Mi hermana mi mejor experiencia
Hice el amor a mi hermana mayor disfrute de su gran cuerpo y ella nunca lo supo.
Una historia real y que es imposible guardarla para mi......Era una noche de verano y día de la elección de la capitana de un club local, fiesta a la que asistía con mis padres e íbamos a encontrarnos con mis dos hermanas mayores ya casadas también y con sus hijos pequeños. Yo tenía 36 años y estaba con mi novia Alicia (soy separado) que tenía algunas funciones de organización de la fiesta.
En algún momento de la noche, inició desfile de las candidatas a capitana del club yo me encontraba sentado en una mesa de invitados donde todos eran hombres excepto la esposa de uno de ellos. La conversación era caliente refiriéndose a las candidatas que desfilaban y de pronto uno de ellos hizo un comentario refiriéndose a mi hermana mayor que estaba sentada con su esposo y mis padres en una mesa cercana, lógicamente sin saber quien era yo, y mencionaba que la prefería madura y con la experiencia que se le veía a mi hermana. Yo me reí pero fingiendo, comencé a indagar la razón de su comentario diciéndole que era en realidad era una hembra muy atractiva y como respuesta, me dijo que además era la mejor amante y apasionada en la cama. De hecho pude conocer que el había estado con Esperanza en algunas oportunidades y la descripción de los detalles retumbaba en mi cabeza
A partir de ese momento la imagen sobre mi hermana cambió, y en este mismo momento yo la observaba ya como a otra mujer...Esperanza tenía 45 años estaba realmente deseable con un cuerpo que aunque maduro era voluptuoso y estaba con un vestido negro descubierto en la espalda y ceñido, que resaltaba un unos senos muy grandes, el vestido abierto a un lado descubría un par de piernas largas y torneadas que incitaba a la imaginación. Tarde en la noche en medio del licor, pude conocer que el amigo de mi hermana, Ernesto, se iba a encontrar con ella el miércoles, justamente cuando el esposo de Esperanza iba a estar de viaje.
Esperé ansiosamente hasta ese día, y conociendo el horario de trabajo de mi hermana y el de los niños sabia que la cita no podía ser en otra parte que en su casa, asi que fui hasta su casa sabiendo que no estaba y entré. Hice un par de llamadas y luego despidiéndome de la empleada y dando un portazo fingí salir, aunque en realidad me oculte en un pequeño vestier, desde donde observaba la sala y parte del comedor y la cocina. Esperanza llegó cerca de las 6 de la tarde conversó con los niños, despidió a la empleada y el tiempo transcurría y efectivamente su amigo llegó.
Durante este tiempo mi Esperanza se había vestido diferente cuando lo recibió le dio un beso en la mejilla y se dirigieron a la sala sentándose en un punto en el que aunque yo no podía ver a Ernesto, veía a Esperanza de lado. Iniciaron conversando y tomando algo de licor, el amigo insistía en que Esperanza tomara más y más y en el tono de la riza se notaba ya su estado de alicoramiento , podía ver cuando se besaban largamente y fue cuando después de bailar un rato Ernesto le pidió que le hiciera un strip tease.
Mi hermana se paró y comenzó a abrir su blusa quitándosela rápidamente luego su falda quedando en sus medias hasta los muslos un panty totalmente transparente y el brassier. Su imagen era totalmente deliciosa, grande, voluptuosa y se movía bailando sensualmente, aunque torpemente y a punto de caerse por el licor. Ernesto no la dejo continuar y casi arrastrándola la recostó en el sofá impidiéndome la visión. Yo solo podía oir jadeos, gemidos, más licor y las órdenes de el para que le hiciera sexo oral, hasta que pienso por su comportamiento, que arreglándose la ropa salió disgustado por el estado de ebriedad en que la había dejado y que a excepción de caricias no había podido tener sexo en la forma como lo había planeado. Esperanza quedó en el sofá. Al rato salí de mi escondite haciendo un ruido normal con la puerta de la calle simulando que acababa de entrar pero ella sin abrir los ojos decía entrecortada, "ven Ernesto"... yo la miraba y era toda una hembra, mi intención era despertarla y llevarla a su cama pero su estado era tal que preferí dejarla alli hasta el día siguiente.
Apague las luces e iba a salir pero me arrepentí sentándome cerca a ella. El roce de sus panty medias me hizo pensar muchas cosas y comencé a acariciar sus piernas eran incitantes, largas robustas torneadas y cada vez me acercaba más a su entrepierna y Esperanza no respondía. Mi pene estaba a reventar entonces me lo saque poniéndolo en contacto con su pantorrilla.
En un momento Esperanza trato de hablar pero yo le tape la boca con el vaso más licor que ella lentamente bebió en la penumbra. Sintiendo mi pene se volvió a recostar de manera que sus piernas quedaron sobre las mías que estaba sentado en el otro extremo del sofá y arqueándose un poco tomo mi pene y comenzó a acariciarlo, diciendo con una voz ronca...Papi que rica verga, acaríciame, mastúrbame,... yo comencé a subir nuevamente por su muslo hasta que llegue a su entrepierna, sentía los vellos salirse por los lados del panty que ya estaba húmedo corriéndolo a un lado podía acariciar en la penumbra lo que era una masa de vellos y carne que palpitaba sobre la palma de mi mano. Sin aguantar más me pare y arrodillándome abrí sus piernas y poniéndome entre ellas comencé a besar, lamer, chupar, acariciar su experta concha. Era realmente grande la abria con mis manos descubriendo su clítoris erecto su olor era maravilloso su sabor entre dulce y salado, sus jugos viscosos y cada vez que mi lengua penetraba, sus labios vaginales se trataban de cerrar alrededor de ella. Esperanza gemía nuevamente me pare y poniéndole mi verga en su boca la hice mamar, Esperanza estaba casi enloquecida sin poder hablar claramente pedía más, succionaba, lamía, apretaba mis testículos mientras yo, ya había sacado sus tetas.
El tamaño era insuperable, grandes duras pesadas y las movía sobando sus pezones con las yemas de mis dedos y viendo en la penumbra su concha recubierta por unos vellos deliciosamente repartidos. Yo trataba de retener mi venida pero sin poderlo solté chorros de semen caliente y espeso es su boca, en su cara, en su pelo, que ella saboreaba.
Volví a sentarme y Esperanza seguía dormitando su ebriedad; nuevamente su imagen y su cuerpo me calentaron, la sombra de su monte de venus me volvió a atraer a ella y volvi a acariciarla esta vez quitándole el panty y comencé a masturbarla metiendo uno, dos , tres dedos y moviéndolos rítmicamente mientras con el pulgar sobaba su clítoris, su concha se abrazaba a mis dedos, sentía la presión. Entonces volvi a poner mi boca en ella chapándola, halándole el clítoris, lamiendo sus labios menores mientras oradaba su ano con la otra mano. Esperanza no resistió mas y se vino llenando su concha de jugos deliciosos que mi lengua recogía ávidamente, y me decía méteme la verga Ernesto, viólame, aprovéchame. Yo no aguante y bajándome los pantalones me recosté colocándome detrás de Esperanza y abriendole las piernotas le arrime mi verga que a este momento me dolía de la erección que tenia.
Con una mano debajo de su cuerpo sobaba sus tetas, mientras la otra acariciaba su concha, el triangulo de vellos de su sensual pubis y ella buscando mi verga la dirigía hacia su vagina. Desde atrás yo besaba su cuello, lamia sus orejas, le decía en voz baja en un susurro imperceptible, que era deliciosa que era una hembra hermosa, que me gustaban sus tetas, su coño grande, sus vellos, sus piernas todo su cuerpo maduro, que era una puta voluptuosa y caliente...y estas palabras la encendieron y movia sus caderas se abria a mis embestidas la penetraba con fuerza y su hemoza concha aprisionaba a mi pene pero luego el efecto del licor la rendia, yo seguia maturbandola penetrándola besandosu boca sus pesones hasta que por sus estertores supe que se iba a venir nuevamente por lo que apure mi venida soltándole otra carga de semen esta vez sobre su pubis, sus muslos, su abultado pero sensual vientre....
Dejándola dormida me vesti y salí, era cerca dela media noche. Al sábado siguiente nos reunimos en un almuerzo familiar y yo estaba nervioso pensando en cualquier reacción de Esperanza. No hubo ninguna, nunca se imaginó, mas yo disfrutaba desnudándola mentalmente y recordando su cuerpo maduro, delicioso, caliente, sus piernas, sus muslos, su pubis, sus tetas su concha hambrienta, pero sobre todo su comportamiento deliciosamente vulgar, su vocabulario que nunca hubiera imaginado y que hoy son mis recuerdos mientras me masturbo pensando en esa noche de sexo con Esperanza.