate tranquila, creo que podre convencerlo, ¿pero harás todo lo que yo te diga?, no me dejarás mal ¿verdad?

-          Nooo, no lo prometo, prometo  hacer todo lo que me digas.

-          Bien, ¿Cuándo es el cumpleaños de tu novio?

-          El miércoles que viene.

-          Dios hermanita has tardado mucho en pedirme ayuda.

-          No podrás….

-          Tranquila hermanita tenemos tiempo más que suficiente. Ahora comamos algo tengo tanta hambre que te comería entera, y no de la forma de misma esta mañana – reí y ella me acompaño con su dulce risa.

-          Espera un momento hermanita, ¿por qué no pedimos una pizza?

-          ¿Una pizza?, si me apetece, ¿tienes dinero?, yo me gaste todo lo que quedaba del mes ayer.

-          No tengo, pero no nos hace falta dinero. Mira, será una prueba para ti

-           ¿Una prueba?

-           Si, ¿a que no consigues la pizza gratis?

-          Estás loca hermana, ¿qué quieres se le chupe o que me desvirgar por el repartidor por una estúpida pizza?

-          No hace falta tanto. ¿Quieres ver como consigo la consigo gratis, sin que me toque y sin tocarlo?

-          Imposible.

-          ¿Venga que te apuestas hermanita?

-          Haré la casa el próximo mes.

-          Bah, si ya la haces casi toda tú.

-          Tiene que ser algo que te cueste hacer. Mmmmm, ya se tomarás el sol desnuda en la piscina una semana completa.

-          No, los hijos del vecino están todo el día fuera...

-          Te molestan que dos niños de 11 años te vean desnuda, ¡despierta hermanita!, si quisieran ya te han visto, o cierras todos los días la ventana de tu habitación al cambiarte. Además el peligro no son los niños sino el padre, más de una noche lo he visto espiándonos a través de los setos a mi novio y a mí cuando follamos junto a la piscina.

-           ¿Lo hacéis en el jardín?

-          Despierta hermanita lo hacemos en todos lados, en el sillón donde vemos la televisión, en la mesa de la cocina, hasta lo hemos hecho en tu cama...

-           ¿En mi cama?- pregunto poniendo cara de asco.

-           Claro de mucho morbo hacerlo en la cama de tu hermanita, pero tranquila después siempre te he cambiado la sabanas - era mentira pero sabía que si no su relación iba a sufrir un bajón y ahora le gustaba tal y como estaba.

-          - Ufff - dijo aliviada.

-          - ¿Entonces qué aceptas?

-          Pero si no lo consigues lo harás tu pero durante un mes, este o no tu novio contigo - dijo tras casi un minuto pensando.

-          Perfecto - mi hermanita me miró sorprendida.

De verdad creería que me iba a importar que me viera desnuda el vecino, si muchas veces cuando estaba caliente y no estaba mi novio me había ido a bañar desnuda a la piscina hasta verlo aparecer entre los matorrales y después me había masturbado junto a ellos como si no lo supiera, Dios que corridas más buenas conseguía, si hasta se tomaba su semen cuando él se iba, que me iba a importar que le viera desnuda, ya conocía cada parte de su cuerpo.

-          Ahhh tienes que hacer todo lo que te pida.

-          Claro tu no lo tocas ni te toca, pero yo si no, ¿esa es la trampa?, no vale la apuesta, sabes.

-           Que no, no te tocará, ni tendrás que tocarlo, te lo prometo, pero tienes que hacer lo que te pida.

-          Mmmmmm.... Vale, pero solo porque tengo curiosidad, pero si es alguien que conocemos la pagamos y punto, ¿vale?  - dijo tras pensárselo durante más de un minuto.

-          Vale hermanita – dije para convencerla, pero en verdad no tenía nada con que pagarle, mi novio se había llevado la cartera con todo el dinero que nos quedaba hasta final de mes.

Llame y pedí dos pizzas, lo había hecho muchas veces, sabía que el repartidor tardaría en llegar al menos veinte minutos, solo una vez llego después de treinta y nos salió gratis, pero esta vez quería que llegara a tiempo, quería mostrarle lo que una chica puede conseguir sin mucho esfuerzo.

-          Me voy a duchar mientras llega - teníamos tiempo que matar, y yo desde antes que llegara mi novio quería ducharme.

-          Heyyy yo quería hacer lo mismo.

-          Lo siento lo dije yo primero - dije tomando el pasillo hacia el baño.

-          Lo siento - dijo mi hermanita tras cogerme de los hombros, tirarme al suelo y pasar corriendo encima mío.

-          - ¡Serás... - grité y salí corriendo tras ella.

Cuando llegue estaba ya metida en el plato ducha, tenía sus ojos cerrados mientras el agua corría libre por su pelo. La empuje contra la pared y antes de que se pudiera separar de ella el entré a la ducha con ella, apreté su cuerpo contra el mío. Le tire del pelo hacia atrás para que volviera la cabeza y le susurré "ahora te vas a enterar hermanita, vas a aprender a respetar a tu hermana" baje mi mano derecha a su culito, entré un dedo entre sus cachetes mientras el agua caliente recorría mi espalda y mi culito calentándolos. Pase una mi mano izquierda entre la pared y ella y agarre su pecho, ella gimió instantáneamente, baje la mano de su culito lentamente hasta la entrada de mi rajita. Abrió un poco las piernas y le metí en un rápido movimiento mi dedo índice, gritó, el baño se inundó con sus gemidos tan rápido como mi dedo de sus fluidos, metí otro dedo mientras la penetraba fuertemente, mi cuerpo empotrada el suyo contra la contra la pared que se movía arriba y abajo a cada movimiento de mi mano, mi aliento golpeaba su pelo, y mi otra mano alternaba entre apretabas fuertes y caricias suaves entre sus dos tersos sus pechos, en apenas cinco minutos su cuerpo empezó  a temblar, saque mis dedos de su rajita, me agache entre sus piernas, y recorrí con mi lengua su entrepierna saciando mi sed de sus juguitos, tardo apenas diez segundos en correrse y llenarme la boca de ellos, cuando termino su orgasmo pare instantáneamente de estimularla, no quería tuviera una traca de orgasmos como por la mañana, esta vez no, esta vez quería dejarla caliente.

Nada más hubo terminado su orgasmo me puse en pie y empecé a enjabonar mi cuerpo, mientras mi hermanita a mi lado todavía echada contra la pared y con la respiración entrecortada se recuperaba de su orgasmo.

-          Has sido muy mala, me ha dolido – dijo una vez se hubo recuperado.

-          No digas mentiras si te has corrido, no puedes negar que te ha gustado hermanita, además tú has sido quien lo has provocado, debías tener más respeto a tu hermana mayor.

-          Te vas a enterar, esta me la pagas.

-          Si bueno, lo que quieras, ya puedes ducharte tu si quieres – le dije mientras salía de la ducha y me ponía una bata de baño.

Nada más salir del aseo me dirigí a la cocina, cogí el cuchillo más grande que tenía y lo escondí debajo del cojín del sofá donde me iba a sentar, sabía que todo aquello podía irse de las manos, no conocería de nada al repartidor y no sabía su posible reacción, si querría más estaría preparada.

Se senté en el sofá mientras esperaba la llamada del timbre de la puerta, estaba muy caliente, todo lo que había sucedido en el baño le ha dejado con ganas de marcha,  si no llegaba pronto tendré que masturbar, no quiero empezar estaría con un gran hándicap si llega a mitad de mi masturbación, tengo que entretenerme en algo, casi se me olvida, agarré la mesa y la puse baja del salón y la puse frente a la puerta, era un detalle esencial, como pudo olvidárseme, mientras que la corría sonó el timbre de la puerta.

-          ¡Ya voy grite! – mientras corría hacia el aseo, ya no escuchaba la ducha mi hermanita había terminado con su aseo

Cuando entre se estaba secando lentamente, me miró y sonrió, deslizaba la toalla  por toda su melena rubia mientras gotas de agua recorrían todo su cuero, una gota empezaba a formarse en su pezón pequeño, me quede mirándola hasta que cayó al suelo. El timbre volvió a sonar, eso me hizo reaccionar.

-          ¡Ya voy!

-          Deja eso  - le dije mientras tiraba la toalla al suelo.

Cogí la otra bata del perchero de patitos que teníamos en el baño, y la aprehendí de la mano tiré de ella, salí corriendo con ella trastabillándose tras de mí hasta llevarla a la cocina, estuvo a punto de caerse un par de veces, debí haberle dejado secarse al menos eso.

-          Ponte esto, y sal cuando yo te llame, recuerda tienes que hacer todo lo que yo te diga, ¿vale?

-          Vale.

Entreabrí un poco la bata, lo suficiente para que se me viera parte de mi pecho, había hecho esto un montón de veces cuando estaba en la universidad con su compañera de piso, una vez actuaba una y otra vez la otra, sabía lo que tenía que hacer, en realidad era una experta, siempre lo hacía terminar en menor tiempo que ella.

Llegó a la puerta y asió el picaporte, respiró hondo, solo espero que sigan siendo tan palurdos como en aquel entonces, solo hacía cinco años de que había salido no podían haber cambiado tanto de mentalidad.

Abrí la puerta, un chico muy joven, delgado, moreno y con la cara llena de granos totalmente vestido de rojo apareció tras ella, ¿de verdad tiene edad suficiente para trabajar?, bueno mucho mejor.

Nada más abrir la puerta su mirada se dirigió a mis pechos,  el plan iba muy bien, cogí las pizzas me di la vuelta y me dirigí a la mesa que acababa de colocar frente a la puerta, incline mi cuerpo lo suficiente para que mi pequeña bata se deslizará por mi espalda y no pudiera taparme mis intimidades, mostrando mi culito y mi rajita aquel repartidor, miré hacia la cocina y  mi hermanita estaba prestando atención a todos mis movimientos, desde aquella posición el chaval no podía verla, sentirme observada por los dos me excito más y decidí regalarle a aquel chico unos segundos más de espectáculo mientras colocaba y abría más lentamente de lo normal las dos pizzas en mi mesita.

Cuando me di la vuelta mire de soslayo su paquete, su erección era más que evidente en esos feos pantalones rojos, le sonreí y le mire a los ojos.

-          Son..., son trece euros.

-          Mmmm espera - Hice que miraba en los bolsillos de mi bata, mostrándome contrariada al no encontrar nada, mientras el no perdía detalle de mi pecho.

-          Quizás este en el bolsillo interior - dije con voz algo aturdida.

Abrí sin reparo mi bata mostrándome desnuda delante de aquel imberbe, por poco se le cae la mandíbula inferior al verlo, primero abrí mi lado derecho haciendo que buscaba un bolsillo interior y luego el izquierdo, para terminar de dejar mi bata entreabierta, podía ver con toda claridad mi rajita por ella.

-          Lo siento, parece que he cogido la bata que no es - espere unos momentos sonriéndole a su respuesta, pero parecía que toda su sangre estaba en su miembro y ni siquiera me había oído, mi plan iba muy bien jeje.

-          ¿Hermanita puedes venir?

-          Si hermana - dijo segundos después situándose al lado mía en la puerta, todavía tenía su pelo mojado y soltaba pequeñas gotas que se deslizaban por el escote de su bata y recorrían el empiece de su precioso pecho.

-          Creo que llevas la bata con el dinero puedes pagarle al repartidor.

Mi hermana que había observado toda mi actuación actuó de la misma forma, primero busco en sus bolsillos poniendo la misma cara de contrariedad que había puesto yo segundos antes,  luego agarró sin cinturón y me miró, afirme con la cabeza, quitó el nudo y abrió totalmente su bata solo unos segundos haciendo que buscaba los inexistentes bolsillos, observe como el muchacho no podía apartar su mirada de aquellos vellos recién recortados que no conseguían ocultar la rajita hinchadita de mi hermanita.

-          No tengo nada hermana, quizás tu novio lo cogió - dijo cerrando su bata de nuevo.

-          Lo siento no tenemos con que pagarte, parece que tenemos un problema, pero tu parece que tienes otro, - le dije señalándole su miembro que parecía que iba a hacer un agujero de un momento a otro a aquel horrible pantalón -  mira haremos una cosa, una apuesta, tu y yo nos vamos a masturbar, si terminas antes te vas y no pagamos la pizza si yo me vengo antes te dejo que me cojas por donde quieras - se quedó atónito mirándome, parecía que eso si lo había oído, mi hermana también mostraba cara de incredulidad.

-          ¿Y ella? - preguntó señalando a mi hermanita, ¿que pasaba no era lo suficientemente guapa para aquel niñato imberbe?

-          Ella solo mirará - la cara de mi hermanita pareció relajarse.

-          ¿Incluso cuando te coja?

-          Jejejeje, eso primero tendremos que verlo, pero si, incluso cuando me cojas.

-          Está bien, pero solo si ella mira desnuda.

Mi hermanita dio dos pasos atrás para quedar fuera del alcance de la mirada del muchacho y me miró haciendo gestos negativos a aquella petición del muchacho, la idea le gustaba tan poco como a ella, ¿qué pasa tan poco atractiva me veía?, sabía que su hermanita era más guapa que ella, pero no hasta el punto de quererla ver desnuda antes que a ella masturbándose, sino hubiera querido demostrarle esto a mi hermanita, le hubiera dado dos guantazos al chaval y lo hubiera mandado a freír espárragos, como se atrevía a despreciarla de esa manera.

Sabía que mi hermanita iba a reaccionar así, pero era una buena oportunidad, tenía que acostumbrarse a mostrarse desnuda ante desconocidos, y cuanto antes mejor.

-          Está bien, ella mirará desnuda. Entra.

-          Bien - dijo frotándose las manos - a ver preciosa quítate la bata - dijo estirando su mano hacia los hacia el culito de mi hermanita.

-          Las manos quietas, solo podrás mirarnos nada de tocar, ¿entendido?

-          Jajaja, venga desnudaros - dijo mientras se desabrochaba el botón de su pantalón.

-          No, tú no te desnudes, solo sácatela por la bragueta - le dije mientras me quitaba la bata y me sentaba en el sofá encima del cojín del cuchillo.

-          Esta me la pagas - me susurró mi hermanita mientras se despojaba de su bata y se sentaba junto a mí.

-          Mira y aprende como lo hace, esto lo hago por ti más que por las pizzas - le susurré al oído mientras le apartaba el pelo de sus pechos, cuando más viera más pronto se vendría.

El chaval se dio la vuelta mostrando un miembro velludo de poco más de diez centímetros, pero él lo mostraba muy orgulloso mientras se pasaba la palma de su mano por el glande, giró el sillón y lo puso frente al sofá.

-          ¿Empezamos? - preguntó el chaval sonriente mientras nos recorría nuestros cuerpos con su mirada,

-          Cuando quieras, si paras de tocarte en cualquier momento pierdes - respondí abriéndome de piernas mostrándole toda mi rajita abierta y algo húmeda.

-          Pues ya.

Se agarró su miembro con su mano derecho y empezó a masturbarse lentamente, miré a mi hermanita como no perdía detalle de la mano del muchacho, yo ya sabía lo que iba a hacer así que cerré mis ojos y empecé a disfrutar mientras tocaba con mi mano derecha mis pezones y con la izquierda mi clítoris suavemente.

Por muy lento aquel imberbe quería hacerlo el líquido preseminal apareció apenas un minuto después de que empezara el trabajo manual observe al volver a abrir los ojos, los chavales no aguantan nada, había aumentado sensiblemente el movimiento de su mano, miré a mi hermanita seguía mirando el fijamente el miembro del chaval, se percató de mi mirada y me miró, le sonreí mientras metía un dedo en mi rajita húmeda se deslizaba fácilmente por las paredes de mi vagina, aunque estaba muy caliente podía pasar así horas sin llegar al orgasmo con tan poco estimulo, pobrecito a perdido antes de empezar, aumente el volumen de mis gemidos mientras lo miraba fijamente con mi mirada de putita que tanto le gustaba a mi novio, quería que se corriera pronto, tenía hambre y si duraba mucho se iban a enfriar las pizzas.

-          Te ayudaré - oí decir a mi hermanita.

Giré mi cabeza hacia ella y la vi como le guiñaba el ojo al chaval, sacó mi dedo de mi rajita y lo chupo mientras lo miraba fijamente, el muchacho al instante aceleró el movimiento de su mano inconscientemente, su miembro estaba teniendo pequeños espasmos,  pronto eyaculará. Miré a hermanita mientras bajaba su cabeza hasta mi rajita me dedico una sonrisa que pronto supe reconocer, era la sonrisa que ponía cuando había tenido una idea perversa, empezó a chupármela rápidamente recogiendo todos mis juguitos, cuando hubo terminado llevo su lengua a mi clítoris mientras metía fuertemente tres dedos en mi rajita, Dios que bien lo estaba haciendo si seguía marcándome aquel ritmo terminaría en muy poco tiempo, lleve mi mirada hacia el miembro del muchacho, tenía que aguantar más que él, joder que bien lo hacía mi hermanita como había aprendido tanto en tan poco tiempo. Dios notaba como bajaba mi humedad lentamente por las paredes de mi vagina, ya estaba perdida, en pocos segundos tendría un orgasmo, cerré los ojos.

De pronto un fuerte ruido me hizo volver a abrirlos y llevar mi mano al cuchillo, mi hermanita dejo el estupendo trabajo que estaba realizando en mi rajita, el chaval se había puesto de pie y había tirado al hacerlo la silla donde habíamos colocado las batas, se masturbaba rápidamente frente a las pizzas, solté el cuchillo, poco segundos después salió su primer chorro de semen que cayó en una de la pizzas, un segundo lo dirigió hacia la otra, fue alternando entre una y otra hasta un total de cinco copiosos chorros, había olvidado lo mucho que podía eyacular un muchacho de aquella edad.

-          So putas no las pagareis pero no os la comeréis - dijo mientras se guardaba su miembro ya flácido dentro del pantalón y se daba la vuelta para irse.

Aparte la cabeza de mi hermanita de mi entrepierna, se había quedado atónita tras la corrida del muchacho mirando fijamente las pizzas condimentadas con su semen, incline mi cuerpo hacia la mesita y cogí el pedazo donde había caído más de la simiente del chaval.

-          ¿Cómo pido este condimento? - le pregunté mientras el muchacho abría la puerta, el giró su cabeza en mi dirección, al hacerlo le pegue un gran mordisco llevando parte de su semen en aquel bocado.

-          Seréis putas, ¿de verdad no queréis que os coja? - preguntó cabizbajo.

-          Riquísimo - respondí señalando el pedazo de pizza - , no gracias, Dios deberíais patentarlo - dije mientras llevaba la pizza a mi boca para darle otro bocado.

-          Joder debí masturbarme esta mañana - dijo antes de traspasar el umbral de la puerta.

-          ¡Espera un momento!, ¡no te muevas! - gritó mi hermanita.

No ira de dejarse coger por ese muchacho, el muchacho se dio la vuelta sonriente, mi hermanita volvió a poner su boca en mi clítoris y a taládrame con sus tres dedos, miraba al muchacho en el umbral de la puerta como se tocaba su miembro por encima del pantalón, no tarde ni un solo minuto en volver al punto sin retorno que había abandonado tras aquel ruido, cerré los ojos e intensifique el volumen de mis gemidos, mi hermanita se dio cuenta y saco los dedos empapados de mi flujo.

Al no notar su pelo haciéndome cosquillas en mi pierna  abrí de nuevo mis ojos, mi hermanita se había levantado e iba desnuda hacia la puerta, llevaba sus dedos húmedos de mi flujo hacia arriba y la palma de su otra mano abajo para que no cayera nada al suelo.

-          Toma el premio de consolación - dijo al llegar a la puerta.

-          ¿Cómo? - preguntó alucinado.

-          No los quieres lo tomaré yo - respondió llevando su mano hacia su boca.

El muchacho totalmente alucinado tomo la mano de mi hermanita con la suya parándola antes de que logrará introducir un solo dedo en su boquita, la llevo a la suya y empezó a chupar cada uno de sus dedos, relamiéndolos una vez hubo saboreado cada uno.

-          Hasta la próxima - dijo mi hermanita con tono divertido haciendo un rápido movimiento para zafarse de su mano y cerrando rápidamente la puerta.

-          Hermanita termina lo que has empezado no me dejes a medias - le dije sonriendo nunca había esperado que se comportará así.

-          No, si quieres terminar lo harás solita, así aprenderás a no hacerme lo que me has hecho en la ducha- dijo recogiendo la silla y colocando las batas.

-          Joder tía termínalo, has estado a punto de hacerme venir antes que él, ahora no me dejes así.

-          Ojala hubiera aguantado un poco más.

-          ¿Querrías verme penetrada por ese imberbe?

-          No hubiera estado mal, así habrías aprendido a no meterte con tu hermanita.

-          Serás putita, quieres ver a tu hermana mientras la penetran.

-          ¿Tú me vas a ver mientras me penetra tu novio no?, ¿qué diferencia ahí? - nunca hubiera esperado una respuesta así de mi hermanita

-          No es lo mismo yo lo hago porque me lo has pedido, no porque quiera verte penetrada por mi novio - mentí.

-          Bueno da lo mismo el caso es que me vas a ver.

-          Bueno si tanto te importa te dejo mirar la próxima vez que me folle mi novio.

-          Bah me da igual, ¿de verdad esta tan buena? - preguntó señalando las pizzas.

-          Te gusto la leche de mi novio ¿verdad?, y te gustan las pizzas, te tiene que gustar por fuerza.

-          Si claro me gusta el chocolate y el chorizo, y nunca los tomare juntos.

-          Calla y prueba.

Tomo una porción no muy mancillada por el semen del muchacho y con cara de asco se la llevo a la boca, tras tomar el primer bocado condimentado su cara cambió radicalmente.

-          Dios tienes razón, esta riquísimo.

-          Jejeje tienes que confiar más en tu hermana, he tomado la leche de mi novio en casi todos los alimentos, solo te digo que nunca lo pruebes mezclado con limón, por Dios por poco vomito hasta la primera papilla cuando lo hice.

-          Ummm entendido - dijo cogiendo otro pedazo.

Tomamos las pizzas en silencio antes de que se enfriasen, saboreando cada bocado condimentado con aquel manjar, en pocos minutos habíamos acabado con ellas, estaba llena en todos los sentidos, era un poco tarde y necesitaba descansar un rato.

-          Ahora te toca pagar la apuesta, vamos a tomar el sol.

-          Es un poco tarde.

-          Una apuesta es una apuesta hermanita.

-          Vale, pero solo si cuenta como un día entero.

-          Vale, pero solo porque me da vergüenza verte esas marcas.

Abrí  la puerta corredera del salón y salimos a la piscina, me tumbe en una de las tumbonas y ella fue directamente a nadar, Dios estaba preciosa y nadaba como una sirena. Poco después de darme la vuelta para no quemarme sentí como me daban una nalgada y tras ella la risita de mi hermanita, no le di importancia y se tumbo en la butaca al lado mía, la mire, me sonrió y cerró sus ojos, al poco tiempo estaba su respiración se volvió monótona y relajada.

Me levanté de la butaca y fui al salón, cogí mi móvil y marque el número de mi novio, este no lo cogió y me saltó el contestador automático, seguramente estará en otras de sus urgencias. Le deje un mensaje: “Mañana a las diez, creo que ya está preparada”.

Salí a por ella, la desperté, medio adormilada la lleve a su habitación, se tumbo en la cama y se  deslizo junto a la pared, cerré las persianas y lentamente me dirigí a mi habitación, cuando estaba junto a la puerta la miré, ella abrió un poco los ojos me hizo un gesto palmeando la cama, me tumbe junto a ella y la abrace fuerte, hacia pocas horas ni siquiera había hablado de sexo con ella y ahora dormíamos juntas abrazadas, que loca era la vida, cerré los ojos, me abrace fuerte a ella hasta quedar dormida.

FIN DEL CAPITULO 2.

Espero que os haya gustado, si quereis contactar conmigo con vuestra opinión o como quereis que continue, o con lo que sea mi correro es: Jayro@hotmail.es