Mi hermana María - parte 3

Sigue la historia de Dani con su hermana pequeña

despertó a la mañana siguiente desubicada, tardó varios minutos en recordar dónde estaba y lo que había sucedido, anoche se masturbó con Víctor y anoche se corrió viendo a su hermano follando con Carla, después él la había besado y ella había correspondido ese beso.

Se frustro y se maldijo a si misma, miró hacía un lado, estaba sola en la cama, se levantó y bajó al salón, se encontró a Víctor y a su hermano charlando, por casualidad escuchó su nombre y decidió espiarles un poco.

  • uff tu hermana es una fiera Víctor, madre mía yo si fuese su hermano me volvería loco.
  • Pues María no es que sea muy fiera que digamos, pero es tan adorable, me siento tan afortunado de ser su novio, voy a enseñarle todo lo que se, aprende rápido Dani, ayer me hizo una paja increíble... y para ser la primera no estuvo nada mal...
  • vale tío... que es mi hermana no me des detalles.
  • Tu me los das de Carla, y también es mi hermana.
  • Ya, pero la diferencia es que si Carla te dejase, tu te la tirabas... ¿no?
  • Joder, eso nunca sucederá... vamos Dani, no me digas que nunca te has fijado en María, se que son nuestras hermanas y que por mucho que pensemos que están buenas, jamás les haríamos nada, yo al menos... si, alguna vez e fantaseado con Carlita... pero no sería capaz ni de besarla.
  • Ya bueno... yo no creo que María esté buena... no la veo ni siquiera guapa, así que tu sabrás a quien tienes por novia...

María bajó las escaleras furiosa, ese capullo hablaba mal de ella, y luego quería besarla... decidió que le daría una lección.

  • buenos días, Dani yo me voy para casa no me encuentro bien. - se acercó a donde estaban sentados y le dio un morreo a Víctor. - te llamo luego.

Y se fue, dejándolos con la palabra en la boca y con la ira reflejada en los ojos de Dani, caminó despacio y feliz por la calle, tenía un malestar en el cuerpo, seguramente sería por el hambre, hacía un día precioso de verano, decidió que en cuanto llegase a casa se iría a la playa, y mientras se perdía en sus pensamientos alguien le agarró de la mano y tiró de ella.

  • ¿estás bien, hermanita?
  • ¡Dani! Suéltame...
  • no, podrías desmayarte... como estás... malita. - y la cogió en brazos.
  • ¡bájame! No me estreches tanto.

Dani la estrechó aún más entre sus brazos y la miró irónico, caminó hasta un callejón donde no había nadie y la dejó en el suelo, pero antes de que ella pudiese reaccionar e irse corriendo, la empotró en la pared.

  • hermanita, no puedo dejarte ir con su sabor en tus labios. - repasó su labio inferior con el pulgar. - boquita de fresa.

Y la besó, fue un beso apasionado, dejó una mano posada en su cintura mientras que con la otra le acariciaba el mentón, saboreó todo su interior y bebió de ella hasta que notó que dejaba de hacer presión para devolverle el beso, entonces, antes de que ella pudiese besarle, se apartó.

  • no, no pequeña, tu hermano es un ser despreciable y depravado... no deberías besar a alguien así, pero tampoco deberías besar a Víctor, porque cada vez que lo beses a él, yo vendré después.
  • Eres un enfermo.
  • Si y tu mi medicina, ahora corre a casa antes de que me arrepienta por soltarte...
  • Dani... ¿por qué me haces esto?
  • Porqué nadie podrá hacerte feliz María, solo yo...

y ella se fue corriendo, Dani se apoyó en la pared y suspiró, se estaba volviendo loco, ella lo estaba volviendo loco, ahora no solo deseaba enseñarle, también quería su aprobación... quería ver en ella el mismo deseo que crecía en él. Volvió a casa de Víctor, su hermana lo había calentado demasiado, y allí estaría Carla, dispuesta a satisfacer todas sus fantasías.

Llamó a la puerta y abrió ella en ropa interior, el le puso una sonrisa seductora.

  • ¿Te has dejado algo, Dani?
  • si... a ti gatita.

La tomó por la cintura y la besó con furia, ella gimió de placer y después paró el beso, le dio la mano y lo hizo entrar.

  • subamos arriba.

Dani la siguió obediente escaleras arriba, entraron en su cuarto y ella lo empujó a la cama, donde quedó estirado.

  • espera un momento aquí.

Y Carla salió del cuarto, tardó aproximadamente veinte minutos, pero la espera había valido la pena, cuando apareció vestida de colegiala, una camisa blanca ajustada con los tres primeros botones abiertos, una falda a cuadros roja, corta, con una raja al lado, ligueros en mitad del muslo sujetando unas medias de rejilla y unos finísimos tacones negros, sus tetas quedaban de maravilla en esa camisa, estaba cachonda, tenía los pezones marcados, se había hecho dos coletas, pintado sus labios de rojo que ahora mostraban una insinuante sonrisa, tenía una cara de niña buena, se acercó meneando el culo a su radio y puso una canción, entonces comenzó menear el culo delante de Dani, al ritmo de la música, ella bailaba sensualmente, seduciendo con sus curvas y entonces empezó a desabrocharse la camisa, despacio, interrumpiendo su trabajo para bailar de vez en cuando, y una vez hubo terminado la tarea, le lanzó a Dani la camisa, y se quedó así, descendiendo hasta abajo y volviendo a subir, después comenzó con la falda, y también se la tiró, se había quedado en ropa interior, y antes de que pudiese quitarse el sujetador él la interrumpió.

  • ven aquí preciosa.

Carla se acercó obediente y se estiró al lado de Dani, él le recorrió el cuerpo con las manos, se detuvo en su pecho, donde empezó a hacer círculos en sus pezones, ella jadeaba y elevaba las caderas pidiendo más, pero él solo la atormentaba, le chupó las tetas a través de la tela y solo cuando vio que ya no aguantaba más le quitó el sujetador para hacer lo mismo sobre su suave piel, mientras metía la otra mano en sus braguitas, estaba empapada, y él no hizo otra cosa que jugar con su sexo, primero lo acarició a lo largo y cuando Carla dio un respingo le introdujo un dedo dentro, ella suspiró de placer, Dani la masturbaba mientras le mordisqueaba un pezón, podría pasarse horas así pero empezaba a sentir demasiado la necesidad por ella, le quitó las bragas de un tirón y se puso encima suyo, ella no tardó ni dos segundos en rodearle la cintura con las piernas y él se introdujo, se deslizó a lo más profundo de un golpe, ella estaba mojadísima y muy bien dispuesta.

  • Dios mío Dani, estás enorme...
  • me dirás que no te gusta...
  • no pares
  • tranquila fiera.

Y siguió moviéndose en su interior, era un mecanismo demasiado placentero como para pararlo, de vez en cuando le cogía las tetas y le pellizcaba los pezones, se estaba volviendo loco, sin embargo no era María la que estaba bajo él, no era María la que gemía por él, no era María... definitivamente, pero que no fuera ella no quería decir que no pudiera imaginarla.

  • Date la vuelta, quiero ese culito ahora.
  • Ooooh si Dani, follame el culo, como anoche... es todo tuyo.

En cuanto se giró la bombeó con fuerza, nada de tratarla como a una princesita, ese no era el rollo de Carla, y así pudo imaginarse a María, su placer se incrementó pero no sabía si era cosa de su mente o porque el culo de Carla estaba realmente apretado, era maravilloso, no tardó más de cinco minutos en terminar y Carla igual, esa zorra se corría con facilidad, cuando acabó se derrumbó encima de ella y después rodó a un lado para no aplastarla, ella apoyó su cabeza en el pecho de su amante y así estuvieron un buen rato, relajados después del ejercicio, pero no quería estar mucho rato con ella, no quería que pensase que se había enamorado.

  • definitivamente eres mi mejor amante, me encanta que me folles Dani... aunque me he quedado con las ganas de comerte la polla.
  • Es toda tuya pequeña.

A pesar de que estaba cansada, su declaración lo puso a mil, le encantaba que se la chupasen, era una de las cosas más increíbles.

Carla

bajó descaradamente la cabeza. Estremecida de gusto, depositó un beso en su dura erección. La muchacha paseó la lengua a lo largo de su polla, que se estremeció con el roce y aumentó visiblemente de tamaño, ahora estaba listo para todo lo que ella se propusiera, Paseó la boca por su sexo con lentitud, disfrutando del modo en que suplicaba sus caricias y se lo metió de golpe en la boca, Dani se arqueó ante la sorpresa y ella empezó a succionarlo despacio, subiendo y bajando muy lentamente, torturándolo, después antes de que el pudiese protestar empezó a deborarle, rápido y duro, sabía perfectamente lo que hacía, de vez en cuando paseaba su lengua por la punta, él se retorcía, no sabía cuánto más podía durar así, aquella era posiblemente la mejor mamada de su vida, y terminó, ni siquiera se dio cuenta, fue tan involuntario, se quedo ahí mirando al techo, Carla le sonrió, fue al baño a enjuagarse la boca y volvió, había olvidado que odiaba que se le corrieran en la boca, había sido un descuidado, pero no le importaba, hacía de ella lo que quería, cuando volvió lo desafió con la mirada.

  • Sabes que no me gusta que se corran en mi boca.
  • Lo se, pero aunque te diga que lo hice sin querer, lo volvería a hacer.
  • ¿te quedas a comer?
  • No creo, María no se encontraba muy bien, voy a ver si está mejor.
  • De acuerdo... ¿me llamarás o pasarás de mi como de todas?
  • Encanto... yo no me encadenó ya lo sabes, si que te llamaré sería un gilipollas si no lo hiciese, pero no esperes mi amor.
  • No quiero tu amor, solo esto. - y le cogió el paquete.
  • Perfecto. - Dani besó sus labios.

Se levantó de un salto y comenzó a vestirse, después se despidió de ella y de Víctor y corrió hacía casa, ¿tenía derecho a enfadarse con María por besara Víctor cuando el se tiraba a Carla? No estaba para pensar, cuando entró en casa descubrió que no había nadie, solo una triste nota en la nevera pegada con un imán de vaquita el favorito de su hermana y por supuesto su letra.

Dani,

nos hemos ido a la playa, mamá te ha dejado la comida en el micro y papá algo de dinero en el cuarto junto a la lista de la compra, ¿podrías acercarte al super en un momento?

Volveremos por la tarde, quizá más tarde, si decides apuntarte estaremos en la playa de siempre, mamá dice que si te apuntas primero compres, para cualquier cosa llama a papá.

Firmado... Tu Hermana.