Mi hermana en la montaña

Mi iniciación sexual fue con mi hermanita, la mejor experiencia que pude tener en mi vida sexual.

Mi hermanita en la montaña

Hola, les voy a contar mi historia de cómo me inicie sexualmente. Después de leer atentamente relatos con sus respectivas hermanas, me decidí a contar la mía.

Para entrar en clima, les cuento que soy alguien normal de 33 años, no soy un gran cogedor, pero tengo la suerte de que la poca actividad sexual que he tenido fue de muy buena calidad, hoy mi miembro no es excesivamente largo, pero respetablemente gordo. Yo soy medio rellenito y como dije tuve la suerte de iniciarme sexualmente con mi hermanita, además de desvirgar a mi prima y a una sobrina ya ahora de grande, la cual vino a estudiar a mi ciudad y se quedó en mi departamento por unos días hasta conseguir algo para vivir. Obvio que también tengo relaciones con mi novia a la cual amo muchísimos y con la cual hace un año vivimos juntos.

Somos 4 hermanos y vivimos cerca de la zona montañosa de Argentina. Mis 2 hermanos varones son como unos 5 años más grande que yo y mi hermana es 3 más chica.

Por esa diferencia de edades, mi hermana Caro y yo siempre fuimos + compinches, jugábamos juntos y esas cosas.

Cuando yo tenía 14, empecé con mi despertar sexual y fue cuando empecé a ver con otros ojos a Caro, los juegos estaban empezando a no ser tan infantiles, como por ejemplo en los juegos de prendas yo siempre me las arreglaba para besarla en la boca o en alguna parte del cuerpo, su panza o un pierna, cosas que a ambos nos gustaba mucho.

Otra cosas que arrastrábamos desde chiquitos era la de bañarnos juntos, primero nos bañaba mamá y después cuando crecí un poco más me toco la responsabilidad de esa tarea, ya que los dos éramos considerado los hijos de la vejes.

Una vez en la ducha, luego de enjabonarla y ella me empieza a enjabonar a mi y cuando llega a mi verga, esta empieza a cobrar vida y a ponerse dura. Obvio yo sabía de que se trataba y cuando ella me preguntó porque pasaba eso, le dije que era porque me gustaba que me hicieran eso, pero que debíamos guardar el secreto porque si se enteraban no nos iban a dejar bañar más juntos y así fue como cada vez que nos bañábamos junto ella me masturbaba, a cambio yo le hacia caricias en sus partes intimas, cosa que a ella le empezó a gustar con el tiempo.

En buen día, en casa de mi abuela, mientras todos dormían la siesta y nosotros no, le pregunte si le podía dar un beso entre las piernas, a lo que ella acepto y nos fuimos al baño y al ayudarle a bajar su bombachita y levantar el vestido vi lo más hermoso que he visto en mi vida, su conchita rosadita, con apenas una pelusita pelirroja la cual al darle el primer beso, no pude dejar de saborear y ella de disfrutar, ya que si bien ella no tubo ningún orgasmo, sentía un cosquilleo sumamente placentero ( según me contó después).

Otro día que estábamos jugando a la mamá y el papá, juego que yo disfrutaba por el simple hecho de hacerle COSAS!!!, y estando sin moros serca le dije que quería verla desnuda y ella accedió solo si yo me desnudaba y así fue como nuestros juegos tomaron un giro inesperado cuando empezamos a jugar que dormíamos y nos quedábamos en maya o desnudos cuando podíamos debajo de las sabanas.

Ese verano, nos fuimos los 4 como siempre a un camping en la montaña, mis viejos y nosotros dos, ya que mis hermanos ya no viajaban con nosotros porque se aburrían. Mis viejos dormían en una carpa y nosotros en otra. La segunda noche le dije a la Caro si no quería dormir en mi bolsa de dormir y que lo hiciéramos desnudos y así lo hicimos durante un par de horas en las que nos acariciamos y nos besamos. Obvio con mi verga totalmente erecta se la pasé por su entre pierna y su culito, por lo cual tuve que salir de la carpa para eyacular. Cuando volví me metí un rato más en la bolsa de dormir y después de otra sesión de caricias y besos, le conté que había visto en una revista de un amigo lo que hacen la gente grande en la cama y le pregunté si lo quería hacer. Ella, ingenua me dijo que si y acordamos que el día siguiente mientras nuestros padres dormían la siesta nosotros saldríamos a caminar por el camping (que es super seguro y tiene lugares alejados) y lo haríamos.

Cuando al otro día mis viejos se estaban por ir a dormir, por lo general durante 2 a 2 ½ hs, les dijimos que nos íbamos a ir a caminar, a lo que ellos respondieron que bueno, pero que no saliéramos del camping.

Ahí nos fuimos caminando hasta un lugar cerca del río, solitario que había descubierto el primer día en que llegamos en una rápida recorrida que había dado por el lugar como todo un explorador. Cuando llegamos, como era de prever no había nadie a la redonda, solo nosotros y el ruido del agua. Entonces la abrace y la empecé a besar y a acariciar, después de un rato, extendí una lona que llevaba en mi mochila (tenía una mochila con algunas cosas porque me gustaba jugar al explorador) y desnudos nos acostamos en ella, donde seguimos las caricias y los besos. A medida que pasaba el tiempo fui besando sus pechos, su pancita, sus caderas hasta llegar a su entre pierna. Entonces le separe las piernas y me sumergí en su conchita rosadita. Después de unos 5 minutos de lamer insaciable su femineidad, empecé a saborear algo un poquito amargo y a ver como ella respiraba más agitada y más fuerte, entonces supe que estaba lista, según lo que me habían contados mis amigos. Otra cosa que sabía, es que como todavía no había menstruando, no necesitaba los preservativos, que en ese momento me puse sobre ella y abriéndole las piernitas lo más que podía le pedí que me agarrara mi miembro y me lo guiara. Ella lo hizo, no muy convencida, pero bueno ya con la punta de mi verga entre sus carnosos labios, empecé a empujar suavemente. Cuando la había introducido la punta, ella hizo un gesto de dolor y emitió un tenue ahiiii..... me duele. Deje de lamer sus tetitas y le dije: si te duele la saco...., su respuesta fue: no seguí un poco más.

Volví a mi trabajo sobre sus tetitas, un ratito más y después me puse a besarla uno 5 minutos, cuando se excitó otra vez y se olvidó del dolor que le causaba la cabeza de mi verga en su conchita, volví a empujar introduciéndola hasta la mitad más o menos, donde me detuve un ratito por otro gemido de dolor.... ahiiii..... me duele.- Paro?...... - no seguí un poco más....., después de un ratito de descanso, otra vez y esta entro toda. Ahí nos detuvimos un poco, donde nos besamos, acariciamos y desfrute de sus tetitas.

Luego de este breve descanso empecé un lento movimiento de entrada y salida, las primeras bombeadas fueron un poco dolorosas por la estreches de su vagina, pero después empezamos a disfrutarlos los dos, ahí aproveche para morder suavemente sus pezoncitos, los cuales recién estaban creciendo. En pleno fragor de mi bombeada le preguntes como se sentía y me respondió entre suspiros ..... muy ..... lindo ..... seguí .... me gusta ...... te quiero. A todo esto yo estaba empezando a sentir los efectos de mi bombeada, la verga y su vagina se calentaban, sentía como la punta de mi miembro se hinchaba y como un escalofrío me subía por todo el cuerpo.

Sentí la imperiosa necesidad de acelerar y lo hice, la única respuesta de mi hermanita fue abrazarme con fuerza y jadear cada vez más rápido, emitiendo un sonido profundo que como que saliera de los más interno de ella, ya no podía hablar de la excitación, en eso veo como se estremece toda, arqueándose y da un suspiro largo quedándose con los ojos cerrados. Un par de bombeadas (no fueron más de dos) más tarde acabé en una explosión de semen dentro de su vaginita rosada.

Ellas abrió los ojos, me miro y me dijo: no te puedo decir como me siento, me encantó lo que me hiciste, quisiera que me lo hagas todos lo días..... – A lo que respondí: a mi también me gustó y quiero que lo hagamos siempre que podamos.... esto va a ser nuestro secreto ...... y ella me respondió: seguro ..... nuestro secreto intimo.

Después de un rato de estar acostado de costado y con mi verga metida (no la quería sacar por temor que haya sido un sueño), nos levantamos y nos metimos en el río para lavar un hermosa vagina y mi verga. Luego nos cambiamos y volvimos a la carpa.

Nuestros pares todavía dormían, así que aprovechamos para besarnos y acariciarnos un rato más dentro de la carpa.

Un par de días más tarde, el día antes de irnos, volvimos a nuestro lugar y lo hicimos dos veces más. Cuando volvimos a casa, con el pasar del tiempo, aprovechamos algunas oportunidades, las cuales eran sumamente difíciles que aparecieran. Durante esos meses antes de su primera menstruación (lo hizo un año y medio después) lo habremos hecho unas 4 o 5 veces más, después ya no lo hicimos más por cuestiones de seguridad y además no me animaba a ir a comprar preservativos.

Ya a los 23 años, estando en la facultad, estudiando fuera de casa, mi hermana fue de visita y recordamos los viejos tiempos, pasamos una noche espectacular.

De todas formas a mis 18 años, también tuve la suerte de iniciar a mi prima, que por esas cosas de la vida, estaba re caliente, que como iba a una escuela de monjas y su único novio era un tonto de aquellos, ya que el muy estúpido le metió los cuernos con una amiga. Aproveché en la fiesta de 15 de una amiga mutua. Cabe aclarar que esto fue gracias a la intervención de mi hermanita (tiene la misma edad que ella), que le contó que yo era el que la había hecho mujer.

Pero bueno............ eso es tema para mi próximo relato. No hay que ser goloso JAJAJA.

Saludos NACHO