Mi hermana, mi zorra hermana

Robert está enamorado. Robert la espía por las noches. Robert, ama a Andrea, su hermana

Desde que mis padres se separaron, Andrea y yo, hemos vivido muchos momentos duros. Momentos en los que nos hemos apoyado el uno al otro; sin esperar nada a cambio. Por algo somos hermanos. Compartimos tantas cosas juntos... Que, la historia que les voy a relatar... Bueno... Me mataría si se entera:

-¡Rob! Date prisa. Tengo que irme en una hora. Ayúdame a hacer la cama. Habíamos quedado en ello.

Mi hermana llevaba una hora encerrada en su cuarto, probándose todo tipo de vestidos. Y, ahora, me viene con prisas... Es alucinante. Qué cansina. Pues se iba a enterar: La voy a dar el susto de su vida. Entraré en su habitación, sin avisar, y la asustaré... Eso haré. Pero, al llegar, me detuve en seco... Estaba hablando por teléfono. Tumbada en la cama.

-Sabes que si, tonto...

Contuve la respiración.

-Venga, Peter, no seas tonto

-....

-¿Ahora?

-....

-Está mi hermano y...

-....

-Eres de lo que no hay...

Andrea se recostó en los almohadones, e hizo a un lado su bata.

-Sí... Estoy semi-desnuda, para tí.

-....

-Sólo una bata

-....

-¿Por qué te empeñas en esto, cuándo podemos mandarnos fotos, tontín?

-....

-Eres un guarro... Pondré el manos libres.

-¿Ahora? Dime que te has quitado ya la bata.

-Aún no... ¿Quieres que lo haga?

-Y me mandas una foto.

Andrea se arrodilló en la cama, y, haciendo movimientos lentos, comenzó a deslizar la bata por su delicado cuerpo, arrojándola al suelo; agarró el móvil, y se hizo una foto.

-Eres un pícaro.

-Cariño... Amo tu cuerpo, es perfecto.

-¿No serás tan cabrón de no mandarme nada?

Mi hermana miró la pantalla del móvil, con una sonrisa que evidenciaba su excitación. Mi polla, comenzó a palpitar... Maldición, es mi hermana. Me llevé la mano al pijama, sin pensar en nada más.

-Vaya. Tu polla cada día me gusta más. ¿Qué te parece si hacemos una video llamada?

Esto se ponía interesante. Yo sólo rezaba porque mis padres no llegasen en ese momento. El teléfono sonó, anunciando una llamada entrante, y mi hermana descolgó, rauda.

-Pero qué tenemos aquí... Si es mister Mundo.

-No seas tonta. Dime, ¿qué te apetece?

-Lámete la mano entera, y recorre tu polla con ella.

Andrea, comenzó a acariciarse las tetas con ternura; no quitaba ojo del móvil.

-Mmmmm, si, cariño. Imagina que soy yo quien te toca.

-Adoraría que así fuera... Cómo aquel día, en el que hiciste que me corriese dos veces.

-Y creo que me debes algo por ello, ¿no?

Andrea, apuntó con el móvil a su coño, y, abriendolo con los dedos, soltó un gemido.

-Imagina... Que me... Follas... Brutalmente....

Comenzó a meter un dedo, despacio. Esa imagen me provocó una hiper excitación, y no pude evitarlo. Saqué mi polla, y comencé a masturbarme, observándola.

-Eso es... Métete dos dedos, cariño - Dijo Peter.

-Vas muy rápido, vaquero... Abre tu culito para mí.

Mis ojos se salieron de las órbitas. ¿De verdad le había pedido...?

-Mmmmm. Que culito tienes, mi amor. Le adoro - Dijo Andrea.

Joder. Sí, se lo había pedido. Y sí, Peter accedió.

-Ahora me imagino que te lo recorro con mi lengua... Tu precioso culo, mi niño.

Dicho esto, Andrea comenzó a masturbarse más rápido... Y yo, al imaginarla lamiendo el culo de su novio, un escalofrío me recorrió la espalda. Me masturbé más deprisa. La dulce Andrea, haciendo un beso negro... Quien lo iba a decir.

-Metetelos por el culo, cariño. Me voy a correr - Anunció Peter.

Andrea abrió las piernas, sacó los dedos de su mojado coño, y los llevó a su ano, donde, poco a poco, comenzó a meterlos.

-¿Quieres que me corra, vaquero? - Preguntó Andrea.

Por mi parte, estaba a punto de hacerlo. Mi hermana era una auténtica zorrita haciendo sexo telefónico... ¿Cómo sería en la cama, la muy puta?

-Correte, cariño - Pidió Peter.

Andrea sacó los dedos de su culo, los introdujo en el coño, y comenzó a moverlos a toda velocidad. Podía escuchar desde donde estaba, los chapoteos de su mojado coño.

-Dios, me corro, Peter. Me corrooo....

Arqueó la espalda hacia atrás, y sus flujos salieron disparados por las sábanas, mientras mi polla, escupió hacia el suelo, haciendo que me derrumbara de placer.

"Que hermana más zorra tengo" - Pensé mientras me iba al cuarto de baño.