Mi hermana y yo
Tengo mi primera experiencia sexual con mi hermana
Este relato es una continuación de "La profesora", publicado en la cuenta "el puto amo", por problemas de publicación me he visto obligado a crear otra cuenta donde publicar los próximios relatos, pero soy la misma persona, sin más dilación, comenzad la lectura y espero que os guste:
Corrían los 90, finales, yo estaba en el salón de mi casa jugando a videojuegos, mi padre estaba en el bar, trabajaba allí y mi madre estaba de viaje y no volvería en un par de días, mi hermana estaba en su habitación estudiando para sus exámenes, se enfrentaba a los últimos exámenes de la ESO, yo aún no tenía que preocuparme, aún tenía 18 años y 6º de primaria lo llevaba bien. Mi hermana salió de su cuarto a recoger una camiseta del cesto que se hallaba en el salón, tenía las piernas muy altas y bronceadas, a diferencia del resto de su cuerpo, el cabello corto y rubio y los ojos del color de la avellana, iba vestida con un pantalón chino y un sujetador gris que realzaba sus enormes senos, mis amigos maravillaban cuando observaban a mi hermana y decían que yo era un tonto por no intentar nada con ella siendo mi hermana, pero yo aún era muy inocente, no tenía conocimientos y nadie quería explicarme nada por lo que para mí, verla vestida y verla en sujetador era lo mismo, no me excitaba. Esa noche iba a cambiar mi forma de ver las cosas.
Esa noche abrí el grifo de la bañera y me metí en ella hundiendome hasta que la respiración no me dio más y tuve que salir de allí, alcé la cabeza y vi a mi hermana sacandose la camiseta quedandose con el sostén sólo, que pronto se quitó y pude ver sus pechos, grandes y con 4 o 5 lunares sobre su pecho derecho, nunca lo olvidaré, enseguida, mi diminuta cosita de 5 cm se puso dura y se irguió por primera vez en mi puta vida, ahora medía 10 cm, ¡guay!, mis amigos nunca se lo creerían.
Mi hermana descorrió la cortina de la ducha y me vio a mí ahí tumbado con una erección de caballo y mirandola sonriente.
-Daniel,¿Qué haces aquí?-me gritó mientras se tapaba las tetas.
-Ducharme, pero has entrado tú y te has desnudado y me he puesto aquí sin saber porqué-dije yo confesándolo todo y poniendome de pie, dejando mi polla horizontalmente señalando a mi hermana.
Ella se rió.
-No te rías, no sé porqué me pasa esto-dije yo cruzando los brazos y dandole la espalada.
-Ay hijo, no es nada malo, no te vas a morir por eso-dijo ella conteniendo la risa.
-¿Entonces qué me pasa?-pregunté yo.
-No sé si te lo tengo que explicar yo, soy tu hermana-dijo ella.
-Jo, qué rollo, nadie me cuenta-dije yo.
-Está bien, nano-dijo ella-Eso se llama pene.
-Eso ya lo sé, quiero saber porqué está duro y más largo-dije.
-Has tenido una erección, pasa cuando estás estimulado sexualmente-explicó ella.
-¿Qué significa estimulado sexualmente?-pregunté yo.
-Pues... ¿sabes cuando papá se queda viendo la tele hasta tarde, se oyen gritos de mujer y mamá le dice que hay niños durmiendo? -preguntó ella.
-Sí-respondí yo.
-Pues hasta ese punto se ha llegado mediante la estimulación sexual-dijo ella.
-¿Pero qué es?, no hasta donde se llega-pregunté yo.
-Es cuando tu pene se pone duro y tienes ganas de follar-respondió ella.
-¿Qué es follar?-pregunté yo.
-Lo que papá ve y mamá no quiere que nosotros oigamos-respondió ella.
-¿En qué consiste?-pregunté yo.
-Joder, nano, consiste en la introducción de un pene en la vagina de una mujer, sirve para hacer hijos-respondió ella.
-¿Entonces papá y mamá follaron y nacimos nosotros?-pregunté yo.
-Más o menos, si se hace con protección no se hacen hijos-respondió ella.
-¿Protección?-pregunté yo.
-Sí, el condón, un objeto que se pone alrededor del pene y cuando te corres, el semén se queda dentro y de esa manera no llega al óvulo-respondió ella.
-¿Qué es correrse?¿Y semen?-pregunté.
-Sabía que lo ibas a preguntar, el semen es un conjunto de espermatozoides, muchos de ellos, nadando en un líquido viscoso, corresrse, es la acción de expulsar el semén al interior o exterior de la vagina de la mujer¿Alguna pregunta más?-respondió ella.
-Suena bien ¿podemos hacerlo?-pregunté yo.
-¿Qué dices? Anda tira de aquí-dijo ella.
Me sacó de allí y me lanzó al pasillo, yo le lancé una pedorreta a la puerta cerrada del baño y me encaminé hacia mi habitación insatisfecho, había tenido la sesión teórica, ahora quería la sesión práctica, como en gimnasia, hacían los examenes y luego podían practicar con los balones tirandolos a portería o a la canasta, no era justo que se quedara sin clase práctica.
20 minutos después su hermana salió del baño envuelta en una toalla y llamó a la puerta de su habitación.
-¿Puedo pasar, nano?-preguntó.
-No-respondí.
-Olga, Olga es la contraseña para pasar a tu palacio-dijo ella.
-Venga, pasa-dije yo enfadado aún, pero como se sabía la contraseña no podía dejarla fuera, era la ley.
-Quería decirte una cosa-dijo ella.
-Rápido-dije yo sin mirarla.
-Perdón, no debí haberte hablarte así, pero hay ciertas cosas que no debemos hacer, somos hermanos, no podemos romper esa barrera-dijo ella.
-No, lo siento yo, no debí enfadarme contigo, eres la única que me ha explicado las cosas-dije yo.
-Anda, ven, aquí-dijo ella abriendo los brazos para que la abrazara.
-Eva, se te ven las tetas-dije yo tras abrazarla.
-Huy, lo siento-dijo ella recogiendo la toalla del suelo, yo ya me había empalmado.
El teléfono fijo sonó y ella corrió a cogerlo, la oí llorar y gritar enfurecida y colgar, se fue a su cuarto y se encerró a llorar, yo fuí a ver qué le pasaba.
-¿Te pasa algo?-preguntó yo cerrando la puerta a mis espaldas.
-Antonio me ha dejado, ha dicho que ha encontrado a otra mejor que yo, más mayor y con más experiencia-respondió ella.
-¿Más experiencia en qué?-pregunté yo.
-En el sexo- respondió ella sorbiendo la nariz.
-¿En la penetración?-pregunté.
-Sí-respondió ella observando mi pene a través del pantalón, que volvía a estar grande-Vaya, está grande.
-Sí, es que se te ha caído la toalla y estás desnuda delante de mí-respondí.
-¿Puedo?-preguntó ella señalandolo.
-Sí-respondí yo.
Ella bajó la bragueta, desabrochó el pantalón y lo dejó caer al suelo,cogió mi pene, que sobresalía un poco por el otro extremo de la mano, entre el índice y el pulgar, y lo meneó arriba y abajo.
-¿Qué haces?-pregunté yo.
-Darte esa clase práctica que te debo-respondió ella.
-¿No has dicho que los hermanos no pueden hacerlo?-pregunté yo.
-Pues vamos a hacerlo-respondió ella.
Me tumbó en la cama y se subió a mis piernas, la tenía sobre mí, sus piernas largas y bronceadas por el sol, su vagina, algo peluda, su abdomen, con un piercing en el ombligo y sus tetas, bamboleandose de arriba a abajo, su cabellera rubia y corta hasta los hombros meciendose de un lado a otro de su cara ocultando sus ojos avellana a intervalos.
-¿Tienes pelo en la vagina?-pregunté.
-Sí, se puede recortar, a tí también te saldrá en unos meses-respondió ella.
Ella seguía moviendo mi pene, masturbación, dijo que se llamaba y finalmente mi pene empezó a doler un huevo y medio
-Ahh-grité.
Ella me soltó asustada y salió un líquido blanco de mi diminuto pene.
-Me dolía, pero ahora ya no-dije yo con mi polla más relajada.
-La primera vez duele, las demás no-dijo ella-eso es el semen.
-¿Y qué se hace con él?- pregunté mirando las manchas blancas sobre la sábana.
-Limpiarlo antes de que mamá llegue-respondió ella.
Se arrodilló y succionó las manchas hasta hacerlas desaparecer.
-Ahora, la lección más importante, con esto te quitaré la virginidad-dijo ella.
-¿Qué es eso?-pregunté yo.
-Cuando no lo has hecho nunca, pero eso va a cambiar ahora-respondió ella.
Se colocó sobre mi pene y abrió sus labios vaginales.
-Se me olvidaba, antes tienes que chuparme ahí, yo también tengo que estimularme-dijo ella.
Yo chupé donde ella me indicó y sorbí el dulce néctar que de allí emanaba.
-Mmm, está rico-dije yo.
Chupé el clítoris, como ella me indicó y cuando estuvo listo, volvió a colocarse sobre mi pene..
-Ahí vamos-dijo ella
Fue descendiendo lentamente y poco a poco mi pene entró en su cueva, prohibida, hasta ese momento, para mí, la cabeza ya estaba dentro, siguió bajando hasta que mis huevos chocaron con su culo.
-Ya está, hecho-dijo ella.
-He perdido la virginidad -dije yo.
-Sí nano -dijo ella levantándose.
-No, no te vayas-le pedí.
-No me voy, es lo hay que hacer, subir y luego bajar-respondió ella llegando hasta la cabeza y luego bajando hasta la base de nuevo.
Lo hizo varias veces hasta que yo sentí que algo salía de mi interior y la avisé, ella se salió y me chupó la polla y el semen salió hacia la cara manchándola. Se escuchó la puerta de la puerta cerrándose.
-Ya estoy aquí familia-avisó nuestro padre echándose en el sofá, de ahí no se movía más
-¿Ya se ha acabado?-pregunté decepcionado cuando ella se levantó.
-Por hoy sí, pero mañana seguimos seguimos si quieres-respondió ella.
-Sí-dije yo ilusionado.
-Pero no debes decírselo a nadie, ¿me escuchas?A nadie- dijo ella.
-Vale Eva-respondí yo saliendo de allí mientras ella buscaba una camiseta.
-Bueno, ya se lo he dicho a mi chica, ahora vamos contigo-dijo Antonio colgando el teléfono.
-Eres un enfermo, te vas a enterar-dijo Mercedes.
-Ya veremos quién se arrepiente. Jajajaja -dijo él riendose mientras su risa malévola se extendía por la casa a oscuras.