Mi hermana Rocio, mi Sumisa 2

Ni por lo más remoto me podía imaginar algo así. La diosa del instituto siempre rodeada de tíos y resulta que nunca se la habían metido...

MI HERMANA ROCÍO, MI SUMISA

Capitulo 2

Ni por lo más remoto me podía imaginar algo así. La diosa del instituto siempre rodeada de tíos y resulta que nunca se la habían metido.

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¿Y con Julián?

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Hacíamos otras cosas, pero nunca deje que me lo hiciera.

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Cierra el pestillo y échate en mi cama con las piernas arriba y bien abiertas, le dije.

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Que me vas a hacer, amo. Dijo muy asustada.

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Te haré lo que me dé la gana, pero de momento solo quiero confirmar lo que dices.

Muerta de vergüenza se tumbó y abrió las piernas.

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Ábrete los labios. Ordene

Cuando lo hizo, pude ver el himen intacto. Caramba con la niña, como se lo tenía escondido.

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Marta también es virgen

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Si, amo.

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Ya hablaremos de ese tema más adelante.

Aprovechando que tenía su culete a mi disposición introduje la punta del dedo en él. Se revolvió, pero se dio cuenta que no podía hacer mucho por evitarlo.

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¿Es la primera vez que entra algo ahí?

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No, amo. Dijo muy bajito

Me chupe el dedo y lo introduje otra vez. Esta vez hasta la mitad. Lo saque un poco y volví a introducirlo. Esta vez hasta el fondo. Comencé un mete/saca que le hizo ponerse a temblar. Con la otra mano le empecé a acariciar el botoncito y en un minuto se estaba corriendo sin poderlo remediar. Le tuve que tapar la boca para que no lo oyera mi madre.

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¿Y qué es lo que ya había entrado en ese agujerito?

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Tengo un pequeño consolador. Como no quiero meterlo por delante, a veces lo meto ahí mientras me masturbo.

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¿Y te gusta?

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Si, amo. Respondió sin poder mirarme a la cara.

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Bueno ya está bien por hoy. Vete a estudiar.

Se fue toda nerviosa.

Ella se iba a ir a Madrid a estudiar y si mi plan salía bien, yo me iba a ir también, Era cuestión de convencer a mis padres de que era mejor que Ro no estuviera sola en Madrid. Cogeríamos un piso de alquiler y ya veríamos si se venía alguien más.

Más tarde encendí el ordenador y conecte la Webcam de mi hermana. Estaba estudiando. Se la veía guapísima con una camiseta de tirantas corta y un pantalón de gimnasia. Le puse un mensaje:

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Ven a mi habitación.

Inmediatamente dejo los libros y se plantó en mi puerta

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Puedo entrar, amo.

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Si pasa. Me duele mucho la espalda y necesito un masaje. Le dije mientras me tumbaba en la cama boca abajo.

Inmediatamente se puso a masajearme la espalda. No es que lo hiciera muy bien, pero tenía mucho morbo

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Quítate la camiseta. Sorprendida, se la quitó.

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Ahora hazme el masaje con las tetas

Empezó a masajearme suavemente con los pechos y yo creí que no podría aguantar mucho, pues estaba calentísimo Cuando llevaba 10 minutos de calentón, le dije:

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Siéntate en la silla y desnúdate del todo.

Yo me senté en la cama y me quité la ropa.

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Sube un pie.

Me lo dio y empecé a masajeárselo. Lo que sentí era puro morbo. Poco a poco fui acercando su pie a mi polla. Ella estaba de nuevo con los ojos cerrados. No oponía resistencia pero tampoco ayudaba. Finalmente lo puse sobre mi pene y ella empezó a moverlo muy despacito. Le dije que subiera el otro pie y me la cogió entre ambos. Empezó a masturbarme lentamente. Me puso a cien. De repente me dijo:

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¿Me puedo masturbar, amo? Le dije que sí. No dejaba de sorprenderme su actitud.

Metió su mano entre las piernas y comenzó a moverla al compás del movimiento de sus pies. A los cinco minutos llegábamos los dos al orgasmo. Sus pies se llenaron de leche y tenía cara de satisfacción. Cogí mi teléfono y le hice varias fotos desnuda con los pies llenos de mi semen y su mano aun en su entrepierna. Ya había aceptado su condición y lo estaba disfrutando. Se acercó a mí y me planto un beso en los labios. Yo le cogí la cabeza y se la aguante mientras le introducía la lengua. Nos dimos un largo beso mientras yo introduje de nuevo mi mano en su entrepierna y comencé a jugar con su botoncito. Enseguida le llegó un segundo orgasmo entre temblores. Su lengua entraba y salía con furia en mi boca.

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Ya está bien, le dije. Vístete y sigue estudiando. Se marchó mientras yo le daba un azotito en el culo. Ahora sí que le vi una gran sonrisa.

Cuando entró en la habitación se puso a estudiar, pero antes mando un beso a la Webcam. Le mande un mensaje de WhatsApp:

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Te has ganado un premio. Mañana podrás salir con tu amiga Marta. Ya te daré instrucciones.

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Muchas gracias amo (y un emoticono de un beso)

Ya quedaba poco para la selectividad, pero ese día tenía que salir con su amiga y estaba contenta. Cada vez que pasaba por mi lado si no había nadie, le daba un azote cariñoso. Yo creo que le gustó porque pasaba a mi lado continuamente. A las seis de la tarde entró en mi dormitorio.

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Amo me das tu permiso para salir con Marta.

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Acércate

Iba con una camiseta de color azul Marino, una faldita por encima de las rodillas y unas sandalias del mismo color. Estaba preciosa.

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¿Llevas sujetador?

En lugar de contestar, se levantó la camiseta mostrándome sus maravillosas tetas con los pezones erectos. Acto seguido se bajó la camiseta y se subió la falda. Bajándose el tanga me enseño su coñito. Ya se veía la mancha oscura del vello. La cogí suavemente del cuello y la incline ante mí.

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Bésame

Acerco sus labios a los míos y me dio un prolongado y húmedo morreo mientras yo le tocaba dentro de sus bragas con una mano y sus tetas con la otra, provocándole a los pocos minutos un ruidoso orgasmo. Desde luego, no le hacía falta mucho para correrse.

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Ve a lavarte y vuelve que te tengo que dar instrucciones para hoy.

Volvió en 5 minutos.

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Hoy estarás un par de horas con Marta, pero con cualquier excusa, sobre las ocho vendrás a casa con ella. Os metéis en la habitación y empezareis a masturbaros. Pero hoy serás tú la que empiece a meterle mano sobre la cama hasta que hagas que se corra. Os quiero en la cama completamente desnudas a las dos y corriéndoos si puede ser a la vez. ¿Has entendido?

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Si, amo. Pero me da mucha vergüenza nunca he estado con otra chica y no sé cómo me responderá el cuerpo.

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No te preocupes que por lo que vi el otro día os irá muy bien a las dos. Y no le cuentes nada de cómo está tu situación en estos momento. Hasta luego.

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Adiós, amo.

Sobre las ocho llegaron a casa y se metieron en la habitación. Encendí la Webcam. Ro le decía a Marta que la perdonara pero que aquel día le pilló por sorpresa cuando le acarició los pechos y que no volvería a enfadarse con ella. Marta le echó una mirada maliciosa y le dijo que pusiera música lenta. Una vez lo hizo la agarró del brazo y la atrajo hacia sí. Empezaron a rozarse sus pezones y Marta estaba calentándose más de lo debido. Ro tampoco se quedaba atrás, aunque se sorprendía a si misma por ello. Marta le pregunto a Ro si quería que se masturbasen

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Vale. Le contestó Ro causándole una gran sorpresa.

Marta era bisexual, aunque lo llevaba en absoluto secreto. Siempre había estado pillada por Ro. Se acostaron atravesadas en la cama después de poner algo de porno lésbico en el ordenador. Ro se quitó la falda y Marta el pantalón y empezaron a tocarse. Marta se puso a mirar a Ro ella miró a Marta a los ojos.

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Algo te ha pasado. Parece que ya no te cortas tanto. Comento Marta mientras seguía dándole al dedo.

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Eso parece. Contesto Ro siguiendo con su faena.

Quítate la camiseta le pidió Ro. Marta, sorprendida se la quitó inmediatamente. También se quitó el sostén. Ro le empezó a acariciar una teta. Tenía los pezones duros como piedras. Le paso la lengua muy lentamente. Comenzó a gemir mientras intentaba quitarle a Ro su camiseta. Ro le ayudó a hacerlo y sus pechos quedaron al aire desafiantes. Ro apartó la mano de Marta de su propia rajita y acercó la suya y empezó a pajearla mientras le metía la lengua hasta las amígdalas. Marta no se lo podía creer. Estaba en el séptimo cielo y le llegó el mayor orgasmo que nunca había gozado. Marta estaba muy sorprendida, gratamente, de la actitud de Ro. Se abrazó a ella. Quería disfrutar de ese momento.

En ese momento entré en la habitación. Marta pego un salto y busco su camiseta. La cogió y se tapó los pechos con ella mientras se tapaba el coño con la otra mano. Ven conmigo, le dije a Marta. Ella miro a Ro con gesto interrogante. Ro solo dijo: “Ve”.

Marta vino a mi habitación, muy extrañada intentando ponerse las bragas y la camiseta por el camino. Cuando entró en la habitación se quedó callada a la expectativa. No sabía muy bien que podía haber visto. Se quedó quieta y callada esperando que yo hablara. Yo, sin hablar le pase una fotografía de su encuentro sexual con Ro. Se puso colorada y dijo:

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Nos has espiado sinvergüenza.

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Eso es lo de menos, respondí yo. El caso es que estás en mis manos y, a menos que te comprometas a cumplir todo lo que yo te ordene, estas imágenes primero y luego el video completo circularán libremente por Internet desde hoy mismo.

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¿Rocío lo sabe?

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Llámala.

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Ro ven, dijo.

Enseguida vino Ro, completamente desnuda.

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Pero qué te pasa, dijo Marta extrañada. Como vienes así. No se daba cuenta que ella estaba en bragas y con la camiseta.

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Te lo voy a explicar yo, dije. Os tengo completamente pilladas desde la última vez que os masturbasteis juntas. Desde entonces Ro hace cualquier cosa que yo le ordene.

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No me lo creo.

Me acerqué Ro y le dije al oído.

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En cuanto empiece Marta a hablar sin permiso, dale una fuerte bofetada y si no se calla le das otra.

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Ro, explícame que está pasando…

Ro, sin dejarla terminar le soltó un bofetón seco. Marta abrió mucho los ojos y fue a decir algo cuando Ro sin dejarla siquiera hablar le volvió a dar otro bofetón.

Marta se quedó callada con los ojos llorosos y muy abiertos. Ro dijo:

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No hables mientras Jorge no te lo diga.

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Te voy a explicar cuál es la situación. Como ya te he dicho, os tengo absolutamente pilladas. Mientras os portéis bien, nadie sabrá lo que ha pasado aquí. Las pequeñas faltas serán castigadas de distintas maneras. Pero si le habláis a alguien de lo que pasa aquí los videos se publicarán y perderéis vuestra vida social para siempre. Has entendido, Marta?

Marta asintió sin atreverse a abrir la boca.

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Ro te explicará cuales son las normas, que serán las mismas para ti. Es un poco tarde para que apruebes con nota la selectividad, pero a partir de ahora será tu prioridad. Vendrás todas las tardes aquí y estudiarás para presentarte en septiembre. Cuando apruebes, nos iremos los tres a estudiar a Madrid. Además, según como vayan las cosas te daré un incentivo. Cuando yo lo autorice te podrás follar a Ro, siempre delante de mí.

Marta estaba completamente enamorada de Ro y si la manera de tenerla aunque sea a ratos es someterse a Jorge, sería menos doloroso. Aparte de que Jorge le puede arruinar la vida con su chantaje en cuanto se lo propusiera.

Me puse detrás de ella y con una mano le cogí una teta con fuerza. Iba a protestar, pero se acordó de lo que le acababa de pasar y cerró la boca con resignación.

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Eso ha estado bien, le dije mientras con la otra mano le bajaba las bragas y le tocaba su depilada vagina. Entonces empecé suavemente a acariciarle el clítoris. Puso cara de sorpresa.

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Ro, bésala.

En cuanto Ro le metió la lengua, empezaron a temblar sus piernas y en cinco minutos tuvo un tremendo orgasmo.

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Haré lo que me digas Jorge. Mire a Ro y ésta enseguida entendió.

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Marta, mientras estemos nosotros solos, le llamarás “amo”. Por lo demás, te pasaré una lista con todas las normas. Marta la miró sorprendida, pero asintió.

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Échate en mi cama boca arriba y abre las piernas. Le dije.

Ella se extrañó pero no se negó. Ro se acercó y le abrió los labios exteriores y los interiores. Pude comprobar que, en efecto, seguía siendo virgen. Marta estaba muy colorada. Nadie había mirado así su intimidad nunca. Ya se iría acostumbrando

Pasaron los días. Ro se presentó a la selectividad y aprobó con una nota excelente, con lo que ya empezamos a buscar algo en Madrid para vivir un año. Marta también se presentó pero no logró la nota deseada, así que decidí que se volvería a presentar en Septiembre. Cada día su sumisión era más patente y cada vez lo llevaban mejor. Marta había dejado a su novio y ambas venían todas las semanas a mostrarme su coño para que viera como les iba creciendo el pelo.

A los pocos días nos quedamos solos en casa. Mis padres se fueron a casa de unos amigos donde tenían cena y luego jugaba a las cartas. No volverían hasta bien entrada la madrugada

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Por aprobar con nota la selectividad te voy a dar un regalo, le dije a Ro

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¿En qué has pensado, amo?

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Te voy a desvirgar.

Ro puso cara de sorpresa, pero inmediatamente me dijo.

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Lo que tú digas amo. Lo estaba deseando.

Puse música en la habitación. La cogí en mis brazos y empezamos a bailar lentamente. Metí mi lengua en su boca y ella reaccionó de inmediato. Sentía sus pezones en mi pecho como dos piedrecitas. Le metí la mano por debajo de la falda y bajé sus bragas hasta las rodillas. Ella me ayudo dejándolas caer y apartándolas con un movimiento de su pie. Desde que le dije que adoraba sus pies, casi siempre iba con unas chanclas por casa que se quitaba en cuanto entraba en mi habitación o se sentaba a mi lado en el sofá. Seguimos bailando. Noté su flujo resbalando ostensiblemente por el interior de sus muslos cuando acerque mi mano a su coñito. Ella empezó a temblar. “Tranquila”. Le dije. Lo haremos muy lentamente.

Seguimos bailando. Le quité la camiseta primero y luego la falda. Tenía ya el coño muy poblado. Seguí metiéndole mano muy delicadamente durante, al menos, media hora. Finalmente la tumbé en mi cama con los pies apoyados en el suelo. Le abrí las piernas y comencé a comerle el coñito. Se notaba que estaba muy caliente. El flujo salía a chorros de su sexo y el olor me estaba volviendo loco. Le metí un dedo por el ano. No costo ningún trabajo con todo lo que estaba lubricando. Cada vez que estaba cerca del orgasmo retiraba mi lengua. Ella ya no podía más y me miro con cara de suplica

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Métemela ya, mi amo, por favor, no puedo más.

Me subí a la cama y poco a poco se la fui metiendo. Note como se rompía el himen. En sus ojos aparecieron dos lágrimas. Fui empujando poco a poco y después de estar quince minutos más bombeando lentamente, Ro estallo en un orgasmo animal.

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Me has hecho la mujer más feliz del mundo. Seré tuya para siempre, amo.

Tenemos que decidir cómo vamos a hacer para que los papas me manden a mí también a Madrid para seguir allí el instituto.

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Déjamelo a mí, amo. Papa nunca me niega nada. Le diré que me sentiría más segura si te tengo a ti en casa. Seguro que accede. Además le oí hablar con mamá el otro día y escuche que el negocio no les puede ir mejor. Intentaremos que Marta saque nota para venir conmigo a la universidad y así además compartiremos gastos de estancia.

El verano paso rápido. Las sesiones sexuales con mis dos chicas se sucedieron repetidamente. A ro me la follaba casi todos los días. Marta en cambio se quedaba mirando con cara de envidia. Aun no la había desvirgado. Tenía que aprobar antes la selectividad. La masturbábamos tres o cuatro veces al día. La pobre estaba exhausta. Después se iba a estudiar más calmada. Las dos tenían ya un buen matorral de pelos en el coño. Les ordené que se lo cuidarán la una a la otra, al menos una vez a la semana.

Un día me dijo Marta que Alvarito le había tocado el culo disimuladamente cuando se cruzaron por el pasillo.

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Pues la próxima vez le preguntarás si quiere seguir tocando algo más.

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¿Como le voy a decir eso amo? Es un crio.

La cogí del brazo y la metí en mi habitación. La puse en mis rodillas y le levante la falda. Era la primera azotaina que se iba a llevar y estaba bastante sorprendida, pero no se atrevió a decir nada. Le di 20 azotes bastante fuertes. Se puso a llorar.

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¿Aun no has entendido que tú harás lo que yo te ordene?

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Si amo, lo que digas amo.

Le dije que fuera a por Alvarito y lo trajera a mi habitación. Se fue y lo trajo en menos de un minuto.

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Quédate ahí de pie y callada.

Alvarito se sorprendió de mi forma de hablarle a Marta y más aun de que Marta obedeciera.

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Verás Alvarito. Desde hace unas semanas esta zorrita está a mis órdenes para lo que se me ocurra. Así que si quieres puedes tocarle el culo, que no te va a decir nada.

Miró a Marta y vio que se ponía colorada pero no dijo que no. Así que se acercó por detrás y le cogió el culo con fuerza Ella dio un respingo pero no se apartó. Enseguida se dio cuenta y dijo

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¿Quieres seguir tocando algo más?

Alvarito aceptó la invitación y metió la mano por debajo de la falda mientras Marta abría las piernas para facilitarle la acción. La otra mano subió por debajo de la blusa explorando su ombligo y siguió subiendo hasta que se topó con sus dos tetas, por supuesto estaba sin sostén. Se puso a pellizcar sus pezones hasta que le hizo daño. Ponía cara de dolor peo no se atrevía a protestar.

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¿Por qué no le haces una mamada, Marta?

Marta se arrodillo muy cortada y le bajo los pantalones a Alvarito que tenía sus 12 cm de polla mirando para arriba como el palo de una bandera.

Marta se la metió en la boca y empezó a succionar y a hacerle un mete saca cada vez más rápido hasta que Alvarito se corrió en su boca. Iba a escupirlo cuando me miro y por mi mirada, no se atrevió. Se lo trago todo y me enseñó su boquita vacía.

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Ya queda poco para irnos a Madrid. Hasta que nos vayamos, cada vez que entres en casa, si está Alvarito irás a hacerle una mamada. Después vendrás aquí a enseñarme la leche en tu boca y te la tragarás. Lo único que no puede hacer es desvirgarte. ¿Has entendido?

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Si amo.

Ni que decir tiene que Alvarito estaba todos los días en su habitación cuando llegaba Marta. Se divirtió con ella un par de semanas. Le toco por todos sitios y le arranco más de un suspiro, como ella misma me confesó.

Llegó la hora de las notas. Marta saco una magnífico sobresaliente y se matriculo en ADE como mi hermanita. Mientras tanto mis padres ya estaban convencidos y nos íbamos los tres a Madrid. Habíamos alquilado un piso de tres dormitorios en un barrio de estudiantes y teníamos una habitación, por si alguien quería venir a Madrid. Por supuesto, ellas dos dormirían en la misma habitación. No tenían permiso para tocarse ni para masturbarse mientras no les ordenara yo lo contrario.

Por último, el día antes de marcharnos llame a mis chicas y les dije. Marta, va a tener un premio. Hoy te voy a desvirgar. Marta estaba muy nerviosa. Le dije a Ro que la fuera calentado. Le dio un morreo de órdago mientras le metía mano por debajo de su falda. Les ordene que se echaran las dos desnudas en la cama y que empezaran a calentarse mutuamente, mientras yo les hacía unas fotos. Ya no me hacía falta, pero me divertía hacerlo y enseñárselas de vez en cuando.

Ro le separó las piernas a Marta y empezó a comerle el coño con muchísima habilidad. Marta estaba al caer, así que se separó de su coño y empezó a besarla mientras yo acercaba mi pene a su entrada. Poco a poco se la metí. Costó un poco al principio pero enseguida entró casi del todo. Las sabanas se mancharon un poco de sangre pero no salió de ella ni la más mínima queja. Cuando se corrió como una perra, no hacía más que darme las gracias y besarme como una loca. Me quedé sentado con la verga para arriba. Aun no me había corrido. Acercaron sus pies a mi polla y empezaron a moverlos coordinadamente hasta que me corrí como una fuente en sus pies y en sus piernas.

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Ro, quita las sabanas y pon una lavadora. Pon también las tuyas y las de Alvarito. Dale un juego limpio a Marta y que vaya haciendo las camas. Cuando llegue mamá le dices que estás en tus días y que has manchado la sabana. Y que has aprovechado y has lavado también las nuestras.

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Enseguida, amo.

Las dos se pusieron a la faena y en media hora estaba todo ordenado.

Les dije a las dos que vinieran a mi habitación. Se habían acostumbrado a estar desnudas cuando estábamos solos en casa. Aunque siempre tenían a mano una camiseta y un short por si se presentaban de repente.

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La semana que viene nos vamos a Madrid. Ro, me gustaría obligar a mamá a que se una a nuestro club. La verdad es que está un rato buena y me muero por ver cómo le coméis el coño mientras me la chupa.

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Creo que se cómo lo podemos hacer. Dijo Ro.

Fin del Relato (de momento).