Mi hermana María - parte 6

Dani decide separarse de su hermana... pero es el destino quien quiere mantenerlos unidos.

Parte 6

Dani se quedó dando vueltas sobre el colchón, no había pegado ojo en toda la noche y probablemente no conseguiría dormir nada ahora, era verano, hacía calor y estaba solo en casa, sus padres estaban en el trabajo y su hermana en casa de su abuela, hacía dos días que se había ido y no lo había llamado, ni un sms... ni siquiera respondía a sus whats apps, carla le dijo de quedar pero el no estaba de humor para acostarse con otra pensando en María, y menos si esa otra era Carla, una buena amiga y hermana de su mejor amigo, hacía Víctor tenía un sentimiento bipolar, lo odiaba por el hecho de dañar a su hermana pero al mismo tiempo le hacía feliz que ya no fuesen novios, Víctor empezó a salir con Diana el mismo día que cortó con María y se los veía bastante unidos.

Dio media vuelta y suspiró, miró en la estantería donde tenía cosas que le hacían felices, entre ellas un regalo de María, una foto de hacía un años en la que el la cogía a caballito y salían riendo y felices, el marco era de colores y manual, sonrió al recordar aquellos tiempos cuando todo era más fácil, cuando eran solo hermanos y él no había intentado aprovecharse de ella. Vibró su móvil y lo miró con ilusión.

Era un whats app de Víctor.

*Hey! ¿cómo estás?

*Bien ¿qué quieres?

*veo que sigues enfadado... lo siento, quería saber si te apuntabas a jugar a básquet.

*Claro... ¿dónde siempre?

*Sí, después podemos ir a la playa, les decimos a Carla y Diana que se vengan, ¿María querrá venir?

*No creo, luego le pregunto, nos vemos ahí en media hora.

*Vale, hasta luego crac!

Entonces le abrió una nueva conversación, destinatario: María.

*Tata iremos a la playa en un par de horas, la de siempre... ¿te apuntas? Vienen Víctor, Carla y Diana.

*No.

*Vente anda... prometo no hacer nada malo, si es por Víctor...

*No es por él, pero está bien, iré.

*Adiós tata.

Se puso el bañador y cogió la pelota, después se dirigió a la cancha y ahí estaba Víctor sonriendo, se saludaron y le dijo que María iría y que no estaba enfadada con él, después hicieron unas canastas y como ya habían quedado con las chicas se fueron, llegando a la plaza se encontraron con Carla y Diana, Víctor morreó a Diana muy apasionadamente y Carla miraba a Dani esperando algo, pero él simplemente besó su mejilla y dijo “Hola guapa” caminaron hacía la playa y no tardaron en encontrar a María tomando el sol, pusieron las toallas al lado de ella, Carla se puso a un lado de María y Dani al otro, María se levantó bruscamente, saludó a todos y les retó a una carrera hasta el agua, todos aceptaron y corrieron, ganaron los chicos y por último quedó Diana que no se atrevía a meterse, tubo que salir Víctor para lanzar a su novia al mar.

Estuvieron nadando, haciendo ahogadillas y discutiendo de varias cosas.

Carla cogió a Dani de la mano y lo apartó un poco del grupo, él la siguió a regañadientes.

  • ¿qué te pasa?
  • ¿a mi? Nada.
  • ¿y esas formas de saludar?
  • Carla, recuerda que somos amigos, lo dejamos claro desde un principio.
  • Yo pensé...
  • nena... lo siento, no puedo tener nada serio contigo, ya te avisé.
  • ¿por qué...?
  • mi corazón es de alguien.
  • ¿y por qué no estás con ella?
  • No me ama.
  • Yo a ti si... úsame para olvidarla...
  • no puedo, la nombré estando contigo.
  • ¿tu ex? Dani lo antiguo no está de moda, podemos intentarlo y si no funciona, si no logras quererme o olvidarla... dejame.
  • ¿Querrías estar conmigo a pesar de que yo solo estaría contigo para olvidarme de ella?
  • si.
  • está bien, preciosa Carla ¿quieres salir conmigo?
  • ¡Si! Pero no me llames nunca más por su nombre

y se fusionaron en un beso, Carla enredó las manos en su cuello y saltó sobre él, en el agua no pesa nadie y Dani aprovechó eso.

  • nena... ¿lo has hecho en el mar alguna vez?
  • no... pero me muero de ganas y noto que tu también.

Nadaron más a lo hondo, lejos de donde estaban sus amigos pero donde Dani tocaba, entonces antes de que el la atrajese hacía si, Carla le dio algo a la mano y sonrió cuando descubrió que era la parte de abajo de su bikini, ella volvió a saltar encima de él y deslizó su bañador hacía abajo, Dani no tardó en encontrar la entrada de su sexo y se la metió de una embestida, oh que placer sintió, Carla jadeaba en su oído y gemía como una loca, el bombeaba en su interior a un ritmo frenético, notaba la presión de ella, subió una mano hasta su pecho y le pellizcó un pezón con fuerza, Carla enloquecida lo besó con furia, era una gata salvaje, entonces ella empezó a gemir con más fuerza, le hacía más presión con las piernas y alcanzó el orgasmo con su nombre en los labios, el la penetró un par de veces más y se corrió, llamándola Carla como disculpa a su vez anterior.

Ya más calmados se dejaban mecer por el vaivén de las olas, ella seguía recostada en su cuerpo y entonces el le devolvió su bikini, se lo puso y nadaron hacía sus amigos, ellos estaban jugando a salpicarse y parecían bastante felices, Carla saltó encima de María para hundirla y cuando salió el dijo.

  • ¡Hola cuñada!
  • ¿estás saliendo con mi hermano?
  • ¡Si! Volvemos a ser cuñis, que ilusión... te quiero tía.
  • Si... que bien.

Los sentimientos de María no eran muy claros, debía sentirse calmada, por fin su hermano estaba con otra... entonces ¿Qué era ese sentimiento de absoluta tristeza? Era como si hubiese perdido algo preciado.

El día terminó feliz, estaban agotados y bronceados, Dani miraba embelesado a su hermana, ese tono le quedaba precioso.

Decidieron ir a cenar al Mcdonals y acabar bien ese maravilloso día, después cuando ya se despedían, Dani alcanzó a su hermana y le preguntó si iba a volver a casa o si iría con su abuela de nuevo, ella sonrió, ya no habían motivos para no volver a casa, ahora estaba a salvo.

Esa semana transcurrió tranquila, María había vuelto y su relación con Dani volvía a ser “normal” no más intentos de seducción, no más besos, no más nada.

Era viernes, ella quería fiesta... encontrar algún chico, así que decidió salir sola.

Se puso una blusita blanca y unos shorts, tacones altos por supuesto.

Cuando ya se iba Dani la paró.

  • ¿a dónde vas, peque?
  • Voy a bailar a esa discoteca nueva... la que está en la calle mayor.
  • Aah si, he oído hablar de ella, ten cuidado... puede que me pase más tarde.
  • Ok, bye bye tete.

Y salió.

Esa discoteca era impresionante, buena música, buen ambiente... se acercó hasta la barra y le sonrió al camarero.

  • hola preciosa ¿que te pongo?
  • Un vodka negro con cola.
  • Marchando princesa.

Una vez conseguido su cubata se alejó hasta la zona de los sofás, ahí había un montón de gente, sobretodo parejas dándose el lote, tubo mucha suerte pues había uno vacío y consiguió sentarse ahí para disfrutar de su copa.

Eso era como un pub con una gran pista de baile, el nombre discoteca no le pegaba para nada.

La noche pasaba tranquila, desde ahí podía ver a muchos chicos guapos y uno le llamó la atención, el joven se dio cuenta de que era observado y entonces sonrió a María, se acercó hasta donde estaba y se sentó a su lado.

  • ¿te importa que me siente contigo?
  • En absoluto.
  • Soy Aron, ¿Cómo te llamas preciosa?
  • Yo soy María.

Entablaron una conversación muy interesante, compartiendo aficiones y esas cosas, conociéndose, no sabía cuánto rato había pasado pero estaba muy a gusto, de repente sintió como si no pudiese moverse, era consciente de todo pero tenía el cuerpo agarrotado y los músculos paralizados, el muchacho se dio cuenta y sonrió.

  • por fin... estaba tardando mucho en hacer efecto.

María se quedó horrorizada ¡Qué coño estaba pasando! Aron la cogió en brazos y se la llevó de ahí, nadie los detuvo ni siquiera para preguntar si se sentía bien.

Salieron de la discoteca, ella no sabía que hacer... entonces llegaron a la parte trasera donde había dos chicos más.

  • si que has tardado. - dijo uno.
  • ¡esta buena pieza merece la espera! Es virgen... y no se si ser delicado o follármela de golpe.
  • Huum entonces su culo es mío. - dijo el otro.

Dejó a María en el suelo, no podía gritar, iba a ser violada y no podía hacer nada para impedirlo.

Ellos comenzaron a reír y a decir en voz alta todas las burradas que querían hacerle, sin duda la estaban atemorizando, ella pensó que ojalá no fuera virgen, su primera vez sería destrozada... pensó en sus padres, en su hermano...

El moreno se bajo los pantalones y le metió la polla en la boca, empezó a bombear despacio, gimiendo de gusto, el bajito le rompió la blusa y el sostén y comenzó a juguetear con sus tetas, mientras tanto “Aron” se deshizo de sus shorts y de sus bragas y le lamió el clítoris.

  • ¡Está cachonda la zorrita! Claro que no lo puedes evitar, prefiero lamerte un rato para que no me duela al romperte el coño.

María no podía hacer nada, lloró en silencio.

El que le mordía los pezones también saco su polla y comenzó a restregarla contra sus tetas, haciéndose una cubana el solo.

Aron decidió que ya estaba suficiente húmeda así que se quitó los pantalones y se puso en su entrada y justo cuando la iba a penetrar cayó desplomado sobre ella, el siguiente fue el que tenía su polla en la boca, un puñetazo en la nariz y un feo CRAC, algo se había roto y por último el bajito, una patada en la boca.

Y María suspiró... acababa de ser salvada y sus ojos lo vieron... ¡Dani!

Su hermano ardía furioso, esos hijos de puta habían querido violar a su hermana, miró el suelo y vio toda su ropa destrozada, le puso las braguitas y se quitó la camiseta para dársela a ella, comprendió que la habían drogado, la cogió en brazos y la estiró en la parte de atrás de coche, sacó una manta y la tapó.

Entonces se puso a conducir, no sabía cuánto rato llevaba al volante, estaba furioso, un minuto más tarde... un maldito minuto más tarde...

el cuerpo de María empezó a responder y lo primero que hizo fue susurrar: Gracias.

Dani siguió conduciendo hasta un área de descanso y detuvo el coche, se fue a la parte de atrás donde su hermana ya comenzaba a moverse y a llorar desconsolada, él no pudo hacer más que abrazarla y maldecir una y otra vez.

Pero ella se sentía segura, era su héroe, si que sentía asco por todo lo que había sucedido, pero no era temor lo que el cuerpo de su hermano le inspiraba ahora, ella deseaba que la reconfortara, deseaba yacer entre sus brazos y ser amada, como siempre debió haber sido.

  • Dani... me has salvado, gracias, gracias.
  • Dios María... si no hubiese llegado a tiempo yo, mierda debimos ir a la policía.
  • no... no por favor... solo quitame su sabor.

Él no comprendió, así que fue ella quien se levantó para besarlo, enredó sus manos en su pelo y prolongó el húmedo beso, su cuerpo se calmaba, como beber un antídoto cuando se esta envenenado.

Dani respondió a sus suplicas y sin saber como acabó con María a horcajadas, besándose con pasión, le quitó la camiseta y le besó los pechos con cariño, las sensaciones eran diferentes, eso le gustaba y la calmaba le proporcionaba un placer adecuado, la recostó en el asiento, El siguió con su tarea, después descendió, dejando una estela de besos, le quitó las braguitas y le lamió el clítoris, ella gimió y arqueó la espalda, no le hizo falta trabajar mucho más, María se corrió retorciéndose, gritando su nombre... suspirando de alivio.

Ella se incorporó y besó a su hermano, le desabrochó el pantalón y dejó salir su ya crecido miembro, lo miró y se agachó para depositar un beso en la punta.

Dani suspiró.

  • No es necesario...

Calló cuando se lo introdució por completo en la boca, si ella seguía así acabaría corriéndose.

Lamió todo su tronco, besó sus testículos y volvió meterselo en la boca, lo trabajó duramente y cuando sentía que ya no podía más el la detuvo, justo cuando María se apartó el se corrió sobre su estomago, jadeante... expectante.

Miró a su hermana y solo vio deseo, la acarició la mejilla.

  • ¿por qué me has apartado?
  • No quería hacer nada que te resultase incómodo...
  • si eres tu no me importa.
  • Yo te quiero pequeña... ya lo sabes.

  • Dani quiero que seas tu... ahora.

  • No pequeña, no en un coche, no así.
  • Dani... por favor.
  • Contigo lo haré como es debido, iremos a un hotel... hay uno cerca de aquí, si cuando lleguemos ya no me quieres no haremos nada.

María asintió, se vistieron, limpiaron y Dani condució hasta ese prometido hotel.