Mi hermana y yo... 4 de 7
Remake libre y remasterizado de una historia entre hermanos. La cuarta parte.
4.
Como a las dos horas mi hermana salió de su cuarto, intentando mostrarse relajada… traía una piyamita con short y una blusita sin mangas… no traía sostén… me di cuenta al instante pero rápidamente retiré la mirada y me reproché por volverlo a hacer… traía una botella anís y un vasito en la mano (¿Mi hermana tenía botellas de alcohol en su cuarto?)
- “¿Qué estás viendo?” – me dijo cómo distraída.
– “Ya nada” – le dije sin retirar mis ojos de la pantalla – “Estoy buscando una película o algo que ver…”
-“¿Y tú?... ¿Qué haces con una botella en tu cuarto?”...
-“Ahhh… “¿Esta?... De la última peda”
– dijo como quitándole importancia, y luego agregó sin venir a cuento – “Si te la tomas despacito sabe muy rica… ¿Quieres?...”
Negué con la cabeza… A la botella le quedarían, máximo, tres o cuatro tragos… Me pregunté con cuantos había empezado…
- “¿Quieres un helado?”
– dijo parándose, dejando la botella en la mesita y pasando frente a mí… casi con naturalidad… el olor del alcohol me llegó en ese instante, pero pude notar que no estaba borracha (… no del todo).
- “Nel, estoy tomando Coca cola”
Mientras ella hurgaba en el refri me quedé pensando que ésta no era mi hermana, nunca la había visto tomar sola… nunca en su vida había ofrecido traerme algo… ésta amistosa y condescendiente hermana también me parecía extraña. Hubiera preferido que se levantara con su cara de hartazgo como siempre, que hubiera soltado algún comentario irónico sobre mis gustos en la tele y que se hubiera servido su cena o lo que fuera sin ofrecerme. Y que al regresar se hubiera sentado y me hubiera chingado hasta lograr que yo pusiera alguna película o serie que ella quisiera ver… Así al menos sentiría que realmente no había pasado nada y que todo sería como antes… como siempre.
Pero al volver con su helado se sentó a mi lado en el sofá, y en lugar de ver la tele se me quedó mirando un buen rato. Como yo no daba muestras de pelarla me dijo:
-“¿Quieres hablar?”
Porqué las mujeres siempre quieren hablar…
-“Nel… no sé… ¿tu?”…
respondí tratando de no parecer tan confundido pero sin despegar los ojos de la pantalla.
-“¿Ya te masturbaste?”…
me dijo sonriente
- “Emhhh… No” … La voltee a ver… su pregunta me tomó por sorpresa. ¿Y ahora?... ¿A qué viene esa pregunta?... ¿Le voy a tener que informar de todas mis chaquetas? ¿Hora, lugar y satisfacción también?
- “Pues no deberías quedarte con esa calentura…"
Me decía eso con la boquita brillante por el helado y con sus labios carnosos en forma de corazón chupando el helado de manera… ¿excesiva? Yo miraba boquiabierto. Ella puso cara de falsamente ofendida.
-“Ay yaaaaa… ¡Deja de mirarme así!…”
-“Así como…”
-“Así como si quisieras comerme…”
-“Pues no hagas preguntas que no quieres escuchar… ¡Y deja de hacer eso!”
-“¿Hacer qué?”...
me dijo sonriendo… y luego, como si apenas lo descubriera volteó a ver el helado.
-“¿Hacer esto?”
Y empezó a lamerlo con verdadero morbo, como si estuviera realmente saboreándolo. Rió de buena gana al ver que en mi pantalón volvía a levantarse un circo.
-“Perra… ¿Me quieres volver loco?”
Me guiñó un ojo.
-"¿De verdad te parezco sexy?"
¿Qué pedo?... (¿Mi hermana se droga?)… ¿Y todo el discurso sobre la hermandad?... Y esto está mal y no lo deberíamos hacer y bla bla bla… ¿No que no quería que la tocara?
-"¿Sexy?... Estás buenísima hermana"
-"¿Te parezco más atractiva que otras chicas?"
-"Claro…"
-"Pero soy tu hermana…"
-"Pero...es que tú me provocas Perrilla"
De nuevo su risa.
-"¿De veras?... Dime ¿cómo te provoco?"
-"Sí… me vuelves loco… con tu cuerpo, con tu ropa, con tus piyamas, con esa forma de mirarme y de comerte el helado… y… lo que pasó anoche… eso fue… eso me descolocó… anoche me volví loco… y lo de hoy también… ahora ya sabes que te espío y que me masturbo pensando en ti… no soy de madera Perrilla… Pero ya olvídalo hermana… no sé qué más decirte… No quiero que te enfades conmigo…”
-“No Perrito, dime… De verdad… ¿Te masturbas pensando en mí?”
-“Te imagino cómo te desnudas ante mí y cómo me acaricias y como te penetro..."
A mi hermana se le dilataban las pupilas y las mejillas se le sonrosaban. La plática había subido de temperatura… Su cara resplandecía y su excitación iba en aumento. De nuevo me sorprendía… Confirmé que a ella también le excitaba y que me estaba ofreciendo algo. Eso me gustó porque significaba que no era yo el marrano-cabrón-hijo-de-puta-de-mente-chaquetera que me lo había inventado todo. Mi hermana realmente me estaba seduciendo. Su siguiente comentario me dejó impresionado:
-"¿Te gustaría masturbarte aquí… viéndome?"
-"¿Qué?... No… me da vergüenza"
-"¿Por qué?, no seas tonto, ¿No dices que te haces miles de chaquetas imaginándome?... Pues aprovecha y hazlo viéndome… a mí no me importa… además me gustaría verte cómo lo haces"
Claro que me apetecía, pero sentía cierto reparo de hacerlo delante de ella, nunca me había masturbado delante de nadie.
-"Me da pena..."
-"Venga… me gustaría verte y ¿sabes qué?... me excita saber que lo haces por mí"
De nuevo su frase me sorprendió, pero también me excitó mucho. Contesté ruborizado.
-"No me atrevo… ¿No dijiste que esto no debía a pasar?"
-“Te dije que no íbamos a coger… y no vamos a coger… ni siquiera te voy a tocar… Anda…
-“¿Y esto qué es?...
-“¿Quieres que yo te provoque?... ¿Quieres verme desnuda? ¿Pongo alguna pose sexy? ¿Quieres que me masturbe yo también?"
Sin dejarme responder mi hermana se quitó la blusita de la pijama, me la aventó con una carcajada… luego se bajó el short y quedó únicamente con una pequeña tanga frente a mis ojos… Yo traía cara de susto, todo iba muy rápido y era demasiado… (al fin estaba tal cómo la había imaginado en tantas chaquetas… pero esto lo superaba todo…)
-“¿Era esto lo que te habías imaginado?”
-“Estas buenísima perrilla… buenísima…”
-“Tu también quítate la ropa”
Estas palabras me sacaron del trance hipnótico en el que me encontraba. Se tumbó boca arriba en el sofá de enfrente y comenzó a pasar la lengua por sus labios mientras veía cómo me desnudaba… En una pose muy erótica, con una mano se acariciaba los senos y se pellizcaba los pezones con la otra iba bajando por su cintura hasta llegar a la tanga… Cuando me quedé en calzones (me dio pena quitármelos puesto que ella tampoco lo había hecho), me recosté en el mismo lugar de antes y ella abrió sus piernas y empezó a estimularse por debajo de la tanga donde asomaba su bellísimo erial de pelitos… ¡Vaya espectáculo!
Dudé en principio, la escena completa todavía me asombraba, dilaté algunos segundos para hacerme a la idea de que esto estaba pasando, aquí, ahora y a mí… Pero con aquella escena, mi mano obedeció a mi hermana y comencé a masturbarme suavemente, con lentitud… primero por encima del calzón y luego por debajo… Disfrutando de lo que tenía delante… Observando su hermoso cuerpo por primera vez a unos centímetros del mío y viéndola cómo se masturbaba. Arqueaba su espalda para mostrarme con mucha sensualidad todo su cuerpo… Abriendo las piernas, para que yo pudiera ver bien donde estaba su mano y algunos retazos de sus labios… Me percaté que estaban brillantes debido a lo cachonda que estaba. Yo ya no pude más y me saqué el pene y comencé a masturbarlo en toda regla…
-"Qué pene más lindo tienes Perrito… Me gusta verte masturbándote"
-"A mí también me gusta…"
Ella cerraba los ojos, soltando gemidos y jadeos… Su cuerpo brillaba por el sudor… Mi pene estaba a punto de reventar... Empezó a respirar más profundamente, sus labios parecían hincharse y sus pezones estaban erectos… De repente su respiración se hizo entrecortada, jadeó con más fuerza lo que me hizo entender que estaba teniendo un orgasmo… En ese momento me vine… varios chorros de semen cayeron por la alfombra y el sofá.
La Perrilla se quedó tumbada un rato recuperándose y yo también… Me sonrió:
-"Ufff… Ha sido bonito ¿Verdad?"
-"Ya lo creo…"
-"¿Mejor que imaginarme?"
-"Mucho mejor… ¿Y tú?... Te ha gustado ¿No?"
-"Sí… he tenido un orgasmo bruto…. bruto"
Nos quedamos un buen rato en silencio… un silencio entre incómodo y somnoliento… Después de un rato, se levantó como desperezándose… levantó su pijama del suelo y luego, con una sonrisa en los labios me dijo… “Buenas noches hermanito… Te quiero” … me aventó un beso con la mano… y mientras se alejaba contoneando sus hermosas nalgas me dijo – “Esto habrá que repetirlo Perrito… habrá que repetirlo…”
Pero ya nunca lo repetimos… ya nunca nada sería igual…