Mi hermana, la doctorcita...

Cómo un accidente, me llevó a consumar el peor y más delicioso de los pecados.

Esto ocurrió hace algunos años, mi hermana y yo eramos aun muy jóvenes, yo había repetido varias veces y había tenido que pasarme a un colegio nocturno, pues ya no aceptaban chicos de mi edad en los turnos del dia. Y mi hermana, 3 años mayor que yo, se encontraba ya estudiando en la facultad de medicina, realizando el curso de ingreso. Laura, que así se llama mi hermana, es una chica muy responsable, siempre la primera en asumir sus tareas y cumplir con su deber. Físicamente, es una morocha de muy buen porte, de pelo hasta los hombros mas o menos y con un cuerpo que si bien nunca había visto, daba la impresión de estar muy bien formado. Aun viviamos con nuestros padres, ya que por los estudios ninguno de los dos podia realmente tomar un trabajo que nos permitiera independizarnos. Nuestra casa era muy linda, pero era media chica, y solo tenía dos dormitorios, por lo tanto Laura y yo dormiamos en la misma habitación, la cual hacía años mi papá había separado con un gran mueble, pero fácilmente cualquiera de los dos podía pasar para el otro lado si lo quería. Obviamente respetabamos nuestros espacios y sabiamos cuando uno se estaba cambiando o algo, de modo de no molestarnos.

Resulta que un fin de semana en que nuestros padres se auto regalaron un merecido viaje, nosotros aunque invitados, preferimos quedarnos en casa. Viviando tan apretados como lo haciamos, tener la casa para nosotros dos, nos generaba una sensación de libertad, por pequeña que fuera.

Era el sábado por la mañana y yo me había ido a jugar al fútbol con mis amigos, pero para mi desgracia durante una jugada donde dos fuimos a buscar la pelota, recibí un patadón en los huevos que me dejó tirado. Por supuesto que no pude jugar más, y en cuanto me reincorporé, me fui a cambiar y me volví a casa. Al llegar Laura estaba cocinando algo, no recuerdo qué, pero enseguida noto que yo no caminaba como siempre, y me preguntó que me pasaba. Le conté, y se preocupó mucho: "eso es peligroso, los testículos son muy sensibles. Vamos a la salita, yo te acompaño y te hacés ver". Le respondí que ni loco me dejaba ver, y que aun estaba muy adolorido, no tenía ganas de ir a ningún sitio. Pero ella era terca, y se puso más seria: "Jorge, un golpe así en los huevos te puede dejar impotente, tenés que asegurarte de que estés bien". Volví a negarme, me fui a duchar, y luego me recosté en mi cama.

Al rato, Andrea se asoma por detrás del mueble: "cómo estás?" --Ahí, me duelen todavía.

"Te pegaron muy fuerte"? ---Sí con todo...

"Fue un pelotazo o una patada?" ---Una patada, justo en el medio...

Ella realizó una mueca de dolor, y me dijo, con voz más sensible "querés que te revise yo a ver si me doy cuenta cómo estás"?

--Me da verguenza Lau.. "Ay, no seas tonto, sabes las veces que te veia cuando eramos más chicos y no te dabas cuenta..." (sonriendo)

Ese comentario me sorprendió, no imaginaba eso. Acaso alguna vez me habría espiado cuando me tocaba? Preferi hacerme el idiota, y simplemente le conteste con un "ok".

"Acostate boca arriba, yo te voy a ir tocando y vos me decís si te duele" ---Bueno, pero despacio eh! "sí sí, quedate tranquilo".

Mi hermana con mucha delicadeza, fue directo a mi testículo izquierdo y lo rozó con su mano "ahí te duele"? --No, ahi no.

Luego hizo lo mismo con el derecho, y ante la misma pregunta recibió la misma respuesta. "Pero vos sentís dolor no?" --Sí boluda, me está matando.

"Mirá, para que me fije bien, te tendrías que sacar la bermuda y el calzoncillo, así puedo ver como los tenés"

Me dio un poco de verguenza, pero sus palabras me habían asustado, prefería dejarla ver, además, dentro de mí, ya sentía un pequeño cosquilleo morboso...

--Ok. Me saqué la bermuda, y como no tenía puesta ropa interior, quedó a la vista mi pito, chiquito como un maní dadas las circunstancias y mis dos huevitos. Ella en ningún momento hizo ningún comentario fuera de lugar, ni perdió la seriedad.

"A simple vista, se ve bien, pero si te duelen, es por algo, no te da verguenza si te los muevo un poquito? ---No, dale. Pero tené MUCHO mucho cuidado ok?

"sí, confía en mí".

Mi hermana me tomó de los huevos con suma delicadeza y muy lentamente realizó varios movimientos, ninguno de los cuales me generó dolor. Empecé a pensar que quizás era más el miedo que me había quedado que otra cosa. Cuando ella termino el pequeño "exámen" sucedió lo inesperado...

Con mi preocupación, no había llegado a darme cuenta, pero tenía la pija completamente dura! Mi hermana me miró, se sonrió y me dijo: "vos no teés nada cabezón, estás mejor de lo que pensaba, descansa que vas a estar bien", pero antes de irse, me dio unas palmaditas en la pija y me guiño el ojo. Entonces se fue a seguir con lo que fuese que estaba preparando en la cocina. Este último gesto de mi hermana me dejó pensando.. que actitud tan confianzuda! Podía ser tan copada? Era así conmigo, por nuestro vínculo de hermanos, o acaso había algo más? O simplemente, estaba acostumbrada a tocar pitos y el mio no le presentaba mayor sorpresa?

Quedé acostado mirando el techo, con el miembro completamente duro, sin poder descansar para nada. Y pensamientos raros comenzarón a llegar. Estaba en la cama, desnudo y mi hermana estaba a metros cocinando... Mil pensamientos cruzaron mi mente, no se cuanto tiempo paso, pero de repente se asoma mi hermana: "como anda mi hermanito? Ay, ya te podrías tapar no cabezón? Parece que tuvieras una víbora ahí (riéndose) Queres que te traiga algo de tomar?" Yo con un poco de verguenza, intento desplazarme hacia atras, para quedar mas sentado, pero en eso, vuelvo a sentir un dolor agudo, no en las bolas, pero en el vientre, cmo pasa justo despues de recibir un golpe ahi. Mi mueca de dolor es inconfundible, y de inmediato Laura se acercó a mí y se sentó a mi lado. "Jor, estás mal todavía, dejame ver"...

Y sin mediar palabra, tomó mi verga (completamente tiesa) con una mano, mientras con la otra volvía a revisarme los huevos. "Mirá, yo tanto no se, habria que llevarte a una guardia, no podés seguir con dolor" --No, no quiero ir a ningún lado. Quedate vos conmigo. Y de la nada, me salió abrazarla. Era como todo junto: cariño, agradecimiento, lujuria... Ella lo entendió perfectamente, y me devolvio el abrazo. ---Gracias Lau, sos la mejor. Ya se me va a pasar, quedate conmigo si?

Con la más tierna voz que jamás había oido respondió: "Sí, me quedo con vos." Y ahí nos quedamos unos minutos, yo completamente desnudo, con mi miembro totlamente erecto, y mi hermana, en un vestidito muy suelto, de esos de entre casa, abrazándonos sobre mi cama.

Más tarde ese día, luego de haber podido sí dormir una pequña siesta, me despierto y oigo la tele del lado del cuarto de mi hna. ME puse la bermuda, y me acerqué ---Se puede?

"Sí, pasa" ---Que estas viendo? "No se, cualquier cosa. Vos como te sentís?"

--Mejor,  gracias. Puedo ver tele con vos? "Obvio, veni que te hago un lugar".

ME acurruqué a su lado, se había cambiado de ropa, un short y una remera. Por la marca de sus pezones, estaba claro que no llevaba puesto corpiño.

---Gracias Lau, me re salvaste, porque ni loco iba a ir a ningún lugar a mostrarle las bolas a nadie. "Sí, ya se, sos re cabeza dura, por eso te dije".

"como andan estos?" Y sin media palabra me agarro los huevos por fuera de la bermuda... ---Bien.. pero cuidado, que todavia ando sensible.

"Tenes razón, perdona". ---Te quiero mucho hermana. (y acostado a su lado la abrazé, apoyando mi cabeza sobre su pecho- Pude notar que mis palabras la conmovieron, lo sentí en su respiración, y lo confirmé luego, al alzar la mirada hacia sus ojos, y ver que estaba como emocionada. Al mismo tiempo,  por primera vez, sentí la reconfortante blandura de sus tetas, nunca la habia visto sin ropa, y me estaba enterando ahora, de que mi hermana tenia un buen par).

--A uds les duele tanto si les pegan en las gomas? "No, ni parecido. Duele, pero no como lo tuyo." ---Pero no son re blanditas?

"Fijate, toca". Era demasiado... mi propia hermana, ahora me estaba invitando a tocarle los pechos... Por supuesto que no dije ni "mu" y enseguida acepté la invitación. ---Sí, son re blandas.  "Así no vas a sentir nada tonto, espera..." se movió de mi lado, hasta quedar sentada en la cama. Se qutó la remera, y enseguida cayeron dos preciosas tetas de piel trigueña frente a mis ojos. "Ahora, tocá". Sin hacer más preguntas, no le toqué, le agarré directamente las tetas, fascinado, excitado, sobresaltado. Eran perfectas. ---Son... perfectas. "Te gustan"? --Sí Lau, son hermosas. "Yo quiero ver la tuya ahora." Sin decir más, me saque´la bermuda, y rebotó hacia arriba mi pija, completamente dura e hinchada. "Tremendo bicho tenías ahi guardado hermanito eh..." No pidio permiso ni nada, agarró mi verga y comenzó a masturbarme. "Yo te voy a curar a vos..." Ya no quedaba nada por decir, ni era necesario pedir permiso de nada, comencé a comerle las tetas a mi propia hermana, hasta que no pude más y le ordené: ---chupame la pija.

Parecio ser lo que habia estado esperando todo el tiempo, porque la empezo a chupar como una fanatica, cabeceaba sin cesar, y sus tetas rebotaban con cada chupón....

CONTINUARA...