Mi hermanita Diana

Mi hermanita vino a vivir conmigo y la pasamos divino juntas...

Hola, soy Vanessa, hoy continuaré con mi relato de unas semanas atrás, en el que narraba algunas experiencias de mi relación con mi novio Alex, relación que por cierto es suma y totalmente liberal.

Mis aventuras con Manolo y sus amigos continuaron. A ellos les gustaba reunir a varias chicas jóvenes y hacer verdaderas orgías con nosotras. La verdad yo prefería tener varios penes para mi sola, hacer gangbangs y esas cositas ricas. Por otro lado, en el trabajo continuaban las fiestitas lésbicas con mi jefa y mis amigas; debo reconocer que mi lado bisexual se estaba desarrollando muchísimo. A veces nos dábamos toqueteos con Estela (mi jefa) en su oficina, pero lo más sabroso era cuando nos reuníamos varias chicas en su casa una vez al mes y armábamos verdaderas bacanales de sexo, alcohol y lujuria sin un solo hombre, puras mujeres deseosas de placer proporcionado por otra hembra. Incluso había cambiado mi médico ginecólogo por una Obstetriz llamada Sonia, y que Estela me había recomendado. Con ella también nos hicimos amantes, aunque la veía con poca frecuencia.

A fines del año pasado vino a vivir a mi casa mi hermana Diana. Ella es mi hermana solo por parte de mi papá, tiene 19 años, es trigueña, delgada, mide 1,60 aprox, cabello lacio negro y algo que llama la atención en ella es su culito redondito y paradito; vino a vivir con mi abuela y conmigo porque en la ciudad donde ella vivía se había enamorado de un chico y había descuidado sus estudios en la facultad; y pues mi padre creyó que sería bueno que se venga a una temporada a la capital a ver si lograba olvidarse del muchacho aquel. Incluso mi padre estudiaba la posibilidad de que Diana se traslade a una facultad de aquí y que continúe su carrera.

Diana es una chica callada, tímida y reservada. No tenía mucha confianza con ella, es más, hasta antes que se venga a vivir con nosotras solo la había visto dos veces en mi vida. Se mudó un fin de semana y el domingo en la tarde le dije que nos acompañe a Alex y a mi a tomarnos unos helados y a pasear. Le comenté la idea a mi novio y le agradó. Salimos los 3 y fuimos a caminar por uno de los centros comerciales mas caros y finos de la ciudad. La pasamos súper, conversábamos y bromeábamos los tres. Me di cuenta que Diana miraba a Alex con ojos de asombro, es que resulta que él es rehablador y muy seguro al hacerlo, en verdad impacta a cualquier chica, y mi hermanita no fue la excepción. Eso no me molestó ni mucho menos, lo tomé como algo sin importancia. Algo que me di cuenta esa tarde-noche y que si llamó mi atención fué que Diana se quedaba mirando embelesada a las señoras que paseaban por el centro comercial; me fijé con mayor atención y noté que mi hermanita las miraba de arriba abajo y sobre todo a las que eran rubias y de buen cuerpo. Mientras mi hermana miraba unos vestidos en una boutique le comenté el hecho a Alex y me dijo que no se había dado cuenta pero que la iba a observar. Al regresar a casa me quedé un rato con mi novio conversando en la puerta y me dijo que si, que no eran ideas mías y que el también lo había notado.

Pasaron unos días, Diana dormía en la misma habitación conmigo y pues notaba que disimuladamente me miraba cuando me cambiaba de ropa, e incluso una noche durmió en mi cama pues me dijo que se sentía sola y triste, y pude notar que mientras se hacía la dormida me abrasaba por la espalda y disimuladamente me acariciaba. Cada vez mis dudas eran menores acerca del lesbianismo de mi hermana. La gota que derramó el vaso se dio una noche mientras arreglaba la habitación. De casualidad al mover una ruma de ropa hice caer al piso unos libros y cuadernos de Diana, y al recogerlos para ponerlos en su lugar cayeron unas revistas, unas hojas sueltas y un sobre. Diana estaba en la sala viendo TV con mi abuela, así que cerré la puerta y me puse a revisar aquellos papeles. No tengo idea donde mi hermana pudo conseguir esas revistas, pues eran aquellos conocidos magazines porno para hombres, donde se ven a chicas desnudas posando. En el sobre habían fotos sueltas de una señora rubia con un antifaz, posando con un Dildo de los que se sujetan con arnés y con una dedicatoria atrás que decía "Para mi Bebé amante, mi dulce Dianita....tu Ama M.A.". Eran 6 las fotos en las que aparecía aquella misteriosa mujer.

Ya no habían dudas, mi hermana era lesbiana, o quizás era bisexual, digo, por el novio que tenía. Le comenté el hecho a Alex, incluso le enseñé las fotos de la mujer aquella; el muy pillo me dijo "vaya, mi cuñadita tiene buen gusto, jajaja" le di un manazo en el brazo y me puse a reír también.

Mi hermana se inscribió en un seminario de un instituto gubernamental sobre Ciencias Naturales. Le dejaron como tarea que lleve muestras sobre rocas que se encuentran en las playas y me pidió que la acompañe. Fuimos un domingo en la tarde. El día era frió y fuimos algo abrigadas. Mi papá nos quiso acompañar, pero por alguna razón ambas nos negamos, como si supiéramos lo que iba a pasar. Llegamos al lugar y no había casi nadie, solo un señor paseando a su perro y unos niños jugando con una pelota. La playa a la que fuimos es peculiar, ya que tiene solo dos accesos, está rodeada de tiendas y restaurantes de madera, que obviamente ese día estaban cerrados. Ingresamos por un extremo de la playa, la caminamos, recogimos lo que necesitábamos y nos aprestábamos a salir por el otro acceso. Nos dimos cuenta que habían unos tipos tomando licor afuera de una de esas tienditas, y que había una puertita abierta. Ellos estaban justo al lado por donde nosotras debíamos pasar. Nos vieron a las dos caminando hacia su posición y justo cuando íbamos a salir uno de ellos se nos acercó y nos cerró el paso.

  • Pero que hacen dos preciosidades tan solas por aquí?

Y yo le solo le dije: Permiso por favor.

  • Vamos no sean así, vengan a tomarse unas cervezas con nosotros.

Y en eso me di cuenta que se acercaban dos mas. Mi hermana se asustó y se paró detrás mío.

  • Por favor, ya nos vamos danos permiso o quieres un escándalo.

El tipo se echó a reír, en eso y en un descuido de mi parte uno de sus compinches agarró a Diana y le puso una navaja en el cuello. Yo intenté gritar y hacer alboroto, solo pude decir "no te metas con mi hermana" pero el otro, el que nos cerró el paso, me tapó la boca y me dijo: ven acá perra, ahora verás lo que es bueno , y a rastras me metió a la tiendita que tenía la puertita abierta, logré ver que Diana se puso a llorar mientras seguía siendo sujetada, pero mi captor le gritó: no te preocupes por tu hermanita, va a gozar como nunca.

Lugo que me metieron a la tiendita, detrás de nosotros entraron 2 tipos más, el jefe me tiró al piso y saco un cuchillo enorme, poniéndolo sobre mi pecho me dijo "si cooperas te irás rápido y a tu hermanita no le pasará nada, sino atente a las consecuencias..."A penas terminó de hablar se me acercó, me quitó la casaca que traía y comenzó a besarme a la fuerza, al mismo tiempo que me sobaba el culo. Traté de poner algo de resistencia pero después me di cuenta que sería mejor si no los hacía enojar. Así que me deje hacer, al rato ya le estaba mamando la verga y los otros dos tipo miraban mientras se pajeaban. Me comenzó a agradar la situación, comencé a gemir y ellos se dieron cuenta. Comencé a cabalgar a uno de ellos, después otro me la metió por el culo y se la mamaba al tercero. Tuve varios orgasmos pero trataba de que ellos no lo noten. Cambiamos de posición varias veces y uno a uno se fueron viniendo. Entraron dos más y no me costó mucho trabajo hacerlos acabar también.

Me vestí y me dejaron salir, fui en busca de Diana pero no estaba, me asusté, luego uno de ellos me dijo: Qu ieres ver a tu hermana? me tomó del brazo y me llevó a otra de las tiendecitas que estaba cerrada. Me agache y miré hacia adentro por una rendija y vi algo que me dejó helada: mi hermanita estaba tirando con dos tipos a la vez, y a juzgar por sus movimientos era toda una experta. Al poco rato salió y el jefe de los borrachos nos dijo: pueden irse, se lo han ganado, pero ni una palabra de esto a nadie si no les pesará, sabemos donde viven .

Nos fuimos a casa con Diana, en el camino no hablamos nada. Habíamos sido prácticamente violadas pero ninguna quería tocar el tema. Ya una vez en casa y encerradas en nuestra habitación le dije:

Será mejor que este sea nuestro secreto.

Si.

Oye Diana, dime la verdad....lo disfrutaste?

Si, y tu?

También...pero como así te animaste a hacerlo con los dos tipos esos?

Es que después que te metieron a la tienda esa y mientras me tenían sujeta afuera pude escuchar tus gritos de placer. Uno de ellos me acercó a la tienda y pude ver por un huequito que la pasabas bien, y pues me dije "yo también quiero..."

Me quedé helada ante esa respuesta. A partir de esa noche dormimos juntas y aquella vez le permití a Dianita que me acaricie el culo y las tetas, nos besamos y ahora somos más unidas que nunca.

Espero les haya gustado, y por siacaso la historia aún no termina. Hasta pronto.

Vanessa