Mi hermana María
Sigue la historia de Dani y las ganas de tirarse a su hermanita aumentan.
María estaba en su habitación, estirada en la cama, seguía igual a como él la había dejado, el frío empezó a recorrerla el cuerpo y sin hacer muchos movimientos se bajó la camiseta, aquella posición le empezaba a resultar muy incomoda, pero seguía sin poder moverse, su cuerpo le pedía sexo y su cabeza la culpaba, era una batalla muy dura y cualquier resultado la destrozaría.
Pensar en lo había estado a punto de suceder... la quemaba por dentro, había faltado muy poco para entregarse a Dani, ojala él no fuese su hermano y ojala ella no sintiese ese deseo por él.
Ya lo temía, sabía que mirarlo desde la ventana no era normal, sabía que pasear por casa medio desnuda no era bueno y que era porque hacía calor... era una patética excusa, si Dani le hubiese pedido sexo, después de esa incitación ella gustosa lo habría hecho, entonces Víctor... ¿qué? Víctor le gustaba por supuesto, él era perfecto y no era su hermano.
Escuchó la puerta de casa, papá había llegado y mamá no tardaría, decidió bajar, para estar segura, aunque sospechaba que Dani no la molestaría.
Se incorporó de un salto y bajó corriendo.
- hola papá.
- Buenas noches princesa ¿Cómo ha ido el día?
- Bien...
- ¿vais a salir tu y tu hermano?
- Hermano... no, no creo, bueno, yo no.
- como quieras pequeña, me voy a duchar.
Y su padre subió al piso de arriba dejando a María abajo, ella pensó que subir a su cuarto era la mejor opción, pero tampoco quería hacerlo, quizá en el salón estaría mejor, hasta que mamá llegase.
Entonces el móvil sonó en su cuarto y subió corriendo, era un sms, de Carla, su mejor amiga y hermana de Víctor, pero ni siquiera a ella podía contarle lo que había sucedido con Dani.
¡María! Esta noche bolera, tu hermano está en casa, vente y salimos todos juntos, por cierto... Víctor me ha explicado que os habéis besado ¡no me has llamado! ¿estáis saliendo? Bueno es igual, ven ya y me lo cuentas, te damos media hora... no tardes y no puedes decir que no.
Carla.
Dani no estaba en casa, ni siquiera lo había oído salir ¿se lo habría contado a Víctor? No podía quedarse en casa, si lo hacía su hermano vendría y si iba no pasaría nada ya que estarían en grupo y así también podría aclarar las cosas con su medio novio.
Se vistió normal, sin llamar mucho la atención, y se hizo una coleta alta.
- papá al final si que salgo – gritó desde la puerta del baño.
- Vale, adiós pequeña.
Salió de su casa a paso ligero y en unos diez minutos llegó, llamó al timbre y abrió Carla quien se lanzó a sus brazos, cogió del brazo y la metió en una habitación, María pensó que ella entraría detrás para que le contara con todo detalle lo que había sucedido, pero en lugar de eso, la puerta se cerró detrás de ella y se encontró en una habitación a oscuras, el miedo se apoderó de su cuerpo, era muy imposible que Dani estuviese allí, pero por inercia empezó a buscar el interruptor de la luz.
- ¿tienes miedo a la oscuridad preciosa?
- ¡Víctor!. - dijo aliviada.
- si... María, debo decirte que me gustas mucho y que si tu quisieras... ¿quieres salir conmigo?
Y ella lo besó aliviada, intentando borrar de su mente el recuerdo de su hermano, como si los besos de Víctor fuesen a salvarla y al principio lo parecía, se besaban con pasión, ella quería que el la tocara, tal y como había hecho Dani, tal vez demasiado pronto, pues su chico solo la besaba, no le importaba siempre y cuando no fuese su hermano, y ahí la mente la traicionó, Dani estaba en esa misma casa, sabía que ella ahora estaría encerrada con Víctor y seguramente se estaba maldiciendo.
- bueno tortolitos ya basta. - dijo Carla. - hemos de ir a la bolera.
Salimos de casa de Carla, ella que sabía que la relación de Dani con Clara había terminado, aprovechó para acercarse a él, estaba loca por echar un polvo y no había nada mejor que un ex-novio triste y necesitado y si además era guapo y estaba bueno... Carla era muy guapa, tenia unos ojos marrones enormes, todos decían que eran muy sexys, una melena rizada por los hombros enmarcaba su rostro de una manera muy sensual y sus labios... grandes también, incitadores siempre de rojo pasión, su cuerpo le acompañaba, ella tenía unas tetas enormes, siempre las lucía con escotes de vértigo que mostraban el encaje del sujetador y conseguía no parecer una zorra con ello, sus caderas eran anchas, no estaba gorda, tenía unas curvas impresionantes y un culo... todos los hombres que pasaban por su lado volvían la vista atrás para verlo y alguna mujer también.
Carla, estaba muy acaramelada y Dani como todos la miraba embobado, ella le cogió de la camisa y lo empotro contra una pared al girar la esquina y lo besó, le dio un morreo de película, entrelazaron sus lenguas con furia, las manos de ella recorrieron su pecho y después amasaron su culo mientras que él, más tímido acarició su cabello, Carla tuvo que coger sus manos y ponerselas en sus tetas para que él se lanzara y lo consiguió, abandonó la timidez y las cogió a la vez, las achuchó bien, eran enormes, casi no le cabían en las manos, después deslizó una de sus manos a su culo y también lo amasó, aquello era de infarto, siguieron besándose si hubiese sido por él se la hubiese follado ahí mismo pero entonces.
- venga tortolitos que hemos de ir a la bolera. - dijo María repitiendo la frase de Carla.
- ¡Joder hermana!
“
hermana” aquella palabra la acuchilló, verlos así la había puesto celosa y encima después él, le recordaba que eran hermanos.
- después de la bolera podríamos ir al bar, quiero beber. - añadió María segundos después.
- Vale, bebamos. - confirmó Víctor cogiéndola de la mano.
Estuvieron poco tiempo en la bolera, cada uno absorto en sus pensamientos, todos tenían ganas de sexo y alcohol para aquella noche, así que después de la partida ganada por Víctor decidieron salir al bar, ya los conocían ahí, era uno de los mejores sitios para emborracharse ya que los precios eran bastante asequibles, se sentaron en la mesa de siempre, la del fondo, oscura y apartada de la vista, era raro no encontrar al resto del grupo ahí, pero tampoco le echaron mucha importancia.
Pidieron un montón de chupitos y jarras de sangría, la cosa se iba tornando cada vez más caliente, Carla se restregaba todo el rato contra Dani, Víctor intentaba hacer lo mismo con María, pero esta no hacía más que darle un par de besos y mirar furiosa a su hermano.
- oye... vamos todos a casa, nuestros padres no están hoy. - dijo Carla separándose de Dani.
Y todos se levantaron, se dirigieron casi corriendo a la casa, iban borrachos, aduras penas lograron abrir la puerta y ahí pasaron al comedor donde estaban los dos sofás, cada pareja se sentó en uno y Carla fue la que inicio todo, se quitó la camiseta mostrando sus enormes y seductoras tetas mientras se sentaba a horcajadas encima de dani, este la magreaba y besaba con rabia, era como un sueño tener un cuerpo así para él, después le chupó los pezones, increibles, casi le sabían a dulce, si no se la follaba acabaría muy mal, ya casi se había olvidado de María.
“
María” pensó y miró para ver a su hermana, también a horcajadas encima de Víctor, besandose casi igual de apasionados que ellos, ella lo miró y el le dijo no, entonces María, para desafiarlo se quitó la camiseta y el sujetador y se los lanzó a su hermano.
Víctor no podía creer la suerte que tenía, el lo último que quería era hacerla daño así que decidió para sus adentros que solo se tocarían, le cogió los pechos, no tan grandes como los de su hermana pero para él eran perfectos, los elevó y cuando los tuvo cerca los lamió, María gimió, era muy sensible a todo lo que le hacían, se notaba que no tenía apenas experiencia.
Le recorrió la espalda para erizarle la piel y así endurecer más aún sus pezones, y los mordisqueó, ella gimoteaba, suspiraba,...
siguieron así un rato, hasta que Víctor la tumbó en el sofá y le bajó el pantalón.
- No... no, no. - lo paró.
- Tranquila... no tenemos que hacer nada que no quieras.
- Podemos ir a tu habitación?
- Claro que si.
Subieron al cuarto de Víctor y se sentaron en la cama, María se sentía muy mal por lo que había pasado, él era su novio y si no tenían sexo, al menos ella podría aliviarlo un poco.
- Cari... no estoy preparada para tener sexo, pero si me enseñaras... podría pajearte.
A Víctor le encantó la idea de que su polla fuese la primera en su mano.
Se bajó el pantalón y el calzoncillo y su enorme pene salió dando un brinco, María se sorprendió, los había visto en películas, pero este le parecía enorme, Víctor tenía un buen tamaño, muchas chicas habían querido sexo con él, hasta su propia hermana y a él eso le daba mucho morbo, pero aún no se había acostado con Carla, volvió a concentrarse en la cara de María y se rió.
- vamos pequeña, tampoco es tan grande.
- es... enorme, ¿me enseñas?
- Si, ponte aquí, a mi lado y cogela, aprieta más, tranquila que no me harás daño... y ahora sube y baja despacito, cuando te avise aumenta el ritmo. - calló al sentir como ella deslizaba la mano.- si, así... uh María... como me pones.
Ella se envalentonó y empezó a ponerle cara de guarra, la vio una vez, en una de sus pelis favoritas y la estuvo practicando delante del espejo hasta que pensó que si fuese hombre se follaría.
Ella siguió con su trabajo, descubrió que si iba cambiando el ritmo él gemía, parecía gustarle, como pudo se quitó la camiseta de nuevo, para que él pudiese volver a ver sus tetas y lo hizo, su cara era de autentica lascivia, María estaba cachondísima, y también empezó a tocarse.
- María... masturbate para mi, ya me la hago yo, quiero ver como te masturbas para correrme.
Y ella no se lo pensó, se quitó el pantalón y las braguitas y comenzó a masturbarse, despacio, mostrandole bien su depilado sexo, ella estaba muy caliente y le gustaba mucho ver como el se pajeaba, eso la encendía más aún, ambos siguieron tocándose y mirándose hasta que el acabó, se corrió y limpió rápido después se tumbó en la cama.
- ven... tumbate a mi lado.
Ella que aún no había acabado decidió parar, a pesar de que sentía unas ganas inmensas, se estiró a su lado y al rato notó que el se había quedado totalmente dormido, la decepción invadió su cuerpo y lentamente se quedó dormida.
Unos ruidos extraños la despertaron, seguía en la misma posición y aún notaba el ardor entre sus piernas, ella aún estaba desnuda.
Se levantó despacio para no molestar a Víctor y salió así de la habitación, se dirigió al salón pues de ahí provenían unos gemidos increíbles y se encontró a su amiga Carla a cuatro patas en mitas de la alfombra y a su hermano follándosela duramente.
Los dos gemían, la tenía cogida por la cintura y bombeaba rápido y con fuerza, a ella se le balanceaban las enormes tetas, casi hipnotizando a María, su cara era de absoluto placer y en ese momento María sintió celos, rabia... deseo ser ella la que estaba saciándose a cuatro patas, sin embargo era ella la que aún estaba con el calentón. No se lo pensó, acarició de nuevo su sexo viendo la escena, ver a su hermano desnudo, le encantaba, vaya culo tenía el cabrón, entonces se preguntó como seria su polla, ¿grande o pequeña? Deseo que se girara para poder verlo y correrse pensando en él y entonces fue como si los Dioses hicieran realidad sus deseos, Dani se dio media vuelta para coger lubricante, su polla era enorme, un poco más larga que la de Víctor.
- ¿qué vas a hacer? - dijo Carla.
- Follarme ese culo de Zorra que tienes.
- no... por ahí no, es virgen.
- ya... no. - dijo mientras se la hincaba.
Carla dio un alarido, su cara reflejó el dolor que acababa de sentir y eso encendió aún mas a María, ya casi iba a correrse, pero quería que aquello durase eternamente, nunca le había gustado tanto como ahora y pensó que si acababa todo se iría a la mierda, se sentiría culpable por mirar a su hermano y se odiaría, volvió a alzar la vista para encontrarse de nuevo con esa escena y se corrió.
Después de calmarse, comprobó que ellos aún seguían, Dani le daba por culo y a ella la cara le había cambiado.
- oh Dios mio, dame más fuerte, me encanta que me folles el culo. - le gritaba.
- si... te follaré por todas partes y de todas las maneras posibles.
María se incorporó y regresó a la habitación, Víctor seguía dormidito, encogido por el frío, ella se acurrucó a su lado y los tapó a los dos para quedarse profundamente dormida y saciada al fin.
Ella soñaba con Dani, soñaba que la ponía a cuatro patas y se la follaba igual que a Carla, cuando estaba en la mejor parte abrió los ojos y se encontró con su hermano, mirándola.
- ¿te lo has pasado bien observándonos a Carla y a mi? ¿te ha gustado correrte mirándome? A mi me ha puesto a mil que lo hicieras.
- ¡Qué dices loco!
- Vamos princesa... no voy a obligarte a hacer nada, ya no me interesas. - se rió.
Se acercó a ella y la besó, María se aferró a su cuello para devolverle el beso y el la apartó.
- jajajaja hay hermanita, no te me entregues tan fácilmente... pero que sepas que antes que ser de él, serás mía.
Y se fue, la dejó helada, no solo por su comentario, sino porque ella lo había besado y volvió a dormirse por fin sin volver a despertarse, soñando con aquel momento en el que Dani la poseyera y preguntándose a si misma, si sería capaz de contenerse.