Mi Hermana Se Hace La Dormida

Hacia final de ese año, para navidades o año nuevo, mis hormonas estaban locas y había jornadas en que llegaba a hacerme hasta 4 pajas por día. En general, todas iban dirigidas hacia compañeras de mi clase. Entiendo que todo cambió un día

Hoy en día, recuerdo casi todo como si fuera ayer. Si bien han pasado bastantes años, lo que he vivido no lo olvidaré jamás.

Antes que nada me presento. Mi nombre es Ismael. Todo empezó allá por el año 2005. Principalmente un poco antes, al final de 2004. En el cono sur de america, en Argentina estamos en verano en esos meses, así que como era habitual lo reinante era el calor.

Hacia final de ese año, para navidades o año nuevo, mis hormonas estaban locas y había jornadas en que llegaba a hacerme hasta 4 pajas por día. En general, todas iban dirigidas hacia compañeras de mi clase. Entiendo que todo cambió un día…

Me desperté una tarde luego de una siesta. Fui caminando hacia el baño. La puerta del baño se encontraba cerrada, y creyendo que no había nadie dentro, la abrí. Al mirar hacia delante, veo a mi

hermana

de pie, subiéndose la bombacha.

-Neneee cerráa ¡!!

Automáticamente cerré la puerta. Me quedé paralizado unos segundos. Enseguida salió mi

hermana

Mailén del baño.

-Que haces, porqué no golpeas antes de entrar???

-Perdón, en serio no me di cuenta que había alguien.

-Que tonto sos nene…

Los siguientes días no paraba de pensar en mi

hermana

. Con sus 19 añitos no paraba de imaginármela desnuda, y esa imagen tan erótica subiéndose su prenda mas íntima… (aún la tengo bien grabada en mi memoria) despertó un instinto sexual en mí hacia mi

hermana

que no pude parar. Como la había visto de frente, pude ver un poco de su entrepierna, pero fue muy poco y corto tiempo, solo segundos… recuerdo que tenia un poco de vello oscuro allí, pero la visión no fue plena como me hubiera gustado.

A partir de ahí, comencé a hacerme pajas pensando en mi

hermana

. Cada vez que terminaba, una sensación de culpa invadía mi ser, pero luego cuando tenia ganas de más, seguía pensando en ella.

Su delgada figura, cabello largo, liso y oscuro, sus ojos azules y su bonita cara, blanca piel, piernas muy fuertes. Además, sus tetas y su culito estaban mas desarrollados con 19 años que mis compañeras de clase, por lo tanto me llamaban la atención. Sus tetas eran bastante grandes para su edad, sobresalían al resto. Su culo no era sobresaliente pero tenia lo suyo. Era bien redondito según podía apreciar mientras caminaba por la casa con jeans ajustados.

Mi familia siempre fue de bajo poder económico. Nuestra casa era muy pequeña y humilde, teníamos una cocina, un baño, y 2 dormitorios.

Mi padre Darío, trabajaba de vendedor en un comercio de electrodomésticos, y mi madre Lucía, era secretaria en una empresa menor. Aún lo es, ya que sigue trabajando allí. Mi padre luego cambió de empleo pero eso se los contaré mas adelante.

Este era el último verano antes de que Mailén se fuera a vivir sola a Buenos Aires, ya que se iba a estudiar una carrera.

Volvamos al tema principal. Mi

hermana

y yo, desde pequeños, compartimos cuarto. Nuestro dormitorio era pequeño, mi cama estaba pegada a la pared derecha de la habitación, y su cama pegada la pared izquierda. Nos separaba un pequeño espacio de 1 metro entre ambas camas.

Yo era un chico bastante tímido, aun lo soy, pero en aquel tiempo lo era más. Siempre me daba vergüenza hablar con compañeras de curso, o algo por el estilo.

Recuerdo que fue uno de los primeros días de Enero. Estaba muy caluroso y no podía dormirme. Era avanzada la madrugada y prendí la luz de la mesita que tenemos en el medio de ambas camas para levantarme e ir por un poco de agua. Cuando me puse de pie, a mi lado estaba mi

hermana

. Estaba destapada,

dormida

dándome la espalda. Tenía una remera púrpura bien grande, que la usaba siempre para dormir. Le llegaba hasta medio muslo, y no tenia ningún tipo de pantalón, o algo de eso en las piernas, por lo que podía apreciar la mitad de sus muslos, sus rodillas y el resto de sus piernas.

Me quedé observándola unos segundos, y mi pija cobró vida propia. Me moví lentamente y sin hacer ruido, hasta poder ver de cerca sus piernas… tratando de ver algo más allá, pero no hubo caso. Fui por el agua y cuando volví, no aguanté más y con la luz apagada me hice una paja en mi cama.

Al día siguiente, después de haberla visto accidentalmente con poca ropa, hizo que me diera una idea… pensé que todas las noches podría hacer lo mismo. Sólo que debería estar un tiempo despierto para que ella se durmiese, y yo en medio de la noche encender la luz para verla.

Ese día no me había hecho pajas para esperar a la noche… recuerdo que estaba ansioso por hacerlo de nuevo.

Una vez de noche, mi

hermana

se había ido a dormir y yo esperé un rato para hacerlo. Después de eso, me fui a la cama. Dejé pasar un tiempo, luchando para no quedarme dormido, hasta que creí que era el momento idóneo.

Encendí la luz y Mailén estaba acostada boca abajo, con la cabeza girada hacia el otro lado. Podría observar su cabellera, su espalda y la parte de atrás de sus piernas. La remera estaba un poco corrida hacia arriba, y le llegaba a tapar hasta el borde del culo, no más.

Y vino la tentación. Es que es así. Uno no se puede contener ante tamaña situación. Tenía la intención de levantar esa remera y ver que había debajo. Me acosté y apagué la luz. Me quedé pensando unos minutos, con la verga dura.

“¿Y si se despierta? ¿Y si me descubre? ¿Y si papá y mamá se enteran? Tengo que verlo… es sólo unos segundos… no se dará cuenta… esta dormida…”

Esos pensamientos revoloteaban en mi mente, pero me decidí a hacerlo. Con extremo cuidado, pero lo iba a hacer. Debía hacerlo.

Prendí la luz. Por suerte no se había movido de su posición. Me puse de pie a la máxima lentitud posible para no hacer ningún tipo de sonido que pueda despertarla. Me arrodillé en el piso, en el espacio que hay entre las dos camas, a la altura de su culito.

Aún recuerdo como me temblaba la mano. La fui acercando muy despacio, a cámara lenta, y agarré el borde de la remera con dos dedos. Comencé a levantarla muy lento, mientras iba apareciendo su hermoso culo, llegó un momento en que no pude levantar más, porque la remera había quedado trabada o algo, entonces había quedado medio ojete descubierto. Cuando observé una bombacha toda roja, mi pija estaba por explotar literalmente. Casi gemía de la excitación con sólo ver la mitad de su culo, con la bombacha entangada. La parte de la raja era cubierta por poco pedazo de tela, era bastante fina la bombacha en esa parte. Mi curiosidad y mi excitación pudieron más, y no me despedí. Traté de observar más abajo, tratando de buscar algún atisbo de su rajita, pero sólo pude ver como la tela de la bombacha pasaba de la raja del culo y se perdía allí abajo entre las piernas cerradas que no me permitían ver.

Poco a poco retrocedí y me acosté, ya con la luz apagada me hice una paja memorable.

Los últimos días Mailén estaba decaída, ya que a fin de año su novio la había dejado tras casi 1 año de relación. No es asunto en donde deba meterme, pero vale aclarar que mi

hermana

no era una novata en asuntos sexuales… hubo una discusión una vez con mis padres, acerca de eso.

A la noche siguiente hice lo mismo, traté de subirle la remera, pero estaba boca abajo y la remera estaba atascada entre sus piernas y el colchón. Tuve que dejar de insistir para no despertarla.

Luego de la noche pasada, los 2 o 3 días siguientes no tuve suerte, cuando quería repetir, Mailén estaba en alguna posición en donde no me dejaba mover su remera… generalmente estaba la remera atrapada entre su cuerpo y el colchón, y eso hacia que no pudiera moverla ni intentar nada.

Yo estaba dispuesto a llegar a más, poco a poco iba perdiendo el miedo…

Cambié el horario, estaba de vacaciones así que no había inconvenientes con eso, empecé a despertarme al mediodía, y me iba a la cama después de la medianoche, así esperaba menos tiempo para hacer realidad mis sucios planes.

Otra noche, me fui a la cama y al rato encendí la luz. Después de varios días, parecía que mi suerte cambiaba. Mi

hermana

estaba roncando muy bajo, eran leves ronquidos. Me acerqué lentamente. Estaba acostada de lado, dándome la espalda. Su remera le tapaba todo, pero esta vez tenía la posibilidad de moverla.

Con mi mano empecé a levantarla, poco a poco su colita iba saliendo a la luz, dejé su remera doblada en el final de su espalda, con todo su culo ahora sí al aire. Esta vez una bombacha blanca, era igual a la anterior que le había visto, es decir, con la raja de su culo tapada por una delgada tela que se perdía entre sus piernas. Un poco mas abajo, esta vez ella tenía las piernas algo separadas, así que pude observar un poco más. Podía ver como su conchita formaba un bulto en la bombacha… fue demasiado. Me bajé ahí mismo el pantalón y el calzoncillo, y me masajee mi verga parada. Ella seguía con esos ronquiditos, entonces sin pensarlo retiré la mano de mi pija para llevarla a su culito.

No me pregunten como, ni porqué, pero ni yo sé como me atreví a hacerlo, puse dos dedos sobre un cachete de su cola, se sentía tan bien… estaba calentita, abrí la palma de mi mano y la apoyé entera sobre su ojete, casi acabo sin tocarme, apoyado en los ronquidos que denostaban el sueño de mi

hermana

, confiado empecé a mover mi mano sobre una de sus nalgas. La pasé un poco y enseguida ella dejó de hacer ruido y temí lo peor. Rápidamente me puse de pie, apague la luz y me acosté.

No pasó nada, después de unos minutos acabé como un loco…

Al mediodía siguiente antes de levantarme me hice otra paja recordando lo de la noche anterior. Durante el almuerzo, me quedé pensando en cómo me atreví a tocarle el culo a mi propia

hermana

, y cómo iban cambiando las cosas. Hacía solo 1 mes me pajeaba pensando en mis compañeras de clase, y ahora estaba manoseando a mi hermanita.

Pero no me eché atrás. Quería más. Es que… cuando uno es mas joven no se tiene vergüenza. Para mí no existía la vergüenza… si ahora con mas edad lo quisiera hacer, no podría. El miedo me echaría atrás.

Pero en ese entonces yo vivía

caliente

todo el día…

No es que todas las noches yo podía hacer lo que se me antojara… había muchas veces en que según su posición, no podía verla ni correrle la remera ni tocarla… como es obvio solo relataré las noches en que ocurrieron cosas.

Uno de esos días, ella estaba boca arriba, me fijé en sus tetas, parecían grandes bajo la remera. Era obvio que no podría hacer a un lado la remera, así que me centre en tocar un poco esos melones.

Me quité toda la ropa y me quede completamente desnudo. Con mi verga apuntando casi al techo, puse una mano sobre su teta derecha, la que tenía mas cerca. Tantee el terreno, viendo atentamente su cara por si despertaba, pero parecía más que

dormida

, así que empecé a mover mi mano sobre ella… me gustaba esa sensación, obviamente no era lo mismo tocarle una teta a través de una remera y el corpiño, a tocarle el ojete desnudo, pero me gustaba mucho sentir su pecho en mi mano.

Lo acariciaba despacio y lento, luego al ver la total pasividad de mi

hermana

puse mi otra mano sobre la teta libre. Entonces jugaba con ellas, al final las apreté un poquito y parecían de contextura blandita. Mailén hizo un quejido con su voz, momento en que retiré mis manos. Esperé unos minutos y lo volví a hacer, luego de tocarlas unos segundos más, me fui a mi cama a pajearme.

Creo que pasé una semana así, ya no me importaba que estuviera en una posición difícil, si estaba boca arriba o de lado hacía mí, le tocaba bien las tetas, y si estaba boca abajo o de lado dándome la espalda, le manoseaba el culo. Lo que nunca me atrevía era a meter mis manos entre sus piernas…

Siempre llegaba un momento en que ella era como se despertaba, hacía unos pequeños quejidos pero luego parecía dormirse de nuevo y yo aprovechaba para seguir.

Mi rutina era habitual todas las noches, una tarde me puse a pensar y reflexionar, me estuve preguntando si era normal que nunca se despertase. Comencé a darme cuenta de que era muy poco probable que con las manoseadas que le metía a mi

hermana

, ni siquiera se inmutara.

Mis sospechas se confirmaron un buen día. Era sábado por la noche, y era uno de los primeros días de Febrero, ya que cumplía años una de mis tías, y, como era costumbre, íbamos a su casa a cenar. La cena fue de lo más normal, llegamos tarde a casa y obviamente todos nos fuimos a dormir, menos yo. Me quedé esperando ansioso en mi cama al momento oportuno para acariciar a mi hermanita.

Cuando creí que era prudente comenzar, me quité toda la ropa quedando completamente en pelotas, y encendí la luz de la mesita. Me puse de pie, para luego como siempre arrodillarme en frente de mi

hermana

.

Se encontraba boca abajo, con la remera llegándole a los muslos, así que tendría que moverla. Cuando lo intenté, fallé. Había un problema, y es que la remera estaba atascada. Estaba tan

caliente

que insistí un poco más, entonces después de un tironeo fuerte mi

hermana

se movió. Quité mi mano y me quedé petrificado…

Pasaron unos segundos, no tuve tiempo ni de apagar la luz e irme a mi cama, estaba completamente en bolas con la luz prendida, mi

hermana

empezó a moverse y a hacer ruiditos de cuando una persona se despierta. En su cambio de posición, movió un poco su pierna izquierda, la flexionó, de tal manea que la remera dejó de estar atrapada entre su cuerpo y el colchón.

Yo me quedé congelado mirando su cara, pero nunca abrió los ojos. Mi corazón se detuvo por segundos… lo sé, sé que en ese momento mi maldito corazón se detuvo del miedo.

Los segundos pasaban y ella se quedó quieta, parecía

dormida

de nuevo. Mi pija estaba tan dura que me fue imposible detenerme. Por si acaso, esperé dos o tres minutos, mientras acariciaba mi verga dura, observando sus muslos.

Estiré nuevamente mi mano, para tomar la remera, y ahora la podía mover a mi antojo. Fui subiéndola, siendo más cuidadoso. La subía por sus muslos, hasta que asomó su culo, y todo cambió. Mi vid cambió. Me quedé petrificado otra vez. Lo primero que ví asomarse mientras levantaba esa remera, fueron unos pelitos oscuros en su entrepierna, y luego todo su culito desnudo.

No lo podía entender. No lo asimilaba. Mi

hermana

se fue a la cama sin ropa interior… acomodé la remera en su espalda, y viendo su ojete descubierto, comencé a pajearme con una mano, mientras que con la otra se lo tocaba, pasaba mi mano por sus nalgas, su raja anal, lo masajeaba lentamente. Iba a llegar al clímax pronto, así que miré por debajo y algunos pelitos asomaban a los lados de su vagina, fue una visión sublime, se le notaban los labios rosados un poquito separados entre sí. Puse mi mano debajo de ella, y acaricié muy levemente su vagina. Sentir su conchita, sus pelitos en mis dedos, fue demasiado. Retiré mi mano y me pajee ahí mismo, acabé enseguida, recuerdo que dejé el lateral de madera de la cama de mi

hermana

bañado en leche…

Después de limpiarlo, me dormí muy profundamente.

Al día siguiente, durante el almuerzo, cuando miraba a mi

hermana

, ella me estaba mirando, casi siempre, en una de esas cuando la miré se rió despacito, me sonrió y miró para otro lado.

Esa fue la única manera, que entre ambos hacíamos cierta “referencia” a los hechos ocurridos.

Por la tarde, mis padres alegando estar aburridos, habían salido con el coche al cine, por lo tanto me quedé en casa con Mailén.

En una de esas estaba yendo y viniendo de nuestro cuarto al baño, y del baño a nuestro cuarto. Estaba probándose ropa como hacía muchas veces.

Me llamó para que la ayudara a no se qué, así que fui al baño para ver que quería.

-Necesito tu opinión. Te gusta como me queda?

Mi

hermana

se había puesto un vestido azul, la verdad que sólo recuerdo eso, que era azul, los detalles del vestido no quedaron en mi memoria. Le iba desde sus pechos con los hombros descubiertos hasta sus rodillas.

-Yo? Pero si yo no sé nada de ropa.

-Jaja bueno sólo quiero que me digas si te gusta.

-Bueno… no esta mal… aunque ese color no me gusta demasiado… aunque te queda bien.

Traté de dar la mejor respuesta que pude sin hacer el ridículo.

-Mmmm bueno pero espera a que me ponga este otro y me dices si es mejor.

Con sus manos deslizó el elástico de sus hombros bajándose el vestido, mientras yo permanecía ahí con los ojos bien abiertos. No le importó que yo estuviera presente. Se lo quitó todo y quedó con un corpiño y una bombachita color blancos…

-Perdón, me..

No me dejó terminar.

-No, no, quédate hermanito, no hay problema por eso.

Me quedé quieto sin saber que decir, su comportamiento me extrañaba.

Mientras se colocaba el otro vestido, luchaba contra esa prenda y eso hacía que sus tetas se muevan para todos lados, sujetadas por el corpiño… era obvio que mi verga quería salir de mi pantalón y reventar todo.

Hasta se daba vuelta para buscar no sé qué, pero creo que era para mostrarme el culo, lisa y llanamente. Yo, miraba como su ojete se comía la tela de la bombacha.

Una vez que se lo puso, me volvió a preguntar.

-Y éste?

-Ése si me parece mejor… no sabría explicarlo pero me gusta más.

-Si, creo que este me queda bien. Gracias !

-De.. de nada.

Me retiré.

Esa tarde, mientras me tomaba un té, lo único que quedaba en mi mente era lo que había pasado la noche anterior, y lo de esa tarde. Porqué se había ido a dormir sin ropa interior? Porqué me había pedido que le dijera si me gustaba su ropa como excusa para mostrarme su cuerpo?

Mientras la taza se hundía en mi boca, tomando un trago, mi cabeza hizo click.

Sí. No podía ser otra cosa. Mailén estaba enterada de mis sucios juegos nocturnos. Me dí cuenta, supe que las veces que parecía despertarse, realmente se despertaba y luego despierta yo la tocaba. Pero… se hacía la

dormida

? Es que con lo demostrado hoy, parecía gustarle. Ese cambio de actitud no podía ser otra cosa. Si casi siempre nos la pasábamos peleando, si casi nunca nos hablábamos bien sin insultarnos.

Si hasta me sonrió en el almuerzo… admito que me dí cuenta tarde. Me tarde en darme cuenta. Dormir sin ropa interior la delataba. Le gustaba que la tocara.. lo disfrutaba. Yo recién me daba cuenta.

Creo que, quedé otra vez paralizado. Pensé en cómo eran las cosas. Y sí, no había otra alternativa. Me alegré, me alegré muchísimo. Me imaginé lo que vendría.

Durante la cena, nos tirábamos miraditas como al mediodía, por lo cual estaba ansioso por llegar a la noche.

Todos estábamos en la cocina mirando TV, nuestros padres se fueron a dormir, y un rato después mi

hermana

lo hizo. Cuando se despidió, se levantó y me dio un beso en la mejilla. Otro acto de aprecio totalmente nuevo.

A los 10, 15 minutos, fui yo también. Ahora no tenía que esperar a que se durmiera, pero tampoco era tan sinvergüenza de apenas ella se metiera en su cama, ir detrás. Tenía un poco de decencia.

Mientras entraba a mi habitación, me preguntaba si me diría algo mientras la tocaría.

Encendí la luz, y la vi “dormida”. Estaba boca arriba, la remera tapaba sus pechos y su pubis, apenas llegaba hasta allí. Esa situación me estaba excitando demasiado.

Saqué mi pija al aire y me puse arrodillado en la posición de siempre. Ahora no debía ser cuidadoso, así que con una mano levanté la remera hasta su pancita, enseguida pude ver todo su pubis, estaba bastante cubierto por vello oscuro, después en su vagina, estaba rasurada, sólo tenia algunos pelitos a los lados de sus labios mayores.

Su chochita era de un color bien rosado, tenía los labios menores finitos, que sobresalían hacia fuera de los mayores. Ver por primera vez en vivo una vagina, especialmente la de mi

hermana

, hizo que me pusiera loco de lo

caliente

que estaba.

Mi

hermana

parecía

dormida

, pero rápidamente entendí que se hacía la

dormida

, no sé si por vergüenza o qué, pero no me importaba demasiado.

Antes de tocarle la

concha

, le acaricié las tetas por encima de la remera, sólo les dí unas leves caricias, para bajar por su pancita y llegar a su peludo pubis.

Con un par de dedos, toqué la parte alta de su vagina, en aquél entonces no sabía que era, era el clítoris. Luego los seguí deslizando a través de toda su rajita, hasta llegar al agujero de su culito. Los pasé varias veces por allí, hacia arriba y hacia abajo, acariciando su almejita. Sentir mis dedos jugueteando en la conchita de mi

hermana

mayor mientras rozaba los pelitos alrededor, hizo que mi verga estuviera mas dura que nunca.

No pude más, me puse de pie y empecé a pajearme, en pocos segundos iba a acabar, me acomodé a la altura de su ojete, y enseguida chorros y chorros de leche

caliente

fueron cayendo sobre el culo de mi

hermana

.

Extasiado, apreté hasta sacar mi última gota de semen, y me dormí.

La noche siguiente, apenas Mailén se fue a la cama, tras 1 o 2 minutos fui yo, cuando entré, encendí la luz, ella ya estaba acostada, otra vez completamente boca arriba. Me quité toda la ropa, y con la verga parada, subí su remera hasta su vientre. Me hubiera gustado levantarla hasta verle las tetas, pero suponía que ella se debiera levantar de la cama para correr la remera. Lo primero que miré fui pubis peludo, tenía las piernas cerradas, puse mi dedo en la entrada de su entrepierna y lo fui bajando a lo largo de toda su chochita, mmmm estaba tan suavecita… con las dos manos, le moví una pierna hacía un costado, para que estuviesen abiertas, y ella seguía haciéndose la

dormida

, ahora podía verle bien la

concha

, me senté en el costado libre de la cama y comencé a jugar con su rajita, pasaba dos dedos por ahí, yo la notaba mojada, no sabía en ese entonces que era, pero de más grande me dí cuenta que era porque se excitaba, por eso tenía la conchita un poco mojada, parecía media viscosa, mientras le pasaba un dedo por la almejita, accidentalmente se metió ligeramente en su

concha

, tras mi sorpresa, me encantó la sensación.

Diosss que placer… empecé a meter más adentro mi dedo, estaba tan calentito y húmedo que era una sensación tremenda… tras jugar un poco ahí, miré a su cara, seguía con los ojos cerrados, pero estaba más que despierta disfrutando. Pude ver que tenía la boca a medio abrir. Mientras metía mi dedo bien al fondo de su chochita, se me ocurrió una idea loca y arriesgada.

Tras ver era boca un poco abierta, no pude evitar recordar las mamadas que veía en los videos porno. Me llamaba la atención como a las chicas les gustara eso. Sabía que era muy arriesgado, pero vista la situación, donde mi

hermana

se dejaba, pensé que era posible intentar.

Me puse de pie y caminé hacia donde tenía la cabeza. Me incliné un poco, y con la ayuda de mis dedos, dirigí mi pija hacía sus labios. Tenía que flexionar las rodillas, por lo cual era muy incómodo, pero seguí intentando y la cabeza de mi verga llegó a tocar sus abiertos labios. Mi corazón latía a mil por hora, traté de empujar suavemente mi cuerpo, y mi pene comenzó a entrar de a poco en su boca. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, empujé inclinándome lo más que pude y su boca cedió, mi pija dura entró en su boca, recubierta por sus labios.

El placer me estaba matando… estaba tan incomodo en esa posición que tuve que sacarla de esa hermosa boca húmeda y

caliente

como su

concha

, ella dejó abierta la boca, así que la volví a meter, esta vez entró más fácil, traté de moverme un poco en su boca, cuando sentí que me venía. La saqué y mi verga escupió leche que la salpicó toda a mi hermana…

Durante el día mi

hermana

seguía mirándome y riéndose tímidamente.

A la tarde siguiente se me ocurrió algo, que puse en práctica a la noche.

Otra vez apenas Mailén se acostaba, yo me desnudé y lo primero que hice fue destaparle la chocha, enseguida miré que su boca estaba igual de abierta que el día anterior. Sabía que quería más. Había pensado cómo ponerme para no estar incómodo mientras se la metía en su boca.

Mi calentura era total, y ya ni tenía escrúpulos, con la plena confianza que me hacía sentir mi

hermana

, me subí a su cama y puse una rodilla a un lado de su cuerpo, y la otra rodilla al otro lado. Me senté sin hacer peso sobre su vientre. Con ambas manos toqué sus tetas sobre la remera, se sentía que no llevaba corpiño, las acaricié y podía sentir sus pezones. Después de unos minutos sus pezones se notaban sobre la remera…

Me incliné un poco hacía adelante, y mi verga apuntaba directo a su abierta boca. La apoyé y empujando de a poquito intenté penetrar sus labios, su boca nuevamente cedió y mi pija ya estaba dentro de nuevo.

Mailén se seguía haciendo la

dormida

, así que aproveché y con leves movimientos mi dura pija se fue llenando de saliva, estaba cogiendo su boca.

Los labios de mi

hermana

cubrían todo el perímetro de mi erecto pene, mientras yo lo metía y sacaba de su boca, me di cuenta como cada vez estaba más babeada mi verga, que ya se deslizaba a su antojo por su boca.

Sentí que ya me venía, así que la saqué, me quedé un rato ahí, encima suyo, mientras trataba de que mi calentura bajase algo, creo que esperé 3 o 4 minutos y me fui moviendo hacia atrás, me senté sobre sus muslos, en frente de mi pija estaba su

concha

, sus piernas estaban abiertas, la punta de mi pene tocó su rajita, con mis dedos la guiaba, y hacia que mi glande recorriera toda la extensión de su chochita, se sentía tan rico que me vine, no pude contenerme y derrame toda la leche espesa sobre sus labios vaginales y su pubis…

Me fui a dormir otra vez.

Me desperté. Con la pija dura. Que lindo era durante el almuerzo cruzar miradas cómplices con mi

hermana

.

Ese día me puse un objetivo. Esa noche debía metérsela como sea. Sí, lo que más quería era enchufársela entera.

Llegó la noche y otra vez apenas ella se acostaba, yo iba detrás. Una vez en el cuarto, ya en pelotas, mi

hermana

me esperaba “bien dormidita” boca arriba.

También ya siempre se quedaba con la boca abierta… así que como el día anterior me coloqué encima de ella y se la metí en su boquita.

Tras un par de mete-saca, me fui hacia atrás. Moví sus piernas a piacere y las abrí bien, ya podía ver su conchita, puse sus piernas a cada lado y me senté allí, con mi pene apuntando a su vagina.

Traté de meterla, pero no pude, mi verga chocaba contra su rajita sin éxito, decidí restregarla por ahí, cuando me daba cuenta que su

concha

empezaba a babear, poco a poco mi pija se fue humedeciendo con el contacto de su chochita, hasta que pude encontrar el agujero y la cabeza de mi verga se enterró en su interior. Sentí un placer indescriptible. Descubrí que empujando de a poco, mi pija se deslizaba muy bien en su

concha

, sus labios vaginales abrían paso a mi pene duro, seguí metiendo hasta que sentí que no podía clavarla más. Comencé a moverme dentro de ella, que seguía sin atisbo de despertarse, mis primeros movimientos fueron toscos, hasta que le fui agarrando el truco. Poco a poco iba mejorando, y metía y sacaba mi pija de su ya chorreada chocha.

Como era obvio, no aguanté mucho más, mientras seguía cogiéndola, vino mi orgasmo… mi tremendo orgasmo… Sentí que me vaciaba, sentí que me iba… descargué toda mi leche dentro de su apretada conchita…

Una vez terminado, completamente exhausto, me retiré.

Los días fueron pasando, y todas las noches era igual. Primero se la metía en la boca, y después en la

concha

, hasta acabar toda dentro. Creo que pasó una semana así, hasta que llegó su último día en casa antes de irse a Buenos Aires.

Quiero narrarles a continuación, como fue esa noche especial.

Durante el día, Mailén estaba muy nerviosa, porque empezaría una nueva etapa. Yo me sentía triste. Sabía que era el último día que me la cojería, por eso pensé en que tenía que aprovecharlo al máximo.

Nuestros padres nos dieron las buenas noches, y se fueron a dormir. Luego, mi

hermana

me saludó también, avisándome de que se iría a la cama.

Me dio un beso como cada noche y se fue al cuarto. Esperé 2 minutos, y fui a pasar mi última noche de placer infinito.

Prendí la luz, me saqué la ropa y me subí a la cama de mi

hermana

. Le abrí bien las piernas, me senté de frente a ella, y puse sus piernas por encima de las mías. Empecé a tocarle la

concha

, sabía que se pondría mojada en segundos, la acariciaba suavecito, pasaba mis dedos de arriba hacia abajo, jugaba con los pelitos de su pubis, luego metí un dedo en su vagina, donde tantas veces había echado mi semen, no aguante más y dirigí mi pija parada a su almeja

caliente

, entró como un rayo mientras ella emanaba jugos, me moví lento, y pausado, sintiendo como cm. a cm. entraba y salía de esa conchita estrecha, se la clavaba hasta el fondo y luego la sacaba entera, para volver a meterla en su interior.

Ese vaivén me produjo tanto placer que, mi leche salió despedida hacia lo más profundo de su útero. Gemí bajito, mientras me seguía vaciando dentro de ella.

La dejé dentro unos minutos, luego la saqué y la hice dar vuelta.

Me bajé de la cama y, tomando sus piernas, hice el movimiento hacia un costado para darla vuelta, pero no podía. Creo que en un momento se dio cuenta ella misma y se volteó como quería.

Haciéndose la

dormida

, se dio vuelta como si hubiera cambiado de posición en pleno sueño. Ahora estaba boca abajo.

Me volví a subir a la cama y, mientras mi verga estaba flácida por la anterior acabada, con ambas manos le abrí los cachetes del culo, se lo miré bien y me acerqué, empecé a pasarle la lengua al agujerito de su culo, le daba lengüetazos, después de un ratito escuché que Mailén empezaba a gemir muy muy despacito, casi era imperceptible, así que seguí un poco mas chupando ese ojete, cuando mi pija ya estaba bien dura de nuevo.

Así con mi

hermana

boca abajo, me senté sobre sus muslos, y puse mi pija en la entrada de su conchita, tenía que bajar mi verga un poco para poder metérsela, pero no hubo problemas, Mailén tenía la chocha babeada entre sus flujos y mi semen, así que se deslizó entre sus paredes vaginales. Empecé a cogérmela duro, mis piernas chocaban contra su culo, se la metía con rapidez, mientras lo hacía jugaba con el agujero de su orto, lo tocaba con un dedo, Mailén seguía “dormida” y eso me ponía mas

caliente

aún, otra vez me iba a venir.

Sin parar de cogerla, mis huevos se volvieron a vaciar dentro de su

concha

.

Me quedé quieto. Ella nunca se inmutó. Me quedé quieto con mi verga enterrada en su chochita, mis huevos vacíos y mi cuerpo cansado.

Después de descansar un par de minutos, la volví a dar vuelta, esta vez pude sólo… bueno, ella se movía también, para ponerla boca arriba. Su boca estaba cerrada. Quise hacer lo último para despedirme. Me subí y me senté en su vientre como tantas veces. Ella inmediatamente entendió y abrió su boca. Me pajee unos instantes para que se me ponga dura, lo cual ocurrió. Se la metí en la boca, y volví a hacer los movimientos… sentí que su lengua cobró vida, y desde dentro de su boca, me lengüetaba la pija… ahhhhhhhhhhhhhhhhh tras unos minutos así, no pude más, y saqué la verga de su boca, y enseguida acabé todo… lo último que tenía, mis reservas… ella se lo merecía… le llene los cachetes y los labios de leche…

Fui a buscar un poco de papel para limpiarla, no la dejaría así, mientras le limpiaba la leche de su cara, le dije:

-Gracias hermanita. Te quiero mucho.

Esa fue la última vez que tuve sexo con mi

hermana

. Al día siguiente, Mailén se fue a vivir a Buenos Aires, para estudiar una carrera. Papá había conseguido un mejor empleo, así que no hubo problemas para financiar sus estudios. El año pasó, nos veíamos pocas veces, pero el año pasó y en el verano volvió a casa. Pero ya no me atreví, además tenía novia. Así los años fueron pasando y no tuvimos otro encuentro sexual, ni nunca hablamos sobre el tema. Es como un pacto secreto, en el que ninguno jamás nombró nada.