Mi hermana Cristina

Dos hermanas inician una serie de encuentros inesperados por curiosidad.

Mi hermana cristina

Este relato es la historia verdadera que le sucedió a mis primas Viky y Cristina. Viky me ha pedido que la publique para ustedes. Espero les guste.

Rápidamente, mi hermana Cristina vive en un municipio cerca de la Ciudad de México. Casada con Gonzalo, procreó dos bellas hijas, Cristina e Isabel, de 19 y 14 años respectivamente. A pesar de tener 41 años mi hermana Cristina conserva un cuerpo bien formado gracias a los aerobics y el gimnasio. Yo, Virginia, cuento con 28 años y vivo en la Ciudad de México. Me considero atractiva aunque no vivo de ello. Actualmente trabajo como hosstes en el Centro de Convenciones Banamex de la Ciudad de México.

Lo que les relato sucedió hace dos años (febrero del 2010) el día en que mi hermana cumplió años. Y eso solo fue el inicio de varios encuentros posteriores.

Fue la mañana de aquel día de febrero. Mi hermana Cristina hacía los preparativos para su fiesta de cumpleaños número 39. Ya había quedado con su esposo y algunos vecinos y amigos para organizar una pequeña comida en el jardín de su casa. Ese día llegue temprano para ayudarle en los quehaceres y en la cocina.

Los invitados comenzaron a llegar y la comida se desarrollo de forma muy divertida y amena. Después de comer, el alcohol y el vino aparecieron en la mesa, y comenzaron las pláticas clásicas de estas reuniones. Un poco de baile y un poco mas de vino surtieron efecto en mi cuerpo, porque de pronto me sentía con un calor sofocante en todo mi cuerpo.

Sentí la necesidad de orinar y para estar más cómoda me dirigí al baño que queda frente al cuarto de mi hermana (el baño de la sala por lo regular se ocupa constantemente en estas fiestas). Me senté para orinar y de pronto voltee a mi izquierda y frente a mi vista quedó el cesto de la ropa sucia. La curiosidad entro en mi cuando logre observar un pequeño tanguita entre las otras ropas. Tras fijarme que no viniera nadie, puse el seguro a la puerta del baño y comencé a remover la ropa del cesto. Una tanga…dos tangas…un brasier…una panty con una pequeña mancha de sangre…pfff no se por qué pero me lleve cada una de las prendas hasta la nariz y comencé a oler. Eso me hizo salir de mi realidad…

Sin pensarlo dos veces (y asegurándome de no ser vista por la ventana del balcón) me deslice hasta el guarda ropa de mi hermana y comencé a mirar el contenido de los cajones. Al abrir el segundo cajón me sorprendí: tangas, pantys, brasieres, medias, ligueros, y de mas prendas sexys. Jamás pensé que mi hermana a sus casi 40 usara ese tipo de prendas.

Tan absorta estaba en mi búsqueda que no escuché venir a mi hermana.

  • Viky, ¿Qué haces? -

  • Aaammm…nada…yo…-

  • ¿a caso pensabas llevarte mi ropa? –

  • no Cristi…como crees…es…-

  • anda levántate y dime de una vez qué hacías con mi ropa-

  • este…pues…veras…me dio curiosidad por ver tu ropa solo para darme una idea de cuál me vendría bien-

  • y por qué no me lo pediste antes, yo con gusto te puedo decir cuál es la que te sienta mejor-

-si es sólo que me da pena-

  • pena de qué Viky, somos hermanas-

En ese momento cerró la puerta de su cuarto y se sentó en la cama a mi lado. Yo aun seguía colorada de la vergüenza y no sabía que decir.  Se acerco a mi oído y me dijo susurrando:

  • ¡¡¡¿quieres ver el regalo que me hizo Gonzalo?!!!  (Su marido)

-vale déjame ver-

En ese momento pensé que se trataba de un obsequio común que tendría guardado por ahí. Pero cuál fue mi sorpresa. Se levanto de la cama y se puso frente a mí. Sin el menor pudor levanto su vestido café hasta su abdomen, dejando ver por debajo un atrevido y sexy conjunto de lencería fina, negra con encajes rojos. Un porta ligas muy delgado le rodeaba la cadera sujetando un par de medias negras que remataban en un elástico negro adornado con un encaje rojo muy sexy; una tanga roja muy pequeñita que apenas le cubría su sexo y dejaba escapar por los lados sus bellos púbicos bien arreglados.

-¿te gusta?- preguntó ella.

-Hhhmm…si claro, muy bonito- le dije apenas con un hilillo de voz.

La verdad el verla así me había puesto súper cachonda y comenzaba a sentir una cálida humedad entre mis muslos. Todo esto ocurrió en apenas un minuto, sin embargo para mí fue algo eterno. Mi hermana Cristina se bajo el vestido y me pidió que bajara con ella para seguir la fiesta.

La fiesta se prolongo hasta llegada la media noche. Los invitados, uno a uno, se marchaban satisfechos por la comida y el vino que mi hermana le había ofrecido. Gonzalo, el marido de mi hermana, termino con unas copas de más (bueno, inconsciente para ser sincera) por lo que no fue capaz de llegar hasta su cuarto y se quedo dormido en un sillón de la sala. Los hijos de mi hermana ya se encontraban profundamente dormidos, por lo que subí a platicar con mi hermana a su cuarto.

-oye Cristi, perdona por lo de hace un rato, no era mi intención hacerte pasar ese mal rato-

-no te preocupes Viky, es sólo que no me gusta que hurguen en mis cosas-

-ok, no lo vuelvo a hacer-

Al decir esto, mi hermana me miró con mucha ternura y me abrazo como muchas veces lo hizo desde que éramos pequeñas. Recargo mi cabeza en sus suaves pechos, y comenzó a frotar mi espalda con su mano. Con mucha ternura me beso la frente y me dijo muy dulcemente:

-olvida lo que pasó, no tiene importancia. A todos nos llega la curiosidad-

-gracias Cristi…te quiero mucho hermana-

Mi hermana me dijo que me acostara en su cama ya que su marido difícilmente se despertaría. Cristina con toda naturalidad se quito el vestido mientras me decía:

-Pobre Gonzalo, tan ilusionado que estaba por que llegara la noche y mira como quedo de borracho. Yo que pensaba agradecerle por el regalo-

Cuando estaba a punto de desabrocharse el brasier le dije que se detuviera. No sé por qué pero en ese momento quería verla así, enfundada en ese conjunto de lencería tan sexy y provocativo.

-no te lo quites Cristi. Déjame verte. Me sorprende que a tu edad aun mantengas un cuerpo muy bonito y sobre todo provocador-

-favor que me haces Viky-

-es en serio Cristi, eres una mujer de muy buen ver. Cualquier hombre que te viera por la calle no me dejaría mentir-

-¿en serio crees que aun estoy para levantar vergas?-

Cuando dijo eso me estremecí, jamás pensé que mi hermana utilizara ese tipo de palabras; pero, bueno, creo fue el efecto del alcohol. Entonces me dijo que me acostara y me relajara, mientras ella apagó la luz y encendió un par de velas. De pronto se subió a la cama y se puso de pie en ella. Me sorprendió. Estaba parada justo frente a mí. Comenzó a hacer un baile lento y muy sensual mientras me decía:

-¿te gusta mi cuerpo hermanita?-

-si, me gusta mucho-

Me miró fijamente a los ojos. Sus pupilas despedían fuego. Paso su lengua por su labio superior y termino por morderse el labio inferior. Eso me puso calientísima. Yo estaba empapada viendo a mi hermana en ese baile hipnotizante. De pronto se puso de rodillas, sin darle oportunidad de movimiento a mis pies. Acerco su rostro al mío. Me miro fijamente. Lentamente sus labios se acercaron a los míos. En un instante ya nos fundíamos en un dulce y prolongado beso.

-Viky te deseo. Desde que éramos jóvenes te deje de ver como mi hermana para verte como una mujer-

Sus palabras me hicieron estremecer, casi llegué al orgasmo al oír esas palabras.

-jamás te lo dije por temor a que me rechazaras. Pero hoy al verte husmear entre mi ropa interior regreso a mi ese deseo-

Otro beso fue el preludio hacia una noche maravillosa. Cristina me quito mi vestido lentamente. Una de sus manos ya frotaba mi sexo por encima de mi panty. La otra apretaba con fuerza mis tetas. Yo estaba gozando y no quería que parara.

-mmmmm…siiiiiii…ooooohhhh Cristi…aaaaahhhh…sigue, sigue…

-¿te gusta cómo te toco Viky? ¡¿lo estas gozando eh hermanita?!

-si Cristi, me gusta mucho, no pares…ooohhh…ssiiiiiii…

Cristina fue bajando su boca hasta llegar a mis tetas. Lamía y mordía mis tetas con desesperación.  Sus manos tocaban mis nalgas y mi conchita haciéndome gozar como nunca antes. Lo mejor llegó cuando su cabeza se metió entre mis muslos y comenzó a pasar su lengua de abajo a arriba por mis labios vaginales, tocando suavemente mi clítoris.

-ooooooohhhhh Cristi, me matas…siiiiii…aaaaahhhh…sigue, sigue…

-estas riquísima Viky, quiero probar tus jugos-

-si Cristi mis jugos son para ti-

En un momento estallé en gozo y no pude evitar un fuerte gemido de satisfacción. Mi vagina salpicaba chorros de jugo cálido, salado y dulce a la vez. Mi hermana cristina acerco su boca a la mía y me dio a probar mis jugos.

Nos fundimos nuevamente en un gran beso de hermanas, un beso de mujer a mujer. Ya me preparaba para devolver el favor a mi hermana cuando logramos escuchar que la puerta del cuarto de sus hijas se abrió. Nos quedamos pasmadas, temerosas de que alguna de sus hijas nos hubiese escuchado.

Decidimos dejarlo hasta ahí por esa noche. Pero pactamos que pronto tenía que pagar la deuda a mi hermana cristina.

Aqui les dejo los correos de mis primas y el mio para comentarios y otras cosas:

VIKY: viregen_perversa@hotmail.es

CRISTINA: ladiecristina_69@live.com.mx

Danafer69: danafer69@hotmail.com