Mi hermanazo Marcos (el desenlace)
Tras descubrir el secreto de su hermano, la vida de Sandra cambia para siempre... Empezaba un nuevo camino para ella... (Perdonad por lo extenso del relato, pero quería acabarlo antes de irme de vacaciones. Espero que os guste)
Silvia me despertó con un tierno beso en la mejilla. Acabamos las dos dormidas completamente desnudas en la cama de su habitación, tras nuestra intensa sesión de sexo vespertino. El ordenador portátil, donde habíamos visto los videos de mi hermano, se había apagado al quedarse sin batería.
Vaya, para ser tu primera vez con una mujer, no has estado nada mal- me sonrió Silvia acariciando mi pelo.
No ha estado mal la experiencia… Pero tengo que confesarte que, para mí, donde se ponga un tío.-le dije bromeando e incorporándome de la cama.- ¿Qué hora es?
Son las nueve y media. Hemos follado casi dos horas y dormido otras dos, jaja.- sentenció mi amiga que me miraba sentada en la cama mientras yo me ponía mi ropa interior.
Bueno, pues tendríamos que pensar en que vamos a hacer esta noche, ¿no?
Se me ocurren muchas y todas son posturas con tu hermano, jaja.
Serás cerda…- le chillé tirándole un cojín a la cara provocando las risas de las dos.
Sonó el móvil de Silvia que, aún desnuda, se levanto para cogerlo de la mesa del ordenador.
Dime mamá… Sí, sí… Voy a salir con Sandra… No, no estoy en casa. Me voy a duchar en casa de ella… Sí, te llamaré para que me recojas esta noche. Besitos, mami.
¿Por qué le has dicho que no estás en casa?- le pregunté extrañada.
Porque creo que va a traer a un tío a casa; no es normal que me llame para interesarse tanto por mis planes. Y menos aún que sea ella quien me diga que la llame para que me recoja.- explicó Sandra con una mueca divertida en la cara.
Bueno ¿y a ti que te importa? No me vas a decir que es el primer ligue que tu madre se trae a casa.
Ay, pobrecita, que no te enteras de la mitad. Mi madre es una cazadora experta; no se trae al primer tío que se encuentra en la calle. Lo conoce, se toma algo con él, y antes de que haya más vinculo pues le propone que venga a casa.
Pues entonces, vámonos antes de que llegué. La verdad no está entre mis prioridades ver follar a tu madre con desconocido.- le dije mientras veía que Silvia se ponía el pantaloncito de un pijama, sin nada de ropa interior debajo.
¿Y si ese desconocido fuera un actor porno familiar tuyo?- replicó Silvia acercándose a mi oído como si fuera un secreto.
Me quedé blanca y sin habla. La verdad según la teoría de Silvia, era bastante factible que el nuevo ligue de su madre fuera Marcos: habían estado juntos tomando algo, habían compartido confidencias y mi hermano estaba en el centro comercial comprando ropa porque “había quedado”.
Y que quieres que te diga, bonita- continuó mi amiga- Después de ver a Marcos follando en esos videos, no pienso perder la oportunidad de verlo en directo.
Pero tía es tu madre la que estará ahí…
Y era a tu hermano al que veías mientras te corrías en mi boca hace unas horas…
A veces me preguntaba si los razonamientos de Silvia no serían merecedores de unas tesis de psiquiatría porque, aunque en un principio no había por donde cogerlos, no había forma de rebatirlos.
Entonces, ¿tu fantástica idea es escondernos para ver como mi hermano se folla a tu madre?- pregunté aún incrédula
Un buen plan, ¿eh?- sonrió Silvia saliendo de la habitación y dejándome allí sola.
Pero, ¿cómo lo vas a hacer?- volví a preguntar, dando por hecho que la iba a acompañar y saliendo tras ella.
Pues como lo he hecho otras veces, me escondo en la caseta del jardín y salgo cuando escucho entrar el coche. Mi madre es casi tan escandalosa como yo y esta vez lo será aún más porque con el rabo que gasta tu hermano…
¿Cómo otras veces? ¡Lo has hecho otras veces!- me reí escandalizada de pensar lo depravada que era mi amiga.
Bueno vale de charla… Que cuando ha llamado para asegurarse que no estaba es porque venía de camino.
Bajamos al jardín casi a la misma vez que escuchamos el motor del coche en la puerta de la calle. Entre risas, nos escondimos en la caseta del jardín, rodeadas de fertilizantes, mangueras, herramientas de jardinería y otros cacharros. Era un sitio húmedo y estrecho por lo que nuestros cuerpos estaban muy juntos.
¿Sabes? Me gustaría repetir lo de esta tarde otro día.- me susurró al oído Silvia, sintiendo sus tetas pegadas a las mías.
Cállate, tía. Qué nos van a oír…- le dije yo metida por completo en mi papel de voyeur.
Pero dime que no te ha gustado. Dime que alguien te lo había comido antes mejor que yo.
Que pesadita eres, Sivi… Sí, eres la que mejor me ha comido el coño, ¿contenta?
Sí- contestó para cortar la conversación, como si con mi afirmación hubiera conseguido el halago que buscaba.- Y ahora, cállate que nos van a descubrir.
Pasamos un buen rato en silencio, aguantando la risa y las cosquillas que Silvia me hacía para evitar el nerviosismo.
- Bueno, si los cálculos no me fallan, ya podemos salir- dijo mi amiga aparentando solemnidad en sus palabras.
Salimos del escondite y rodeando la piscina entramos por la puerta de atrás que daba a la cocina. Me asusté al oír que las bisagras de la puerta crujían, pero nos quedamos de piedra al escuchar unos gritos desgarradores que llegaban desde el salón de la casa, la estancia más cercana a la cocina.
Joder, tu hermano no pierde el tiempo, ¿eh?- sonrió Silvia.
O que tu madre estaba muy desesperada, ¿no?
Aguantamos de nuevo la risa y Silvia me hizo un gesto de que esperara, para que ella pudiera ver donde esta la pareja. Se asomó a una de las puertas que comunicaban con el salón y volvió a entrar para señalarme que la siguiera a otra puerta lateral de la cocina. Esta entrada daba a un coqueto comedor que yo no había visto nunca en mis visitas a casa de Silvia. De ahí nos asomamos por unas especie de ventanal que simulaba una cocina americana, desde puede observar una escena brutal.
Los gritos de la madre de Silvia no habían hecho sino aumentar de intensidad y, delante de nuestros ojos, estaba apoyada en el piano de cola que presidía la habitación, con Marcos detrás, con los pantalones bajados hasta los tobillos, y recibiendo unos pollazos que nos hacían mojarnos nada más que de escuchar el chapoteo de sus sexos.
AHHH, DIOOOS…-gritaba fuera de sí la madre de mi amiga.- ME MATAS DE GUSTO, HIJO DE PUTA…
Te tiraste toda la noche provocándome; te gustan las pollas jóvenes, ¿eh?- decía Marcos dándole más morbo y llevando el control de la situación.
JODER, NOOO… ME GUSTA TU POLLA, SÓLO TU POLLAAAA… ME…MMMM… ME CORROOOOO.- decía Laura, que así se llamaba la madre de Silvia, buscando aliento con la boca abierta.
Mientras nosotras dos estábamos flipando viendo el ritmo que imprimía Marcos que a pesar del orgasmo de su pareja, no aflojaba el ritmo. Me fijé en Silvia que ya tenía su mano dentro del pantalón del pijama.
Joder, con tu hermano… Mmmm… Es mejor que en los videos. Que manera de follar.
Chissst, que nos va a oír…- le dije, perdiendo de vista por un momento a la pareja para observar como mi compañera se masturbaba frenéticamente.
Cuando volvimos a mirar, Marcos había salido de dentro de Laura y sentándose en el sofá con la polla mirando al techo la invitó a que se sentará sobre ella. En ese momento pudimos ver la herramienta de Lexxxus en todo su esplendor y, como decía Silvia, era mucho mejor que en los videos; además de un mayor tamaño, tenía un grosor impresionante.
La madre de mi amiga se subió a horcajadas sobre el sofá y agarrando el rabo de Marcos se lo empezó a clavar en su peludo coño, que me dio más morbo aún. Resoplaba como si la estuvieran empalando.
DIOS, ESTA PARECE UN PARTO- seguía gritando Laura que muy despacio se iba metiendo aquel gigantesco rabo.- UFFFF
Vamos, mujer, seguro que no es la primera vez que te follan así…- dijo mi hermano que, cogiéndola del culazo, la hizo bajar hasta que se la clavó hasta los huevos.
ARGHHHH, HIJO DE PUTAAAA…-berreó con los ojos como platos la “victima”.
PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF… Marcos marcaba un ritmo infernal a la follada, moviendo a Laura como si fuera una muñeca hinchable, que creo que encadenaba los orgasmos uno detrás de otro.
CORRETE DE UNA PUTA VEZ… ME HAS DEJADO SECA, YA NO PUEDO CORRERME MÁS…- pareció rogarle la madre de Silvia casi sin fuerzas.
Vale, ahí voy…- anunció Marcos, lo que nos hizo asomarnos más aún más sobre aquella improvisada trinchera.
Bajó a Laura de su polla y, dejándola sobre el sofá, dirigiéndola hacía su cuerpo desnudo, comenzó a correrse como una bestia. Creo que llegué a contar hasta siete chorrazos cayendo sobra las tetas y el vientre de Laura. En ese ultimo chorrazo, mi amiga Silvia me mordió el brazo para evitar gritar al sufrir un violento orgasmo, con dos dedos metidos en su chorreante coño.
Nos sentamos en el suelo del comedor, recuperando el aliento y, antes de que nos fueran a descubrir, salimos por la puerta de la cocina para subir a la habitación de Silvia, para que se vistiera.
Mientras mi amiga se vestía escuchamos el ruido del agua de la ducha y comenzamos a escuchar de nuevo jadeos de la madre de Silvia.
No me lo puedo creer… - decía con la boca abierta mi amiga.- ¿Otra vez?
Cállate y date prisa… Tenemos que aprovechar que están en el baño, para salir sin que nos vean.
Valeee…- dijo un poco decepcionada.
Coge algo de ropa en una mochila y te duchas en mi casa, no te pares más.
Así lo hicimos y salimos lo más rápido y silenciosa posible de la casa, sin parar de escuchar los gemidos de placer de Laura en el baño. Salimos sin la moto de Silvia para no hacer ruido y fuimos andando hasta mi casa. Durante el trayecto no faltaron las bromas sobre el aguante, la fuerza y el tamaño de Marcos. Llegamos, por fin, a mi casa donde en el salón estaban mis padres:
¿Qué horas son estas de llegar desde esta mañana, Sandra?- protestó como siempre mi madre mientras zurcía una prenda de vestir.
Hemos estado en el centro comercial y después nos fuimos a casa de Silvia a bañarnos en la piscina; ahora ha venido a casa a ducharse conmigo por si está noche…
¡Ah!, ¿pero pensáis salir otra vez? Qué barbaridad…
Déjalas, mujer, están de vacaciones- nos defendió mi madre sin despegar la vista del televisor.- Además ya te ha dicho que han estado en casa de Silvia.
Tú como siempre defendiéndolas… Anda, subid a ducharos y no pongáis muchas cosas por medio, que tu hermano estará al llegar.
Nosotras nos miramos con emoción, porque nuestro semental estaba a punto de llegar a la boca del lobo. Subimos las escaleras riéndonos y corriendo, sin que mi madre entendiera el motivo de tanta algarabía. Una vez en mi cuarto, Silvia comenzó a desnudarse para meterse en la ducha, gastándome bromas sobre si quería entrar con ella en el baño para repetir lo de esta tarde. Esta tía es insaciable. Con la ropa interior en la nao y totalmente desnuda, cruzó el pasillo, arriesgándose a que mi madre la viera o, peor aún, a provocarle un infarto a mi padre.
Yo, mientras tanto, fui preparando la ropa que me pondría esa noche. Me puse cómoda, quedándome en tanga y sujetador y escuchando de fondo como Silvia cantaba en la ducha. Salí de mi cuarto cruzando hacía el baño para llevarle la ropa a mi amiga, porque no quería que cruzara otra vez desnuda el pasillo.
- Vaya, es la segunda vez que te pillo así, en un solo día- escuché la voz de mi hermano que acababa de subir las escaleras.
Recompuse mi cara de la impresión para cambiarla por una cara de alegría que no denotara el nerviosismo de tener a Marcos cerca, cuando hace menos de una hora lo había estado viendo follar con la madre de mi amiga.
Sí, sí… Al final te va a acabar gustando…- le dije sonriendo y sin tapar mi cuerpo solo cubierto por un conjunto de ropa interior rojo.
Por supuesto que me gusta. Eres una chica muy guapa.- me dijo con una mueca provocativa en el rostro.
Claro, si no fuera tu hermana…
parafraseé su máxima de esa misma mañana, lo que lo dejó sin palabras por un instante.
Bueno, eso no quita que me guste verte así, peque…- se defendió echando una mirada de arriba abajo a mi cuerpo.
En ese momento, Silvia salió del baño también vestida solo con un conjunto de ropa interior y cantando escandalosamente una canción de Pablo Alborán:
Y tú, y tú, y túuu, y solamente túuu… Cooooño- se calló sorprendida al encontrarse de cara a mi hermano que la miraba riéndose.
Esto parece la mansión Playboy- dijo entre bromas.
Sólo nos falta el actor porno- soltó Silvia, como si no supiese nada.
Mi hermano se quedó por un momento cortado, pero como siempre demostró una gran suficiencia para controlar la situación. A este hijo de puta no había forma de sacarlo de sus casillas ni ponerlo contra las cuerdas.
- No creo que eso os haga falta a vosotras con esos cuerpazos…- sentenció pasando por nuestro lado para dirigirse a su habitación y aprovechando para darme un cachete en el culo.
Silvia y yo entramos en mi habitación y comenzamos a reír. Nos encantaba este juego de seducción aunque por ahora él pareciera llevar la iniciativa. Creo que, precisamente, el hecho que no lleváramos la iniciativa, estando acostumbradas como estábamos a llevar el control de la situación, nos hacía sentirnos más excitadas con la idea. Bueno, eso y que el “contrincante” fuera un actor porno y, aparte, mi hermano.
Oye, ¿Y si nos quedamos en casa esta noche?- me dijo con una sonrisa perversa mi amiga.
¿Y eso?
Bueno, podemos tratar de averiguar si tu hermanito va a salir esta noche y si no, hacerle compañía…
¿Y cómo nos enteramos?
Joder, pregúntaselo a él… Si quieres voy yo y se lo pregunto.- dijo poniendo una pose insinuante y una sonrisa traviesa.
Ni de coña, zorra… Que te conozco y acabas con su polla en tu boca…- le dije un poco celosa.
Ummm, la verdad que la escena me atrae, jiji.- dijo Silvia acercándose a mi.- Ya he probado a la hermana, así que no me desagradaría el hermano.
Sus manos empezaron a sobar mi cuerpo, sacando mis tetas del minúsculo sujetador y comenzando a chupar mis pezones. Por un momento, perdí la compostura pero me recuperé justo a tiempo.
Estate quieta, cabrona… Que nos van a pillar.- protesté alejándola de mí antes de caer en la tentación.
Vale, vale… Pero ve y averigua eso…- me dijo amenazante con los brazos en jarra.
De acuerdo, lo haré. Pero luego tenemos que planear como lo vamos a hacer.- le dije poniéndome un pantalón corto y una camiseta.- Preguntaré a mi madre si sabe que va a hacer.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina donde estaba mi madre.
Mamá, ¿sabes si Marcos va a salir hoy?
Pues no sé creo que no… Decía que mañana saldría a correr temprano y que no sabía que hacer. ¿Por qué?
Nada, porque como fue él quien me recogió ayer, para saberlo… A lo mejor nos quedamos Silvia y yo en casa viendo unas pelis. ¿Te importa que se quede a dormir?
Pues pregúntale a tu hermano. Tu padre y yo vamos a salir a cenar esta noche y volveremos tarde. La verdad que nos quedaríamos más tranquilos si no salís ninguno de los dos.- dijo mi madre sin sospechar las intenciones al quedarnos en casa.
Vale, le preguntaré… Podríais darnos dinero para pedir unas pizzas, ¿no?
Siempre pidiendo esta niña… De acuerdo te lo dejaré al lado del teléfono.
Volví a subir las escaleras emocionada al saber que nuestro plan iba sobre ruedas; dispuesta a preguntarle a mi hermano sobre sus planes para esta noche. Pero al subir a la planta de arriba, escuché el ruido de la ducha, por lo que tendría que esperar a que Marcos terminara de ducharse. Me dirigí entonces a mi habitación para informar a Silvia sobre mis pesquisas.
Al entrar, mi amiga se sobresaltó sacando la mano que tenía metidas en las bragas, mientras veía un video en mi ordenador de sobremesa.
La madre que te parió, ¿qué hacías?- le dije acercándome, riéndome y viendo como otro video de mi hermano follando se reproducía en el PC.
Pues que quieres que te diga; saber que lo tienes aquí a mano y no poder abrocharlo. Para que imaginar como folla si tenemos una autentica videoteca sobre sus habilidades…
Jajaja… Bueno, al menos no te has metido en la ducha con él. – bromeé
No me tientes, que me has dejado sin correrme, jaja.
Estábamos en eso, cuando llamaron a la puerta de mi habitación y abrieron sin esperar respuesta.
- Hola, perdonad…- se disculpó Marcos, que venía sólo con un boxer puesto, donde se notaba un tremendo bultazo de una polla aún sin estar en erección.
Su torso desnudo y sus abdominales marcadas. Nos dejaba ver ahora mismo mucho más cuerpo del que nos había dejado a la vista esa tarde en su maratón sexual con Laura, donde sólo se había despojado de sus pantalones.
No pasa nada… Pasa, pasa.- contestó Silvia, sin esperar a que yo contestará, y haciendo un autentico escaneado de su musculoso cuerpazo. Tengo que decir que mi amiga seguía en ropa interior, pero siguió sentada en la silla del ordenador, apagando corriendo la pantalla.
Bueno, sólo venía a daros esto que supongo que es vuestro, porque a mamá no creo que le estén bien…- dijo sacando de detrás suyo un tanga arrugado que, por supuesto, pertenecía a mi amiga que era la única que se había duchado.
Uy, es mío, perdón…- dijo levantándose de forma rápida para ponerme delante mía y coger su prenda de las manos de mi hermano.
Yo me reía de la ocurrencia de Silvia, porque estaba semi desnuda y, además estaba completamente seguro que, había dejado esa prenda en el baño a propósito.
Bueno, pues os dejo que os vistáis que no veas el espectáculo que me estáis dando.- dijo sonriendo Marcos, admirando el cuerpo de Silvia.
Oye, tate…- le dije antes de que se fuera.- Silvia y yo nos vamos a quedar a descargar unas películas y pedir unas pizzas. ¿Tú vas a salir?
Bueno, tenía pensar salir a dar una vuelta, pero si queréis me quedo con vosotros… Yo os invito. Pero tenéis que vestiros si vais a ver esas películas conmigo.- dijo volviendo a escrutar el cuerpo de Silvia, lo que me puso algo celosa.
Oye, Marcos, ¿te puedo preguntar algo?- dijo Silvia jugueteando con su tanga en la mano y provocándome pavor conociendo la burrada que podía soltar.
Sí, claro, dime…
¿Todo eso es tuyo?- soltó señalando, sin cortarse un pelo, el paquete de mi hermano.
Marcos sonrió ante la ocurrencia de mi amiga pero lejos de sentirse incomodo contestó con una naturalidad pasmosa:
- Sí, es todo mío… Y, ¿sabes una cosa, guapa? Eres la segunda que me lo pregunta hoy- inquirió mi hermano haciendo referencia a la madre de su retadora.
No pude evitar echarme a reír al ver la cara que se le quedó a Silvia, que otra vez esperaba dejar tirado a mi hermano y se había visto superada.
Bueno es muy fácil meter relleno de algodón en unos calzoncillos así…- espetó tratando de quedar aún por encima, mientras yo asistía atónita a este particular enfrentamiento.
Seguro que es fácil, pero podemos hacer una cosa.- dijo esta vez mirándome a mí a los ojos- Cuando se vayan papá y mamá, cenamos y después os enseño si hay relleno o no…
Bu…Bueno, vale…- tartamudeé de la impresión.
Voy a vestirme, luego nos vemos en el salón. Pedid las pizzas de lo que queráis…- dijo, sin darle importancia a sus palabras anteriores y saliendo de la habitación.
Por unos segundos, se hizo el silencio en la habitación. Silvia, que había dejado de juguetear con el tanga me miraba con los ojos como platos, a la vez que yo trataba de recuperarme de la impresión del momento.
O…Oye… ¿Ha dicho que nos va a enseñar la polla? - dijo sin dejar de mirarme.
Sí- atiné a decir porque no me salían más palabras de la garganta.
Joder, este tío se está acostumbrando a dejarme sin habla.
Me metí a ducharme tranquilamente, mientras mis padres se iban a cenar. Me vestí con Silvia al lado, que me aconsejaba un conjunto de lencería muy sexy porque “la noche prometía”, como no paraba de decir. Bajamos al salón con unos pijamas de verano puesto y con un pendrive con películas de mi ordenador; pedimos un par de pizzas familiares mientras mi hermano llegaba.
Marcos bajó al cabo de unos minutos. Iba vestido con un pantalón corto de deporte y, de nuevo, con el torso desnudo.
¿Ya han llegado las pizzas?- preguntó mientras sentaba en el sofá en medio de nosotras.
No, estarán a punto de llegar… Le dije sin dejar de mirar su cuerpo.
Las pizzas llegaron al cabo de media hora y comimos hasta ponernos las botas; vinos una película de miedo, que dio oportunidad a Silvia a agarrarse más de una vez al cuerpo de mi hermano; nos bebimos dos cajas de vino con refresco de limón, mientras pasaba el rato.
Bueno, ¿queréis ver otra peli?- anunció Marcos levantándose del sofá y agarrando el mando a distancia de la tele.
¿No hay más vino?- contestó con otra pregunta Silvia que apuraba lo poco que quedaba en su vaso.
Pues creo que no, pero tampoco es cuestión de que cuando lleguen mis padres estemos borrachos como una cuba.- le dije a mi amiga sin dejar de mirar el culo a mi hermano que me daba la espalda..
Bueno pues a ver que película elegimos…- dijo mi hermano abriendo el menú del pendrive, para ver la lista de películas.- Esta vez me toca elegir a mí, que vaya peliculita que habéis cogido vosotras.
En ese momento, Silvia me miró con una sonrisa maquiavélica. Desde ese mismo instante ya sabía que la zorra de mi amiga había preparado algo y suponía lo que era, al haber elegido ella las películas mientras yo estaba en la ducha. 300, Camino a la perdición, La Morada del miedo, Paso de ti… Y, por ultimo, Fuck Gym X , una de las películas de Lexxxus, o sea mi hermano, que se quedó frío al ver ese titulo en la pantalla del televisor.
¿Q…Qué es eso?- dijo tartamudeando demostrando, por primera vez, verse superado por la situación.
Una película de acción y ciencia ficción…- dijo Silvia que disfrutaba de ver a Marcos descolocado.
¿Dónde la habéis encontrado?- inquirió él que buscaba alguna escapatoria a la encerrona.
Digamos que tengo un amigo que un coleccionista de películas de importación- sonrió divertida Silvia, que estaba vengándose por todos los desplantes que mi hermano le había hecho durante la tarde. Yo permanecía callada y avergonzada sin ser capaz de mirar a la cara a Marcos.
Pero, ¿la habéis visto?- dijo levantándose para mirarme a mí, que volví a agachar la cabeza.
Pues en realidad no… Ah, que te refieres al video, jaja- bromeó ella- Sí lo hemos visto y por eso te digo que eso es ciencia ficción…
¿Me estás retando? ¿Estás picándome para que te la enseñe?- contestó sonriendo Marcos, que empezó a recuperar el control.
Sería un bonito fin de fiesta, ¿no crees?- dijo mi amiga abriendo sus piernas sentada en el sofá y mordiéndose un dedo.
Y tú, peque… ¿Quieres verla?- me preguntó mirándome a los ojos.
Yo asentí como una autómata sin saber muy bien porqué. Marcos sonrió de nuevo con autosuficiencia y tirando para debajo de la goma de pantalón deportivo nos mostró su polla que, aunque aún no estaba dura, ya tenía un tamaño muy considerable; mucho más grande de lo vimos desde nuestro escondite esa tarde y en el video mientras follaba con la rubia neumática.
Madre mía, que polla…- dejó escapar Silvia, echándose la mano a la boca en gesto de sorpresa.
¿Tú no dices nada, peque…?- me preguntó Marcos, mientras empezaba a masturbarse delante nuestra y su rabo comenzaba a ganar dureza.
Es… Es muy grande…- conseguí decir; estaba totalmente fuera de mí porque una cosa eran los juegos de provocación y otra era tener la polla de mi hermano a menos de dos metros.
La situación se iba desmadrar de un momento a otro, porque conociendo a Silvia y llegados a este punto sabía que no se iba a contentar con verla y no probarla.
- ¿Puedo tocarla?- dijo sin un atisbo de rubor mi amiga que se le hacía la boca agua de ver semejante rabo.
Mi hermano Marcos, por toda respuesta, se acercó al sofá donde estaba sentada Silvia con su pollón en la mano, poniéndose al alcance de mi ansiosa amiga. Ella me miró como pidiéndome permiso, cosa que supongo que interpretó del silencio con el que yo miraba la escena.
Joder, que caliente está…- dijo Silvia al rodear la polla de mi hermano con su mano, que no llegaba a abarcar todo su grosor.
Mueve la mano, preciosa que aún puede crecer un poco con tus caricias.- susurró mi hermano, sin dejar de mirarme.
La mano de mi amiga comenzó a moverse de arriba abajo con suavidad y ella sentándose en el suelo a escasos centímetros de aquella polla, tenía una vista privilegiada. Sin esperar un momento, llegó lo inevitable: Silvia se metió aquel capullo en su boca, para empezar a hacerle una mamada espectacular a mi hermano que, cerrando los ojos, echó la cabeza hacía atrás con un profundo suspiro.
Allí estaba yo, viendo como mi hermano jadeaba ala vez que la cabeza de mi amiga subía y bajaba de su entrepierna, sin llegar a meterse más de la mitad de aquella monstruosa polla. Sin decir una sola palabra, mi coño ya era un mar de jugos. Miraba la polla y después la cara de mi hermano alternativamente, como si fueron dos elementos que no pudieran estar juntos. Y, sin pensarlo mucho me levanté, me acerqué a mi hermano y quitándome la camiseta, pegué mis tetas a su musculosa espalda.
- Ummm, peque… ¿Por qué no me la chupas tú también?- me dijo, girando el cuello hacía atrás para ver mis pechos.
Me separé de su espalda y poniéndome de puntilla, le dí un beso en la boca; él la abrió y nuestras lenguas se encontraron por primera vez. Su saliva entraba en mi boca y me volvía loca de cachonda que me ponía. Mientras, en la habitación resonaban los chupetones de Silvia en la polla de mi hermano.
Me agaché sin pensármelo y, poniéndome al lado de mi amiga, empecé a lamer el tronco de aquel rabo por uno de sus lados. Silvia, que me vio ponerme de rodillas con mis tetas al aire, no dejó pasar la oportunidad de ofrecerme aquel rabo, dirigiéndolo directamente a mi boca y empezó ella a chupar mis pezones, jugueteando con su lengua en ellos.
Joder, ¿así que también jugáis vosotras solitas?- se sorprendió mi hermano mirando la escena desde arriba.
No sabes lo rico que es comerse el coñito de tu hermana, Marcos- dijo Silvia mientras yo jugueteaba con mi lengua en el glande de mi hermano.
No lo sé… Pero es fácil descubrirlo- sentenció a la vez que me cogía de las axilas para levantarme y echarme sobre el sofá.
Me quitó el pantalón del pijama con el tanga la vez, dejando mi depilado coñito a la vista. Yo abrí mis piernas como una invitación a que me lo comiera y él no se hizo esperar y metiendo su cabeza entre mis muslos comenzó a lamer mi clítoris, provocando que yo lanzará un gemido ronco que llenó la habitación.
Dios santo, que morbazo, Sandra…- dijo Silvia- Tu hermano te está comiendo el coño, ¿te das cuenta?
Síiiii, siiiii…- sólo atinaba a decir entrecortadamente entre los jadeos que me provocaba el soberano cunnilingus que me estaba practicando Marcos.
Mi amiga se inclinó, tumbándose en el suelo para volver a apoderarse de la polla de mi hermano con la boca.
Dime que te gusta, hermanita…- me pidió mi hermanazo , sacando por un momento su lengua de mi coño.
M… Me gusta… Ummm… Tateee… Sigue, por favor- le contesté apretando su cabeza contra mi coño. Y es que no sé si era por el morbo del momento pero estaba a punto de correrme en la boca de mi querido Marcos.
Vamos, peque… Correte en mi boca, quiero que me des de beber…- decía mi hermano martilleándome el clítoris con la punta de la lengua.
En ese momento perdí totalmente la orientación al sufrir uno de los orgasmos más bestias que he tenido en mi vida. Notaba unas brutales convulsiones en mi coño y tuve que morder uno de los cojines del sofá para ahogar el desgarrador grito que surgió de mi garganta; en todo ese rato, Marcos no dejó de lamerme y de tragar todos mis jugos hasta dejarme deshecha en el sofá.
- Ahora vamos arriba, vaya que lleguen nuestros padres y no creo que les guste ver una escena así en su salón- dijo mi hermano que quitándole el “biberón” a Silvia me cogió en sus fuertes brazos para llevarme a mi habitación.
Silvia nos siguió sin dejar de sobar la espalda y el culo de mi hermano. Yo, mientras, estaba en brazos de mi hermano acurrucada en su pecho, tratando de recuperar el aliento de la corrida que había tenido en el sofá. Llegamos a la habitación y, dejándome suavemente sobre la cama, se giró hacia mi amiga Silvia.
Ven aquí, putita, que no sabes las ganas que te tengo…- soltó mi hermano algo amenazante arrinconando a mi amiga contra la mesa del ordenador.
¿Sí? Demuéstrame que lo de la película no está trucado…- retó Silvia, que no estaba dispuesta a dejarse amedrantar.
Mi hermano le dio la vuelta apoyándola en la mesa del ordenador; bajó su pantaloncito de pijama hasta las rodillas, arrancó el tanga, provocando una ligera queja de Silvia. Cogió su polla y empezó a juguetear con la entrada del coño de mi amiga y no dejaba de culear hacia atrás buscando el contacto.
- ¿Me vas a hacer esperar much…? Oooooohhhh- dijo la zorra de mi amiga sin poder llegar a terminar la frase al sentir como la polla de mi hermano le entraba como una durísima barra de carne.
Los siguientes minutos fueron una locura. Los pollazos de mi hermano en el coño de aquella zorra la hacían gritar incluso más que a su madre. Yo, una vez recuperada del brutal orgasmo, empecé a masturbarme viendo la escena.
FOLLAME, HIJO DE PUTA… DIOS MIO, ME VOY A DESMAYAR- gritaba Silvia fuera de sí, haciendo que mi hermano subiera aún más el ritmo lo que hacía que incluso la mesa del ordenador crujiera.
¿Te gusta lo que ves, peque?- me decía mi hermano mirando como me pajeaba mirando aquel polvazo.
ME VOY A CORRER, JOOOOODER… QUE ME MEOOOO DE GUSTO…- interrumpió mi amiga que empezó a gemir, a la vez que se corría moviendo su culo contra la polla de mi hermano.
Los dos se quedaron quietos y, al sacar Marcos la polla del coño de mi amiga, ésta se sentó en el suelo agotada. Después se tumbó en el suelo en posición fetal y, tocándose el coño, dijo:
- Creo que me lo ha dado de sí… Lo tengo escocido y todo… Joder que polvo.- decía Silvia sin poder levantarse.
Marcos me miró con su polla aún durísima y yo, como respuesta por segunda vez, me limité a abrir mis piernas. Él subió a la cama y se metió entre mis piernas y mientras me besaba con mucha lengua ponía su polla en mi coño, para penetrarme muy suavemente.
UUUFFFFFFF…-dejé escapar un suspiro al sentir como aquel rabo me llenaba, centímetro a centímetro, ensanchándome hasta el máximo las paredes de mi vagina.
Estaba deseando de hacértelo, cariño.- me decía mi hermano, empezando a moverse dentro mía.
Yo lo abrazaba, sintiendo su pecho aplastando mis tetazas. Movía su pelvis sacando y metiendo aquel trozo de carne de mi coño y haciendo aullar de gusto. Sin subir el ritmo empecé a correrme por segunda vez..
- TATEEEE… ME CORROOOOO…- gemí dejando escapar un largo grito lo que parecía incentivar a mi hermano que poniendo mis piernas en sus hombros empezó a follarme mucho más fuerte.
Plaf, plaf, plaf, plaf … La habitación se llenaba del particular sonido de los huevazos de Marcos chocando con mi culo mezclado con los jadeos de ambos. Mis tetas se sacudían y Silvia se acercó a mí comenzando a chuparme, otra vez, esos pezones de los que parecía estar enamorada.
- HIJOS DE PUTAAAAHH… ME VAIS A MATAR DE GUSTO… -gritaba, perdida toda la vergüenza, y sintiendo como pequeños orgasmos se sucedían uno tras otro, haciendo crecer un quemazón en mi interior.
Mi hermano me cogió por la caderas levantándolas y empezó a follarme como una bestia jugando conmigo como una muñeca.
TOMA HERMANITA, TÓMALA TODA…- plaf plaf plaf- QUIERO QUE SEAS MI PUTA…
SOY TU PUTA… TU MUJER… DIOOOS ME MUEROOOHH… AHHHHGH- no podía parar de gritar, alimentaba por los pollazos de mi hermano que me llegaban a la matriz.
Silvia me agarraba la cabeza para que pudiese ver como el pollón de mi hermano entraba como una barrena en mi chorreante coño, que incluso salpicaba de la lubricación.
En cuanto se corra dentro tuya, me voy a comer ese coñito con vuestros jugos mezclados… Ummm- me decía Silvia al oído, poniéndome aún más cardiaca.- Joder, ¿eres consciente de que el que te está follando es tu propio hermano?
YA ME VIENE, PEQUE… ME VOY A CORRER…
LLÉNAME, TATE… LLENA A TU PUTAAAAHHH- empecé a gritar.
Sin esperar más y entre gritos y unos últimos pollazos soberbios, mi hermano empezó a correrse en mi coño; eso que tantas veces me había pedido Lucas y nunca le había concedido. Llegué a sentir hasta seis latigazos de leche en el interior de mi coño, mientras tenía el orgasmo más abrasador que he tenido en mi vida, que hizo que por uno segundos perdiera el conocimiento.
Volví en mí cuando noté la boca de Silvia comiéndome el coño y limpiando la lefa que chorreaba de mi entrepierna. Mientras mi hermano tumbado en la cama, a mi lado besándome muy tierno los hombros y la cara y limpiando de sudor mi frente con el dorso de su mano.
Después de descansar un rato, nos vestimos para evitar que nos pillaron mis padres y nos fuimos cada uno a nuestra habitación. Silvia y yo estuvimos comentando la maravillosa tarde entre caricias y besos. Había nacido una nueva vida para mí, en la que no renunciaría a disfrutar de mi querido hermanazo Marcos.
*
A las tres de la mañana, Enrique abrió la puerta de la casa mientras su mujer aparcaba el coche, porque al haberse tomado el un par de copas no le dejó conducir. Ella entró y le riñó por estar en la cocina con la luz encendida, porque “iba a despertar a los niños”.
Como siempre se sentó en el sofá del salón a ver un rato la tele mientras su mujer subía a dormir… Normalmente veía alguna película a medio acabar para coger sueño. Cogió el mando y encendió el televisor, cuando una película porno empezó a reproducirse. Cuando vio a su hijo follándose a aquellas dos actrices se quedó blanco. Marcos. Su hijo. Sin darse cuenta se estaba masturbando viendo a su vástago follar como un animal.
*
A la mañana siguiente, su hija y su amiga Silvia bajaron al salón a tomar el desayuno, mientras Enrique leía el periódico, aún turbado por las imágenes del video que vio ayer. Estaba analizando la charla que iba atener con su hijo, a solas. Porque sabía que su madre no entendería esa profesión de su hijo mayor.
Pero más perplejo se quedó cuando vio como su hija Sandra le preguntó a Silvia que donde había dejado su pendrive, y su amiga le contestó que no lo quitó del televisor. Ella lo cogió de allí y se lo guardo en un bolsillo. Se acercó a su padre y le dio un beso en la mejilla:
- Buenos días, papá… ¿Os lo pasasteis bien?
Enrique asintió, volviendo a la lectura para disimular su excitación. Al irse las dos chicas por la puerta, no pude evitar mirar el culo de Silvia… Pero eso es otra historia…
(FIN)